jueves, 24 de diciembre de 2015

TRAGEDIA FAMILIAR, AMOR, RELIGION Y PATRIOTISMO EN "EL PATRIOTA" DE ROLAND EMMERICH

TRAGEDIA FAMILIAR, AMOR, RELIGIÓN Y PATRIOTISMO EN EL PATRIOTA DE ROLAND EMMERICH[1]

ÓSCAR ROBLES


         El Patriota / The Patriot (Estados Unidos, 2000) del guionista, productor y director alemán Roland Emmerich centra su trama principal en la tragedia de la familia estadounidense de los Martin, en medio de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos en Carolina del Sur, a finales del siglo XVIII, el periodo clave de la liberación de los colonias americanas con respecto al dominio colonial ejercido por el Imperio Británico. En especial, los estadounidenses de Carolina del Sur vencen en ese tiempo a las diestras fuerzas armadas del teniente general británico Charles Cornwallis (Tom Wilkinson). Así pues, la película desarrolla una historia privada y una historia pública, social e histórica, dentro de la historia de los Estados Unidos, con varios conflictos secundarios. El conflicto principal es, en suma, la lucha entre los colonos de la América del Norte y los soldados ingleses que sirven al rey de la Gran Bretaña, George III (1738-1820), el llamado “Rey Loco” o “El Rey que Perdió a América”. En general, todos los conflictos del filme convergen para resaltar, sobre todo, los temas de la tragedia familiar, del amor, de la religión y del naciente patriotismo o nacionalismo de los futuros estadounidenses.
         En la historia privada, el granjero Benjamin Martin (Mel Gibson) es un padre viudo con siete hijos y un veterano de “La Guerra de los Siete Años”. Benjamin pierde a su joven hijo Thomas (Gregory Smith) a manos del agresivo coronel británico William Tavington (Jason Isaacs), alias “El Carnicero”, quien le dispara un balazo cuando el jovencito intenta liberar a su hermano Gabriel (Heath Ledger) de los soldados europeos que lo habían apresado en las afueras de la finca de los Martin. Dolido por esta trágica muerte en su familia, Benjamin y sus dos hijos menores preparan una emboscada al grupo de los soldados británicos, a base de disparos tirados desde los árboles. Como consecuencia, estos colonos liberan finalmente a Gabriel. Después, Benjamin deja a sus cinco hijos pequeños a cargo de Charlotte Selton (Joely Richardson), la hermana de su esposa muerta; reúne a colonos y granjeros en algunos pueblos de Carolina del Sur con la ayuda de su propio hijo Gabriel; arma una milicia y elimina a decenas de soldados británicos, entre los campos y los pueblos. Luego, Gabriel se casa con Anne Howard (Lisa Brenner), una amiga de la infancia, y posteriormente es asesinado por el propio y cruel Tavington cuando el joven se entera de que el ejército británico había quemado vivos a su joven esposa Anne y a los miembros del pueblo donde ella vivía. Dolido por la muerte de sus dos hijos mayores, Benjamin se incorpora al ejército de colonos americanos, participa con encendida ferocidad y con alto fervor patriótico en la embestida final contra los ingleses y, sobre todo, venga a sus dos hijos muertos en medio de la crucial batalla, matando de una cuchillada en el pecho al feroz Tavington, quien estuvo a punto de matarlo con una espada.
         En la historia pública, los hijos mayores de Benjamin están invadidos por el fervor patriótico e independentista de los colonos americanos. Por este motivo, Gabriel quiere a toda costa ingresar al ejército local, pero su padre se lo impide constantemente hasta que finalmente cede por la trágica muerte de su hijo Thomas. Por su parte, Benjamin organiza improvisadamente un ejército de milicianos con miembros de los pueblos de Carolina del Sur; engaña al teniente coronel Cornwallis con la inteligente estratagema de que tiene presos a algunos soldados británicos, los cuales en realidad son muñecos de paja y están vestidos con el rojiblanco uniforme militar de los europeos, para lograr la liberación de sus aguerridos milicianos americanos; luego, atrae a los soldados británicos hacia donde se encuentra el ejército de americanos para trenzarse a tiros, espadazos, cuchilladas y disparos de cañones en la crucial batalla final.
         Entre los personajes del épico filme, destacan el papel heroico y el conflicto de conciencia cristiana de Benjamin y el papel romántico de Gabriel Martin. El primero es un tranquilo granjero que se convierte en un aguerrido militar. Asimismo, sufre por la muerte de sus dos hijos, por sus pasados pecados inconfesables, por la separación del resto de su familia, por el verdadero sentido de la vida y por el conflicto espiritual con Dios. En especial, su reencuentro con su más pequeña hija en la comunidad de negros cercana al mar, tras meses de ausencia, reluce una mezcla de profundos sentimientos entre padre e hija. Por un lado, emergen la frialdad y el enojo de ella hacia el padre ausente y ella rechaza hablar con su progenitor y mostrar su aprendizaje del lenguaje a su temprana edad, durante la prolongada ausencia de Benjamin. Cuando el padre está a punto de irse otra vez a la guerra, la niña acude presurosa a los brazos de Benjamin para llamarle “papá” y prometerle que hablará muchas más palabras frente a él. Es una de las escenas más conmovedoras del filme dentro de la historia de la familia Martin. En esta historia privada, aparecen una familia dividida por la guerra y un padre que se aleja de sus hijos pequeños para entrar en batalla otra vez. Las acciones estratégicas de la milicia de Benjamin y las acciones heroicas y fervientes de la batalla final terminan por construir a un gran héroe de película de guerra.
Por su parte, Gabriel es otro personaje sobresaliente. Aparece en el filme como un apasionado patriota, digno de su padre. También, encarna al ferviente enamorado en medio de la guerra. De este modo, se entrecruzan el amor y la guerra. El joven se enamora de Anne Howard, quien también es una ferviente agitadora del naciente patriotismo entre los miembros de su pueblo y de su iglesia. Después, Gabriel se casa con ella en la iglesia del pueblo natal de Anne. Antes de morir, Gabriel pide perdón a su padre por la muerte de su hermano Thomas. Sin embargo, el curso de la historia nacional americana marca su relación personal con Anne como una historia de amor trágico y romántico, pues ambos mueren víctimas del ejército británico, ella quemada dentro de la iglesia y él de un balazo disparado por el propio Tavington.
         Otros interesantes personajes revelan una imagen significativa dentro del filme. En primer lugar, Tavington es un personaje de intensas emociones, agresivo, ambicioso y cruel. El rostro y la mirada de Tavington reflejan las pasiones y la ira que mueven sus acciones en contra de los americanos y, en especial, en contra de los Martin. No es un personaje extremadamente negativo ni un marcado villano. Al final de la película, Tavington se enfrenta con dignidad, destreza y fiereza a Benjamin hasta que el arma blanca le da la muerte al coronel británico. Por su parte, el Reverendo Oliver (René Auberjonois) deja su trabajo de pastor en un pueblo de Carolina del Sur, se incorpora a los milicianos y argumenta con metáforas y referencias bíblicas los asuntos de la Guerra de Independencia. Por ejemplo, Oliver dice que es necesario proteger a su “rebaño” de feligreses de los ataques de los “lobos” del ejército británico. Oliver mezcla el fervor cristiano con el fervor patriótico y la conciencia religiosa con el deber militar.
         Como puede verse, la larga trama luce dramática, intensa y altamente épica. Al mismo tiempo, la trama permite construir grandes héroes de guerra, tales como Benjamin y Gabriel. En general, El Patriota es una gran película de guerra, un gran drama familiar y un filme de mucha acción. Las acciones de la guerra son tan dramáticas que muestran el movimiento de masas, la epicidad, el heroísmo y el patriotismo de los soldados en batalla. Por ejemplo, las balas de cañón arrancan las piernas y la cabeza; la hermosa bandera de barras y estrellas ondea junto a los choques físicos de los soldados, al humo y a las ruinas de una vieja casona; Tavington y Benjamin se enfrentan con dignidad épica, valentía e intensidad. Asimismo, los ambientes físicos y geográficos de Carolina del Sur —bosques, lagos, niebla y cruces de cementerio— son verdaderamente poéticos y románticos y funcionan como guaridas de milicianos y opositores al dominio inglés. En suma, El Patriota conjuga algunos de los más caros temas de la narrativa fílmica en torno a la Independencia de los Estados Unidos, la cual fue lograda a finales del siglo XVIII: La tragedia familiar, el profundo amor de pareja, la conciencia religiosa y, desde luego, el ferviente patriotismo.
         Esta película norteamericana dirigida por un alemán recibió tres nominaciones al Óscar en 2000 por Mejor Fotografía (Caleb Deschanel), por Mejor Banda Sonora (John Williams) y por Mejor Sonido (Kevin O’ Connell, Greg P. Russell y Lee Orloff), pero no ganó ninguno de estos premios. Por su parte, el director Roland Emmerich (1955—) ha dirigido los siguientes filmes de gran importancia: Universal Soldier (1992), Stargate (1994), Independence Day (1996) y The Day After Tomorrow (2004), entre una lista de más de veinte películas producidas en su natal Alemania y en los Estados Unidos principalmente. En especial, El Patriota es un filme sobre la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, en el cual se exaltan valores positivos y nobles en torno a la familia, el amor, la religión y el patriotismo. 


[1] Este artículo fue publicado originalmente en la prestigiosa y ya desaparecida revista Chihuahua Moderno en marzo de 2012. Se hicieron algunas mínimas correcciones gramaticales para publicarlo en el presente Blog.

"LA POESIA ESTA MUY LIGADA AL HABLA VIVA": EDUARDO LIZALDE EN "CONVERSANDO CON CRISTINA PACHECO"

“LA POESÍA ESTÁ MUY LIGADA AL HABLA VIVA”: EDUARDO LIZALDE EN CONVERSANDO CON CRISTINA PACHECO[1]

ÓSCAR ROBLES


         Eduardo Lizalde (1929—) es uno de los mejores poetas mexicanos de la historia, al lado de Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), Ramón López Velarde (1888-1921), Xavier Villaurrutia (1903-1950), José Gorostiza (1901-1973), Rosario Castellanos (1925-1974) Octavio Paz (1914-1998), Rubén Bonifaz Nuño (1926—), Jaime Sabines (1926-1998) y José Emilio Pacheco (1939—), entre otros. Lizalde recibió el prestigioso Premio Alfonso Reyes 2011 y por este motivo la periodista mexicana Cristina Pacheco lo entrevistó en Conversando con Cristina Pacheco, el cual fue transmitido por el Canal Once el pasado 5 de agosto de 2011. El Premio Alfonso Reyes también fue recibido por Paz y Bonifaz Nuño.
En el programa televisivo, Lizalde y Pacheco hablaron principalmente de literatura mexicana, de la función de la poesía, de algunos libros de poemas y de cuentos del propio Lizalde, y de música clásica, especialmente de ópera. A sus ochenta y dos años de edad, Lizalde lucía  muy vital, con su clásica voz de tenor, vestido en un impecable traje azul y con una corbata colores azul cielo y blanco. A continuación se ofrecen los principales comentarios del excelso poeta nacido en la Ciudad de México. Estos comentarios fueron organizados en tópicos y no en el orden cronológico de la entrevista. Se usa el tiempo presente de indicativo en la mayoría de los verbos para dar vivacidad y actualidad a la gran entrevista.

1. LITERATURA MEXICANA

Lizalde no conoció personalmente a Alfonso Reyes, pero ha leído la obra tan vasta del connotado escritor regiomontano. “Reyes es una enciclopedia, es la mitad de la literatura mexicana. La otra mitad es Octavio Paz”, refiere esta clásica exageración para exaltar la extensa obra de los ambos escritores mexicanos. En especial, expone que Paz afirmaba que “Reyes estaba dotado de una gran sensibilidad poética”. Incluso, el argentino Jorge Luis Borges decía que Reyes era su maestro, agrega Pacheco.
Actualmente, Lizalde es director de la Biblioteca de México. Otros directores fueron el poeta Jaime García Terrés y el filósofo y el escritor José Vasconcelos. “Vasconcelos declaraba que él no era un artista tan perfecto como Martín Luis Guzmán”, señala.
      Lizalde refiere que el crítico mexicano José Luis Martínez dejó unos poemas incompletos de López Velarde, “para que alguien los reescribiera”. “Voy a publicar poemas apócrifos imitando a Sor Juana”, informa Lizalde. Cuenta que el crítico estadounidense Harold Bloom dice que hay poetas en lengua inglesa que son fáciles de clasificar, “que puede verse a poetas con claridad y a otros que ya no se pueden clasificar como [John] Keats”. En realidad, “el autor y creador excepcional es inclasificable”, finaliza.

2. LA FUNCIÓN DE LA POESÍA

“La poesía no sirve para nada, según [Antonio] Gramsci”, opina Lizalde. Sin embargo, “la poesía implica un esfuerzo humano y el poeta quiere tener interlocutores”. Para Lizalde, “la poesía está ligada al habla viva. He publicado discos con mis poemas y algunos me descubren ahí como poeta”. Lizalde se refiere en parte a la edición Eduardo Lizalde (grabación discográfica de una selección de sus poemas (2ª. Ed. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1990). También, Lizalde habla de traducciones de algunos poetas europeos: “Es un placer leerse” y también “me gusta leer los textos ajenos. Por eso, hice una antología con traducciones de [Rainer María] Rilke, Víctor Hugo, [Georg] Trakl”. En particular, una muestra de sus traducciones aparece en la sección “Baja traición” del poemario Tabernarios y eróticos (México: Vuelta, 1988). Para Lizalde, la traducción es “el mismo ejercicio” que la poesía propia, “pero está sometido al poema de otro autor”.
“Todo nuevo poema es la premonición de otros poemas”, indica Lizalde. Luego habla en particular del tigre como una de sus obsesiones en sus libros de la década de los setenta: “Todos los poetas tenemos obsesiones, también los pintores. . . Nos cambian los tiempos, las catástrofes”. La imagen poética del tigre aparece especialmente en El tigre en la casa (1970), Caza mayor (1979) y Otros tigres (1995), unas veces como metáfora, otras como símbolo del amor desgraciado.
Lizalde y Pacheco hablan de la poesía como un “género elitista” y de la novela como “un género plebeyo”. “Nos leemos entre nosotros”, dice Lizalde sobre los poetas. Sin embargo, los poetas “no tenemos la misma cantidad de lectores que a principios de siglo [el siglo XX]”, indica Lizalde. Por ejemplo, “José Gorostiza publica Muerte sin fin en 1939 y tardan quince años en vender los quinientos ejemplares de la primera edición”. Por su parte, el francés “[Charles] Baudelaire era leído por pocas personas y los Goncourt [Edmond y Jules] eran los más leídos en su tiempo [el siglo XIX]”, refiere Lizalde. En la actualidad, “tenemos más lectores de los que pensamos. Encontré unos jóvenes poetas que me han leído en provincia”, según Lizalde, y estos “veinte poetas comentan mis libros y encuentran cosas que no había visto”.

3. ALGUNOS LIBROS DE LIZALDE

“Mi libro más celebrado es El tigre en la casa. Fue escrito antes de 1970, “pero estuvo en los cajones del Fondo de Cultura Económica mucho tiempo”, cuenta. El tigre y Caza mayor muestran panoramas oscuros del mundo. “A veces escribimos cosas terribles y pesimistas”, considera Lizalde. En tanto, “Algaida es un poema extenso y más reciente”, pero no está incluido en Nueva memoria del tigre. Poesía 1949-2000 (México: Fondo de Cultura Económica, 2005).
Pacheco confiesa que encontró más de cien referencias a diferentes animales en los libros de poemas de Lizalde y, en especial, le pregunta sobre las posibles fuentes literarias en las que descubrió el tigre como imagen poética central en su poesía. Lizalde confiesa que “fui lector de Salgari, (Honoré de) Balzac”. Para Pacheco, “la belleza, la sagacidad y la destrucción del tigre son una seducción metafórica en tus libros”. “El tigre es la bestia suprema”, resume Lizalde.
Almanaque de cuentos y ficciones (1955-2005) (México: ERA / UNAM, 2010) contiene cuarenta y cinco relatos de Lizalde. Uno de los cuentos de este libro es “La cámara”, el cual apareció por primera vez en el “cuentario” La cámara (1960). En especial, “La cámara” trata el tema de los ilegales en la frontera mexicoamericana. “Es la historia de un pollero que lleva ilegales” a los Estados Unidos”. En realidad, “es un cuento pionero de los espaldas mojadas” mexicanos. En cambio, “El náufrago” está inspirado en la novela El viejo y el mar (1952) del escritor estadounidense Ernest Hemingway y tiene un tema fascinante como en las obras del estadounidense Herman Melville y del polaco-inglés Joseph Conrad, según Lizalde. Es la historia de “un hombre que sobrevive contándose una historia” perdido en el mar y “El náufrago” “es un cuento de 1956”, concluye el poeta mexicano.  
4. MÚSICA CLÁSICA Y ÓPERA

Lizalde habla de sus aspiraciones de juventud de ser poeta, pintor y cantante. Al hablar, es notoria su voz peculiar de tenor. En particular, el poeta mexicano es muy aficionado a la música clásica y a la ópera. En 1990, era director del Departamento de Ópera en el Instituto Nacional de Bellas Artes. En algunos de sus poemas, incluye referencias a textos musicales clásicos. Por ejemplo, la sección de poemas Dichterlieb / oleros de Memoria del tigre (1983) es un homenaje al lied o lieder alemán (Enciclopedia Salvat Diccionario. 1985). Entre los poemas de Lizalde, se encuentra “Confúndelos y túrbalos”, en el cual aparece un epígrafe de la célebre ópera Fausto (1859) del francés Charles Gounod.
Lizalde habla de la esplendorosa cantante estadounidense María Callas. “Conocí a Callas, la voz más potente y perfecta. La belleza de la voz era extraordinaria”, sostiene Lizalde. En un cuento de Almanaque, la protagonista es una cantante llamada Aurora. Ella “pierde la voz y tiene una planta que canta. Las dos mueren”. “También Callas perdió la voz y no cantó después de los cuarenta años de edad”, relata Lizalde.
Lizalde confiesa que no se dedicó a cantar ópera “por falta de disciplina”. “Me distrajeron la política, el matrimonio y la literatura. Antes no había condiciones para ser cantante de ópera en México”, describe este lamentable panorama de la primera mitad del siglo XX. Apunta que en México había “un teatro y trescientos en Alemania”, destinados especialmente a la práctica de la ópera. Confiesa que le gustaría que musicalizaran sus poemas algún día.
           Finalmente, Lizalde informa que el narrador jalisciense “[Juan] Rulfo era experto en música sacra. Conocía la música barroca y tenía muchos discos” de música clásica. Rulfo y su coterráneo Juan José Arreola “eran grandes genios de la época”. Muchas veces “jugué ajedrez con Arreola”, comenta Lizalde.
         Casi al final de la entrevista, Lizalde lee el poema “Dicen que el amor embellece” con su sonora voz. Es la historia de una mujer hermosa y vanidosa, amante del hablante poético. De tanto amarla, la mujer se hace más bella. Es una muestra de la gran obra poética de Lizalde.
Entre otros méritos, sus numerosos y excelentes libros de poesía y el Premio Alfonso Reyes confirman a Eduardo Lizalde como uno de los grandes poetas mexicanos de la historia. Incluso, puede ser un posible candidato oficial al Premio Nobel de Literatura.


[1] Este artículo fue publicado originalmente en la prestigiosa y ya desaparecida revista Chihuahua Moderno en octubre de 2011. Para publicarse en este espacio de Blog, se hicieron algunas mínimas correcciones gramaticales.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

"AFRICA" DE CARLOS ESTRADA VEGA EN EL MUSEO "CASA CHIHUAHUA": GEOMETRISMO, ARTE ABSTRACTO Y AFRICANIDAD

ÁFRICA DE CARLOS ESTRADA VEGA EN EL MUSEO CASA CHIHUAHUAGEOMETRISMO, ARTE ABSTRACTO Y AFRICANIDAD[1]

ÓSCAR ROBLES


          Situado en el corazón del centro histórico de la ciudad de Chihuahua, el Museo Casa Chihuahua es un agradable y luminoso espacio para disfrutar del arte local, nacional e internacional y de la cultura del estado de Chihuahua, de México y del mundo. En años pasados, hubo exhibiciones del arte de Juan Carlos del Valle, de la historia del antiguo edificio de correos y de la vida de la Madre Teresa. Asimismo, se presentó un libro del ex presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari en dicho recinto cultural, entre diversos eventos. En particular, el público puede disfrutar de diversas exposiciones permanentes y temporales. Entre las permanentes, se cuentan las salas donde se presentan imágenes visuales y sonoras y objetos sobre la naturaleza, sobre el arte, sobre la historia y sobre la cultura de Chihuahua. Entre las exhibiciones temporales, destaca en estos meses primeros de 2011 la brillante muestra África de Carlos Estrada Vega (Chihuahua, México, 1955—).                 
           En África, Estrada presenta su personal visión artística y su perspectiva occidental sobre África, mediante ocho piezas de arte —tres pinturas cuadriculadas y cinco esculturas cúbicas— de exquisita y precisa factura. En general, las ocho obras son arte abstracto, combinan la lógica del geometrismo y la intensidad de los colores, y se basan en las líneas rectas, en la superficie cuadrada y en el volumen cúbico. Por ser arte abstracto, las formas artísticas son ideas o conceptos más abiertos y más reconcentrados sobre la supuesta “africanidad”, construida desde el ángulo de un artista mexicano, occidental y foráneo. Estrada tiene más de treinta exposiciones individuales y ha participado en más de treinta exposiciones colectivas en Canadá, los Estados Unidos, Suiza, Australia y México, entre 1995 y 2010. Hizo estudios de arte en las universidades Estatal de Bakersfield (1993-1995), California en Santa Bárbara (1993) y Claremont (1995-1997).
En primer lugar, los tres cuadros de aproximadamente dos metros por dos metros configuran las “esencias” o las “ideas” sobre una específica nación africana anunciada en el título mismo o sobre todo el continente, mediante la estructura de múltiples cuadros pequeños pintados en un color intenso y dominante y con algunos colores secundarios que rompen la uniformidad. En Tangañica (2011), los intensos colores amarillos, en diferentes gradaciones, dominan el cuadro y definen la noción del paisaje o de esa nación en general, desde una perspectiva optimista; en Noche egipcia (2010), se acerca más al arte figurativo, ya que representa el paisaje nocturno de Egipto, definido por el intenso azul, y algunos amarillos, naranjas y verdes, los cuales pueden ser las estrellas; y, en El pesar de la Madre África (2010), se diseña una personificación o alegoría étnica y cultural, anunciada en el sustantivo “Madre” con mayúscula, y se expresa el carácter central del continente entero con el dominante color rojo, el cual puede simbolizar corazón, sentimiento, sangre, herida y/o sufrimiento. El tercero es el mejor cuadro por su perfecta armonía entre contenido (el simbolismo étnico de África como “multinación” o continente sufriente) y la configuración de los colores (el dominante rojo intenso en contraste con algunos cuadros pequeños en amarillos, verdes, azules, violeta y morado). Los tres cuadros utilizan la misma técnica —cera, piedra caliza, óleo, oleopasto y pigmentos sobre piezas de madera sobre respaldo metálico—, y muestran la perfecta y armoniosa combinación de un color intenso dominante —amarillo, azul y rojo, respectivamente—, diseminado en múltiples cuadros pequeños, con algunos colores menos dominantes o “minoritarios”. Mientras los colores centrales contienen la idea del paisaje o de la esencia cultural, los múltiples cuadritos nos remiten a la “multiplicidad”. En suma, estos tres cuadros seducen por sus intensos colores. Su lenguaje artístico se acerca, al mismo tiempo, a la estructura y al primitivismo de los tejidos y al abstraccionismo geométrico de las modernas tecnologías visuales.
En segundo lugar, las cinco esculturas con cubos de madera encapsulan la idea de África (naturaleza e intenso multicolorismo), por medio de una forma lógica y racional, el geometrismo. Cuatro esculturas tienen el mismo título, Flor africana, y son de 2010, y una se llama Euclidio (2007). Las cinco usan casi los mismos materiales —cera, piedra caliza, óleo, oleopasto, pigmentos sobre piezas de madera en respaldo metálico— y tienen una similar factura artística: un cubo grande, formado con cubos pequeños de múltiples colores, descansa sobre una de las caras de una caja de madera, totalmente abierta, sin color, con todas sus paredes desplegadas sobre una base y están dentro de una vitrina casi todas las piezas. En especial, la serie de flores africanas es interesante porque construye la visión de la naturaleza africana mediante la estructura lógica y precisa del geometrismo, la cual se asocia “más” con la perspectiva occidental. Una de las esculturas usa barras metálicas, como barras de plastilina, en lugar de los cubos, y otro se estructura con el cubo multicolor, con la caja de madera sin color y con una caja de madera fina. En tanto, Euclidio destaca por sus pequeños cubos de intensos rojos dominantes, los cuales armonizan con algunos cafés. Esta escultura parece ser la idea germinal de la técnica del cubo y las cajas, ya que es un cuadro más alejado de la temática central de la “africanidad”, según indican el título mismo y el año de producción.
En el folleto de presentación que ofrece el museo, se expone que Carlos Estrada hace “un homenaje a la tierra de donde parte el género humano, un homenaje al lugar de nuestro origen, a su paisaje. . .” Asimismo, en este folleto se hace un recuento de las posibles influencias artísticas en la obra de Estrada. Entre ellas, se cuentan La primera acuarela abstracta de Vasily Kandinsky y el Expresionismo abstracto estadounidense.
África estuvo en exhibición en el Museo Casa Chihuahua, Centro de Patrimonio Cultural (Libertad 901, Zona Centro), entre el 25 de febrero y el 25 de abril de 2011. El público en general también pudo disfrutar de dos exposiciones temporales más. Por un lado, los chihuahuenses pudieron admirar una exposición sobre la obra pictórica y literaria del actor chihuahuense Anthony Quinn (1915-2001), titulada El gran espíritu. Esta exhibición se componía de veinte litografías en color con motivos indígenas, de poemas de algunos grupos indígenas de América, de algunos fragmentos en prosa del libro El gran espíritu (París, 1987, 1988) del propio Quinn y de algunos objetos, tales como un enorme estuche de madera de El gran espíritu, un ejemplar autografiado del libro El pecado original de Quinn, una foto del actor en Chihuahua de 1974 durante la presentación de uno de sus libros, algunos mapas de los grupos indígenas de los Estados Unidos y la copia certificada del acta de nacimiento de Quinn, la cual fue expedida en la ciudad de Chihuahua.
Por otro, fue interesante ver la exposición “Guerrerenses ilustres” y apreciar el papel de los nativos del municipio de Guerrero en la historia del estado de Chihuahua, mediante fotos y biografías breves de políticos, militares, educadores, historiadores, científicos, artistas y luchadores sociales. De este modo, los visitantes pudieron conocer la vida de los políticos y revolucionarios guerrerenses Abraham González y Pascual Orozco, del científico Arturo Rosenblueth, de la bióloga Esther Orozco y del tarahumara Teporaca, entre otros.
Los gentiles lectores pueden consultar más información sobre estas tres excelentes exhibiciones en el sitio www.casahihuahua.org.mx, bajo las muestras presentadas durante el año de 2011. Asimismo, también puede leer otros muy interesantes textos sobre diversas exhibiciones de arte y cultura en el museo Casa Chihuahua, dentro del presente Blog.



[1] Este artículo apareció originalmente en la prestigiosa y ya desaparecida revista Chihuahua Moderno en abril de 2011. Se presenta en este espacio de Blog con algunas correcciones de gramática y de vocabulario.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

LOS TOROS DE CHICAGO: EL MEJOR EQUIPO DE LA HISTORIA DEL BASQUETBOL PROFESIONAL DE LOS ESTADOS UNIDOS

LOS TOROS DE CHICAGO: EL MEJOR EQUIPO DE LA HISTORIA  DEL BASQUETBOL PROFESIONAL DE LOS ESTADOS UNIDOS

ÓSCAR ROBLES


         Los aficionados y expertos deben recordar el gran liderazgo de Michael Jordan, la consistencia de Scottie Pippen y el tiro de tres puntos del Gato Salvaje Steve Kerr, entre otros jugadores. Recuerdan seguro el espectáculo soberbio de los Toros de Chicago durante la década de los noventa, “Los Años Maravillosos” del basquetbol de los Estados Unidos a nivel profesional. Chicago Bulls es el mejor equipo de baloncesto en toda la historia de la National Basktball Associaton (NBA), según una lista aparecida en la primavera de 2015 en los medios periodísticos de los Estados Unidos.
       En mayo de 2015, Nate Silver y Reuben Fischer-Baum hicieron una lista de los doce mejores equipos de todos los tiempos en la poderosa NBA e incluyeron a los cinco equipos de los Toros de Chicago, los cuales ganaron seis títulos mundiales al mando del formidable entrenador Phil Jackson, durante la década de los noventa. Estos trofeos fueron ganados en dos ciclos de tres años cada uno. El primer ciclo (1991-1993) estuvo integrado por Michael Jordan, Scottie Pippen, Horace Grant, Bill Cartwright y John Paxson como titulares; en el segundo ciclo (1996-1998), jugaron en el primer cuadro Tony Kukoc, Dennis Rodman y el ex jugador de la Universidad de Arizona Steve Kerr, además de Jordan y Pippen.
         La lista de Silver y Fischer-Baum apareció en el sitio ESPN bajo el título de “The Best Teams of All-Time, According to Elo” (<www.fivethirtyeight.com>). Se basa en el profundo análisis de las estadísticas ofensivas y defensivas de todos los equipos. He aquí esta interesante lista para los fanáticos y expertos del mejor baloncesto del planeta:

1. Chicago Bulls (1995-1996).
2. Chicago Bulls (1996-1997).
3. Boston Celtics (1985-1986): Larry Bird, Robert Parish, Kevin McHale, Danny Ainge, Bill Walton y otros jugadores. Coach: K.C. Jones.
4. Golden State Warriors  (2014-2015): Stephen Curry, André Iguodala, Andrew Bogut, Leandro Barbosa y otros jugadores. Coach: Steve Kerr.
5. Los Ángeles Lakers (2008-2009): Kobe Bryant, Pau Gassol, Andrew Binum, Steve Fisher, Luke Walton, Chris Mihm y otros jugadores. Coach: Phil Jackson.
6. Chicago Bulls (1991-1992).
7. Chicago Bulls (1997-1998).
8. Chicago Bulls (1990-1991).
9. Detroit Pistons (1988-1989): Joe Dumars, Bill Laimbeer, Isaiah Thomas, Dennis Rodman, Vinnie Johnson, John Salley, Mark Aguirre y otros. Coach: Chuck Daly.
10. Philadelphia Seventy Sixers (1982-1983): Julius Irving, Maurice Cheeks, Moses Malone y otros jugadores. Coach: Billy Cunningham.
11. Miami Heat (2012-2013): Lebron James, Dwyane Wade, Chris Bosh, Juwan Howard, Ray Allen y otros jugadores. Coach: Erik Spoelstra.
12. San Antonio Spurs (2013-2014): El argentino Manu Ginobili, Tim Duncan, Tony Parker, el brasileño Thiago Splitter y otros jugadores. Coach: Greg Poppovich.

         En la lista no se incluye a ningún equipo de los Lakers de Los Ángeles de la década de los ochenta. Este equipo californiano obtuvo los campeonatos de la NBA de 1980, 1982, 1985, 1987 y 1988 y, por este motivo, esos años eran conocidos popularmente como “Los Años Dorados del Showtime”. Esos clubes eran dirigidos por el magnífico entrenador Pat Riley y jugaban en ellos varias leyendas del baloncesto, tales como Ervin Magic Johnson, Karim Abdul Jabbar, James Worthy, Michael Cooper, Byron Scott, Kurt Rambis, A.C. Green y otros más.
       Los Toros de Chicago de Michael Jordan aparecen como el equipo más explosivo, ganador y completo de la historia en la lista citada arriba. Ese equipo estuvo marcado poderosamente por el liderazgo y el espectáculo de dicho jugador afroamericano. Para muchos, Jordan es el deportista más grande de la historia, al lado del boxeador estadounidense Mohammed Alí y el futbolista brasileño Pelé. Los cinco equipos de Chicago incluidos en la lista mencionada es un indicador importante del poderío de ese club del Medio-Este norteamericano. Sin embargo, cada fanático y experto puede ofrecer distintos puntos de vista sobre los mejores clubes de la NBA y la polémica está abierta. En el pasado un poco más lejano, había basquetbolistas de la talla de Wilt Chamberlain (LAKERS) y Bill Russell (CELTICS), por ejemplo. ¿Pueden estos equipos de los sesenta integrar dicha lista de los doce mejores clubes?
Quedan en la memoria de millones de fanáticos la elasticidad y la movilidad, los tiros de tres puntos y las clavadas espectaculares del legendario Jordan, pero sobre todo su gran efectividad: Seis campeonatos del mundo. Además, el juego, el equipo y los títulos de los Toros de Chicago fueron vistos por millones de televidentes de numerosos países y la figura de Jordan influyó poderosamente para globalizar el baloncesto en el mundo.
En los últimos veinte años, han jugado en la NBA basquetbolistas de Europa, Asia, África y Latinoamérica. Por ahí, han pasado cuatro mexicanos: El sinaloense Horacio Llamas, el nayarita Gustavo Ayón y los chihuahuenses Eduardo Nájera y Jorge Gutiérrez.
Michael Jordan y sus Toros de Chicago permanecen para la historia del baloncesto profesional de los Estados Unidos y del mundo.


LA TIENDITA DE LAS AGUAS FRESCAS Y LAS HISTORIETAS

  LA TIENDITA DE LAS AGUAS FRESCAS Y LAS HISTORIETAS   POR ÓSCAR ROBLES            Ya no resplandecían los coloridos barriles de vid...