LOS CATORCE VIEJOS CINES DE LA
CIUDAD DE CHIHUAHUA: CULTURA Y NOSTALGIA
ÓSCAR ROBLES
Ya desaparecieron todos con sus pantallas de sueños y sus
maravillosas historias de ficción en movimiento. Poblaron el Centro Histórico
de la capital del Estado de Chihuahua y se convirtieron en uno de los
pasatiempos favoritos durante las últimas cuatro décadas del siglo XX. Algunos
fueron construidos antes de 1950 y la mayoría después de ese año fronterizo.
Sobre todo, transmitían cultura a través de las poderosas imágenes visuales y
sonoras y llenaban la fantasía de los ciudadanos de aquel tiempo. Sus flamantes
edificios aún cubren de nostalgia la memoria de los que vivieron aquel tiempo y
que sobreviven en el presente siglo bajo el impacto de la economía global.
Todos
ellos se agrupaban en calles y zonas cercanas como amigos y hermanos en una
ciudad provinciana y pequeña. De este modo, los numerosos amantes del cine
podían salir de un recinto a otro, caminar por unos minutos y entrar a otra
función en otra sala del Centro Histórico. Yo lo hice así muchas veces, como
fanático del cine entre las décadas de los sesenta y de los ochenta cuando
todavía existían catorce salas que ofrecían el Séptimo Arte.
Apenas si
quedan restos de algunos de ellos: El antiguo Cine Colonial se convirtió en el bello Teatro de la Ciudad y aún permanece la fachada de cantera con finos
motivos de la cultura náhuatl del Cine
Azteca configurados con gran artificio en la parte frontal de un conocido
banco de la ciudad situado. Otras salas fueron acondicionadas como tiendas de
muebles u oficinas de los gobiernos municipal y estatal. La mitad de estos
recintos culturales fueron derruidos por desgracia.
I LOS CINES VIEJOS: MEMORIA Y NOSTALGIA
Ir al cine
fue el entretenimiento por excelencia de los capitalinos chihuahuenses durante
la segunda mitad del siglo XX cuando la ciudad de Chihuahua vivía procesos de
urbanización y modernización material y cultural. De esta manera, todas las
salas de aquel tiempo estaban diseñadas para las masas urbanas ávidas de viajar
por los sueños que se narraban y retrataban en las pantallas gigantes y proclives
a vivir la noche artificial con fantasías y ficciones inventadas por los genios
del cine, sentados simple y cómodamente en una butaca comiendo palomitas, devorando
un chocolate y bebiendo refresco de cola.
La mayoría
de estos antiguos catorce cines exhibía en su fachada externa flamantes y luminosas marquesinas de luz
blanca, focos amarillos y letras rojas, azules y verdes que se encendían en la tibia
o fría noche urbana. Ahí aparecían los títulos de los filmes y los nombres de
las actrices y actores famosos. Contaban con agradables vestíbulos, típicas
dulcerías o expendios de comida, baños limpios, oficinas de programación de
filmes y administración financiera y seductoras vitrinas con creativos y
memorables carteles de películas.
En
aquellas cuatro décadas finales del siglo XX, había catorce cines o salas
dentro de los límites del Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua y en los
alrededores de dicha zona. Originalmente, la mayoría pertenecía a la empresa
Compañía Operadora de Teatros [COTSA].
Décadas
antes de 1950, había un grupo de cines más antiguos en el periodo de 1898 a
1930 que correspondía históricamente al cine mudo. Primeramente, el Teatro Centenario abrió sus puertas en
1898 con funciones de cine. Luego, entre 1910 y 1930, se instalaron sucesivamente
los cines Ideal, Apolo, Estrella, Alejandría y Alcázar, según Martín Hernández (“El cine”).
El
siguiente es un sencillo recuento de los catorce cines que funcionaron en su
mayoría entre 1960 y 2000 escrito por parte de un nostálgico cinéfilo. El
criterio de ordenamiento de las salas parte del espacio físico y de las rutas
posibles para un viandante citadino de ese tiempo. Más que una breve historia
con datos precisos, es una sencilla cartografía urbana de aquella ciudad
provinciana que fue Chihuahua hacia finales del siglo XX.
II
CATORCE CINES, CATORCE ESPACIOS DE CULTURA
1. CINE
PLAZA
Aparece en diversas fotos de la época como un símbolo del
mero corazón del Centro Histórico y mucha gente se acostumbró a admirar la
belleza de sus luces de neón en los paseos nocturnos y a consultar los anuncios
de la marquesina y los carteles de sus vitrinas como si se abriera un
periódico.
Fue fundado en 1951. Funcionaba como un componente
esencial y como un referente cultural al lado de los edificios señeros situados
alrededor de la Plaza de Armas. De esta manera, su belleza moderna convergía con
la Catedral de la Santa Cruz o Catedral del Chihuahua, el Hotel Presidente, el
Hotel Fairmont, la Presidencia Municipal y el Hotel del Real.
Se ubicaba justo en la esquina de las calles Victoria y
Segunda y contaba con una salida de emergencia hacia la calle Aldama. Su
estructura externa era rectangular y relucía por su estética moderna. En la
fachada frontal, sobresalían tres pisos con numerosas ventanas rectangulares de
cristal, algunas paredes laterales empedradas. Especialmente, el nombre del
cine relucía en la cumbre con letras grandes, cada una encerrada en un círculo
de luz dorada, cuyo resplandores eran maravillosos en las noches, como si fuera
un sueño. Así pues, emanaba luz, belleza y vida en la noche y toda su
estructura hacía sentir la fuerza del comercio y la cultura de la ciudad.
Además, contaba
con escalones de mármol oscuro y claro en su recinto externo cubierto con
techo. Este sitio permanecía abierto al público en el día y la noche. Con la
oscuridad, se encendían las luces por varias horas mientras había funciones en
la sala. De esta manera, los ciudadanos podían contemplar la vitrina externa
con los hermosos y creativos carteles informativos de los filmes, los cuales
contenían fotos de escenas claves y dibujos de los actores. Por ejemplo, eran
célebres los dibujos un tanto caricaturescos de Mario Moreno Cantinflas, Lalo González El Piporro y Luis Aguilar, entre otros.
Se compraba el
boleto en la taquilla externa situada en el mencionado espacio exterior
techado, pero sin puertas. Se cruzaba la puerta principal hecha de cristal y marcos
de metal y los espectadores podían sentirse en un mundo mágico lleno de aromas
embriagantes y colores múltiples: Era el lobby o vestíbulo, el cual tenía un
mostrador elipsoide fabricado con metal y cristal donde los aficionados al cine
compraban palomitas, chocolates, dulces, hot
dogs, sándwiches y refrescos de cola y sabores.
En un tiempo, esta sala mostraba cintas del cine
mexicano. Por ejemplo, exhibía películas del Nuevo Cine Mexicano producido y
filmado durante el sexenio del presidente Luis Echeverría [1970-1976]. Entonces,
Rodolfo Landa [Rodolfo Echeverría] fungía como director de Radio, Televisión y
Cinematografía [RTC]. En esa primera mitad de los setenta, aparecían en
cartelera algunos filmes como la espectacular y vanguardista Canoa
(1975) de Felipe Cazals, la cual ha sido considerada como la principal película
de ese sexenio; la atrevida Auandar Anapu (el que cayó del cielo)
(1975) de Rafael Corkidi; y Los meses y los días (1973) de Alberto
Bojórquez, entre otros.
La sala del Plaza era espaciosa, propia de un típico
galerón de mediados del siglo XX hecho para las grandes masas de espectadores
cuando el cine se convirtió en un gran entrenamiento, tras el impulso decisivo
de la famosa Época de Oro del cine
mexicano [1935-1955]. Las butacas eran acolchadas y de tela y la enorme
pantalla era protegida por unas cortinas gigantes que despertaban la emoción de
los espectadores cuando comenzaban a moverse lentamente y la espera había
terminado. La ansiedad era similar al encuentro entre amantes o a la apertura
de las páginas de un libro que se quiere leer.
Por muchos años,
el Plaza fue un emblema cultural de
la ciudad de Chihuahua y apareció en numerosas fotos de la época. Se situaba justo
en el lado sur de la Catedral, donde ahora se ubica un conocido estacionamiento
de la ciudad. Contrastaba su arquitectura moderna con la arquitectura barroca
de la Catedral. En las noches, sus luces blancas de neón eran intensas y las
letras de colores reverberaban constantemente y los ciudadanos podían admirar
su belleza desde las bancas de la Plaza de Armas y sentirse plenamente
iluminados como en una ciudad moderna.
Los espectadores salían al término de las funciones y algunos
comían deliciosos manjares en el Café Internacional propiedad de la familia
Wong. Este café pintado de verde bandera se encontraba justo en la esquina de
las calles Victoria y Segunda y muy cerca del antiguo Cine Alcázar. Este negocio de comida contaba con un espacio
interno, un sótano y diversas ventanas para el servicio rápido y externo.
2. CINE
ALCÁZAR
Fue uno de los cines más hermosos de la ciudad por sus
diseños morisco-españoles en la fachada externa. Era propiedad original del
empresario chihuahuense Juan Salas Porras y de los hermanos Calderón. Fue
inaugurado en enero de 1927. Se situaba en la calle Victoria, entre la calle
Segunda y la Avenida Independencia, justo a media cuadra del Cine Plaza.
Ese cine-teatro fue centro de la cultura del espectáculo
en la ciudad de Chihuahua por varios años. Por ejemplo, se estrenó justo en
1927 el filme Ben Hur (1925) del norteamericano Fred Niblo con el actor
mexicano Ramón Novarro en el papel protagónico, se representó algunas veces el
drama Don Juan Tenorio (1844) del español José Zorrilla y hubo
espectáculos de música y teatro con las Hermanas Iris, Paco Andrew y Virginia
Fábregas, de acuerdo Oscar Viramontes ("El Alcazar").
Durante una parte de la década de los setenta, se caracterizó
por enseñar filmes de aventuras y de horror producidos por la industria
norteamericana. Por ejemplo, se exhibió el filme Los sapos / Frogs (1972) de George Mc Cowan que
causó gran miedo y repugnancia entre el público por la gran cantidad de
reptiles concentrados en una isla. Asimismo, se mostró en ese lugar la cinta
del género Western The Cowboys
(1972) de Mark Rydell con el legendario y veterano actor estadounidense John
Wayne en el papel protagónico.
3.
CINE PREMIERE
A unas cuantas cuadras del Plaza y del Alcázar, se
erigía este cine que fue fundado en 1975. Se ubicaba justo en la calle Aldama,
entre la calle Tercera y la Avenida Independencia; justo en su parte posterior,
se encontraba el Cine Colonial, por
la calle Ojinaga. Su estructura era similar a la de aquellas dos salas que
estaban alrededor de la Plaza de Armas: Marquesina, vestíbulo, expendio de
alimentos y bebidas, asientos acolchados, espacio amplio, pantalla y cortinas
gigantes. Sin embargo, la marquesina era más pequeña y la entrada principal estaba
formada con varias puertas de cristal con marcos de metal muy similares a las
del Plaza.
Durante un tiempo, el Premiere
mostraba cintas norteamericanas y europeas de gran éxito comercial y reconocido
prestigio artístico. Algunas habían sido premiadas con los famosos premios
Óscar de la Academia de Hollywood.
4. CINE
COLONIAL
Justo
atrás del Premiere, se levanta
todavía el cine de más tradición histórica y más belleza arquitectónica: El Cine Colonial. En el pasado, el Teatro Betancourt estuvo en ese lugar. Más
antes, se erigía justo allí el Teatro
Centenario, el cual fue fundado en 1898. En la actualidad, el mismo
edificio del pasado es sede del Teatro de
la Ciudad.
EL VITRAL DEL CINE COLONIAL |
El Colonial fue
fundado en 1947. Se ubica en la calle Ojinaga, entre la Avenida Independencia y
la calle Tercera. Su fachada constituye una obra de arte por sus formas y
decoraciones hispano-coloniales hechos con columnas estilizadas y cerámica de
talavera. En el siglo XXI, se le incrustó un bello y gigantesco vitral en la
fachada principal. Las imágenes pulidas y coloridas de este vitral retratan justamente
las tradicionales y simbólicas máscaras teatrales de la Antigüedad griega.
Además del
vitral, la fachada externa ha mostrado diversos cambios de color. Los
ciudadanos deben recordar los sucesivos colores que ha tenido este singular
cine en las últimas décadas. Ha pasado del blanco y rojo al rosa y al actual
verde pistache que le da gran realce. En su taquilla externa, los espectadores
compraban boletas para luneta y para la sección de arriba a diferentes precios
módicos.
FACHADA LATERAL DEL CINE COLONIAL EN EL SIGLO XXI |
Sus puertas frontales son de madera, metal y cristal y
representan una gran obra de artesanía. Contaba con dos tradicionales mostradores
de metal en forma de ovoide para vender alimentos y bebidas: Uno abajo y otro
en el segundo piso. En tanto, los interiores del Colonial son ricos en ornato de madera y metal y sus techos
despliegan gran estilización a base de figuras geométricas.
PUERTAS PRINCIPALES DEL ANTIGUO CINE COLONIAL EN LA ACTUALIDAD |
Especialmente,
la decoración de la sala de exhibición es espléndida. Emergen a los lados de la
luneta varias torres y techos de templos coloniales bañados con una dulce luz
amarilla que da una apariencia de atmósfera nocturna. Son una excelente
decoración que imita la arquitectura colonial particularmente de la antigua
Nueva España. En tanto, su pantalla gigante se halla justo atrás de un
escenario amplio que sirve para conciertos de música y danza y obras de teatro.
Recientemente,
se agregaron unos relieves con figuras humanas y un mural en la parte de atrás de la sala. Las figuras
dominantes del mural son unas mujeres elegantes con vestido largos de la moda
francesa propia del Porfirismo, unos indígenas tarahumaras y diversas estrellas
del cine mexicano, tales como los hermanos Soler, Lucha Villa, Javier Solís,
Pedro Infante, Miguel Aceves Mejía y otros más. Como se ve, estas figuras son
yuxtaposiciones culturales e históricas propias de Chihuahua y México.
UNA SENSUAL MUJER RUBIA FORMA PARTE DE LA NUEVA DECORACION INTERIOR DEL SIGLO XXI |
TAQUILLA DEL ANTIGUO CINE COLONIAL EN EL SIGLO XXI |
El Cine Colonial
fue el recinto preferido del siglo XX para mostrar cine mexicano durante un
tiempo. Por ejemplo, se presentaron las mejores cintas del popular y dominante
Cine Ranchero de la década de los sesenta. Estos filmes eran protagonizados
regularmente por actores como Antonio Aguilar, Luis Aguilar y Javier Solís y
actrices como Lucha Villa, Flor Silvestre y María Duval. También, se mostraron
en un tiempo cintas emblemáticas del Cine de Luchadores, en las cuales
participaban El Santo, Blue Demon, Mil Máscaras y otras estrellas del encordado
mexicano. En este flamante recinto citadino, ofrecieron conciertos algunas caravanas
de artistas del mundo del espectáculo durante la década de los sesenta.
En el siglo XXI, sirvió como espacio para festivales de
cortos cinematográficos con la distinguida presencia de la gran actriz mexicana
Luisa Huerta. También, funcionó para celebrar en 2010 los históricos festejos
del Centenario de la Revolución Mexicana y el Bicentenario de la Independencia
de México. Para estos dos últimos propósitos, se presentaron algunos
prominentes filmes de tema político y militar. Entre ellos, se incluyeron las
siguientes tres películas: 1) La emblemática cinta sobre una lideresa
revolucionaria mulata La Negra Angustias (1950) de Matilde Landeta con
María Elena Marqués en el papel estelar; 2) La sombra del caudillo
(1960) de Julio Bracho basada en la novela homónima del chihuahuense Martín
Luis Guzmán e integrada con una constelación de grandes actores mexicanos tales
como Miguel Ángel Ferriz, Ignacio López Tarso, Tito Junco, Víctor Manuel
Mendoza, José Elías Moreno y Antonio Aguilar; 3) Los de abajo (1940) del
chihuahuense Rogaciano “Chano” Urueta con la participación de Miguel Ángel
Ferriz y Esther Fernández.
5.
CINE CHIHUAHUA
Tres cines
ocupaban un espacio de dos cuadras alrededor de la Plaza Hidalgo entre las
décadas de los sesenta y los ochenta. Se encontraban muy cerca de tres
edificios de prosapia histórica: El Palacio de Gobierno, el edificio de Correos
y el Paraninfo de la Universidad Autónoma de Chihuahua [UACH]. Los dos más
antiguos eran cines hermanos, pero no gemelos, pues estaban pegados uno con
otro: El Chihuahua y el Olimpia. Ambos se situaban justo en la
esquina de la Avenida Venustiano Carranza y la calle Rosales.
Las marquesinas de estas dos salas cinematográficas eran
imponentes y llenas de luces intensas de colores blanco, dorado, rojo, azul y
verde como el Plaza. Desde lejos,
lucían como verdaderos templos del cine y la cultura, justo al lado este del
Paraninfo de la UACH. En la década de los ochenta, apareció la moderna Sala 2001 justo en la esquina de las
calles Vicente Guerrero y Ojinaga.
Primeramente, el Chihuahua
era un tanto diferente a todos los anteriores porque se accedía a la sala de
exhibición por el frente y no por la parte posterior. Como en el Plaza, los espectadores subían unos
escalones de mármol y entraban a un espacio donde estaban las taquillas y las
vitrinas con los atractivos carteles con fotos y dibujos. Se pasaba el lobby o
vestíbulo y la dulcería y se subía por unos escalones alfombrados para entrar a
dicha sala. De pronto, aparecía frente a los aficionados al cine la extraordinaria
pantalla gigante, muy cerca, como si fuera un gigante muro blanco. Si se
llegaba tarde a la función, la gente podía percibir toda la emoción de las
vívidas y coloridas acciones y movimientos
de los cuerpos y rostros de los personajes y escuchar el sonido y la música de
la cinta, justo a unos cuantos metros de los espectadores.
Sus asientos se agrupaban en filas simétricas en forma
inclinada como los antiguos coliseos, las plazas de toros y los estadios
deportivos. Entonces, los amantes del fascinante Séptimo Arte subían hacia la
parte posterior por unos escalones hasta encontrar su mejor lugar. La función se disfrutaba mucho por esta
particular e inclinada disposición física de asientos y pantalla.
Durante un tiempo, el repertorio de cintas constaba de
películas mexicanas como el del Colonial.
En otro periodo, se exhibieron filmes norteamericanos de aventuras, westerns y temas para toda la familia.
Así pues, esa pantalla tan cercana con la película en plena acción hacía que
los espectadores se sintieran por unos instantes como parte de la magia del
cine, como personajes que invaden por un momento esos lugares verdaderos de las
cintas, pero que eran grabados y ficcionalizados por la industria del cine.
6.
CINE OLIMPIA
En cambio,
el Olimpia contaba con grandes
dimensiones espaciales al estilo del Plaza,
pero con un diseño interior más reciente, más fino y más artesanal. Las paredes
eran de madera talladas con figuras geométricas. Entonces, casi todos los
asientos se encontraban en un mismo espacio plano. Además, contaba con algunos
pequeños balcones o espacios privados y muy selectos en la parte posterior de
la sala, cerca de las entradas a la flamante sala. Para ello, los aficionados
al cine ascendían unos escalones y tomaban su asiento.
Como el Chihuahua,
tenía un pequeño espacio exterior sin puertas donde estaban las vitrinas con los
carteles y un elegante vestíbulo con el tradicional y estándar expendio de
alimentos y bebidas. Mientras el Chihuahua
estaba en el lado norte, el Olimpia
ocupaba el lado sur. En general, el Olimpia
se caracterizaba por su gran categoría, pues se enseñaban cintas premiadas o
nominadas en Hollywood o que habían recibido buenas críticas por parte de los
expertos en cine.
7.
SALA 2001
A una
cuadra del Chihuahua y el Olimpia, caminando hacia el oeste por la
calle Rosales, se llegaba a la moderna y más reciente Sala 2001. Se hallaba justo al otro lado de la parte frontal del Paraninfo
de la UACH. Fue fundada en 1981. Era un recinto espacioso y muy cómodo y
exhibía cintas de horror del cine norteamericano.
8.
CINE DORADO 70
Desde este
“racimo” de tres salas de cine situadas alrededor de la Plaza Hidalgo, se podía
caminar hasta el Cine Dorado 70. Para
arribar a esta sala, se tomaba la Avenida Venustiano Carranza rumbo al norte
hasta la Avenida Niños Héroes, justo en los linderos del Centro Histórico. En
la esquina de ambas avenidas, se levantaba este cine que fue fundado en 1970.
El edificio fue derruido posteriormente como todos los negocios y hoteles de la
Niños Héroes cercanos a dicho cine, para construir plazas y plazoletas. En el
sitio que ocupaba esta sala cinematográfica, se construyó una plazoleta y se
colocó en un pedestal la hermosa y estatua del rebelde rarámuri Teporaca.
El Dorado 70 se abrió al público justamente
en 1970. Una de las primeras cintas exhibida fue Operación Plus Ultra
(1966) del español Pedro Lazaga. Por un tiempo, su repertorio de cintas se
componía de atrevidas obras de temas que oscilaban entre lo pornográfico y lo
erótico. Por ejemplo, se mostraron cintas europeas y, en particular, del cine
italiano. En estas películas aparecían constantemente las estrellas italianas Lando
Buzzanca y Edwige Fenech. También, los espectadores pudieron ver la polémica e
interesante cinta Vicios privados, virtudes públicas (1976) del cineasta
húngaro Miklós Jancsó.
Contaba
con varias puertas de cristal con los típicos marcos de metal. El interior era similar
a los otros cines: Vestíbulo, dulcería, numerosos asientos acolchados y la
clásica pantalla gigante con sus deslizables cortinas.
9.
CINE REVOLUCIÓN
Fue el último
cine en construirse en la zona interior del Centro Histórico de la ciudad de
Chihuahua. Desde el Dorado 70, los espectadores
podían caminar por la Avenida Niños Héroes rumbo al oeste y subir por la calle
Josué Neri Santos hacia el sur de la ciudad hasta arribar a la esquina con la
Avenida Juárez. Justo ahí se erigía este cine. Se ubicaba en la parte posterior
del actual Museo Casa Chihuahua o
antiguo edificio de Correos de México.
10.
SALA 2000
Muy cerca
del Revolución, estaba la flamante y
moderna Sala 2000. Se caminaba por la
calle Neri Santos rumbo al norte, se cruzaba la Niños Héroes y se daba vuelta
en la calle Progreso rumbo al oeste y justo en la esquina con la calle Quinta emergían
los muros blancos de dicho cine. Se hallaba justo en la parte posterior del
antiguo Periódico Novedades [hoy
edificio de la Junta Central de Aguas y Saneamiento].
Su estructura externa e interna era similar a su hermana
la Sala 2001. Contaba con las
clásicas secciones del lobby o vestíbulo, un mostrador metálico para venta de
palomitas y chocolates, abundantes y cómodos asientos, enorme pantalla con
cortinas. Además, tenía un estacionamiento.
En este antiguo cine del siglo XX, se mostraron grandes
cintas que ya son consideradas como clásicas. Entre ellas, destacan Alien: El octavo pasajero
(1979) del británico Ridley Scott y Fiebre latina (1981) del
mexicoamericano Luis Valdez. También se exhibió en reestreno la cinta de tema
carcelario Papillón (1973) del norteamericano Franklin J. Schaffner con
las actuaciones de Steve McQueen y Dustin Hoffman, según Martín Hernández (“El
cine”).
11.
LA SALA ANTHONY QUINN
Se hallaba
en las inmediaciones de la famosa Posada Tierra Blanca, la cual era propiedad
del empresario don Tomás Valles Vivar. En este moderno y céntrico motel, se
encuentra el famoso mural “La profecía de la raza cósmica” del artista hidalguense
Aarón Piña Mora. También, la sala que ocupa esta excelente obra pictórica, se
llevaban a cabo las fiestas para celebrar a los ganadores del famoso Premio
Tomas Valles Vivar, el cual fue otorgado a luminarias de la literatura y del
arte como Víctor Hugo Rascón, Carlos Montemayor y Anthony Quinn.
Este cine era muy selecto y se concentraba más en la
exhibición de películas del cine de arte o cine alternativo más que del cine
comercial. Tenía una pantalla pequeña y contaba con menos butacas que un cine
regular de las grandes empresas comerciales de México.
El recinto pertenecía a don Tomas Valles Vivar. Todavía es
una parte separada del motel citado y se ubica en la calle Trías, entre la
Avenida Independencia y la calle Tercera. Con el nombre de esta sala, el
propietario del inmueble rindió un gran homenaje al famoso actor de Hollywood
Anthony Quinn Oaxaca, quien era nativo de la ciudad de Chihuahua y había
protagonizado papeles estelares en filmes norteamericanos como Zorba el
Griego (1964) de Michael Cacoyannis, Viva Zapata! (1952) de Elia
Kazan y Lust for Life (1956) de Vincent Minelli; en la cinta La
Strada (1954) del italiano Federico Fellini; y en Los hijos de Sánchez
(1978) del estadounidense Hart Bartlett.
Durante la década de los ochenta, el Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey [ITESM] exhibió en ese lugar
varios ciclos de cine europeo con cintas de gran calidad artística. Entonces,
los chihuahuenses admiraron algunos filmes importantes como La noche de
Varennes (1982) del italiano Ettore Scola, Un domingo en el campo
(1984) del francés Bertrand Tavernier y Ojos negros (1987) del ruso
Nikita Mikhailov.
12.
CINE AZTECA
Además de
todas las salas anteriores del Centro Histórico, la ciudad de Chihuahua poseía
tres cines situados fuera pero cerca de dicha zona comercial y cultural. Estas
salas eran el Azteca, el Variedades y el Astro Cinema. El primero fue inaugurado en 1929 con la presencia de
la célebre actriz mexicana Lupe Rivas Cacho, según una placa colocada en la
parte externa de tal edificio que ahora es ocupado por un conocido banco de la
ciudad. El Cine Azteca se ubicaba al
sur de la ciudad, justo en la Avenida Ocampo, muy cerca de la Avenida Veinte de
Noviembre.
ANTIGUO CINE AZTECA [HOY SEDE DE UNA SUCURSAL DEL SCOTIABANK) |
La fachada
principal de esta sala es una joya artística de la ciudad. El conjunto de las
figuras talladas en cantera muestra una tendencia indigenista y nacionalista.
Su construcción ocurrió precisamente en los albores del Nacionalismo
Revolucionario y en plena efervescencia del Muralismo mexicano. Por ello, sus
relieves tallados en cantera en la parte superior incluyen motivos propios de
la cultura náhuatl exquisitamente forjados: Indígenas, animales y pirámides.
FACHADA PRINCIPAL DEL ANTIGUO CINE AZTECA CON FIGURAS DE LA CULTURA NAHUATL O AZTECA TALLADAS EN CANTERA |
El Azteca era un cine más dirigido a la
clase trabajadora durante las últimas cuatro décadas del siglo XX. Por este
motivo, ofrecía tarifas de entrada a buen precio y tres filmes por dicha cuota.
Su repertorio de cintas consistía en películas del Cine Ranchero y del Cine de
Luchadores como el menú principal del Cine
Colonial. Pero no los presentaba como estrenos.
En el
siglo XXI, el antiguo edificio todavía muestra con orgullo una brillante obra
arquitectónica y un gran patrimonio cultural para la capital del Estado Grande:
Los frisos de cantera con las estilizadas y mexicanistas imágenes de la cultura
azteca, las cuales hacen referencia al nombre de dicha sala fundada a finales
de la década de los veinte.
13.
CINE VARIEDADES
El Variedades era el cine típico de la
familia y los niños por sus filmes de dibujos animados. Estaba situado en la Avenida
Juárez, entre la Avenida Colón y calle 33,
muy cerca del prominente Hotel Victoria de estilo hispano-californiano
propiedad del empresario Mariano Azuela. Estaba justo enfrente del espacio que
ocupaba el antiguo restaurante La Luz del
Día de servicio al coche estilo norteamericano. En el siglo XXI, este
edificio es una conocida tienda de electrodomésticos.
Por su
estructura externa, se parecía al Cine
Plaza. Poseía marquesinas atractivas y luminosas, espacio exterior sin
puertas donde se encontraban las vitrinas con carteles, varias puertas de cristal
que permitían ver el vestíbulo y una enorme sala con confortables butacas distribuidas
en las secciones de luneta y de arriba. Se caracterizaba por lucir como un
típico galerón para masas de espectadores propios de las décadas de los
cincuenta y los sesenta.
Por un
tiempo, la programación brindaba solamente filmes de dibujos animados de la
empresa norteamericana Walt Disney. Por ejemplo, se exhibieron las siguientes
cuatro cintas: 1) Bambi (1942) de James Algor y Samuel Armstrong; 2) Pinocho
(1940) de Norman Ferguson y T. Hee; 3) La dama y el vagabundo (1955) de
Clyde Geronimini, Wilfred Jackson y Hamilton Luske; 4) y Blanca Nieves y los
siete enanos (1937) de David Hand, entre otras. Al salir de la función,
algunos espectadores solían cenar deliciosas hamburguesas y malteadas en La Luz del Día.
14.
ASTRO CINEMA
El Astro Cinema fue el cine más nuevo de
todas las salas situadas dentro y alrededor del Centro Histórico de Chihuahua
capital. Estaba ubicado en la esquina de la Avenida Universidad y calle García
Conde, justo enfrente de la clínica Morelos del Instituto Mexicano del Seguro
Social [IMSS]. Ofrecía cintas norteamericanas usualmente. El edificio es ahora
sede de una conocida iglesia cristiana.
III
CINES PARA EL CENTRO HISTÓRICO
Finalmente, el cine fue una nutritiva práctica cultural y
un gran entretenimiento para los chihuahuenses capitalinos durante el siglo XX.
Lo sigue siendo durante el siglo XXI en las modernas salas de las poderosas cadenas
Cinemex y Cinépolis situadas fuera del Centro Histórico, sobre todo al norte de
la ciudad y por las avenidas Tecnológico y de la Juventud. Entre 1960 y 2000,
el cine sirvió para forjar la unidad familiar y la sana convivencia social.
En esas cuatro
décadas, los citados catorce cines viejos del Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua
transmitieron una gran cultura cinematográfica y un sólido sentido artístico
del mundo con sus grandes repertorios de cintas mexicanas, norteamericanas y
europeas. Sus antiguos edificios evocaban nostalgia hasta que fueron desplazados,
remozados o derruidos en su totalidad. Todos ellos funcionaron como los
mercados públicos de las llamadas “fabricas de sueños” o estudios
cinematográficos. Estos catorce cines y salas fueron el Plaza, el Alcázar, el Premiere, el Colonial, el Chihuahua,
el Olimpia, la Sala 2001, el Dorado 70,
el Revolución, la Sala 2000, la Anthony Quinn, el Azteca,
el Variedades y el Astro Cinema.
Por todas
las anteriores razones, es necesario revivir el cine en el Centro Histórico
como practica cultural y social. Para este propósito, los empresarios o los gobiernos
deben fundar tres o cuatro salas en edificios históricos de dicha área tan populosa.
Podrían servir como espacios físicos para este resurgimiento del cine los siguientes
edificios y casas: La Casona Prieto, la Casona Cordero, la Casa de Enrique C.
Creel, la antigua Francia Marítima, La Casa del Sur, entre otros edificios.
Con estas nuevas salas, el cine se integraría a otras
bellas artes que alternan en recintos culturales y espacios públicos del Centro
Histórico de la ciudad de Chihuahua, tales como los teatros, los museos, las galerías
y las plazas. En la actualidad, algunas bandas y solistas ofrecen informalmente
espectáculos de música, danza y teatro; el Paraninfo de la UACH y el Teatro de
la Ciudad son sedes de conciertos más formales de las mismas artes; asimismo, los
gobiernos locales ofrecen espectáculos con cantante y grupos para celebrar alguna
fecha histórica o evento político.
Fundamentalmente, los museos y galerías de arte del Centro
Histórico constituyen importantes ofertas culturales para ciudadanos y
turistas. Entre estos museos, figuran la Casa Chihuahua, la Casa Chihuahua
Siglo XIX, el Polifórum Cultural Universitario, el Centro Cultural
Universitario “Quinta Gameros”, el Centro de Desarrollo Cultural y la sala del
Congreso del Estado.
Sin duda,
hace falta la presencia del Séptimo Arte en el corazón de la ciudad de
Chihuahua y en los corazones de los ciudadanos. En esas posibles salas deben
alternar el cine comercial y el cine de arte o cine alternativo, el cine
norteamericano y el cine mexicano, el cine europeo y el cine latinoamericano,
el cine asiático y el cine africano. De esta forma, la capital del Estado podrá
vivir y asumir un verdadero cosmopolitismo cultural.
Bibliografia
Hernández Molina,
Martín. “El cine en Chihuahua / los espacios a través de la
historia.” TramoyamBlog. Capital Artística y Cultural
de Chihuahua, México y el Entorno global 23 agosto 2009. Blogger. 12
febrero 2019. <www.tramoyam1.blogspot.com/2009/08/el-cine-en-chihuahua.html>.
Montemayor, Alma. Cien años de cine en Chihuahua.
Chihuahua: Instituto
Chihuahuense de la Cultura / Instituto Superior de
Arquitectura y Diseño /
Fondo Estatal para la Cultura y las Artes, 1998.
Viramontes Olivas, Óscar. “El Alcázar: Primer cine formal
en Chihuahua.” El
Heraldo de Chihuahua 4 julio 2017. <www.elheraldodechihuahua.com.mx/local/cronicas-urbanas/el-alcazar-el-primer-cine-formal-en-chihuahua.370279.html>.
...de éste artículo salió una amena platica en familia recordando " aquellos años".
ResponderEliminarEn este artículo faltó mencionar el cinema del Real. Un pequeño cine ubicado en la avenida Américas a un lado de la entonces tienda Blanco que después fue Gigante. Ahora un edificio prácticamente abandonado y el cine terminó por ser demolido luego de permanecer en abandono varios años. Antes de quedar abandonado fue bar discoteque.
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