LECCIÓN 31 DEL TAO: DIGNIDAD Y COMPASIÓN EN LA GUERRA
ÓSCAR ROBLES
El capítulo 31 del Tao se concentra en los casos apropiados e inapropiados para usar las armas en contra de otros seres humanos y en los comportamientos adecuados en caso de guerra necesaria. Frente a estos asuntos tan delicados, Lao-tzu aconseja el correcto uso de las armas en las circunstancias apropiadas y la necesaria sensibilización de los participantes en una guerra. Este libro o poema se distribuye en tres estrofas: La primera cuenta con dos versos; la segunda, con catorce; la tercera, con tres.
Las armas son las herramientas de la violencia y todos los hombres decentes las detestan, sostiene Lao-tzu en la primera estrofa (31).
La segunda y larga estrofa aborda cuatro diferentes aspectos que se involucran en el uso de las armas y en una guerra: El autocontrol, la pérdida de la paz, la identificación de seres semejantes y la compasión. En primer lugar, el filósofo chino expone que las armas son los instrumentos del miedo y un ser humano decente las evitará, excepto en la más calamitosa necesidad, y si es obligado, las usará con la mayor restricción (31). En segundo lugar, el maestro oriental argumenta que la paz es el más grande valor y que si la paz ha sido destruida, ¿cómo puede el ser humano estar contento? (31). Mitchell apunta que la paz significa “wholeness” o “totalidad” (Notes 108). En tercer lugar, Lao-tzu apunta que si los enemigos del participante en una guerra no son demonios, sino seres humanos como él mismo / ella misma, dicho guerrero no les desea daño personal a los enemigos ni se regocija con la victoria (31). En cuarto lugar, el contemporáneo de Confucio concluye esta estrofa con esta punzante pregunta que busca conmover y sensibilizar a los seres humanos con respecto a las horribles acciones de la guerra: ¿Cómo podría un ser humano refocilarse con la victoria y deleitarse con la matanza de seres humanos? (31).
Finalmente, el pensador oriental considera que los participantes en las guerras deben mostrar sentimientos muy humanos y suficientemente apropiados. Él / ella entra en batalla con seriedad, con dolor y con gran compasión, como si asistiera a un funeral, concluye Lao-tzu (31).
Así pues, el autor del Tao condena abiertamente el uso de las armas y de la violencia y establece el apropiado nivel de dignidad y de compasión humanas que deben exhibirse en una guerra necesaria e ineludible. Las guerras responden a la dinámica de la historia y de la materia y por ello son constantes a largo de la historia de la humanidad y de las historias nacionales. El espiritual Tao, sin embargo, debe enfrentar una postura adecuada frente al uso de las armas, a las guerras, a la destrucción y a las muertes violentas. De este modo, la espiritualidad y la postura de la serenidad propias de la filosofía del Tao parecen fracturarse. Sin embargo, Lao-tzu logra proponer una actitud moral y “humanizar” un poco la guerra.
Finalmente, el pensador oriental integra estos asuntos sumamente negativos, las armas y la guerra, a su obra Tao Te King en el libro 31. Como deben saber los seguidores del Tao, las armas y la guerra son totalmente opuestos a las centrales y tradicionales nociones de la filosofía del Tao: A la espiritualidad, a la serenidad, a la inacción y a la neutralidad. Sin embargo, las armas y la guerra son congruentes con la visión general del Tao, ya que lo positivo y lo negativo y otros aspectos opuestos forman parte importante en la composición del universo y del mundo. Por eso, los seguidores del Tao deben aceptar el uso de las armas y la guerra, descubriendo y mostrando los aspectos más humanos, dignos y compasivos.
Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.
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