SIETE OBRAS ARTÍSTICAS EN EL CENTRO DE CONVENCIONES DE LA CIUDAD
DE CHIHUAHUA
ÓSCAR ROBLES
Arlequines
rosados y extraños dignatarios antiguos; feroces y devorantes animales vacunos
y una jungla de figuras geométricas diseminada en hojas multicolores; una
fastuosa y fina alacena mexicana y una mujer con cobija de agua soñando una
niña, una ciudad y una fiesta; una exquisita y esbelta mujer exótica con un
cántaro de agua a la cabeza: Son las imágenes de las siete pinturas y una
escultura exhibidas de manera permanente en El
Centro de Convenciones de la ciudad de Chihuahua. Los ciudadanos y turistas
pueden disfrutar de este destacado arte local mientras realizan sus actividades
de negocios y reuniones sociales en dicho recinto.
Estas siete obras de arte engalanan los espaciosos
pasillos y salas de dicho edificio, emanando su belleza original y su
imaginería desbordante. Los autores de estas obras son nativos del Estado
Grande en su mayoría. Destacan los nombres de los artistas Virginia Pérez,
Carlos Ruiz, Enrique Samaniego y Enrique Venegas. Las obras son pinturas al
óleo de arte figurativo y abstracto y una escultura forjada en metal. Los
gentiles lectores pueden revisar a continuación una breve descripción de estos
cuadros y de la efigie y admirar sus respectivas fotos. Las sobresalientes
obras no exhibían el título de las mismas.
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CUADRO DE ENRIQUE SAMANIEGO SAENZ |
1. Ocho arlequines de atuendos y sombreros alargados en
colores rosa claro y naranja se preparan para una aparente función de
entretenimiento dentro de una habitación de muros azul rey de un palacio
antiguo. Al fondo, se ve una ventana y un jarrón enorme, los cuales indican un
referente histórico anterior a la Época Contemporánea. En especial, estos
artistas lucen expectantes y serios en el primer plano del cuadro, justo antes
de un posible evento de entretenimiento. Los arlequines pueden dividirse en dos
grandes grupos. En el primerísimo plano, se encuentran cuatro de ellos: Uno
carga de pie un tambor de cueros café oscuro a la izquierda del cuadro; otro
porta una esfera de cristal y una enorme espada a la derecha de la pintura; al
centro, un arlequín de largo gorro cruza sus manos; otro más aguarda sentado
sobre una enorme caja con un pequeño bastón en mano derecha. Al fondo, se mira
el segundo grupo de estos hombres del espectáculo: Son cuatro hombres que
aguardan de pie, con rostro serio, uno de los cuales carga una enorme vara con
una pequeña luna blanca en la cúspide.
Esta interesante pintura al óleo retrata, pues, una
escena de antigua corte real, sin una ubicación histórica específica a priori. Por
ello, es una versión moderna de esa antigua práctica cultural. Pertenece a
Enrique Samaniego Sáenz y data de 1994. Finalmente, sus ocho arlequines han
sido plasmados en colores pastel, con la suavidad de contornos y todos aparecen
en un primer plano. Los colores blandos seducen la mirada. El pintor nos recrea
con buen dibujo y colores apropiados el mundo del espectáculo en las cortes
reales.
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OCHO PERSONAJES EN ESTA PINTURA DE ENRIQUE SAMANIEGO SAENZ |
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UNA HERMOSA ALACENA EN ESTE CUADRO DE VIRGINIA PEREZ |
2. Las finas telas blancas y plateadas de algunos
manteles penden arriba de un tradicional mueble de pared propio de las cocinas:
La flamante alacena colonial; abajo, proyectan lujo, sensualidad y belleza pura
las obesas y esbeltas vasijas de porcelana blanca con motivos florales color azul
y despliegan amorosos colores las abundantes y deliciosas frutas. Dividida en
cuatro partes, esta alacena maravillosa está incrustada en una pared amarilla y
cuenta con una base marrón claro de madera. Resalta la transparencia sutil de
los manteles. En suma, el delicioso, femenino e íntimo lienzo de Pérez retrata
uno de los muebles de la cocina tradicional mexicana, herencia de un pasado
colonial. Como toque especial, el esbelto florero con el albo alcatraz de
cavidad blanda en el centro representa una sensual y hasta sexual feminidad. Al
mismo tiempo, este erotismo objetual se proyecta en una delicada y breve
abertura colocada justo en el centro de la alacena.
Este maravilloso y refinado cuadro al óleo es obra de la
chihuahuense Virginia Pérez. En resumen, traza una figura objetual plenamente
realista: Una flamante y lujosa alacena muy mexicana con precisos detalles de
dibujo, color y volumen. En particular, los colores telúricos de muro y base emanan
una dulce calidez humana. El cuadro no presenta una fecha de creación. En 2014,
Pérez presentó una deslumbrante exposición en el Museo Casa Chihuahua con espléndidas alacenas, bellos ángeles y
lujosos y delicados encajes, entre otras imágenes. Los amables lectores pueden
consultar el artículo sobre la muestra El
lujo de las imágenes de Virginia Pérez en el presente Blog.
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PINTURA DE CARLOS RUIZ |
3. En esta pintura, tres hombres de vestimentas exóticas
y antiguas hablan en primerísimo plano frente a un muro amarillo claro. En este
muro, se encuentran dos cuadros con las figuras erguidas de tres dignatarios de
otras épocas históricas, situados dentro de un palacio real. Los tres hombres lucen
como figuras pétreas, fantásticas y hasta simbólicas, especialmente los dos
hombres de la izquierda del cuadro, cuyas imágenes fueron plasmadas en colores
gris y amarillo claro respectivamente. Estas personas parecen representaciones
de antiguas culturas, pero la configuración del cuadro no es plenamente
realista, sino que hay una intención autoral aparentemente crítica. Resaltan
los mantos largos de los tres, sus altos gorros y sus largas cabelleras. Como
comparación y/o contraste, los dos cuadros de arriba representan dos escenas en
miniatura donde aparecen tres hombres también, caminando dentro de un palacio
real en cada pintura. Ellos están investidos en mantos largos y prominentes
gorros en su cabeza. En particular, los colores claros de los hombres del
primer plano les dan aspecto de estatuas de piedra. Dos de ellos muestran su
piel morena y uno su piel blanca.
Esta obra de Carlos Ruiz fue creada en 1998 y es una
pintura al óleo. La entera escena central subraya más la representación
simbólica, la retextualización crítica que un realismo reproductivo, tal vez
como una crítica cultural o alteración estética que ejecuta el artista. Así, el
pintor recrea con más realismo las escenas de los cuadros pequeños y convierte
en estatuas a los personajes del primer plano. Por ejemplo, el personaje del
centro parece como una efigie de entero metal amarillo. Por otro lado, estos
tres dignatarios principales exhiben figuras distorsionadas y un tanto grotescas.
En general, la factura artística de la obra es de gran calidad por su suave
dibujo, la apariencia pétrea de las figuras y por la precisión en la
configuración de las dos escenas en miniatura con tres miembros de la realeza.
Sin embargo, es complejo el significado cultural de esta pintura. Los tres personajes
centrales relucen como representaciones distorsionadas y muy hieráticas de la
gente del poder político, justo en el primer plano del cuadro. Asimismo, el
referente cultural parece más propio de antiguas culturas y antiguos palacios. Finalmente,
las escenas de los dos cuadros pequeños parecen más realistas que los tres
personajes del primer plano, los cuales lucen como símbolos de crítica cultural:
Los dignatarios son, pues, como piedras, paralizados en sus acciones y
discusiones.
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PINTURA ABSTRACTA DE ENRIQUE VENEGAS |
4. Hojuelas blancas, azul claro, azul oscuro y rojas
pueblan el lienzo y le dan un gran dinamismo a la completa imagen abstracta.
Lucen como una lluvia de colores, como una jungla abstrusa y un tanto
geométrica. La figura disgregante finalmente concreta finalmente una armonía
estética y adquiere autonomía con respecto al mundo real. En suma, es un cuadro
abstracto, con trazos geométricos y gran colorido.
Esta pintura al óleo pertenece al chihuahuense Enrique
Venegas y salió a la luz pública en 1998. El estilo artístico de las “hojuelas”
es similar a sus cuadros presentados en el Centro de Desarrollo Cultural (CDC)
de la ciudad de Chihuahua en 2015 bajo el nombre de “Imágenes”. Sin embargo, estos cuadros mostraban figuras diversas
disgregantes, tales como músicos, bailarines, indios y niños. Todos estos
cuerpos humanos y los instrumentos musicales se descomponían en “hojuelas” de
colores como la obra abstracta del El Centro
de Convenciones. Así pues, la forma artística es similar, pero no el
contenido.
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ESCENA ABSURDA DE ANIMALES VACUNOS EN ESTE CUADRO DE AUTOR ANONIMO |
5. Absurda pesadilla o filme de dibujos animados este
quinto cuadro: Cuatro animales vacunos y cornudos bailan de pie con sus patas
traseras y exhiben sus ubres de colores, dentro de una absurda y onírica danza
macabra y feroz. Justo al centro del estrafalario cuadro, la bestia de cabeza
roja parece devorar y destazar a otra criatura informe, usando su hocico y la
víctima del destazamiento parece exhibir sus vísceras sangrantes plenas de colores
rojo y naranja. Esencialmente, el artista utiliza un colorido muy contrastante
y un dibujo muy distorsionante, para diseñar una absurda escena de pesadilla. El
fondo del cuadro también es absurdo y contrastante, trazado con colores azul
claro y rojo encarnado. Justo debajo de los vacunos monstruosos, se ve una
especie de vereda color verde claro con líneas en su interior y justo atrás se
observa un grueso tronco marrón oscuro, lo cual denota una escena campestre.
Esta quinta obra no exhibía el nombre de su autor ni el
año de creación artística. Es también un cuadro al óleo. En resumen, sus cuatro
figuras centrales son animales mamíferos como de película de dibujos animados o
historietas macabras, ubicados todos dentro de una escena extrañamente
fantástica. Finalmente, el dibujo tan sinuoso e irregular y los colores
absurdamente contrastantes potencian la rara escena de pesadilla.
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MUJER SONANDO EN ESTA PINTURA DE BANDIDO |
6. Una mujer de cabello pelirrojo está dormida en el
primer plano de la pintura. Está cubierta con un extraño y fantástico manto de
agua verde. A su alrededor, aparecen varias escenas fantásticas que forman
parte de sus desvaídos sueños. Por ser onírico, este cuadro se nutre de la extraña
yuxtaposición de objetos y personas junto a su lecho. En primer lugar, flotan
en la verdosa agua un zapato blanco, una silla diminuta y un robusto animal
mamífero de color blanco. De su oído izquierdo sale una largo pieza para captar
sonidos y luce como un instrumento musical de viento. De izquierda a derecha,
se despliegan otros tres sueños: Una niña de tez morena en postura erguida; una
ciudad con altos y modernos edificios cuyas ventanas parecen descomponerse; y,
finalmente, se ve una fiesta o reunión de varias personas. Esencialmente, otro
personaje femenino, onírico y fantasmal aparece cerca de sus gruesos pies. Es
una mujer de la misma dimensión que la mujer soñante. Muestra los ojos vacíos, trae
un vestido rojo y su cabello es negro. En general, privan en esta obra el orden
irracional y las situaciones absurdas.
El cuadro
es firmado por Bandido y no tiene
fecha de creación. La escena onírica es multiespacial y parte del sueño de una
mujer acostada y cubierta con un poético cobertor de agua verde claro. El agua
está conectada simbólicamente con los sueños. El dibujo es distorsionante y el
pintor contrasta los colores oscuros de los sueños [rojo, negro, gris oscuro]
con la claridad del agua. Por su tema, puede verse como una pintura surrealista
cuyas figuras lucen un tanto dispersas y borroneadas, como propias de los
fugaces sueños.
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EXQUISITA ESCULTURA DE MUJER AFRICANA DE AUTOR ANONIMO |
7. La escultura en metal muestra la figura erguida de una
mujer africana con un cántaro colocado sobre su cabeza y sostenido con ambas
manos. Su fino torso desnudo y plateado deja ver unos diminutos y frutales pechos;
tiene el pelo muy corto; su delgado cuello enseña un enorme collar negro que le
cubre toda esta delicada parte del cuerpo; y, finalmente, le cuelgan unas
argollas grandes de sus orejas. En especial, las formas, los volúmenes y los
colores esplenden en la larga falda de color plateado y negro y en la zapatilla
plateada que asoma graciosamente debajo de la tela, cerca del pedestal de la
efigie. En general, la figura es muy estilizada y estetizante. El femenino
rostro de la africana voltea ligeramente hacia su derecha y deja ver sus
refinados rasgos faciales.
Esta efigie
no muestra el nombre del autor ni la fecha de creación. Descansa sobre el piso
de la sala principal de El Centro de
Convenciones, justo debajo de las escaleras que conducen al prominente mural
de Miguel Valverde. En pocas palabras, esta obra escultórica exalta el papel
laborante y la garbosa y elegante belleza física de la mujer africana. Es una
escultura de preciosas formas y volúmenes que hacen relucir los brillos del
metal y florecer las esbeltas formas femeninas en movimiento.
Además de estas siete obras comentadas en el presente
artículo, los ciudadanos y los turistas pueden admirar los dos colosales murales
del artista chihuahuense Miguel Valverde que fueron plasmados en los muros del
fondo de la sala principal, justo arriba de las escaleras. En estas dos
colosales obras, el pintor de ciudad Cuauhtémoc detalla un panorama de las
principales actividades productivas del Estado de Chihuahua y traza una
alegoría del moderno comercio mundial global.
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MURAL SOBRE LAS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS DE CHIHUAHUA DE MIGUEL VALVERDE |
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OTRA TOMA DEL MURAL DE ACTIVIDADES PRODUCTIVAS DE CHIHUAHUA DE MIGUEL VALVERDE |
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MURAL DEL COMERCIO MUNDIAL DE MIGUEL VALVERDE |
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OTRA TOMA DEL MURAL SOBRE EL COMERCIO MUNDIAL DE MIGUEL VALVERDE |
En conclusión, las siete obras artísticas de El Centro de Convenciones de la ciudad
de Chihuahua demuestran que el arte florece en medio del comercio local.
Representan un valioso patrimonio cultural que los ciudadanos y turistas deben
contemplar, admirar y analizar.
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