lunes, 25 de agosto de 2014

JUAN O`GORMAN Y CARLOS OROZCO ROMERO: DOS GRANDES PINTORES MEXICANOS DEL SIGLO XX

JUAN O`GORMAN Y CARLOS OROZCO ROMERO: DOS  GRANDES PINTORES MEXICANOS DEL SIGLO XX

ÓSCAR ROBLES

         El defeño Juan O`Gorman (1905-1982) deslumbra por su poderoso y complejo mural Representación histórica de la cultura de la Biblioteca Central de la UNAM y el jalisciense Carlos Orozco Romero (1898-1984) por su serie de pinturas con sólidos paradigmas masculinos y femeninos de figuras esbeltas, rostros sufrientes, ojos vacíos y tristes, algunos de los cuales se encuentran  desnudos. Ambos son dos grandes pintores mexicanos contemporáneos por la variedad, por la calidad y por la trascendencia de su arte.

1.  JUAN O`GORMAN Y EL MURAL LA REPRESENTACIÓN HISTÓRICA DE LA CULTURA

      En primer lugar, la estructura de este colosal mural de O`Gorman se basa en la estructura o composición material de los antiguos códices prehispánicos y está dividido en cuatro partes, cada una configurada en una de las cuatro paredes o muros de la torre de dicha biblioteca. En general, este mural es aglutinante, pues contiene numerosas y complejas imágenes humanas, animales, vegetales y objetuales, muchas de ellas con un alto poder simbólico y alegórico en torno a la historia de México y su conexión con la civilización occidental y el planeta Tierra. Además, se enfatiza el papel de la universidad como centro del conocimiento. El muro sur describe el mestizaje cultural y racial durante la Época Colonial (1521-1821), entre las culturas indígenas prehispánicas y la cultura española europea. El muro norte describe la cultura y la historia de los aztecas con sus deidades y la fundación de Tenochtitlán. El muro oriente detalla la poderosa idea cosmogónica de que la Tierra está íntimamente unida a la historia de México. Finalmente, el muro poniente tiene el escudo de la UNAM y un pergamino de la Hemeroteca Nacional.
Este importante mural se encuentra ubicado en la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En general, se ve a la historia y a la cultura de México como un proceso de mestizaje y se observan diversas figuras e iconos que implican verdaderas y prodigiosas síntesis de la religión, del poder político, del cosmos, del arte, de la ciencia, de la misma historia y de otras disciplinas del conocimiento, plasmadas bajo la brillante imaginación creadora y el nutrido bagaje intelectual de Juan O`Gorman. Por ejemplo, la lucha militar y cultural entre los conquistadores y misioneros españoles y los indígenas mexicanos da origen al mestizaje racial y cultural, el cual es esencial en la construcción de la nación mexicana en sus diferentes etapas históricas.
         En este mural, O`Gorman es en cierta forma un pintor denso, muy intelectual, prodigiosamente sintético, lleno de símbolos culturales, pero con una visión grande, neutral, plural e intelectual de la historia de México, pues no se inclina a criticar abierta y negativamente a ninguna de las culturas o a algunos de los grupos sociales que definieron la implantación de instituciones y leyes en cada etapa histórica. En suma, el ya clásico  mural Representación histórica de la cultura define claramente la perspectiva abarcadora, “amestizadora” y sintética de la historia de México, desde la Época Prehispánica a la Época Contemporánea. En un primer nivel de interpretación, es una obra más propia para personas con un amplio y profundo bagaje cultural sobre México, pero igualmente es un mural espléndido, hermoso y bien trazado muro por muro, metro por metro, figura por figura. Por ello, O`Gorman es un artista extraordinario. En especial, la torre de esta biblioteca universitaria está revestida de “mosaico de piedras policromas, con una superficie de cuatro mil metros cuadrados” (“O`Gorman”).
         Juan O`Gorman es pintor y escultor y posee una visión multidisciplinaria del conocimiento y de la historia de México. Su hermano es el famoso historiador mexicano Edmundo O`Gorman. Tiene una colección de impecables autorretratos en los que se observa el perfecto balance entre dibujo y color, para lograr imágenes altamente realistas con su propia imagen de artista creador e intelectual. También es autor del célebre mural Retablo de la Independencia del Museo Nacional de Historia del Bosque de Chapultepec, situado en la Ciudad de México. En este excelso mural, sobresale la perfección de los rostros de los principales héroes de la Independencia y la visión de conjunto para abarcar a los grupos militares de cada facción y a los autores intelectuales de tan importante gesta de la Época Moderna de México y del nacimiento de la nación independiente, entre otros aspectos destacados. Además, O`Gorman es autor de los siguientes murales: 1) El de la Biblioteca Gertrudis Bocanegra de Pátzcuaro, Michoacán, el cual es una prodigiosa y brillante narrativa visual de la Conquista y la Colonización de México; 2) el de la Posada de la Misión en Tasco, Guerrero (1954-1959); 3) el del edificio del Banco Internacional de la Ciudad de México, 4) los del Parque San Cristóbal en Santiago de Chile; 5) el de la Hemisfair de San Antonio, Texas, Estados Unidos; 6) el de la Sala de la Revolución en el propio Museo Nacional de Historia.

2. CARLOS OROZCO ROMERO Y SUS ARQUETIPOS HUMANOS

         Por su parte, Orozco Romero destaca por su originalísima construcción del cuerpo humano más allá del nacionalismo mexicano y más cercano a representaciones más simbólicas, más paradigmáticas y más universales del ser humano y del mexicano mismo. En este sentido, se aparta más de la estética de la Escuela Mexicana, pues es menos narrativo, menos social, menos histórico que los cuadros de David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozo y Diego Rivera, por ejemplo. Según sus paradigmas masculinos y femeninos, el ser humano y el mexicano son seres sufrientes, pues son delgados, tejidos con algunos trazos geométricos, ojos vacios y tristes. Asimismo, están rodeados de escaso contexto social, sus colores son suaves y tenues, pero igualmente adquieren una dimensión estética grande y una gran trascendencia cultural. En este sentido, es un arte más personal que social. Por ejemplo, la pintura Pescador en la playa (1960) retrata a un pescador muy esbelto, desnudo, agachado, en medio de un espacio casi vacío, sin un mar o un río perfectamente perceptibles. Debajo del pescador se halla una cubeta con agua y trae un pez en su mano izquierda. Esta situación denota la pobreza de este tipo de pescador, pues no se ven casas ni otros humanos, está solo y su figura enorme es esbelta, con rostro patético y ojos vacíos, desesperanzados. Es el perfecto arquetipo universal del pescador pobre.
         La mujer es uno de los tópicos centrales de sus cuadros. Por ejemplo, Mujeres con niño (1974) es una pintura de gran nivel artístico y de gran belleza en los colores, como figuras dentro de una pieza de danza. Son tres mujeres de piel morena, con vestidos azul claro y velos blancos. Se encuentran de pie en un espacio despojado de objetos, como si fuera un escenario artístico. El fondo es de un azul intensamente espléndido. En general, son arquetipos femeninos, los arquetipos de la mujer y la madre, cuyas figuras expresan una gran dignidad artística. Una de ellas carga un bebé en brazos. Los cuerpos son hermosamente esbeltos y la escena tiene gran encanto en forma y color. 
       En cambio, la famosa pintura de una mujer robusta, con vestido en colores rosado y blanco es clave desde el punto de vista de sexo-género: del punto de vista sobre la mujer. Es un cuadro perturbadoramente estético, profundamente simbólico y altamente denunciador de la condición femenina contemporánea. Es una de sus obras excelsas, muy reconocidas a nivel mundial. Esta mujer, gorda, ve hacia el frente como en la clásica posición de un retrato tomado en plano americano, si se usa un término cinematográfico, pero su rostro está cubierto con un manto blanco. Otro elemento simbólico y perturbador es una penca de nopal, colgando de su cuello: El martirio, el sufrimiento pueden ser su significado. Sus manos toman un objeto que parece un pañuelo blanco. En general, los colores sombríos, el rostro tapado y la notoria vejez de la mujer marcada en sus manos, todo ello denota la situación opresiva de la mujer contemporánea y, en especial, de la mujer o madre mexicana por el simbolismo del nopal, una planta más propia de México. Este cuadro es, en resumen, una imagen muy perturbadora.
Algunos críticos de arte ven a este poderoso artista mexicano como un digno representante del Realismo Mágico en varias de sus pinturas, según un reportaje de TEVE UNAM. En algunos cuadros de Orozco Romero, se observan disrupciones fantásticas  (pocos escenarios, objetos realistas en consonancia con espacios que lucen como sueños o pesadillas con cabezas decapitadas, por ejemplo). Otros miran las escenas disruptivas, fantásticas, como un acercamiento al Surrealismo europeo. En tanto, los segmentos geométricos de los cuerpos humanos tienen marcados puntos de contacto con el Cubismo. Por su parte, Jorge Juan Crespo de la Serna considera que las pinturas con los paradigmas humanos delgados y sufrientes, ya sean hombres o mujeres, implican al ser humano mismo y estas grandiosas figuras están finamente estilizadas “con un concepto geométrico estructural” que los convierte en verdaderos “arquetipos” (“Orozco”).
En general, las pinturas de Orozco Romero son desnudas imágenes, simbólicas imágenes de la condición humana contemporánea: Seres desolados, angustiados, delgados, caras desamparadas, ausencia casi total de registros figurativos del concreto entorno social e histórico. Son personajes símbolos que expresan la angustia, la soledad y la desesperanza de la Época Contemporánea,  mediante una configuración estética de alta calidad.

3.  BIOGRAFÍAS BREVES DE O`GORMAN Y OROZCO ROMERO

Juan O`Gorman ha creado obra de caballete, de mural y ha tenido algunos puestos profesionales en instituciones de gobierno. Fue arquitecto para la Secretaria de Educación Pública entre 1932 y 1934, pintó tres murales para el Aeropuerto de la Ciudad de México y planeó y dirigió la construcción de la Biblioteca Central de la Universidad Autónoma de México entre 1949-1951 (“O`Gorman”). Pintó numerosos cuadros de caballete, expuso cien de ellos en el Palacio de Bellas Artes en 1950 y algunos de ellos son grandes autorretratos de impecable hechura artística. En particular, el crítico Roberto Berdecio destaca el prodigioso realismo de las obras pictóricas de O`Gorman, su variada formación multidisciplinaria y su gran técnica artesanal en el diseño de su plástica de caballete y, sobre todo, en la de su arte mural (“O`Gorman”).
Ante todo, Carlos Orozco Romero es un pintor de caballete, un grabador, un dibujante y un escultor. Trabajó como caricaturista para importantes periódicos y revistas de la Ciudad de México y entabló gran amistad con los escritores mexicanos Luis G. Urbina y Alfonso Reyes y con los artistas mexicanos Manuel Rodríguez Lozano, Rufino Tamayo, María Izquierdo y Carlos Mérida (“Orozco”), Su experiencia en Europa (España y Francia) entre 1920 y 1922 le permitió conocer las nacientes vanguardias artísticas y a su regreso a México procedente de Nueva York (1939), su arte adquiere una gran libertad de forma y, en varios casos, sus pinturas toman la influencia de las figuras del arte tarasco (“Orozco”). Entre sus cargos administrativos, se cuentan la dirección de la Galería de Bellas Artes (1928-1932) y el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México (1962-1964). Es autor de numerosas pinturas, acuarelas, dibujos y caricaturas y los temas centrales de sus obras abarcan al ser humano mismo y al paisaje natural. Recibió en 1980 el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes.
         Sin duda, ambos artistas pueden ser considerados entre los Diez Mejores Pintores Mexicanos del siglo XX, al lado de los clásicos tres grandes muralistas Orozco, Rivera y Siqueiros; de Rufino Tamayo, Juan Soriano, Manuel Felguérez y otros más. Uno sobresale por su arte mural sintético, simbólico y aglutinante y por su arte mural plenamente figurativo, narrativo, social e histórico, ambos sembrados por un gran amor nacionalista: O`Gorman. Otro destaca por los arquetipos humanos sufrientes, masculinos o femeninos, dotados de una belleza singular con embriagantes colores azules y/o con colores suaves y un impactante trazo geométrico dentro de sus esbeltos cuerpos: Orozco Romero.


Obras citadas
“O`Gorman, Juan.” Enciclopedia de México. Vol. 9. Ed. José Rogelio Álvarez. México:
Enciclopedia de México, 1977.
“Orozco Romero, Carlos.” Enciclopedia de México. Vol. 9. Ed. José Rogelio Álvarez.
México: Enciclopedia de México, 1977.

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