lunes, 28 de agosto de 2017

LIBROS CLAVES DE JOSE EMILIO PACHECO: POESIA Y NARRATIVA DE GRAN CALIDAD ESTETICA

LIBROS CLAVES DE JOSÉ EMILIO PACHECO: POESÍA Y NARRATIVA DE GRAN CALIDAD ESTÉTICA


ÓSCAR ROBLES



         El mexicano José Emilio Pacheco Barney (1939-2014) ganó el Premio Miguel de Cervantes en 2009 y con ello se convirtió en un posible candidato a competir por el Premio Nobel de Literatura en la segunda década del siglo XXI. Desgraciadamente, ocurrió la muerte temprana del gran escritor en 2014. Cinco libros claves de Pacheco son El Principio del placer (1972), Las batallas en el desierto (1981), No me preguntes cómo pasa el tiempo (1969), Los trabajos del mar (1984) y La sangre de Medusa y otros cuentos marginales (1990), según el artículo “5 imperdibles de José Emilio Pacheco”, publicado en el diario El Financiero el 26 de enero de 2016. 
       El primero aborda la corrupción política y la sexualidad en México a través de diversos cuentos. El segundo es una novela corta y se centra en el amor imposible de un niño por una mujer adulta que es la amante de un político mexicano y en la profunda amistad de este infante con el hijo de dicha mujer. El tercero es un poemario que explora la vida diaria y la política con humor desacralizante  y  que mezcla con brillantez “lirismo y coloquialismo” y “poesía intima y poesía social”, según dicho artículo de El Financiero. El cuarto es un libro de poemas que parte de la acción de un naufrago que arroja una botella al mar y, como consecuencia, los poemas son exaltaciones de la belleza de las criaturas del mar. Finalmente, la quinta obra es una recopilación de los cuentos de juventud y madurez.
          Otros destacados libros de Pacheco son los poemarios Los elementos de la noche (1963) e Irás y no volverás (1973), Viento distante y otros relatos (1963) y la novela Morirás lejos (1967), entre otros. Fundamentalmente, el breve poema “Alta traición” es un himno a los mexicanos desencantados por el papel del Estado autoritario en las décadas de los sesenta y los setenta. Este solo poema lo consagra como un poeta popular que define el nacionalismo desde un ángulo mas interno y profundo, el de la nación, más allá de la ideología cultural del Nacionalismo Revolucionario construido por el Estado mexicano corporativo durante el siglo XX.
      Asimismo, Las batallas en el desierto de Pacheco fueron llevadas a la pantalla en la década de los ochenta. El director mexicano Alberto Isaac llevó esta obra al cine bajo el título Mariana, Mariana (1987) y el guión fue escrito por Vicente Leñero y el propio Pacheco. En esta cinta, actúan Luis Mario Quiroz como Carlitos niño y Pedro Armendáriz como Carlos adulto en su papel de narrador. En especial, el papel de Mariana, la amante de un político mexicano, fue actuado por Elizabeth Aguilar.
El distinguido escritor mexicano fue catedrático universitario en la Universidad Autónoma de México (México), la Universidad de Maryland (Estados Unidos) y algunas universidades de Canadá y el Reino Unido. El Festival de Literatura Internacional de Berlín lo consideró como uno de los más importantes poetas latinoamericanos contemporáneos (“José”). Recibió los siguientes premios: el Miguel de Cervantes (2009), Reina Sofía (2009), el Federico García Lorca (2005), el Octavio Paz (2003), el Pablo Neruda (2004), el Ramón López Velarde (2003), entre otras distinciones literarias nacionales e internacionales de gran prestigio (“José”).
En especial, Pacheco ejerció el periodismo cultural, por medio de la constante y consistente publicación de sus artículos literarios y culturales en los más importantes diarios y revistas de México. Especialmente, sobresale la famosa columna “Inventario” que apareció semanalmente en la revista Proceso durante más de diez años. Primordialmente, los artículos abordaban temas de las literaturas latinoamericana, estadounidense y europea.   
Varios de sus libros ya forman parte de la historia de la literatura mexicana e hispanoamericana.



Obras citadas
“5 imperdibles de José Emilio Pacheco.” El Financiero 26 de enero de 2016.
“José Emilio Pacheco.” Wikipedia. The Free Encyclopedia. 27 August 2017.
Wikimedia Foundation, Inc. 7 July 2017.

ENTRENADORES DE LOS DORADOS EN LA HISTORIA DE LA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE CHIHUAHUA (1960-2004)

ENTRENADORES DE LOS DORADOS EN LA HISTORIA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIHUAHUA (1960-2004)


ÓSCAR ROBLES



          La Selección Mexicana de Baloncesto varonil se apresta a participar en el competido FIBA Américas de Colombia entre agosto y septiembre de 2017. Se enfrentarán contra poderosos equipos como los Estados Unidos, Canadá, Argentina, Puerto Rico, Brasil, Venezuela y República Dominicana. En esta selección, figuran los chihuahuenses Héctor “El Virito” Hernández y Jorge Gutiérrez, quienes jugaron en el basquetbol universitario de los Estados Unidos. El primero fue estrella con los Bulldogs de la Universidad Estatal de Fresno y el segundo sobresalió con los Osos Dorados de la Universidad del Sur de California. Ya no aparecen en este representativo nacional Noé Alonzo y Román Martínez, quienes también son destacados jugadores ligados al Estado Grande por nacimiento y raíces familiares, respectivamente.
Estos dos jugadores del selectivo nacional de 2017 recuerdan a muchos fanáticos que Chihuahua dio a luz en el siglo XX a estrellas y leyendas del baloncesto mexicano como Jesús “Tuto” Olmos, el juarense Josué “Neri” Santos, Héctor “El Tarzán” Guerrero, Carlos “Aguja” Quintanar, el parralense Raúl Palma, Rafael Palomar, el nativo de Casas Grandes José Luis “Satanás” Arroyos y el hijo de Meoqui Eduardo “Lalo” Nájera, entre muchos. Aun más: De los cuatro jugadores que han participado en clubes de la National Basketball Association (NBA) en toda la historia, dos de ellos han nacido en tierra chihuahuense: Eduardo Nájera y Jorge Gutiérrez.


EDUARDO NAJERA JUGO EN DOS LIGAS DE LOS ESTADOS UNIDOS: EN EL BALONCESTO UNIVERSITARIO DE LA NCAA Y EN EL BASQUETBOL PROFESIONAL DE LA NBA


El Salón de la Fama del Deporte de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH) ilumina la mirada y la memoria con sus brillantes y abundantes trofeos y sus transparentes y nutridas vitrinas. Especialmente, el orgullo regional despierta cuando se revisan los carteles sobre el baloncesto de la famosa universidad norteña. Como se sabe, Chihuahua y la UACH han sido el semillero principal de los grandes estrellas del deporte ráfaga en México durante casi ochenta años de historia, entre la década de los treinta y 2017.
          En primer lugar, un cartel de una vitrina hace un recuento de los históricos entrenadores del equipo varonil los Dorados de Chihuahua. Entre 1960 y 2004, los entrenadores han sido los siguientes, según este póster: 1) Alfredo “Titina” Fernández, quien dirigió a los basquetbolistas universitarios entre 1960 y 1964; 2) Pedro Barba, entre 1964 y 1973; 3) Salomé Ledezma, entre 1973 y 1974; 4) Francisco “Rufo” Torres, entre 1974 y 1977; 5) Homero Moriel Santiesteban, entre 1977 y 1996; 6) Ángel Ortiz Molina, entre 1997 y 2002; 7) Alfonso Araiza Contreras, entre 2003 y 2004. Hasta 2016, no se habían puesto en las vitrinas los nombres de los entrenadores más actuales del periodo de 2005-2017.



PEDRO BARBA DIRIGIO A LOS DORADOS DE LA UACH ENTRE 1964 Y 1973



HOMERO MORIEL FUE ENTRENADOR DE LOS DORADOS DE LA UACH ENTRE 1977 Y 1996


          Asimismo, los visitantes pueden mirar entre el montón de dorados y plateados trofeos algunas fotos significativas. Por ejemplo, se observa una escena de Raúl Palma jugando en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976. También, se ve la foto de los Dorados de la UACH, quienes fueron campeones nacionales en 1968 y 1969 bajo la dirección técnica de Pedro Barba. También, fungió como coach de este equipo campeón el gran Homero Moriel. En esta histórica foto, los jugadores posan en su uniforme tradicional. Ellos son Eloy Márquez, José López, Héctor Pérez, Óscar Asiáin, Agustín “Tin” Ávila, Pablo Tamez, Raúl Palma, Héctor Payán, José González, Jorge “La Flecha” Zaragoza, Hugo Patiño y otro jugador cuyo nombre no se alcanza ver claramente en la foto. Como se advierte en esta lista, hay varios jugadores leyendas de los Dorados y de la Selección Nacional: Asiáin, Palma y Zaragoza.
          Asimismo, figuran algunos documentos importantes sobre las famosas Adelitas de la UACH. Las Adelitas también cuentan con un extraordinario historial que viene desde finales de la década de los treinta hasta la segunda década del siglo XXI. Por ejemplo, los chihuahuenses pueden contemplar una foto de las Adelitas campeonas nacionales en 1995. Además, se hace referencia a los seis campeonatos nacionales consecutivos de las Adelitas cosechados en el periodo de 1969-1975.



LAS ADELITAS DE LA UACH DE 1968 BAJO LA DIRECCION DE SALOME LEDEZMA


          El Salón del Deporte de la UACH se encuentra ubicado dentro de las instalaciones del Gimnasio Universitario Manuel Bernardo Aguirre (MBA). En este recinto del deporte, también se aloja el Salón del Deporte Chihuahuense. Este popular y monumental gimnasio se sitúa en el viejo Campus de la UACH, muy cerca de la Avenida Universidad. La entrada es gratuita y el gimnasio ofrece a las familias chihuahuenses la oportunidad de conocer la historia del deporte en el Estado Grande y de ver algún juego de baloncesto varonil o femenil. Sobre todo, esta “Catedral del baloncesto chihuahuense” invita a fomentar la práctica de los deportes entre los niños, jóvenes, adultos, hombres y mujeres.

          Los gentiles lectores pueden encontrar más artículos en mi Blog sobre la historia de los Dorados y las Adelitas de Chihuahua y de la UACH. Uno de ellos trata sobre los mejores basquetbolistas de Chihuahua entre 1936 y 2017 dentro de la rama varonil.

"'MAR AL FIL'. UNA ESTETICA DE ORIENTE": EXQUISITAS ESCULTURAS DE MARFIL EN MINIATURA

MAR AL FIL. UNA ESTÉTICA DE ORIENTE”: EXQUISITAS ESCULTURAS DE MARFIL EN MINIATURA





ÓSCAR ROBLES







ESTOS MUSICOS ORIENTALES FUERON CREADOS CON UNA FINA Y PRECISA TALLA CON EL MARFIL DE LOS CUERNOS DE LOS ELEFANTES



          Y el marfil toma forma y volumen, tallas finas y magia de oriente, poesía y luz de hueso: Un árbol, un ave, un pescador, una mujer artista, dos amantes desnudos. . .
He aquí un breve inventario de refinadas esculturas en miniatura exhibidas temporalmente en el Museo Casa Chihuahua de la ciudad de Chihuahua entre finales de 2015 y principios de 2016:
          Una colonia rural de casas minúsculas entre algunos puentes y el denso follaje de los árboles; diversos ancianos erguidos y caminando; atrevidas escenas eróticas de parejas heterosexuales desnudas; pescadores cargando sus largas cañas y sus pescados; un ave de fino y largo plumaje marrón oscuro posada sobre una nutrida rama llena de hojas café claro; una exquisita mujer vestida con elegante vestido y tocando un pequeño instrumento musical de cuerdas, cuyos volúmenes parecen amarilla crema petrificada; un grupo de músicos tocando sus instrumentos entre arbustos y otras figuras de gran calidad.


UNA FINA AVE DE RICO PLUMAJE EN LA MUESTRA "AL MAR FIL. UNA ESTETICA DE ORIENTE"



UNA ELEGANTE MUJER CON UN INSTRUMENTO MUSICAL EN LA EXHIBICION DEL MUSECO CASA CHIHUAHUA



Estas piezas fueron talladas por manos de anónimos maestros orientales. El material es marfil y son finas y sutiles imágenes de la naturaleza, los humanos, las viviendas y diversos objetos de arte, entretenimiento y trabajo. En general, estas piezas de arte en miniatura son delicadas y de color amarillo claro o pintadas en distintos tonos del color café.
          Los cuernos de marfil de los elefantes fueron el material usado por estos exquisitos artistas sin nombre. Este uso causó serios conflictos por la caza y el sacrificio de estos gigantescos animales mamíferos de la selva, según explica uno de los carteles de presentación colocados en dicho museo de la ciudad de Chihuahua.
          Las esculturas fueron figuras de extremo refinamiento: Figuras de personas, animales, vegetales y objetos. Fundamentalmente, la fina talla, la forma en miniatura y la delicada figura de las cosas representadas tocó las “entrañas” mismas de los versos breves del haikú japonés, las suaves y rosadas hojas de los cerezos, las artesanías orientales en miniatura hechas de distintos materiales y la honda poesía del Tao Te King de Lao-Tsé.
          Fue una verdadera delicia visual contemplar estas esculturas. En total, fueron mostradas veintiocho piezas de talla magnificente y exacta factura artística. Todas estas obras eran de color amarillo crema. En realidad, el blanco es el color original de los enormes colmillos de los elefantes. Con el tiempo, el marfil adquiere el color de un tenue amarillo, según explica uno de los carteles colocados en el citado recinto artístico.
          Esta exhibición de excelentes esculturas orientales en miniatura tuvo lugar en el Museo Casa Chihuahua de la ciudad de Chihuahua y abarcó las fechas del veinte de noviembre de 2015 al ocho de febrero de 2016.



EL CARTEL DE PRESENTACION DE LA MUESTRA "AL MAR FIL. UNA ESTETICA DE ORIENTE"



lunes, 14 de agosto de 2017

MADRE TARAHUMARA

MADRE TARAHUMARA




ÓSCAR ROBLES





          Le compro uno de los dos últimos mazapanes de La Rosa, Carga una caja vacía y un morral. Un niño la acompaña.
          Su rostro gordo y colorado refleja alta bondad, pura bonhomía, rostro de esas mujeres santas madres tarahumaras.
          Le deseo parabienes y mejores ventas en el futuro. Me devuelve las monedas de cambio por la compra del dulce, sin decir palabra. Parece cansada por la larga jornada del día.
  ¿Cuántas cajas vendió?
  Dos —me contesta con timidez.
  ¿Vende la misma cantidad cada día?
  Sí —y vuelve a su silencio.
Se van madre e hijo, los dos muy contentos por su trabajo del día, con su diaria vendimia de calle, sus ventas de sencillo dulce envuelto en fino papel de celofán, un regalo de cacahuate en polvo, blando para el corazón, golosina simple para calmar el hambre cotidiana.
          Se van felices los dos rarámuris, caminando ambos por esas calles de Dios, cerca de la majestuosa Catedral de la Santa Cruz. Los veo y los admiro y guardo silencio como Ella.
Su trabajo es una verdadera y auténtica lección moral para todos los mexicanos, mestizos e indios, desde hace más de cinco décadas, entre el siglo XX y el siglo XXI. Ellas y ellos sobreviven a todo tiempo mexicano, a todo gobierno y sociedad, con crisis y sin crisis económica y/o social. Los tarahumaras son una gran lección cotidiana para los ambiciosos y criminales, para los corruptos y viciosos, para los que ejercen todo tipo de violencia para imponer su absurda voluntad sobre los otros y las otras.
Desde niño, yo los veía en las calles mercando sus milagrosas hierbas medicinales, ya sea hierbanís, hierba de la víbora, laurel o manzanilla o su delicioso pinole de maíz molido que se bebe tradicionalmente con leche, sin azúcar. Desde niño, los he visto y admirado como héroes anónimos del “México profundo” en las calles de mi colonia y en el centro de la ciudad de Chihuahua.
          En especial, las madres tarahumaras son heroínas, muy trabajadoras y sencillas. En el Centro Histórico, se ven los vestidos de ellas en movimiento como coloridos ramos de flores o lienzos de arte, telas tatuadas con la intensa luz de la mañana o la dulce luz del sol de la tarde. Sus vestidos son un emblema de color, arte, trabajo manual, esfuerzo propio de sus hábiles manos tejedoras.
Las madres tarahumaras tejen la elegante y tradicional ropa de las mujeres de la familia e hilan los dinámicos olanes de mangas y falda que mueven cuando caminan con gracia sin igual, como bellos personajes que pudiera haber descrito el zacatecano Ramón López Velarde en un poema a la patria mexicana. Estas santas madres tejen los vestidos mientras venden sus hierbas y sus dulces, sentadas plácidamente bajo árboles en la calle Libertad y en otras arterias citadinas del Centro Histórico de Chihuahua capital.
          Desde aquí, cerca de la Catedral, todavía contemplo el largo vestido de la madre tarahumara de los sabrosos mazapanes, con su niño siguiéndola de cerca: Un lienzo de flores desplegado en la dorada tarde del PaseoVictoria.
          Cerca de ahí, en el Parque Encuentro de Culturas, se erige una estatua gigante en homenaje a la madre tarahumara. Es obra de la escultora. La efigie muestra a una mujer con pañoleta y clásico vestido rarámuri, caminando hacia el sur de la ciudad con la frente en alto, con su bebé envuelto en un rebozo atado a su espalda que luce como un capullo de mariposa, como la matriz de donde surgirá otro ciudadano chihuahuense y mexicano.
          La madre tarahumara es en verdad un gran orgullo de Chihuahua y de México, madre joven o madre abuela. Son gente buena y pacífica, que proyecta su propia cultura con orgullo y gran belleza en las calles de la capital. Su sobrevivencia básica con la venta de mazapanes o chocolates o hierbas es una verdadera hazaña moral en estos tiempos de aguda crisis económica y crimen y violencia y en otros tiempos pasados de subdesarrollo y autoritarismo político.

          ¡Dios bendiga a estas buenas madres tarahumaras de la resistencia y la sobrevivencia diaria!

LA TIENDITA DE LAS AGUAS FRESCAS Y LAS HISTORIETAS

  LA TIENDITA DE LAS AGUAS FRESCAS Y LAS HISTORIETAS   POR ÓSCAR ROBLES            Ya no resplandecían los coloridos barriles de vid...