lunes, 6 de mayo de 2013

LECCION 38 DEL TAO: HAY QUE VIVIR EN LA REALIDAD

LECCIÓN 38 DEL TAO:  HAY QUE VIVIR EN LA REALIDAD



OSCAR ROBLES


              
      El libro 38 del Tao trata de las virtudes morales de los seguidores del Tao y de los seres humanos comunes, a partir de los temas del poder, del trabajo y de la perspectiva en torno a la realidad. Además, este capítulo caracteriza a tres tipos de seres humanos: El bueno, el justo y el moral. También, este libro-poema explora la relación entre el Tao, la bondad, la moralidad, el ritual y el caos, dentro de una sociedad determinada. En general, las virtudes de los alumnos del Tao son más profundas y las de los seres humanos ordinarios son más superficiales.
      En general, estos juicios y consejos de Lao-tzu sobre los temas mencionados manifiestan una visión universal e intemporal de las acciones humanas; es decir, no tienen una época histórica específica. Cinco estrofas componen este largo poema en la versión en inglés de Mitchell: La primera y la segunda tienen cuatro versos cada una; la tercera, siete; la cuarta, cinco; la quinta, seis.
      La constante insatisfacción de los humanos en torno al poder es el centro de la primera estrofa. El Maestro / La Maestra no intenta ser poderoso, así que él / ella es verdaderamente poderoso / poderosa, sostiene Lao-tzu (38). En contraste, el ser humano ordinario se mantiene buscando el poder, así que nunca tiene bastante (38).
      En la segunda estrofa, el filósofo chino habla de las actividades de ambos tipos de seres humanos, usando aparentes contradicciones. El Maestro / la Maestra no hace nada a pesar de que él / ella no deja nada sin hacer, afirma el autor del Tao. En realidad, el Maestro o la Maestra no tiene un objetivo en mente y él / ella[1] no piensa que está haciendo algo, explica Mitchell (Notes 110). En consecuencia, no hay “expectations”, “regrets” y “residue” para el verdadero practicante del Tao (110). En contraste, señala Lao-tzu, el ser humano ordinario está siempre haciendo cosas, a pesar de que deja muchas más cosas para ser hechas (38). Como se advierte, la postura de la inacción representa un gran alivio para acabar con la alta tensión y con la angustia cotidiana, para disminuir la constante ansiedad por terminar trabajos y tareas.
      La tercera estrofa clasifica a los seres humanos en relación a su positiva actitud moral frente a las acciones que realiza. En primer lugar, el autor del Tao piensa que el ser humano bueno hace algo a pesar de que algo queda sin hacer, que el ser humano justo hace algo y deja muchas cosas por hacer, y que el ser humano moral hace algo y cuando ninguno responde él / ella se enrolla las mangas y usa la fuerza (38).
      La cuarta estrofa se concentra más en los valores o prácticas morales que emergen cuando el Tao desaparece. Primeramente, el autor del Tao asegura que cuando se pierde el Tao, hay bondad; que cuando se pierde la bondad, hay moralidad; que cuando se pierde la moralidad, hay ritual (38). En realidad, tú nunca puedes perder el Tao, pero puedes encontrarlo, según Mitchell (Notes 110). En segundo término, Lao-tzu expone que el ritual es la cáscara de la verdadera fe, el principio del caos (38). La metáfora de la “cáscara” contribuye a visualizar mejor el concepto de fe. La fe puede ocultarse o perderse mediante prácticas culturales superficiales o vacías  que esconden o desplazan la verdadera práctica moral del ser humano en una sociedad específica. Esta idea es interesante para reflexionar en torno al papel de las religiones en la formación de sujetos morales en una sociedad determinada, sin incluir la práctica del Tao. Hay que recordar que el Tao es la matriz quintaesencial para entender mejor el mundo y el universo, pero es una práctica menos frecuente en las sociedades occidentales y, en especial, en las sociedades occidentales en vías de desarrollo, donde los índices de pobreza son muy elevados. Sin embargo, la estrofa cuatro aporta ideas taoístas muy interesantes para reflexionar sobre el papel de la religión en una sociedad. La cuestión clave es la siguiente: ¿En qué momento histórico se encuentra una sociedad: En la bondad, en la moralidad, en el ritual o en el caos? La posible respuesta puede indicarnos el nivel de crisis moral y social de una comunidad o de una nación.
      Como puede verse en la estrofa anterior, el filósofo oriental jerarquiza el gran papel del Tao en la escala anterior de prácticas culturales relacionadas con la moral de una sociedad. El Tao es la más alta y profunda filosofía moral y el ritual es la más superficial práctica moral y, desafortunadamente, el paso previo para caer en el caos social.
      Al final del libro 38, Lao-tzu establece claramente el papel central y centrado de los seguidores del Tao en cualquier sociedad, ya sea taoísta, bondadosa, moralista, ritualista o caótica. Por lo tanto, considera el pensador chino, el Maestro / la Maestra se interesa por sí mismo / misma en las profundidades y no en la superficie, en el fruto y no en la flor (38). Estas dos imágenes poéticas con elementos vegetales representan el símbolo de la profundidad y de la superficie respectivamente. Sin embargo, Mitchell considera que “he [The Master] enjoys the flowers, as he enjoys the fruits”, en la primavera y en el otoño respectivamente  (Notes 111). Finalmente, la lección 38 concluye que él / ella [The Master] no tiene su propia voluntad, vive en la realidad y deja que todas las ilusiones se vayan.
      En resumen, el largo capítulo 38 resulta muy rico en reflexión moral y filosófica sobre los tipos de seres humanos, sobre las propias acciones humanas, sobre el contraste entre lo profundo y lo superficial, sobre los diferentes estados sociales basados en la actitud moral —el Tao, la bondad, la moralidad, el ritual y el caos— y, principalmente, sobre el papel realista del practicante del Tao en relación a la realidad y las ilusiones.
      En especial, destacan en el capítulo 38 las siguientes ideas: 1) El gran papel del ser humano moral en la sociedad; 2) la filosófica postura de la inacción para mantener la armonía con el mundo; 3) la reflexión profunda sobre el mundo; 4) la visión pragmática frente a una realidad determinada.
      Por encima de todo, el libro 38 aporta otra gran lección de sabiduría, muy útil en tiempos de grave crisis social.
     


Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
      Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
      Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.



[1] En esta estrofa, Mitchell utiliza el pronombre personal en singular masculino “he” / “él” para designar al Maestro o seguidor del Tao. En la traducción al español, se utilizan los pronombres personales masculino y femenino, para enriquecer la identidad de sexo-género del practicante del Tao.

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