domingo, 11 de julio de 2021

PLANTAR UN ÁRBOL: AMOR A LA NATURALEZA, CIVILIDAD Y SALUD AMBIENTAL Por Óscar Robles

EFIGIE "EL NINO Y LA ECOLOGIA" DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA 

La tarea es sencilla, civilista y comunitaria: el gobierno municipal convoca a los ciudadanos a plantar árboles en el parque de su propia colonia o barrio una o dos veces al año. Un domingo elegido la familia acude con los árboles que ellos mismos adquieren en una tienda. Padres e hijos cavan un hoyo con sus picos y palas y colocan ese ser vivo y verde de la naturaleza que da oxígeno al medio ambiente.

"EL ARBOL DE LA VIDA" DE SEBASTIAN EN LA CIUDAD DE CHIHUAHUA 

 El ayuntamiento en turno envía algún representante de la agencia del medio ambiente a cada parque para brindar asesoría a las entusiastas familias. Elige los parques apropiados para cada domingo. Las familias pueden llevar moros, pinos, táscates, lilas, encinos y otras clases de árboles. De esta manera, gobierno y sociedad regeneran los parques, incrementan el aire puro de la ciudad y forjan la posibilidad de que los árboles den sombra a las personas en un futuro cercano, especialmente si se plantan cerca de las bancas.
ESCULTURA "EL NINO Y LA ECOLOGIA" DEL BULEVAR ANTONIO ORTIZ MENA DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA 

Es una sencilla actividad para fomentar la gobernabilidad, la civilidad, el sentido comunitario, la importancia de la naturaleza y los parques, la necesidad de fortalecer la unidad de las familias, la inclinación hacia el trabajo físico positivo, la búsqueda de desarrollar la colaboración humana entre niños y adultos, el sentido de pertenencia a una comunidad o región y la reorientación del tiempo libre de las familias hacia tareas verdaderamente ciudadanas, que se aparten del materialismo, el consumismo y la diversión frívola, extrema y viciosa que tanto ahoga a las ciudades mexicanas.

miércoles, 7 de julio de 2021

CENTRO COMUNITARIO, COLONIA Y MUNICIPIO EN EL MEXICO DEL SIGLO XXI Por Óscar Robles

Construir comunidad es la clave de México para las próximas décadas del siglo XXI. La más efectiva y profunda reconstrucción nacional no es el capitalismo neoliberal, el corporativismo o el populismo. El nuevo México debe partir de la remodelación y ampliación de los centros comunitarios, pues millones de familias residen en las colonias y barrios de todo el país. 

La familia es la más importante institución de civilización y ha sido muy afectada por el materialismo mercantil, el consumismo salvaje, el machismo violento, las anticulturas del crimen, los vicios con sustancias tóxicas, los divorcios y todo tipo de adicciones engendradas bajo y no por el capitalismo neoliberal y global. Numerosos barrios y colonias son en la actualidad centros de barbarie y salvajismo. Además, abundan las familias disfuncionales debido a las nuevas costumbres privadas y sociales generadas por la productividad, el trabajo, las ciudades medianas y grandes, las nuevas tecnologías y la general dependencia de las máquinas. 

Las colonias son el “corazón” verdadero de la nación mexicana; los centros comunitarios, el "alma" de la patria. Por ello, los centros comunitarios deben ofrecer mejores y más variados servicios públicos y profesionales, mejores y más grandes edificios y tecnología más sofisticada y avanzada. Este tipo de centros municipales en colonias y barrios pueden ser una gran fuente de empleo bien pagado para profesionistas universitarios de las distintas especialidades de las ciencias, las humanidades, los deportes y la tecnología. 

Por este nuevo perfil, se requiere que los ayuntamientos inviertan mucho más dinero en los centros comunitarios. Incluso, la empresa privada puede servir en esta trascendental remodelación civil y municipal en bien de los mexicanos. Los gobiernos municipales, estatales y federal deben colaborar en dichas inversiones bien planeadas y consistentes. En los centros comunitarios, pueden forjarse verdaderos seres humanos, ciudadanos y mexicanos. Como consecuencia, los gobiernos mexicanos deben disminuir las costosas inversiones para construir calles, avenidas y distribuidores viales, porque en esos sitios se procrea una mentalidad muy maquinal, sumamente individualista, arrogante y agresiva. 

Los mexicanos del siglo XXI rinden culto al carro, la motocicleta y la camioneta y son muy adictos a todo tipo de vehículo automotor. A veces, los convierten en cantinas ambulantes que promueven el vicio expósito, el ruido excesivo, el escándalo público, el terror, la violencia y hasta la muerte. 

Ante todo, México es una comunidad real y no imaginada: una comunidad nacional con múltiples comunidades municipales. Por este motivo, hay que fortalecer las colonias y los barrios, los centros comunitarios y los servicios compartidos. Las colonias y barrios son importantes células vivas generadoras de civilidad y cultura. Una parte de los mexicanos del siglo XXI actúan como máquinas, animales y “zombis” debido al impacto del mercado, el consumismo y las abundantes máquinas. Mejores centros comunitarios pueden hacer mejores ciudadanos. Además, un mejor transporte público moderno y colectivista en cada municipio y ciudad puede cambiar parcialmente esa mentalidad individualista y deshumanizada. 

Del “corazón” del municipio y la patria, del “alma” de las colonias y barrios, nacerá el nuevo y moderno México: más humano, más comedido, más colaborativo, más legal, más justiciero, más compasivo, más educado, mas nacional. Colonias y centros comunitarios son ese “corazón” y esa “alma”. La educación primaria, media superior y superior van a complementar y reforzar el surgimiento de mejores seres humanos, ciudadanos y mexicanos.

LA TIENDITA DE LAS AGUAS FRESCAS Y LAS HISTORIETAS

  LA TIENDITA DE LAS AGUAS FRESCAS Y LAS HISTORIETAS   POR ÓSCAR ROBLES            Ya no resplandecían los coloridos barriles de vid...