martes, 12 de febrero de 2019

LOS CATORCE VIEJOS CINES DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA: CULTURA Y NOSTALGIA


LOS CATORCE VIEJOS CINES DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA: CULTURA Y NOSTALGIA



ÓSCAR ROBLES





ANTIGUO CINE COLONIAL (1947) DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA [HOY TEATRO DE LA CIUDAD]


          Ya desaparecieron todos con sus pantallas de sueños y sus maravillosas historias de ficción en movimiento. Poblaron el Centro Histórico de la capital del Estado de Chihuahua y se convirtieron en uno de los pasatiempos favoritos durante las últimas cuatro décadas del siglo XX. Algunos fueron construidos antes de 1950 y la mayoría después de ese año fronterizo. Sobre todo, transmitían cultura a través de las poderosas imágenes visuales y sonoras y llenaban la fantasía de los ciudadanos de aquel tiempo. Sus flamantes edificios aún cubren de nostalgia la memoria de los que vivieron aquel tiempo y que sobreviven en el presente siglo bajo el impacto de la economía global.
          Todos ellos se agrupaban en calles y zonas cercanas como amigos y hermanos en una ciudad provinciana y pequeña. De este modo, los numerosos amantes del cine podían salir de un recinto a otro, caminar por unos minutos y entrar a otra función en otra sala del Centro Histórico. Yo lo hice así muchas veces, como fanático del cine entre las décadas de los sesenta y de los ochenta cuando todavía existían catorce salas que ofrecían el Séptimo Arte.
          Apenas si quedan restos de algunos de ellos: El antiguo Cine Colonial se convirtió en el bello Teatro de la Ciudad y aún permanece la fachada de cantera con finos motivos de la cultura náhuatl del Cine Azteca configurados con gran artificio en la parte frontal de un conocido banco de la ciudad situado. Otras salas fueron acondicionadas como tiendas de muebles u oficinas de los gobiernos municipal y estatal. La mitad de estos recintos culturales fueron derruidos por desgracia.

I LOS CINES VIEJOS: MEMORIA Y NOSTALGIA

          Ir al cine fue el entretenimiento por excelencia de los capitalinos chihuahuenses durante la segunda mitad del siglo XX cuando la ciudad de Chihuahua vivía procesos de urbanización y modernización material y cultural. De esta manera, todas las salas de aquel tiempo estaban diseñadas para las masas urbanas ávidas de viajar por los sueños que se narraban y retrataban en las pantallas gigantes y proclives a vivir la noche artificial con fantasías y ficciones inventadas por los genios del cine, sentados simple y cómodamente en una butaca comiendo palomitas, devorando un chocolate y bebiendo refresco de cola.
          La mayoría de estos antiguos catorce cines exhibía en su fachada externa  flamantes y luminosas marquesinas de luz blanca, focos amarillos y letras rojas, azules y verdes que se encendían en la tibia o fría noche urbana. Ahí aparecían los títulos de los filmes y los nombres de las actrices y actores famosos. Contaban con agradables vestíbulos, típicas dulcerías o expendios de comida, baños limpios, oficinas de programación de filmes y administración financiera y seductoras vitrinas con creativos y memorables carteles de películas.
          En aquellas cuatro décadas finales del siglo XX, había catorce cines o salas dentro de los límites del Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua y en los alrededores de dicha zona. Originalmente, la mayoría pertenecía a la empresa Compañía Operadora de Teatros [COTSA].
          Décadas antes de 1950, había un grupo de cines más antiguos en el periodo de 1898 a 1930 que correspondía históricamente al cine mudo. Primeramente, el Teatro Centenario abrió sus puertas en 1898 con funciones de cine. Luego, entre 1910 y 1930, se instalaron sucesivamente los cines Ideal, Apolo, Estrella, Alejandría y Alcázar, según Martín Hernández (“El cine”). 
          El siguiente es un sencillo recuento de los catorce cines que funcionaron en su mayoría entre 1960 y 2000 escrito por parte de un nostálgico cinéfilo. El criterio de ordenamiento de las salas parte del espacio físico y de las rutas posibles para un viandante citadino de ese tiempo. Más que una breve historia con datos precisos, es una sencilla cartografía urbana de aquella ciudad provinciana que fue Chihuahua hacia finales del siglo XX.

II CATORCE CINES, CATORCE ESPACIOS DE CULTURA

1.    CINE PLAZA

Aparece en diversas fotos de la época como un símbolo del mero corazón del Centro Histórico y mucha gente se acostumbró a admirar la belleza de sus luces de neón en los paseos nocturnos y a consultar los anuncios de la marquesina y los carteles de sus vitrinas como si se abriera un periódico.
Fue fundado en 1951. Funcionaba como un componente esencial y como un referente cultural al lado de los edificios señeros situados alrededor de la Plaza de Armas. De esta manera, su belleza moderna convergía con la Catedral de la Santa Cruz o Catedral del Chihuahua, el Hotel Presidente, el Hotel Fairmont, la Presidencia Municipal y el Hotel del Real.
Se ubicaba justo en la esquina de las calles Victoria y Segunda y contaba con una salida de emergencia hacia la calle Aldama. Su estructura externa era rectangular y relucía por su estética moderna. En la fachada frontal, sobresalían tres pisos con numerosas ventanas rectangulares de cristal, algunas paredes laterales empedradas. Especialmente, el nombre del cine relucía en la cumbre con letras grandes, cada una encerrada en un círculo de luz dorada, cuyo resplandores eran maravillosos en las noches, como si fuera un sueño. Así pues, emanaba luz, belleza y vida en la noche y toda su estructura hacía sentir la fuerza del comercio y la cultura de la ciudad.
     Además, contaba con escalones de mármol oscuro y claro en su recinto externo cubierto con techo. Este sitio permanecía abierto al público en el día y la noche. Con la oscuridad, se encendían las luces por varias horas mientras había funciones en la sala. De esta manera, los ciudadanos podían contemplar la vitrina externa con los hermosos y creativos carteles informativos de los filmes, los cuales contenían fotos de escenas claves y dibujos de los actores. Por ejemplo, eran célebres los dibujos un tanto caricaturescos de Mario Moreno Cantinflas, Lalo González El Piporro y Luis Aguilar, entre otros.
     Se compraba el boleto en la taquilla externa situada en el mencionado espacio exterior techado, pero sin puertas. Se cruzaba la puerta principal hecha de cristal y marcos de metal y los espectadores podían sentirse en un mundo mágico lleno de aromas embriagantes y colores múltiples: Era el lobby o vestíbulo, el cual tenía un mostrador elipsoide fabricado con metal y cristal donde los aficionados al cine compraban palomitas, chocolates, dulces, hot dogs, sándwiches y refrescos de cola y sabores.
En un tiempo, esta sala mostraba cintas del cine mexicano. Por ejemplo, exhibía películas del Nuevo Cine Mexicano producido y filmado durante el sexenio del presidente Luis Echeverría [1970-1976]. Entonces, Rodolfo Landa [Rodolfo Echeverría] fungía como director de Radio, Televisión y Cinematografía [RTC]. En esa primera mitad de los setenta, aparecían en cartelera algunos filmes como la espectacular y vanguardista Canoa (1975) de Felipe Cazals, la cual ha sido considerada como la principal película de ese sexenio; la atrevida Auandar Anapu (el que cayó del cielo) (1975) de Rafael Corkidi; y Los meses y los días (1973) de Alberto Bojórquez, entre otros.
     La sala del Plaza era espaciosa, propia de un típico galerón de mediados del siglo XX hecho para las grandes masas de espectadores cuando el cine se convirtió en un gran entrenamiento, tras el impulso decisivo de la famosa Época de Oro del cine mexicano [1935-1955]. Las butacas eran acolchadas y de tela y la enorme pantalla era protegida por unas cortinas gigantes que despertaban la emoción de los espectadores cuando comenzaban a moverse lentamente y la espera había terminado. La ansiedad era similar al encuentro entre amantes o a la apertura de las páginas de un libro que se quiere leer.
     Por muchos años, el Plaza fue un emblema cultural de la ciudad de Chihuahua y apareció en numerosas fotos de la época. Se situaba justo en el lado sur de la Catedral, donde ahora se ubica un conocido estacionamiento de la ciudad. Contrastaba su arquitectura moderna con la arquitectura barroca de la Catedral. En las noches, sus luces blancas de neón eran intensas y las letras de colores reverberaban constantemente y los ciudadanos podían admirar su belleza desde las bancas de la Plaza de Armas y sentirse plenamente iluminados como en una ciudad moderna.
Los espectadores salían al término de las funciones y algunos comían deliciosos manjares en el Café Internacional propiedad de la familia Wong. Este café pintado de verde bandera se encontraba justo en la esquina de las calles Victoria y Segunda y muy cerca del antiguo Cine Alcázar. Este negocio de comida contaba con un espacio interno, un sótano y diversas ventanas para el servicio rápido y externo.

2.    CINE ALCÁZAR

Fue uno de los cines más hermosos de la ciudad por sus diseños morisco-españoles en la fachada externa. Era propiedad original del empresario chihuahuense Juan Salas Porras y de los hermanos Calderón. Fue inaugurado en enero de 1927. Se situaba en la calle Victoria, entre la calle Segunda y la Avenida Independencia, justo a media cuadra del Cine Plaza.
Ese cine-teatro fue centro de la cultura del espectáculo en la ciudad de Chihuahua por varios años. Por ejemplo, se estrenó justo en 1927 el filme Ben Hur (1925) del norteamericano Fred Niblo con el actor mexicano Ramón Novarro en el papel protagónico, se representó algunas veces el drama Don Juan Tenorio (1844) del español José Zorrilla y hubo espectáculos de música y teatro con las Hermanas Iris, Paco Andrew y Virginia Fábregas, de acuerdo Oscar Viramontes ("El Alcazar").
Durante una parte de la década de los setenta, se caracterizó por enseñar filmes de aventuras y de horror producidos por la industria norteamericana. Por ejemplo, se exhibió el filme Los sapos / Frogs (1972) de George Mc Cowan que causó gran miedo y repugnancia entre el público por la gran cantidad de reptiles concentrados en una isla. Asimismo, se mostró en ese lugar la cinta del género Western The Cowboys (1972) de Mark Rydell con el legendario y veterano actor estadounidense John Wayne en el papel protagónico.

3. CINE PREMIERE

A unas cuantas cuadras del Plaza y del Alcázar, se erigía este cine que fue fundado en 1975. Se ubicaba justo en la calle Aldama, entre la calle Tercera y la Avenida Independencia; justo en su parte posterior, se encontraba el Cine Colonial, por la calle Ojinaga. Su estructura era similar a la de aquellas dos salas que estaban alrededor de la Plaza de Armas: Marquesina, vestíbulo, expendio de alimentos y bebidas, asientos acolchados, espacio amplio, pantalla y cortinas gigantes. Sin embargo, la marquesina era más pequeña y la entrada principal estaba formada con varias puertas de cristal con marcos de metal muy similares a las del Plaza.
Durante un tiempo, el Premiere mostraba cintas norteamericanas y europeas de gran éxito comercial y reconocido prestigio artístico. Algunas habían sido premiadas con los famosos premios Óscar de la Academia de Hollywood.

4.    CINE COLONIAL

          Justo atrás del Premiere, se levanta todavía el cine de más tradición histórica y más belleza arquitectónica: El Cine Colonial. En el pasado, el Teatro Betancourt estuvo en ese lugar. Más antes, se erigía justo allí el Teatro Centenario, el cual fue fundado en 1898. En la actualidad, el mismo edificio del pasado es sede del Teatro de la Ciudad.


EL VITRAL DEL CINE COLONIAL


El Colonial fue fundado en 1947. Se ubica en la calle Ojinaga, entre la Avenida Independencia y la calle Tercera. Su fachada constituye una obra de arte por sus formas y decoraciones hispano-coloniales hechos con columnas estilizadas y cerámica de talavera. En el siglo XXI, se le incrustó un bello y gigantesco vitral en la fachada principal. Las imágenes pulidas y coloridas de este vitral retratan justamente las tradicionales y simbólicas máscaras teatrales de la Antigüedad griega.
          Además del vitral, la fachada externa ha mostrado diversos cambios de color. Los ciudadanos deben recordar los sucesivos colores que ha tenido este singular cine en las últimas décadas. Ha pasado del blanco y rojo al rosa y al actual verde pistache que le da gran realce. En su taquilla externa, los espectadores compraban boletas para luneta y para la sección de arriba a diferentes precios módicos.


FACHADA LATERAL DEL CINE COLONIAL EN EL SIGLO XXI


Sus puertas frontales son de madera, metal y cristal y representan una gran obra de artesanía. Contaba con dos tradicionales mostradores de metal en forma de ovoide para vender alimentos y bebidas: Uno abajo y otro en el segundo piso. En tanto, los interiores del Colonial son ricos en ornato de madera y metal y sus techos despliegan gran estilización a base de figuras geométricas.


PUERTAS PRINCIPALES DEL ANTIGUO CINE COLONIAL EN LA ACTUALIDAD


          Especialmente, la decoración de la sala de exhibición es espléndida. Emergen a los lados de la luneta varias torres y techos de templos coloniales bañados con una dulce luz amarilla que da una apariencia de atmósfera nocturna. Son una excelente decoración que imita la arquitectura colonial particularmente de la antigua Nueva España. En tanto, su pantalla gigante se halla justo atrás de un escenario amplio que sirve para conciertos de música y danza y obras de teatro.
          Recientemente, se agregaron unos relieves con figuras humanas y un mural  en la parte de atrás de la sala. Las figuras dominantes del mural son unas mujeres elegantes con vestido largos de la moda francesa propia del Porfirismo, unos indígenas tarahumaras y diversas estrellas del cine mexicano, tales como los hermanos Soler, Lucha Villa, Javier Solís, Pedro Infante, Miguel Aceves Mejía y otros más. Como se ve, estas figuras son yuxtaposiciones culturales e históricas propias de Chihuahua y México.


UNA SENSUAL MUJER RUBIA FORMA PARTE DE LA NUEVA DECORACION INTERIOR DEL SIGLO XXI




TAQUILLA DEL ANTIGUO CINE COLONIAL EN EL SIGLO XXI



El Cine Colonial fue el recinto preferido del siglo XX para mostrar cine mexicano durante un tiempo. Por ejemplo, se presentaron las mejores cintas del popular y dominante Cine Ranchero de la década de los sesenta. Estos filmes eran protagonizados regularmente por actores como Antonio Aguilar, Luis Aguilar y Javier Solís y actrices como Lucha Villa, Flor Silvestre y María Duval. También, se mostraron en un tiempo cintas emblemáticas del Cine de Luchadores, en las cuales participaban El Santo, Blue Demon, Mil Máscaras y otras estrellas del encordado mexicano. En este flamante recinto citadino, ofrecieron conciertos algunas caravanas de artistas del mundo del espectáculo durante la década de los sesenta.
En el siglo XXI, sirvió como espacio para festivales de cortos cinematográficos con la distinguida presencia de la gran actriz mexicana Luisa Huerta. También, funcionó para celebrar en 2010 los históricos festejos del Centenario de la Revolución Mexicana y el Bicentenario de la Independencia de México. Para estos dos últimos propósitos, se presentaron algunos prominentes filmes de tema político y militar. Entre ellos, se incluyeron las siguientes tres películas: 1) La emblemática cinta sobre una lideresa revolucionaria mulata La Negra Angustias (1950) de Matilde Landeta con María Elena Marqués en el papel estelar; 2) La sombra del caudillo (1960) de Julio Bracho basada en la novela homónima del chihuahuense Martín Luis Guzmán e integrada con una constelación de grandes actores mexicanos tales como Miguel Ángel Ferriz, Ignacio López Tarso, Tito Junco, Víctor Manuel Mendoza, José Elías Moreno y Antonio Aguilar; 3) Los de abajo (1940) del chihuahuense Rogaciano “Chano” Urueta con la participación de Miguel Ángel Ferriz y Esther Fernández.

5. CINE CHIHUAHUA

          Tres cines ocupaban un espacio de dos cuadras alrededor de la Plaza Hidalgo entre las décadas de los sesenta y los ochenta. Se encontraban muy cerca de tres edificios de prosapia histórica: El Palacio de Gobierno, el edificio de Correos y el Paraninfo de la Universidad Autónoma de Chihuahua [UACH]. Los dos más antiguos eran cines hermanos, pero no gemelos, pues estaban pegados uno con otro: El Chihuahua y el Olimpia. Ambos se situaban justo en la esquina de la Avenida Venustiano Carranza y la calle Rosales.
Las marquesinas de estas dos salas cinematográficas eran imponentes y llenas de luces intensas de colores blanco, dorado, rojo, azul y verde como el Plaza. Desde lejos, lucían como verdaderos templos del cine y la cultura, justo al lado este del Paraninfo de la UACH. En la década de los ochenta, apareció la moderna Sala 2001 justo en la esquina de las calles Vicente Guerrero y Ojinaga.
Primeramente, el Chihuahua era un tanto diferente a todos los anteriores porque se accedía a la sala de exhibición por el frente y no por la parte posterior. Como en el Plaza, los espectadores subían unos escalones de mármol y entraban a un espacio donde estaban las taquillas y las vitrinas con los atractivos carteles con fotos y dibujos. Se pasaba el lobby o vestíbulo y la dulcería y se subía por unos escalones alfombrados para entrar a dicha sala. De pronto, aparecía frente a los aficionados al cine la extraordinaria pantalla gigante, muy cerca, como si fuera un gigante muro blanco. Si se llegaba tarde a la función, la gente podía percibir toda la emoción de las vívidas  y coloridas acciones y movimientos de los cuerpos y rostros de los personajes y escuchar el sonido y la música de la cinta, justo a unos cuantos metros de los espectadores.
Sus asientos se agrupaban en filas simétricas en forma inclinada como los antiguos coliseos, las plazas de toros y los estadios deportivos. Entonces, los amantes del fascinante Séptimo Arte subían hacia la parte posterior por unos escalones hasta encontrar su mejor lugar.  La función se disfrutaba mucho por esta particular e inclinada disposición física de asientos y pantalla.
Durante un tiempo, el repertorio de cintas constaba de películas mexicanas como el del Colonial. En otro periodo, se exhibieron filmes norteamericanos de aventuras, westerns y temas para toda la familia. Así pues, esa pantalla tan cercana con la película en plena acción hacía que los espectadores se sintieran por unos instantes como parte de la magia del cine, como personajes que invaden por un momento esos lugares verdaderos de las cintas, pero que eran grabados y ficcionalizados por la industria del cine.

6. CINE OLIMPIA

          En cambio, el Olimpia contaba con grandes dimensiones espaciales al estilo del Plaza, pero con un diseño interior más reciente, más fino y más artesanal. Las paredes eran de madera talladas con figuras geométricas. Entonces, casi todos los asientos se encontraban en un mismo espacio plano. Además, contaba con algunos pequeños balcones o espacios privados y muy selectos en la parte posterior de la sala, cerca de las entradas a la flamante sala. Para ello, los aficionados al cine ascendían unos escalones y tomaban su asiento.
Como el Chihuahua, tenía un pequeño espacio exterior sin puertas donde estaban las vitrinas con los carteles y un elegante vestíbulo con el tradicional y estándar expendio de alimentos y bebidas. Mientras el Chihuahua estaba en el lado norte, el Olimpia ocupaba el lado sur. En general, el Olimpia se caracterizaba por su gran categoría, pues se enseñaban cintas premiadas o nominadas en Hollywood o que habían recibido buenas críticas por parte de los expertos en cine.

7. SALA 2001

          A una cuadra del Chihuahua y el Olimpia, caminando hacia el oeste por la calle Rosales, se llegaba a la moderna y más reciente Sala 2001. Se hallaba justo al otro lado de la parte frontal del Paraninfo de la UACH. Fue fundada en 1981. Era un recinto espacioso y muy cómodo y exhibía cintas de horror del cine norteamericano.

8. CINE DORADO 70

          Desde este “racimo” de tres salas de cine situadas alrededor de la Plaza Hidalgo, se podía caminar hasta el Cine Dorado 70. Para arribar a esta sala, se tomaba la Avenida Venustiano Carranza rumbo al norte hasta la Avenida Niños Héroes, justo en los linderos del Centro Histórico. En la esquina de ambas avenidas, se levantaba este cine que fue fundado en 1970. El edificio fue derruido posteriormente como todos los negocios y hoteles de la Niños Héroes cercanos a dicho cine, para construir plazas y plazoletas. En el sitio que ocupaba esta sala cinematográfica, se construyó una plazoleta y se colocó en un pedestal la hermosa y estatua del rebelde rarámuri Teporaca.
          El Dorado 70 se abrió al público justamente en 1970. Una de las primeras cintas exhibida fue Operación Plus Ultra (1966) del español Pedro Lazaga. Por un tiempo, su repertorio de cintas se componía de atrevidas obras de temas que oscilaban entre lo pornográfico y lo erótico. Por ejemplo, se mostraron cintas europeas y, en particular, del cine italiano. En estas películas aparecían constantemente las estrellas italianas Lando Buzzanca y Edwige Fenech. También, los espectadores pudieron ver la polémica e interesante cinta Vicios privados, virtudes públicas (1976) del cineasta húngaro Miklós Jancsó.
          Contaba con varias puertas de cristal con los típicos marcos de metal. El interior era similar a los otros cines: Vestíbulo, dulcería, numerosos asientos acolchados y la clásica pantalla gigante con sus deslizables cortinas.

9. CINE REVOLUCIÓN

          Fue el último cine en construirse en la zona interior del Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua. Desde el Dorado 70, los espectadores podían caminar por la Avenida Niños Héroes rumbo al oeste y subir por la calle Josué Neri Santos hacia el sur de la ciudad hasta arribar a la esquina con la Avenida Juárez. Justo ahí se erigía este cine. Se ubicaba en la parte posterior del actual Museo Casa Chihuahua o antiguo edificio de Correos de México.

10. SALA 2000

          Muy cerca del Revolución, estaba la flamante y moderna Sala 2000. Se caminaba por la calle Neri Santos rumbo al norte, se cruzaba la Niños Héroes y se daba vuelta en la calle Progreso rumbo al oeste y justo en la esquina con la calle Quinta emergían los muros blancos de dicho cine. Se hallaba justo en la parte posterior del antiguo Periódico Novedades [hoy edificio de la Junta Central de Aguas y Saneamiento].
Su estructura externa e interna era similar a su hermana la Sala 2001. Contaba con las clásicas secciones del lobby o vestíbulo, un mostrador metálico para venta de palomitas y chocolates, abundantes y cómodos asientos, enorme pantalla con cortinas. Además, tenía un estacionamiento.
En este antiguo cine del siglo XX, se mostraron grandes cintas que ya son consideradas como clásicas. Entre ellas, destacan Alien: El octavo pasajero (1979) del británico Ridley Scott y Fiebre latina (1981) del mexicoamericano Luis Valdez. También se exhibió en reestreno la cinta de tema carcelario Papillón (1973) del norteamericano Franklin J. Schaffner con las actuaciones de Steve McQueen y Dustin Hoffman, según Martín Hernández (“El cine”).
         
11. LA SALA ANTHONY QUINN

          Se hallaba en las inmediaciones de la famosa Posada Tierra Blanca, la cual era propiedad del empresario don Tomás Valles Vivar. En este moderno y céntrico motel, se encuentra el famoso mural “La profecía de la raza cósmica” del artista hidalguense Aarón Piña Mora. También, la sala que ocupa esta excelente obra pictórica, se llevaban a cabo las fiestas para celebrar a los ganadores del famoso Premio Tomas Valles Vivar, el cual fue otorgado a luminarias de la literatura y del arte como Víctor Hugo Rascón, Carlos Montemayor y Anthony Quinn.
Este cine era muy selecto y se concentraba más en la exhibición de películas del cine de arte o cine alternativo más que del cine comercial. Tenía una pantalla pequeña y contaba con menos butacas que un cine regular de las grandes empresas comerciales de México.
El recinto pertenecía a don Tomas Valles Vivar. Todavía es una parte separada del motel citado y se ubica en la calle Trías, entre la Avenida Independencia y la calle Tercera. Con el nombre de esta sala, el propietario del inmueble rindió un gran homenaje al famoso actor de Hollywood Anthony Quinn Oaxaca, quien era nativo de la ciudad de Chihuahua y había protagonizado papeles estelares en filmes norteamericanos como Zorba el Griego (1964) de Michael Cacoyannis, Viva Zapata! (1952) de Elia Kazan y Lust for Life (1956) de Vincent Minelli; en la cinta La Strada (1954) del italiano Federico Fellini; y en Los hijos de Sánchez (1978) del estadounidense Hart Bartlett.
Durante la década de los ochenta, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey [ITESM] exhibió en ese lugar varios ciclos de cine europeo con cintas de gran calidad artística. Entonces, los chihuahuenses admiraron algunos filmes importantes como La noche de Varennes (1982) del italiano Ettore Scola, Un domingo en el campo (1984) del francés Bertrand Tavernier y Ojos negros (1987) del ruso Nikita Mikhailov.

12. CINE AZTECA

          Además de todas las salas anteriores del Centro Histórico, la ciudad de Chihuahua poseía tres cines situados fuera pero cerca de dicha zona comercial y cultural. Estas salas eran el Azteca, el Variedades y el Astro Cinema. El primero fue inaugurado en 1929 con la presencia de la célebre actriz mexicana Lupe Rivas Cacho, según una placa colocada en la parte externa de tal edificio que ahora es ocupado por un conocido banco de la ciudad. El Cine Azteca se ubicaba al sur de la ciudad, justo en la Avenida Ocampo, muy cerca de la Avenida Veinte de Noviembre.


ANTIGUO CINE AZTECA [HOY SEDE DE UNA SUCURSAL DEL SCOTIABANK)


          La fachada principal de esta sala es una joya artística de la ciudad. El conjunto de las figuras talladas en cantera muestra una tendencia indigenista y nacionalista. Su construcción ocurrió precisamente en los albores del Nacionalismo Revolucionario y en plena efervescencia del Muralismo mexicano. Por ello, sus relieves tallados en cantera en la parte superior incluyen motivos propios de la cultura náhuatl exquisitamente forjados: Indígenas, animales y pirámides.


FACHADA PRINCIPAL DEL ANTIGUO CINE AZTECA CON FIGURAS DE LA CULTURA NAHUATL O AZTECA TALLADAS EN CANTERA


          El Azteca era un cine más dirigido a la clase trabajadora durante las últimas cuatro décadas del siglo XX. Por este motivo, ofrecía tarifas de entrada a buen precio y tres filmes por dicha cuota. Su repertorio de cintas consistía en películas del Cine Ranchero y del Cine de Luchadores como el menú principal del Cine Colonial. Pero no los presentaba como estrenos.
          En el siglo XXI, el antiguo edificio todavía muestra con orgullo una brillante obra arquitectónica y un gran patrimonio cultural para la capital del Estado Grande: Los frisos de cantera con las estilizadas y mexicanistas imágenes de la cultura azteca, las cuales hacen referencia al nombre de dicha sala fundada a finales de la década de los veinte. 

13. CINE VARIEDADES

          El Variedades era el cine típico de la familia y los niños por sus filmes de dibujos animados. Estaba situado en la Avenida Juárez, entre la Avenida Colón y  calle 33, muy cerca del prominente Hotel Victoria de estilo hispano-californiano propiedad del empresario Mariano Azuela. Estaba justo enfrente del espacio que ocupaba el antiguo restaurante La Luz del Día de servicio al coche estilo norteamericano. En el siglo XXI, este edificio es una conocida tienda de electrodomésticos.
          Por su estructura externa, se parecía al Cine Plaza. Poseía marquesinas atractivas y luminosas, espacio exterior sin puertas donde se encontraban las vitrinas con carteles, varias puertas de cristal que permitían ver el vestíbulo y una enorme sala con confortables butacas distribuidas en las secciones de luneta y de arriba. Se caracterizaba por lucir como un típico galerón para masas de espectadores propios de las décadas de los cincuenta y los sesenta.
          Por un tiempo, la programación brindaba solamente filmes de dibujos animados de la empresa norteamericana Walt Disney. Por ejemplo, se exhibieron las siguientes cuatro cintas: 1) Bambi (1942) de James Algor y Samuel Armstrong; 2) Pinocho (1940) de Norman Ferguson y T. Hee; 3) La dama y el vagabundo (1955) de Clyde Geronimini, Wilfred Jackson y Hamilton Luske; 4) y Blanca Nieves y los siete enanos (1937) de David Hand, entre otras. Al salir de la función, algunos espectadores solían cenar deliciosas hamburguesas y malteadas en La Luz del Día.

14. ASTRO CINEMA

          El Astro Cinema fue el cine más nuevo de todas las salas situadas dentro y alrededor del Centro Histórico de Chihuahua capital. Estaba ubicado en la esquina de la Avenida Universidad y calle García Conde, justo enfrente de la clínica Morelos del Instituto Mexicano del Seguro Social [IMSS]. Ofrecía cintas norteamericanas usualmente. El edificio es ahora sede de una conocida iglesia cristiana.

III CINES PARA EL CENTRO HISTÓRICO

Finalmente, el cine fue una nutritiva práctica cultural y un gran entretenimiento para los chihuahuenses capitalinos durante el siglo XX. Lo sigue siendo durante el siglo XXI en las modernas salas de las poderosas cadenas Cinemex y Cinépolis situadas fuera del Centro Histórico, sobre todo al norte de la ciudad y por las avenidas Tecnológico y de la Juventud. Entre 1960 y 2000, el cine sirvió para forjar la unidad familiar y la sana convivencia social.
          En esas cuatro décadas, los citados catorce cines viejos del Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua transmitieron una gran cultura cinematográfica y un sólido sentido artístico del mundo con sus grandes repertorios de cintas mexicanas, norteamericanas y europeas. Sus antiguos edificios evocaban nostalgia hasta que fueron desplazados, remozados o derruidos en su totalidad. Todos ellos funcionaron como los mercados públicos de las llamadas “fabricas de sueños” o estudios cinematográficos. Estos catorce cines y salas fueron el Plaza, el Alcázar, el Premiere, el Colonial, el Chihuahua, el Olimpia, la Sala 2001, el Dorado 70, el Revolución, la Sala 2000, la Anthony Quinn, el Azteca, el Variedades y el Astro Cinema.
          Por todas las anteriores razones, es necesario revivir el cine en el Centro Histórico como practica cultural y social. Para este propósito, los empresarios o los gobiernos deben fundar tres o cuatro salas en edificios históricos de dicha área tan populosa. Podrían servir como espacios físicos para este resurgimiento del cine los siguientes edificios y casas: La Casona Prieto, la Casona Cordero, la Casa de Enrique C. Creel, la antigua Francia Marítima, La Casa del Sur, entre otros edificios.
Con estas nuevas salas, el cine se integraría a otras bellas artes que alternan en recintos culturales y espacios públicos del Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua, tales como los teatros, los museos, las galerías y las plazas. En la actualidad, algunas bandas y solistas ofrecen informalmente espectáculos de música, danza y teatro; el Paraninfo de la UACH y el Teatro de la Ciudad son sedes de conciertos más formales de las mismas artes; asimismo, los gobiernos locales ofrecen espectáculos con cantante y grupos para celebrar alguna fecha histórica o evento político.
Fundamentalmente, los museos y galerías de arte del Centro Histórico constituyen importantes ofertas culturales para ciudadanos y turistas. Entre estos museos, figuran la Casa Chihuahua, la Casa Chihuahua Siglo XIX, el Polifórum Cultural Universitario, el Centro Cultural Universitario “Quinta Gameros”, el Centro de Desarrollo Cultural y la sala del Congreso del Estado.
          Sin duda, hace falta la presencia del Séptimo Arte en el corazón de la ciudad de Chihuahua y en los corazones de los ciudadanos. En esas posibles salas deben alternar el cine comercial y el cine de arte o cine alternativo, el cine norteamericano y el cine mexicano, el cine europeo y el cine latinoamericano, el cine asiático y el cine africano. De esta forma, la capital del Estado podrá vivir y asumir un verdadero cosmopolitismo cultural.  



Bibliografia
Hernández Molina,  Martín. “El cine en Chihuahua / los espacios a través de la
historia.” TramoyamBlog. Capital Artística y Cultural de Chihuahua, México y el Entorno global 23 agosto 2009. Blogger. 12 febrero 2019. <www.tramoyam1.blogspot.com/2009/08/el-cine-en-chihuahua.html>.
Montemayor, Alma. Cien años de cine en Chihuahua. Chihuahua: Instituto
Chihuahuense de la Cultura / Instituto Superior de Arquitectura y Diseño /
Fondo Estatal para la Cultura y las Artes, 1998.
Viramontes Olivas, Óscar. “El Alcázar: Primer cine formal en Chihuahua.” El

2 comentarios:

  1. ...de éste artículo salió una amena platica en familia recordando " aquellos años".

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  2. En este artículo faltó mencionar el cinema del Real. Un pequeño cine ubicado en la avenida Américas a un lado de la entonces tienda Blanco que después fue Gigante. Ahora un edificio prácticamente abandonado y el cine terminó por ser demolido luego de permanecer en abandono varios años. Antes de quedar abandonado fue bar discoteque.

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