jueves, 12 de octubre de 2017

"FLORES" DE MARIO BELLATIN: HISTORIAS SOBRE LA SOLEDAD URBANA

FLORES DE MARIO BELLATIN: HISTORIAS SOBRE LA SOLEDAD URBANA



ÓSCAR ROBLES



   Como novela fragmentaria, Flores (2001) de Mario Bellatin integra los destinos adversos de varios personajes centrales que sufren enfermedades físicas y mentales o conflictos sociales. Por ejemplo, el escritor padece los problemas de la deformación física; Eva, de la vejez; El Amante Otoñal, de la perversión sexual; Alba La Poeta, del alcoholismo; y Brian comete el asesinato de su propio hijo. En conjunto, todas ellas son historias de soledad y desamor en una ciudad metropolitana.


FLORES DE MARIO BELLATIN ABORDA HISTORIAS DE SOLEDAD, FAMILIAS DISFUNCIONALES Y FARMACOS

A veces, los personajes de esta novela se intercalan y aparecen en episodios propios de otros personajes. En este sentido, esta incrustación de personajes se parece un poco a las narrativas de los filmes Short Cuts (Estados Unidos, 1984) del estadounidense Robert Altman o Amores perros (México, 2000) del mexicano Ignacio Gonzalez Iñárritu. En la novela, un narrador omnisciente cuenta con gran objetividad y frialdad varias historias dramáticas de personajes solitarios y de familias que padecen la separación de sus cónyuges porque engendraron niños que nacieron sin brazos o piernas o que sufren de asma.
         Formalmente, Flores construye su narrativa con el rigor de la prosa breve y diversas descripciones que se acercan al texto poético. De esta forma, el mexicano Bellatin inaugura el siglo XXI con una novela que recrea los problemas complejos propios de la ciencia de los fármacos, de las familias disfuncionales, de las deformaciones físicas en los nacimientos de bebés y de la soledad urbana de las metrópolis estadounidenses.
      Como contrapunto a la tragedia y la amargura, a la enfermedad y el vicio, el autor pone sutilmente la presencia de flores diversas. Unas veces, estas flores son símbolos de la belleza y la naturaleza; otras, recuerdan con nostalgia a la infancia y a la familia; también, algunas flores se asocian a la muerte y a la vejez; asimismo, estos vegetales delicados evocan el sueño o revelan aspectos de la identidad personal de un personaje. Por ello, Bellatin titula a su novela Flores y coloca nombres de flores diferentes en los treinta y seis capítulos. A veces, el significado de la flor es oscuro o indeterminado. Incluso, no aparece una referencia a la flor específica dentro de la narración misma de un episodio. En particular, el índice de los capítulos es un verdadero inventario de flores, pues el autor incluye rosas, orquídeas, claveles, tréboles, cartuchos, azucenas, amapolas, magnolias, pasionarias, crisantemos, geranios, jacintos, petunias, tulipanes, aves del paraíso, siemprevivas, gladiolos, dalias, camelias, gardenias, astromelias, begonias, lluvias de primavera, pensamientos, lirios, flores de muerto, alhelíes, azahares, holoturias, bugambilias, violetas, mastuerzos, retamas, caléndulas, rosas japonesas y margaritas.
         En la novela de Bellatin, sobresale la figura del escritor, quien posee una pierna ortopédica. La misión de este personaje es escribir libros y describir en un sueño su vocación artística concentrada esencialmente en la belleza particular de las violetas. Al principio del capítulo “Violetas”, el escritor contempla una maceta de violetas y “logra introducirse en su esencia” (Bellatin 99). Luego, recuerda todas las macetas de violetas de su madre puestas en la sala de su departamento. Finalmente, cuando presencia un espectáculo artístico en el presente narrativo, siente que “se encuentra dentro del corazón de las violetas de su madre” (102). Asimismo, este escritor explora el sueño, el alcohol, el amor, la religión de los musulmanes y la relación extraña con el Amante Otoñal y la anciana Eva.
      Por otro lado, la visión crítica del mundo aparece especialmente en las secuencias narrativas dedicadas al científico alemán Olaf Zumfelde, quien investiga los efectos nocivos de un fármaco en el nacimiento de los bebés. En particular, este profesional europeo busca descubrir si dicha medicina produce deformaciones físicas en los niños o si estas anomalías son simples mutaciones genéticas. Finalmente, su asistente Henriette Wolf altera los dictámenes de este facultativo germánico en torno a los pacientes que padecen tales deformaciones físicas.
         Con este material narrativo de Flores, Bellatin es un novelista muy original que aborda tópicos de fines del siglo XX en camino hacia el siglo XXI. Fundamentalmente, este escritor incorpora los efectos negativos de la ciencia contemporánea, los destinos de las familias disfuncionales y los efectos de la nueva soledad urbana de las grandes metrópolis capitalistas. Asimismo, la gran ciudad en que viven los personajes de Flores está poblada no de grandes rascacielos, estadios deportivos, centros comerciales y escenarios de espectáculos, sino de orfanatorios, bares, apartamentos y casas para solitarios, divorciados, viejos y poetas. En este sentido, Bellatin configura ficcionalmente historias que revelan en conjunto la “cara oscura” de la modernidad bajo el capitalismo global.
      Fundamentalmente, casi todos los personajes de Flores son paradigmas de la humanidad de fines del siglo XX y principios del siglo XXI. Por ello, aparecen el escritor, la Poeta, el músico, el Amante Otoñal y el sheik que preside los cultos religiosos de los musulmanes que viven en el extranjero. En contraste, los personajes con nombre propio encarnan los arquetipos del padre, la madre, el científico y la asistente, entre otros. En particular, el escritor es un referente indirecto a la profesión y a la biografía del propio Mario Bellatin.
         En conclusión, Flores funciona como una novela fragmentaria y como cuentos o episodios independientes. Cuenta con personajes desolados y solitarios que viven bajo contextos sociales de las metrópolis y grandes ciudades bajo el impacto del capitalismo global y dentro de relaciones humanas solidarias o disfuncionales. La novela explora la ciencia, el vicio, el arte, la vejez, la infancia, la deformidad física y otros temas construidos con una prosa reconcentrada y muy objetiva. Entonces, el autor desgrana breves y desdramatizados episodios en la vida de sus protagonistas. Por ello, domina más la descripción objetiva que la narración prolongada. Es esto una forma de “congelar” y quintaesencializar los dramas humanos que se desarrollan en sociedades capitalistas y en grandes metrópolis.
         El mexicano Mario Bellatin (1960—) es autor de las novelas Las mujeres de sal (1986), Efecto invernadero (1993), Canon perpetuo (1993), Salón de belleza (1994), Damas chinas (1995), Poeta ciego (1998), El jardín de la señora Murakami (2000) y Shiki Nagaoka: una nariz de ficción (2001), entre otras. Especialmente, Salón de belleza fue nominada al premio Médicis en 2000 como la mejor novela traducida en Francia.



MARIO BELLATIN, AUTOR DE FLORES




Obras citadas

Bellatin, Mario. Flores. México: Joaquín Mortiz, 2001.

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