martes, 24 de julio de 2018

SIETE OBRAS ARTISTICAS EN EL CENTRO DE CONVENCIONES DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA



SIETE OBRAS ARTÍSTICAS EN EL CENTRO DE CONVENCIONES DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA




ÓSCAR ROBLES




         Arlequines rosados y extraños dignatarios antiguos; feroces y devorantes animales vacunos y una jungla de figuras geométricas diseminada en hojas multicolores; una fastuosa y fina alacena mexicana y una mujer con cobija de agua soñando una niña, una ciudad y una fiesta; una exquisita y esbelta mujer exótica con un cántaro de agua a la cabeza: Son las imágenes de las siete pinturas y una escultura exhibidas de manera permanente en El Centro de Convenciones de la ciudad de Chihuahua. Los ciudadanos y turistas pueden disfrutar de este destacado arte local mientras realizan sus actividades de negocios y reuniones sociales en dicho recinto.
Estas siete obras de arte engalanan los espaciosos pasillos y salas de dicho edificio, emanando su belleza original y su imaginería desbordante. Los autores de estas obras son nativos del Estado Grande en su mayoría. Destacan los nombres de los artistas Virginia Pérez, Carlos Ruiz, Enrique Samaniego y Enrique Venegas. Las obras son pinturas al óleo de arte figurativo y abstracto y una escultura forjada en metal. Los gentiles lectores pueden revisar a continuación una breve descripción de estos cuadros y de la efigie y admirar sus respectivas fotos. Las sobresalientes obras no exhibían el título de las mismas.

CUADRO DE ENRIQUE SAMANIEGO SAENZ

1. Ocho arlequines de atuendos y sombreros alargados en colores rosa claro y naranja se preparan para una aparente función de entretenimiento dentro de una habitación de muros azul rey de un palacio antiguo. Al fondo, se ve una ventana y un jarrón enorme, los cuales indican un referente histórico anterior a la Época Contemporánea. En especial, estos artistas lucen expectantes y serios en el primer plano del cuadro, justo antes de un posible evento de entretenimiento. Los arlequines pueden dividirse en dos grandes grupos. En el primerísimo plano, se encuentran cuatro de ellos: Uno carga de pie un tambor de cueros café oscuro a la izquierda del cuadro; otro porta una esfera de cristal y una enorme espada a la derecha de la pintura; al centro, un arlequín de largo gorro cruza sus manos; otro más aguarda sentado sobre una enorme caja con un pequeño bastón en mano derecha. Al fondo, se mira el segundo grupo de estos hombres del espectáculo: Son cuatro hombres que aguardan de pie, con rostro serio, uno de los cuales carga una enorme vara con una pequeña luna blanca en la cúspide.
Esta interesante pintura al óleo retrata, pues, una escena de antigua corte real, sin una ubicación histórica específica a priori. Por ello, es una versión moderna de esa antigua práctica cultural. Pertenece a Enrique Samaniego Sáenz y data de 1994. Finalmente, sus ocho arlequines han sido plasmados en colores pastel, con la suavidad de contornos y todos aparecen en un primer plano. Los colores blandos seducen la mirada. El pintor nos recrea con buen dibujo y colores apropiados el mundo del espectáculo en las cortes reales.

OCHO PERSONAJES EN ESTA PINTURA DE ENRIQUE SAMANIEGO SAENZ



UNA HERMOSA ALACENA EN ESTE CUADRO DE VIRGINIA PEREZ

2. Las finas telas blancas y plateadas de algunos manteles penden arriba de un tradicional mueble de pared propio de las cocinas: La flamante alacena colonial; abajo, proyectan lujo, sensualidad y belleza pura las obesas y esbeltas vasijas de porcelana blanca con motivos florales color azul y despliegan amorosos colores las abundantes y deliciosas frutas. Dividida en cuatro partes, esta alacena maravillosa está incrustada en una pared amarilla y cuenta con una base marrón claro de madera. Resalta la transparencia sutil de los manteles. En suma, el delicioso, femenino e íntimo lienzo de Pérez retrata uno de los muebles de la cocina tradicional mexicana, herencia de un pasado colonial. Como toque especial, el esbelto florero con el albo alcatraz de cavidad blanda en el centro representa una sensual y hasta sexual feminidad. Al mismo tiempo, este erotismo objetual se proyecta en una delicada y breve abertura colocada justo en el centro de la alacena.
Este maravilloso y refinado cuadro al óleo es obra de la chihuahuense Virginia Pérez. En resumen, traza una figura objetual plenamente realista: Una flamante y lujosa alacena muy mexicana con precisos detalles de dibujo, color y volumen. En particular, los colores telúricos de muro y base emanan una dulce calidez humana. El cuadro no presenta una fecha de creación. En 2014, Pérez presentó una deslumbrante exposición en el Museo Casa Chihuahua con espléndidas alacenas, bellos ángeles y lujosos y delicados encajes, entre otras imágenes. Los amables lectores pueden consultar el artículo sobre la muestra El lujo de las imágenes de Virginia Pérez en el presente Blog.


PINTURA DE CARLOS RUIZ

3. En esta pintura, tres hombres de vestimentas exóticas y antiguas hablan en primerísimo plano frente a un muro amarillo claro. En este muro, se encuentran dos cuadros con las figuras erguidas de tres dignatarios de otras épocas históricas, situados dentro de un palacio real. Los tres hombres lucen como figuras pétreas, fantásticas y hasta simbólicas, especialmente los dos hombres de la izquierda del cuadro, cuyas imágenes fueron plasmadas en colores gris y amarillo claro respectivamente. Estas personas parecen representaciones de antiguas culturas, pero la configuración del cuadro no es plenamente realista, sino que hay una intención autoral aparentemente crítica. Resaltan los mantos largos de los tres, sus altos gorros y sus largas cabelleras. Como comparación y/o contraste, los dos cuadros de arriba representan dos escenas en miniatura donde aparecen tres hombres también, caminando dentro de un palacio real en cada pintura. Ellos están investidos en mantos largos y prominentes gorros en su cabeza. En particular, los colores claros de los hombres del primer plano les dan aspecto de estatuas de piedra. Dos de ellos muestran su piel morena y uno su piel blanca.
Esta obra de Carlos Ruiz fue creada en 1998 y es una pintura al óleo. La entera escena central subraya más la representación simbólica, la retextualización crítica que un realismo reproductivo, tal vez como una crítica cultural o alteración estética que ejecuta el artista. Así, el pintor recrea con más realismo las escenas de los cuadros pequeños y convierte en estatuas a los personajes del primer plano. Por ejemplo, el personaje del centro parece como una efigie de entero metal amarillo. Por otro lado, estos tres dignatarios principales exhiben figuras distorsionadas y un tanto grotescas. En general, la factura artística de la obra es de gran calidad por su suave dibujo, la apariencia pétrea de las figuras y por la precisión en la configuración de las dos escenas en miniatura con tres miembros de la realeza. Sin embargo, es complejo el significado cultural de esta pintura. Los tres personajes centrales relucen como representaciones distorsionadas y muy hieráticas de la gente del poder político, justo en el primer plano del cuadro. Asimismo, el referente cultural parece más propio de antiguas culturas y antiguos palacios. Finalmente, las escenas de los dos cuadros pequeños parecen más realistas que los tres personajes del primer plano, los cuales lucen como símbolos de crítica cultural: Los dignatarios son, pues, como piedras, paralizados en sus acciones y discusiones.


PINTURA ABSTRACTA DE ENRIQUE VENEGAS

4. Hojuelas blancas, azul claro, azul oscuro y rojas pueblan el lienzo y le dan un gran dinamismo a la completa imagen abstracta. Lucen como una lluvia de colores, como una jungla abstrusa y un tanto geométrica. La figura disgregante finalmente concreta finalmente una armonía estética y adquiere autonomía con respecto al mundo real. En suma, es un cuadro abstracto, con trazos geométricos y gran colorido.
Esta pintura al óleo pertenece al chihuahuense Enrique Venegas y salió a la luz pública en 1998. El estilo artístico de las “hojuelas” es similar a sus cuadros presentados en el Centro de Desarrollo Cultural (CDC) de la ciudad de Chihuahua en 2015 bajo el nombre de “Imágenes”. Sin embargo, estos cuadros mostraban figuras diversas disgregantes, tales como músicos, bailarines, indios y niños. Todos estos cuerpos humanos y los instrumentos musicales se descomponían en “hojuelas” de colores como la obra abstracta del El Centro de Convenciones. Así pues, la forma artística es similar, pero no el contenido.

ESCENA ABSURDA DE ANIMALES VACUNOS EN ESTE CUADRO DE AUTOR ANONIMO

5. Absurda pesadilla o filme de dibujos animados este quinto cuadro: Cuatro animales vacunos y cornudos bailan de pie con sus patas traseras y exhiben sus ubres de colores, dentro de una absurda y onírica danza macabra y feroz. Justo al centro del estrafalario cuadro, la bestia de cabeza roja parece devorar y destazar a otra criatura informe, usando su hocico y la víctima del destazamiento parece exhibir sus vísceras sangrantes plenas de colores rojo y naranja. Esencialmente, el artista utiliza un colorido muy contrastante y un dibujo muy distorsionante, para diseñar una absurda escena de pesadilla. El fondo del cuadro también es absurdo y contrastante, trazado con colores azul claro y rojo encarnado. Justo debajo de los vacunos monstruosos, se ve una especie de vereda color verde claro con líneas en su interior y justo atrás se observa un grueso tronco marrón oscuro, lo cual denota una escena campestre.
Esta quinta obra no exhibía el nombre de su autor ni el año de creación artística. Es también un cuadro al óleo. En resumen, sus cuatro figuras centrales son animales mamíferos como de película de dibujos animados o historietas macabras, ubicados todos dentro de una escena extrañamente fantástica. Finalmente, el dibujo tan sinuoso e irregular y los colores absurdamente contrastantes potencian la rara escena de pesadilla.


MUJER SONANDO EN ESTA PINTURA DE BANDIDO

6. Una mujer de cabello pelirrojo está dormida en el primer plano de la pintura. Está cubierta con un extraño y fantástico manto de agua verde. A su alrededor, aparecen varias escenas fantásticas que forman parte de sus desvaídos sueños. Por ser onírico, este cuadro se nutre de la extraña yuxtaposición de objetos y personas junto a su lecho. En primer lugar, flotan en la verdosa agua un zapato blanco, una silla diminuta y un robusto animal mamífero de color blanco. De su oído izquierdo sale una largo pieza para captar sonidos y luce como un instrumento musical de viento. De izquierda a derecha, se despliegan otros tres sueños: Una niña de tez morena en postura erguida; una ciudad con altos y modernos edificios cuyas ventanas parecen descomponerse; y, finalmente, se ve una fiesta o reunión de varias personas. Esencialmente, otro personaje femenino, onírico y fantasmal aparece cerca de sus gruesos pies. Es una mujer de la misma dimensión que la mujer soñante. Muestra los ojos vacíos, trae un vestido rojo y su cabello es negro. En general, privan en esta obra el orden irracional y las situaciones absurdas.
         El cuadro es firmado por Bandido y no tiene fecha de creación. La escena onírica es multiespacial y parte del sueño de una mujer acostada y cubierta con un poético cobertor de agua verde claro. El agua está conectada simbólicamente con los sueños. El dibujo es distorsionante y el pintor contrasta los colores oscuros de los sueños [rojo, negro, gris oscuro] con la claridad del agua. Por su tema, puede verse como una pintura surrealista cuyas figuras lucen un tanto dispersas y borroneadas, como propias de los fugaces sueños.   


EXQUISITA ESCULTURA DE MUJER AFRICANA DE AUTOR ANONIMO

7. La escultura en metal muestra la figura erguida de una mujer africana con un cántaro colocado sobre su cabeza y sostenido con ambas manos. Su fino torso desnudo y plateado deja ver unos diminutos y frutales pechos; tiene el pelo muy corto; su delgado cuello enseña un enorme collar negro que le cubre toda esta delicada parte del cuerpo; y, finalmente, le cuelgan unas argollas grandes de sus orejas. En especial, las formas, los volúmenes y los colores esplenden en la larga falda de color plateado y negro y en la zapatilla plateada que asoma graciosamente debajo de la tela, cerca del pedestal de la efigie. En general, la figura es muy estilizada y estetizante. El femenino rostro de la africana voltea ligeramente hacia su derecha y deja ver sus refinados rasgos faciales.
         Esta efigie no muestra el nombre del autor ni la fecha de creación. Descansa sobre el piso de la sala principal de El Centro de Convenciones, justo debajo de las escaleras que conducen al prominente mural de Miguel Valverde. En pocas palabras, esta obra escultórica exalta el papel laborante y la garbosa y elegante belleza física de la mujer africana. Es una escultura de preciosas formas y volúmenes que hacen relucir los brillos del metal y florecer las esbeltas formas femeninas en movimiento.
Además de estas siete obras comentadas en el presente artículo, los ciudadanos y los turistas pueden admirar los dos colosales murales del artista chihuahuense Miguel Valverde que fueron plasmados en los muros del fondo de la sala principal, justo arriba de las escaleras. En estas dos colosales obras, el pintor de ciudad Cuauhtémoc detalla un panorama de las principales actividades productivas del Estado de Chihuahua y traza una alegoría del moderno comercio mundial global.

MURAL SOBRE LAS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS DE CHIHUAHUA DE MIGUEL VALVERDE



OTRA TOMA DEL MURAL DE ACTIVIDADES PRODUCTIVAS DE CHIHUAHUA DE MIGUEL VALVERDE


MURAL DEL COMERCIO MUNDIAL DE MIGUEL VALVERDE


OTRA TOMA DEL MURAL SOBRE EL COMERCIO MUNDIAL DE MIGUEL VALVERDE

En conclusión, las siete obras artísticas de El Centro de Convenciones de la ciudad de Chihuahua demuestran que el arte florece en medio del comercio local. Representan un valioso patrimonio cultural que los ciudadanos y turistas deben contemplar, admirar y analizar.

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