martes, 24 de julio de 2018

SIETE OBRAS ARTISTICAS EN EL CENTRO DE CONVENCIONES DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA



SIETE OBRAS ARTÍSTICAS EN EL CENTRO DE CONVENCIONES DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA




ÓSCAR ROBLES




         Arlequines rosados y extraños dignatarios antiguos; feroces y devorantes animales vacunos y una jungla de figuras geométricas diseminada en hojas multicolores; una fastuosa y fina alacena mexicana y una mujer con cobija de agua soñando una niña, una ciudad y una fiesta; una exquisita y esbelta mujer exótica con un cántaro de agua a la cabeza: Son las imágenes de las siete pinturas y una escultura exhibidas de manera permanente en El Centro de Convenciones de la ciudad de Chihuahua. Los ciudadanos y turistas pueden disfrutar de este destacado arte local mientras realizan sus actividades de negocios y reuniones sociales en dicho recinto.
Estas siete obras de arte engalanan los espaciosos pasillos y salas de dicho edificio, emanando su belleza original y su imaginería desbordante. Los autores de estas obras son nativos del Estado Grande en su mayoría. Destacan los nombres de los artistas Virginia Pérez, Carlos Ruiz, Enrique Samaniego y Enrique Venegas. Las obras son pinturas al óleo de arte figurativo y abstracto y una escultura forjada en metal. Los gentiles lectores pueden revisar a continuación una breve descripción de estos cuadros y de la efigie y admirar sus respectivas fotos. Las sobresalientes obras no exhibían el título de las mismas.

CUADRO DE ENRIQUE SAMANIEGO SAENZ

1. Ocho arlequines de atuendos y sombreros alargados en colores rosa claro y naranja se preparan para una aparente función de entretenimiento dentro de una habitación de muros azul rey de un palacio antiguo. Al fondo, se ve una ventana y un jarrón enorme, los cuales indican un referente histórico anterior a la Época Contemporánea. En especial, estos artistas lucen expectantes y serios en el primer plano del cuadro, justo antes de un posible evento de entretenimiento. Los arlequines pueden dividirse en dos grandes grupos. En el primerísimo plano, se encuentran cuatro de ellos: Uno carga de pie un tambor de cueros café oscuro a la izquierda del cuadro; otro porta una esfera de cristal y una enorme espada a la derecha de la pintura; al centro, un arlequín de largo gorro cruza sus manos; otro más aguarda sentado sobre una enorme caja con un pequeño bastón en mano derecha. Al fondo, se mira el segundo grupo de estos hombres del espectáculo: Son cuatro hombres que aguardan de pie, con rostro serio, uno de los cuales carga una enorme vara con una pequeña luna blanca en la cúspide.
Esta interesante pintura al óleo retrata, pues, una escena de antigua corte real, sin una ubicación histórica específica a priori. Por ello, es una versión moderna de esa antigua práctica cultural. Pertenece a Enrique Samaniego Sáenz y data de 1994. Finalmente, sus ocho arlequines han sido plasmados en colores pastel, con la suavidad de contornos y todos aparecen en un primer plano. Los colores blandos seducen la mirada. El pintor nos recrea con buen dibujo y colores apropiados el mundo del espectáculo en las cortes reales.

OCHO PERSONAJES EN ESTA PINTURA DE ENRIQUE SAMANIEGO SAENZ



UNA HERMOSA ALACENA EN ESTE CUADRO DE VIRGINIA PEREZ

2. Las finas telas blancas y plateadas de algunos manteles penden arriba de un tradicional mueble de pared propio de las cocinas: La flamante alacena colonial; abajo, proyectan lujo, sensualidad y belleza pura las obesas y esbeltas vasijas de porcelana blanca con motivos florales color azul y despliegan amorosos colores las abundantes y deliciosas frutas. Dividida en cuatro partes, esta alacena maravillosa está incrustada en una pared amarilla y cuenta con una base marrón claro de madera. Resalta la transparencia sutil de los manteles. En suma, el delicioso, femenino e íntimo lienzo de Pérez retrata uno de los muebles de la cocina tradicional mexicana, herencia de un pasado colonial. Como toque especial, el esbelto florero con el albo alcatraz de cavidad blanda en el centro representa una sensual y hasta sexual feminidad. Al mismo tiempo, este erotismo objetual se proyecta en una delicada y breve abertura colocada justo en el centro de la alacena.
Este maravilloso y refinado cuadro al óleo es obra de la chihuahuense Virginia Pérez. En resumen, traza una figura objetual plenamente realista: Una flamante y lujosa alacena muy mexicana con precisos detalles de dibujo, color y volumen. En particular, los colores telúricos de muro y base emanan una dulce calidez humana. El cuadro no presenta una fecha de creación. En 2014, Pérez presentó una deslumbrante exposición en el Museo Casa Chihuahua con espléndidas alacenas, bellos ángeles y lujosos y delicados encajes, entre otras imágenes. Los amables lectores pueden consultar el artículo sobre la muestra El lujo de las imágenes de Virginia Pérez en el presente Blog.


PINTURA DE CARLOS RUIZ

3. En esta pintura, tres hombres de vestimentas exóticas y antiguas hablan en primerísimo plano frente a un muro amarillo claro. En este muro, se encuentran dos cuadros con las figuras erguidas de tres dignatarios de otras épocas históricas, situados dentro de un palacio real. Los tres hombres lucen como figuras pétreas, fantásticas y hasta simbólicas, especialmente los dos hombres de la izquierda del cuadro, cuyas imágenes fueron plasmadas en colores gris y amarillo claro respectivamente. Estas personas parecen representaciones de antiguas culturas, pero la configuración del cuadro no es plenamente realista, sino que hay una intención autoral aparentemente crítica. Resaltan los mantos largos de los tres, sus altos gorros y sus largas cabelleras. Como comparación y/o contraste, los dos cuadros de arriba representan dos escenas en miniatura donde aparecen tres hombres también, caminando dentro de un palacio real en cada pintura. Ellos están investidos en mantos largos y prominentes gorros en su cabeza. En particular, los colores claros de los hombres del primer plano les dan aspecto de estatuas de piedra. Dos de ellos muestran su piel morena y uno su piel blanca.
Esta obra de Carlos Ruiz fue creada en 1998 y es una pintura al óleo. La entera escena central subraya más la representación simbólica, la retextualización crítica que un realismo reproductivo, tal vez como una crítica cultural o alteración estética que ejecuta el artista. Así, el pintor recrea con más realismo las escenas de los cuadros pequeños y convierte en estatuas a los personajes del primer plano. Por ejemplo, el personaje del centro parece como una efigie de entero metal amarillo. Por otro lado, estos tres dignatarios principales exhiben figuras distorsionadas y un tanto grotescas. En general, la factura artística de la obra es de gran calidad por su suave dibujo, la apariencia pétrea de las figuras y por la precisión en la configuración de las dos escenas en miniatura con tres miembros de la realeza. Sin embargo, es complejo el significado cultural de esta pintura. Los tres personajes centrales relucen como representaciones distorsionadas y muy hieráticas de la gente del poder político, justo en el primer plano del cuadro. Asimismo, el referente cultural parece más propio de antiguas culturas y antiguos palacios. Finalmente, las escenas de los dos cuadros pequeños parecen más realistas que los tres personajes del primer plano, los cuales lucen como símbolos de crítica cultural: Los dignatarios son, pues, como piedras, paralizados en sus acciones y discusiones.


PINTURA ABSTRACTA DE ENRIQUE VENEGAS

4. Hojuelas blancas, azul claro, azul oscuro y rojas pueblan el lienzo y le dan un gran dinamismo a la completa imagen abstracta. Lucen como una lluvia de colores, como una jungla abstrusa y un tanto geométrica. La figura disgregante finalmente concreta finalmente una armonía estética y adquiere autonomía con respecto al mundo real. En suma, es un cuadro abstracto, con trazos geométricos y gran colorido.
Esta pintura al óleo pertenece al chihuahuense Enrique Venegas y salió a la luz pública en 1998. El estilo artístico de las “hojuelas” es similar a sus cuadros presentados en el Centro de Desarrollo Cultural (CDC) de la ciudad de Chihuahua en 2015 bajo el nombre de “Imágenes”. Sin embargo, estos cuadros mostraban figuras diversas disgregantes, tales como músicos, bailarines, indios y niños. Todos estos cuerpos humanos y los instrumentos musicales se descomponían en “hojuelas” de colores como la obra abstracta del El Centro de Convenciones. Así pues, la forma artística es similar, pero no el contenido.

ESCENA ABSURDA DE ANIMALES VACUNOS EN ESTE CUADRO DE AUTOR ANONIMO

5. Absurda pesadilla o filme de dibujos animados este quinto cuadro: Cuatro animales vacunos y cornudos bailan de pie con sus patas traseras y exhiben sus ubres de colores, dentro de una absurda y onírica danza macabra y feroz. Justo al centro del estrafalario cuadro, la bestia de cabeza roja parece devorar y destazar a otra criatura informe, usando su hocico y la víctima del destazamiento parece exhibir sus vísceras sangrantes plenas de colores rojo y naranja. Esencialmente, el artista utiliza un colorido muy contrastante y un dibujo muy distorsionante, para diseñar una absurda escena de pesadilla. El fondo del cuadro también es absurdo y contrastante, trazado con colores azul claro y rojo encarnado. Justo debajo de los vacunos monstruosos, se ve una especie de vereda color verde claro con líneas en su interior y justo atrás se observa un grueso tronco marrón oscuro, lo cual denota una escena campestre.
Esta quinta obra no exhibía el nombre de su autor ni el año de creación artística. Es también un cuadro al óleo. En resumen, sus cuatro figuras centrales son animales mamíferos como de película de dibujos animados o historietas macabras, ubicados todos dentro de una escena extrañamente fantástica. Finalmente, el dibujo tan sinuoso e irregular y los colores absurdamente contrastantes potencian la rara escena de pesadilla.


MUJER SONANDO EN ESTA PINTURA DE BANDIDO

6. Una mujer de cabello pelirrojo está dormida en el primer plano de la pintura. Está cubierta con un extraño y fantástico manto de agua verde. A su alrededor, aparecen varias escenas fantásticas que forman parte de sus desvaídos sueños. Por ser onírico, este cuadro se nutre de la extraña yuxtaposición de objetos y personas junto a su lecho. En primer lugar, flotan en la verdosa agua un zapato blanco, una silla diminuta y un robusto animal mamífero de color blanco. De su oído izquierdo sale una largo pieza para captar sonidos y luce como un instrumento musical de viento. De izquierda a derecha, se despliegan otros tres sueños: Una niña de tez morena en postura erguida; una ciudad con altos y modernos edificios cuyas ventanas parecen descomponerse; y, finalmente, se ve una fiesta o reunión de varias personas. Esencialmente, otro personaje femenino, onírico y fantasmal aparece cerca de sus gruesos pies. Es una mujer de la misma dimensión que la mujer soñante. Muestra los ojos vacíos, trae un vestido rojo y su cabello es negro. En general, privan en esta obra el orden irracional y las situaciones absurdas.
         El cuadro es firmado por Bandido y no tiene fecha de creación. La escena onírica es multiespacial y parte del sueño de una mujer acostada y cubierta con un poético cobertor de agua verde claro. El agua está conectada simbólicamente con los sueños. El dibujo es distorsionante y el pintor contrasta los colores oscuros de los sueños [rojo, negro, gris oscuro] con la claridad del agua. Por su tema, puede verse como una pintura surrealista cuyas figuras lucen un tanto dispersas y borroneadas, como propias de los fugaces sueños.   


EXQUISITA ESCULTURA DE MUJER AFRICANA DE AUTOR ANONIMO

7. La escultura en metal muestra la figura erguida de una mujer africana con un cántaro colocado sobre su cabeza y sostenido con ambas manos. Su fino torso desnudo y plateado deja ver unos diminutos y frutales pechos; tiene el pelo muy corto; su delgado cuello enseña un enorme collar negro que le cubre toda esta delicada parte del cuerpo; y, finalmente, le cuelgan unas argollas grandes de sus orejas. En especial, las formas, los volúmenes y los colores esplenden en la larga falda de color plateado y negro y en la zapatilla plateada que asoma graciosamente debajo de la tela, cerca del pedestal de la efigie. En general, la figura es muy estilizada y estetizante. El femenino rostro de la africana voltea ligeramente hacia su derecha y deja ver sus refinados rasgos faciales.
         Esta efigie no muestra el nombre del autor ni la fecha de creación. Descansa sobre el piso de la sala principal de El Centro de Convenciones, justo debajo de las escaleras que conducen al prominente mural de Miguel Valverde. En pocas palabras, esta obra escultórica exalta el papel laborante y la garbosa y elegante belleza física de la mujer africana. Es una escultura de preciosas formas y volúmenes que hacen relucir los brillos del metal y florecer las esbeltas formas femeninas en movimiento.
Además de estas siete obras comentadas en el presente artículo, los ciudadanos y los turistas pueden admirar los dos colosales murales del artista chihuahuense Miguel Valverde que fueron plasmados en los muros del fondo de la sala principal, justo arriba de las escaleras. En estas dos colosales obras, el pintor de ciudad Cuauhtémoc detalla un panorama de las principales actividades productivas del Estado de Chihuahua y traza una alegoría del moderno comercio mundial global.

MURAL SOBRE LAS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS DE CHIHUAHUA DE MIGUEL VALVERDE



OTRA TOMA DEL MURAL DE ACTIVIDADES PRODUCTIVAS DE CHIHUAHUA DE MIGUEL VALVERDE


MURAL DEL COMERCIO MUNDIAL DE MIGUEL VALVERDE


OTRA TOMA DEL MURAL SOBRE EL COMERCIO MUNDIAL DE MIGUEL VALVERDE

En conclusión, las siete obras artísticas de El Centro de Convenciones de la ciudad de Chihuahua demuestran que el arte florece en medio del comercio local. Representan un valioso patrimonio cultural que los ciudadanos y turistas deben contemplar, admirar y analizar.

lunes, 9 de julio de 2018

EL "TEMPLO DE SANTO NINO" DE CHIHUAHUA Y SUS TESOROS DE ARTE CRISTIANO


EL TEMPLO DE SANTO NIÑO DE CHIHUAHUA Y SUS TESOROS DE ARTE CRISTIANO




ÓSCAR ROBLES




          Las obras artísticas cristianas proyectan belleza y religiosidad. Representan un gran testimonio histórico del Cristianismo y de la prodigiosa imaginación creativa de los artistas en las naciones de Occidente y de Oriente. Abarcan escultura, pintura, arquitectura y murales, especialmente. La gran factura estética del arte cristiano puede verse desde del italiano Fra Angélico al español Salvador Dalí; se refleja en los prominentes murales de La Creación del italiano Miguel Ángel Buonarroti; se cristaliza en la conmovedora escultura de Santa Teresa del italiano Gian Lorenzo Bernini y en el monumental Cristo Redentor de Río de Janeiro [Brasil] y en La Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano [Italia] y la Catedral de Santa Sofía en Estambul [Turquía], entre múltiples obras de diversos países y continentes.

Hay expertos y clérigos que piensan que el mejor arte de México es precisamente el arte católico. Desde la Colonia Española hasta el siglo XXI, los templos, iglesias, misiones y monasterios de la Nueva España y de México han albergado esculturas, pinturas y muebles de gran calidad artística. Basta recordar algunas obras artísticas plasmadas con el sello de autor por parte de pintores novohispanos bajo la estética del Barroco: 1) La clásica pintura al óleo de la Virgen de Guadalupe del oaxaqueño Miguel Cabrera (1695-1768); 2) el cuadro al óleo de Jesucristo Resucitado de José de Alcíbar (1730-1803); 3) y los retratos de los santos intelectuales y ascéticos San Agustín y Santo Tomás de Aquino trazados por Francisco Martínez (1717-1758).

A veces, hace falta contemplar y admirar la belleza simple de los santos y vírgenes de los templos de tu propio pueblo o ciudad para despertar espiritualidad y un sentido estético del mundo. Entonces, es necesario explorar los recintos cristianos de la propia nación o del país que se visita, para encontrar arte y fe, estética y humanismo, cultura y santidad, especialmente en tiempos de tanta cruel violencia y crudo materialismo. También, las obras artesanales y artísticas que adornan los templos mexicanos proyectan una sobria belleza y una sentida religiosidad. Estas obras son básicamente esculturas, pinturas y murales, todos los cuales integran el gran arte de diversos templos e iglesias de las ciudades y pueblos mexicanos.

En la ciudad de Chihuahua, sobresalen las obras artísticas resguardadas en la Catedral de la Santa Cruz, el Santuario de Guadalupe y en los templos de San Francisco, Santa Rita y el Sagrado Corazón de Jesús, entre otros. En general, son obras tradicionales e históricas propias de la Colonia Española, del siglo XIX y del siglo XX. Sin embargo, hace falta crear nuevas obras sobre santos, vírgenes y clérigos y colocarlas en los templos, monasterios y hasta en las plazas públicas, para renovar el espíritu cristiano y construir una nueva religiosidad que fortalezca a la sociedad mexicana durante el siglo XXI. Por ejemplo, la estatua del Arzobispo Adalberto Almeida y Merino reposa con su bonhomía y su brillo de metal en el Parque Infantil y el Ángel de la Plaza Mayor vuela sobre el obelisco con su metal perfecto y luce como un guardián espiritual de la ciudad capital del Estado Grande. En realidad, dominan las estatuas de héroes históricos en una buena parte de los espacios públicos de la mencionada urbe norteña.

Frente al capitalismo salvaje y la aguda crisis nacional, hay que revivir a los héroes religiosos de toda la historia de la humanidad para promover la ética del Cristianismo y desenterrar la espiritualidad perdida de nuestro cruel tiempo moderno. Las vírgenes son verdaderas encarnaciones de belleza y bondad y los santos han sido modelo de trabajo intelectual, obra pública, sacrificio por la comunidad y/o devoción espiritual.

Por todo ello, las familias deben visitar los recintos cristianos de su comunidad y asimilar la interesante cultura que rodea a los templos, monasterios, misiones, pinturas, murales y esculturas. Aunque el Templo de Santo Niño muestra una estructura externa sencilla, guarda algunos tesoros de arte y artesanía religiosos en su interior, los cuales exponen las vidas de la Sagrada Familia, santos, monjas y vírgenes. Fue fundado en la ciudad de Chihuahua entre el 4 de julio de 1881 y el 24 de diciembre de 1890 (Ríos). Se ubica en la esquina de la Avenida Colón y calle José María Mari. Su interior exhibe numerosas esculturas, pinturas y un mural en el altar mayor, todos los cuales representan un valioso patrimonio cultural de la ciudad de Chihuahua. En general, estas obras son más un arte de representación religiosa y piadosa que obras de autor con factura estética muy original. He aquí una descripción de estas preciadas obras con sus respectivas fotografías.

TEMPLO DE SANTO NINO 


1. SAN BENITO.  Su figura erguida emana sabiduría con el libro rojo en su mano derecha y el largo cayado en la izquierda y su barba blanca y poblada. Mira absorto hacia un punto indeterminado y su rostro refleja bondad. El largo manto negro agrega misterio y gravedad y los precisos pliegues del mismo denotan buena hechura artística de la efigie. En particular, San Benito de Nursia (¿480?-547) fue un sacerdote italiano que fundó la orden de los benedictinos en 529 (“Benito”). Su fiesta se celebra el 21 de marzo.



SAN BENITO


2. JESUCRISTO CRUCIFICADO. Pálida e inánime, la figura de Jesús transmite respeto  y piedad e impacta su cuerpo desnudo y doliente desde la altura del muro en que fue colocada la enorme cruz dentro del templo. Reluce la calidad de las tallas de sus heridas y rostro y la blancura lisa de su cuerpo. Jesucristo es el Salvador, el hijo de Dios y el Mesías. Nació en Belén en 748 en tiempos de Roma. Hizo muchos milagros, su historia es contada en los Evangelios del Nuevo Testamento, fue traicionado por Judas y murió crucificado a los treinta y tres años de edad por obra de los romanos (“Jesús”).


JESUCRISTO CRUCIFICADO


3. LA VIRGEN DE LOS DOLORES O LA VIRGEN DE LA SOLEDAD. Su luctuoso y elegante vestido negro resalta dentro de una brillante y transparente vitrina rectangular. El vestido y el manto son adornados con ricas piezas de metal brillante de color oro y plata. Parece un personaje mágico de suprema belleza dentro de su espacio de cristal, una obra de la gran imaginería cristiana. Esta efigie es una de las mejores del Templo de Santo Niño. En especial, esta imagen católica rinde tributo a la Virgen María y sirve para representar el dolor que padeció la esposa de San José por ser la Madre de Jesús y por ver sufrir y morir a su hijo. Su fiesta se celebra el 15 de septiembre.



LA VIRGEN DE LOS DOLORES



4. SAN JOSÉ Y EL NIÑO JESÚS. La clásica vestimenta amarilla y verde realza la belleza de esta imagen del humilde carpintero de Israel. En especial, los pliegues de las telas dotan de dinamismo y realismo a la entera figura erguida. Así, el santo figura como el dedicado padre del Niño Jesús, a quien carga en su brazo izquierdo, parado sobre una piedra o trozo de colina. Sostiene un cayado con la mano derecha y el niño carga una cruz pequeña en su brazo izquierdo y luce arropado por el cuerpo de su padre. En particular, San José es el esposo de la Virgen María y el padre adoptivo de Jesucristo y su fiesta es celebrada el 19 de marzo (“José”).



SAN JOSE Y EL NINO JESUS


SAN JOSE Y EL NINO JESUS [OTRA TOMA FOTOGRAFICA]


5. LA VIRGEN MARÍA. El azul rey y la claridad blanca del largo manto de la virgen le dan dulzura y ternura a la esbelta figura de la santa. Ella mira hacia abajo desde su elevado altar de gruesas columnas de mármoles blancos y rosados. Esencialmente, la corona de estrellas sobre su cabeza y los tres ángeles niños de abajo la ubican plenamente en una realidad celestial y hace sentir a los feligreses su altura espiritual. La belleza blanca, virginal y santa de su cara femenina transmite esa visión espiritual. De este modo, el diseño espacial de todo el conjunto artístico concreta una buena obra escultórica. Esta estatua se encuentra en el altar derecho del templo. La Virgen María era hija de San Joaquín y de Santa Ana,  esposa de San José y madre de Jesucristo. Su concepción fue preservada milagrosamente del pecado original y fue elevada a los cielos por obra de Dios, según el dogma de la Inmaculada Concepción (“María”). Su fiesta es el 15 de agosto.



LA VIRGEN MARIA


6. JESÚS RESUCITADO. La figura luce de pie y su imagen proyecta vida nueva. Esta figura de Jesús es una de las más cultivadas por la Iglesia Católica en México y el mundo, junto con la figura doliente de Cristo crucificado.

7. PADRE MALDONADO  O SAN PEDRO MALDONADO. Su traje oscuro y rostro serio revelan gravedad. El santo y mártir chihuahuense aparece en una foto, tomada de busto. El Padre Pedro de Jesús Maldonado (1892-1937) nació en Sacramento [Chihuahua] y fue ordenado sacerdote en El Paso [Texas]. Padeció persecuciones por parte de masones, agraristas y maestros; sufrió una emboscada y, finalmente, fue brutalmente asesinado en 1937 en Santa Isabel [Chihuahua]. Fue canonizado por el Papa Juan Pablo II el 21 de mayo de 2000. Hay un templo dedicado a este santo mexicano en el lado oeste de la ciudad de Chihuahua.


SAN PEDRO MALDONADO


8. SANTO NIÑO DE ATOCHA [España]. Sentado en un sillón de madera,  el niño levanta su mano derecha investido en un largo manto color marrón claro. La figura católica se encuentra en un altar de columnas de cantera, justo a la derecha del altar mayor del templo. Reluce su aureola de metal sobre la cabeza y la ternura de su tez blanca. Los pliegues de la prenda vestir son altamente visibles por la calidad artística de las formas realistas. Este Santo Niño es la imagen de un niño cristiano de la religión Católica Romana, el cual es muy popular en la cultura de España. Está relacionado con Nuestra Señora de Atocha en dicho país de Europa.


SANTO NINO DE ATOCHA [ESPANA]



SANTO NINO DE ATOCHA [ESPANA] (OTRA TOMA)


9. DIOS PADRE, LA VIRGEN MARIA, EL NINO JESUS Y SANTA INÉS. Esta obra es imponente por su belleza celestial, su tamaño y la vaporosa configuración justo en las cúpulas del templo situadas arriba del altar mayor. En el mural, Dios padre emerge de un cielo nublado con tonos amarillos y marrones, acompañado de graciosos angelillos desnudos. Observa el afable encuentro de la Virgen María y el Niño Jesús con Santa Inés. Santa Inés fue una niña romana que fue martirizada entre el siglo III y IV d.C. La escena es fantástica por el simbolismo espiritual que envuelve a dos personajes cristianos de diferentes épocas históricas, bajo la presencia de Dios en el espacio celeste. En general, la escena muestra trazos vaporosos y aparece un cordero como símbolo del sacrificio. 



DIOS PADRE, LA VIRGEN MARIA, EL NINO JESUS Y SANTA INES [TOMA DE ACERCAMIENTO]


DIOS PADRE, LA VIRGEN MARIA, EL NINO JESUS Y SANTA INES [TOMA LEJANA]


DIOS PADRE, LA VIRGEN MARIA, EL NINO JESUS Y SANTA INES [OTRA TOMA]



10. SANTO NIÑO DE ATOCHA [México]. El niño santo descansa sobre su silla con un manto largo y azul. Mira hacia el cielo y carga una canasta en su mano derecha y una larga vara con un guaje para agua en la izquierda. En particular, su vestimenta pertenece a la tradición de los peregrinos de San Jaime e incluye un peculiar gorro con plumas blancas de ave. La escultura se asienta entre las columnas de cantera de un altar, justo a la izquierda del altar mayor del templo. Esta imagen es muy conocida por los mexicanos y aparece en muchas estampitas religiosas. Una foto de este niño es usada en una edición de la novela Hasta no verte Jesús mío (1969) de la mexicana Elena Poniatowska.



SANTO NINO DE ATOCHA [MEXICO]


11. JESÚS MISERICORDIOSO. Es otra figura de Jesucristo que forma parte de la tradición católica desde hace siglos. La figura es similar a la que se encuentra en Plateros, Zacatecas [México].



JESUS MISERICORDIOSO


12. SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Un Jesucristo erguido mira piadosamente hacia un punto indeterminado. Una aureola dorada está sobre su cabeza. Sobresalen los detalles de sus dos mantos, el blanco y el encarnado, los cuales forman pliegues muy marcados y las telas colgantes. La escultura se encuentra en un altar lateral, entre columnas de cantera.


SAGRADO CORAZON DE JESUS


13. MONAGUILLO O ACÓLITO. Esta escultura es muy tradicional y rinde culto al clásico y fiel monaguillo que acompaña en las misas y todos los servicios litúrgicos a los sacerdotes que ofician en los templos. Con su cara blanca y bondadosa, permanece de pie con un cajón de madera oscuro donde los feligreses depositan las limosnas. Su atuendo blanco y rojo fue muy usado durante varias décadas en los templos de la ciudad de Chihuahua. Algunas tiendas de productos cristianos todavía conservan esta efigie que cumple un fin utilitario y despliega cierta belleza simple y dulce, pues se trata de la figura de un niño. 


MONAGUILLO O ACOLITO


14. VIRGEN DEL CARMEN O NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN. Los mantos cafés y dorados reflejan el lujo de esta prominente figura de la Iglesia Católica. Una aureola dorada de metal enfatiza la santidad. Este objeto fue cuidadosamente diseñado con sus finas y delgadas barras. Ella mira hacia abajo con piadoso rostro y carga al niño Jesús investido en un manto rosado. La Virgen del Carmen es una de las encarnaciones de la Virgen María y está asociada al Monte Carmelo de Haifa [Israel]. Se encuentra en el muro izquierdo del templo, justo sobre un pedestal empotrado en la pared. Esta virgen representa a la intercesora de las almas del Purgatorio y su fiesta se celebra el 16 de julio. 


VIRGEN DEL CARMEN


15. JESÚS NAZARENO. El rostro luce triste y cabizbajo y su barba y cabello son rubios. Sus manos están atadas con cuerdas. Viste un lujoso manto color morado obispo. Su figura emana dramatismo, pues se trata del predicador nativo de Nazaret que tomaron preso los romanos. Se halla en una vitrina cuyos finos cristales transparentes le dan fuerza estética a la escultura. En verdad, impacta la belleza de esta escultura por la recreación de la condición social del Redentor en aquel aciago tiempo de su vida. Jesucristo era nativo de Nazaret [Israel]. En particular, el nombre de la estatua hace referencia a la imagen de Jesús con la túnica morada. 


JESUS NAZARENO


16. SAN NICOLÁS DE BARI. La efigie representa al famoso santo extendiendo una bendición con su mano derecha. Su vestimenta azul y blanca se engalana con una capa roja con vivos dorados. La dorada tiara le da una gran dignidad. La estatua se halla sobre un pedestal, en las alturas, frente a una columna de cantera. Este santo fue obispo de la ciudad de Mira en Licia, provincia de Antalia [Turquía] y vivió durante el siglo IV d. C. (“Nicolás”). Su fiesta es el 8 de diciembre.


SAN NICOLAS DE BARI


17. SAN JUDAS TADEO. Esta efigie es menos elaborada desde un punto de vista artístico. Su figura erguida muestra una vestimenta blanca cubierta por un manto verde y con una imagen de Cristo en el pecho. Luce cabellos y barbas negras y sostiene un enorme bastón con su mano izquierda. La estatua se encuentra a la entrada del templo, justo a la derecha. San Judas Tadeo era uno de los doce apóstoles, hermano de Santiago el Menor  (“Judas”). Su fiesta es el 28 de octubre y su culto representa las causas desesperadas. A partir del siglo XIX, surge su culto en Italia y España y se extiende a Latinoamérica y los Estados Unidos.


SAN JUDAS TADEO [A LA DERECHA]



18. SANTA TERESITA DE JESÚS [TERESA DEL NIÑO JESÚS]. Vestido café oscuro, manto amarillo y casaca negra realzan la imagen de la santa. La efigie porta unas coloridas flores en sus manos recogidas sobre el pecho mientras mira reflexiva hacia un punto indeterminado. Su estatua se halla a la entrada del templo, justo a la derecha. En particular, Santa Teresita de Jesús o Teresa Martín (1873-1897) era una monja carmelita francesa de Lisieux, quien fue canonizada en 1925 (“Teresa”). Su fiesta es el 3 de octubre. 

SANTA TERESITA DE JESUS [A LA IZQUIERDA]


19. SAN MARTÍN DE PORRAS. Su rostro jovial, bello y moreno revela una gran idealización de su figura. Viste con sus clásicos mantos blancos y negros, todos muy relucientes. De su cuerpo pende un rosario. Carga una cruz mediana de madera con su mano izquierda. En general, muestra una buena factura artística. San Martín de Porres (1579-1639) fue un religioso peruano que fundó en Lima el primer orfanato (“Martín”). Fue canonizado en 1962 y su fiesta es el 5 de noviembre. Algunas películas mexicanas han dado testimonio de la santa vida de este personaje latinoamericano.


SAN MARTIN DE PORRAS


SAN MARTIN DE PORRAS [OTRA IMAGEN]


20. LA VIRGEN DE SHOENSTATT. Es un cuadro que reproduce a la famosa virgen alemana contemporánea. Por ello, proyecta una belleza europeizante e idealizada, con ligeros tintes renacentistas: Cara esbelta y dulce y delicados vestidos azul rey y blanco. Abraza con gran amor a un cándido Niño Jesús de cabellos rubios, piel blanquecina y ropaje blanco. El retrato abarca solamente el busto de la virgen. En particular, esta virgen se encuentra originalmente en la capillita de Shoenstatt [Alemania], representa otra imagen de la Virgen María, es conocida como la “Madre Tres Veces Admirable” y proyecta una suprema e idealizada belleza femenina y maternal. Hay un santuario en su honor en la ciudad de Querétaro, Querétaro [México].


VIRGEN DE SHOENSTATT


21. SANTA RITA. La escultura enseña un lustroso vestido negro y capucha blanca. La santa está justo de pie, sostiene una cruz de madera en su mano izquierda y luce concentrada en dicho objeto, pero su rostro luce demasiado rígido. En particular, Santa Rita de Casia se llamaba Margherita Lotti (1387-1457) y era de origen italiano. Su patronazgo son las causas perdidas y los problemas maritales. Ella es precisamente la santa patrona de la ciudad de Chihuahua y su fiesta es el 22 de mayo. 


SANTA RITA DE CASIA


SANTA RITA DE CASIA [OTRA IMAGEN]


          Adentro del templo, una gentil señora muy devota y culta ofreció gustosamente la información detallada sobre la identidad de cada escultura y cada pintura. Su dulce voz de niña era agradable al oído cada vez que informaba del nombre de cada santo y cada virgen. En total, el templo cuenta un total de veintiuna obras de arte de gran calidad.

          Los ciudadanos y turistas pueden acudir a este templo de fachada simple. Se encuentra en la misma calle del edificio de varios pisos del famoso negocio de la Avena No. 1 y muy cerca del Museo Casa Redonda. De paso, pueden admirar las pinturas depositadas en este museo y en el flamante y moderno Centro de Convenciones.

          Los ciudadanos mexicanos y de todo el mundo deben visitar sus templos e iglesias con cierta frecuencia, para contemplar el arte cristiano, sencillo y hermoso. Sobre todo, deben investigar la cultura que rodea a cada santo, virgen y sacerdote. Recorrer estos recintos alienta la vida y el amor al arte y la religión.



Obras citadas

“Benito de Nursia (San).” Pequeño Larousse ilustrado. 15ª ed. 1991.

“Jesús o Jesucristo.” Pequeño Larousse ilustrado. 15ª ed. 1991.

“José (San).” Pequeño Larousse ilustrado. 15ª ed. 1991.

“María (Santa).” Pequeño Larousse ilustrado. 15ª ed. 1991.

“Martín de Porres (San).” Pequeño Larousse ilustrado. 15ª ed. 1991.

“Nicolás de Bari (San).” Pequeño Larousse ilustrado. 15ª ed. 1991.

Ríos Garay, Marcella.“Santo Niño: Más de 120 años en la Industrial.” La Crónica

de Chihuahua. Noviembre 2011.


“Teresa del Niño Jesús (Teresita).” Pequeño Larousse ilustrado. 15ª ed. 1991.

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