LECCIÓN 67 DEL TAO: SIENTE COMPASIÓN POR TI MISMO
ÓSCAR ROBLES
En el capítulo 67 del Tao, Lao-tzu discute tres aspectos esenciales, un tanto disimiles entre sí: 1) Del aparente sinsentido y extremo idealismo de las enseñanzas del Tao; 2) de las tres virtudes esenciales para todo ser humano, según el pensador chino; 3) y, sobre todo, del profundo sentido de compasión que deben tener los seres humanos hacia sí mismos. Por estos tres tópicos tan dispares y por el uso más frecuente del “yo”, este poema-lección 67 se aparta de la estructura más unitaria de la mayoría de los capítulos del Tao Te King. Dos estrofas integran la lección 67 en la versión en inglés de Stephen Mitchell: La primera cuenta con seis versos; la segunda, con nueve.
Lao-tzu reflexiona sobre algunos aspectos negativos y positivos en la enseñanza del Tao, según la primera estrofa. El autor del Tao refiere que algunos dicen que mi enseñanza no tiene sentido y que otros la llaman elevada, pero impráctica (67). Pero para aquéllos que han buscado adentro de sí mismos, este sinsentido hace un perfecto sentido, sostiene el pensador oriental (67). Y para aquéllos que la ponen práctica [la enseñanza], indica el contemporáneo de Confucio, esta grandeza tiene raíces que van a lo profundo (67). Como puede verse, la metáfora “raíces” enriquece mucho la caracterización de la filosofía del Tao. Como se sabe, la “metáfora” es “una figura de retórica por la cual se transporta el sentido de una palabra a otra, mediante una comparación mental” (“Metáfora”). Así pues, las ideas taoístas son profundas y crecen y se extienden como las raíces de una planta o árbol, desde la perspectiva del propio autor del Tao.
Las tres virtudes esenciales del Tao y la aplicación constante de la compasión y de la autocompasión humanas son examinadas por el pensador chino, de acuerdo a la segunda estrofa. En primer lugar, Lao-tzu considera que yo solamente tengo tres cosas para enseñar: Simplicidad, paciencia, compasión (67). En segundo lugar, el contemporáneo de Confucio describe el gran valor de estas virtudes, usando una metáfora: Estas tres son tus más grandes tesoros (67). Luego, el sabio chino define brevemente el papel de cada una de las tres virtudes citadas, dentro de la vida humana, mediante reflexiones filosóficas y visiones universalistas: Simple en acciones y en pensamientos, tú regresas a la fuente del ser; paciente con amigos y enemigos, estás de acuerdo con la forma en que las cosas son; compasivo hacia ti mismo, te reconcilias con todos los seres del mundo (67).
Stephen Mitchell comenta ampliamente la segunda y última estrofa con diversas ideas sobre sus propias tres virtudes esenciales, la combinación apropiada de dichas virtudes y el papel central de la fuerza celestial para socorrer a los seres humanos. Primeramente, Mitchell expone que la compasión, la frugalidad y la osadía son sus tres virtudes grandes en ese orden de importancia (Notes 123). En segundo lugar, el traductor opina que “whoever has compassion can be brave. Whoever has frugality can be generous. Whoever dares no to be first in the world can become the leader of the world” (123). En tercer lugar, piensa que siempre “Heaven helps and protects those with compassion” (123).
En suma, la lección 67 del Tao es un poema muy original que combina la reflexión filosófica y el lenguaje poético, los sabios consejos y la crítica sobre el mismo Taoísmo y la definición de la personalidad modelo para el individuo y su armónica relación con el entorno. Con este enfoque filosófico y moral, los lectores del Tao pueden entresacar cuáles son los supremos valores morales, según el pensador chino: Simplicidad, paciencia y compasión.
Es interesante, sobre todo, ver cómo pueden aplicarse las citadas virtudes humanas en un mundo tan complejo, tan materialista y tan consumista como el mundo de la economía global y capitalista. Algunas posibles ideas para aplicar dichas tres virtudes claves son las siguientes: 1) Usar pensamientos simples para filtrar las ideas complejas de la ciencia, de la economía y de la tecnología; 2) ser pacientes con los congéneres en todos los espacios privados y públicos; 3) y, más que todo, sentir compasión por sí mismo en cada problema cotidiano y compasión por las difíciles situaciones personales de los otros, en medio de numerosas sociedades altamente conflictivas por la predominancia del crimen, de la violencia, de la ilegalidad, de la corrupción y del deterioro del ambiente.
Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
“Metáfora.” Pequeño Larousse ilustrado. 1991.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.
No hay comentarios:
Publicar un comentario