LA VIDA EFÍMERA Y DIOS
ÓSCAR ROBLES
En La Biblia (41ª. ed. Madrid: San Pablo, 2002), aparece el poema-profecía “Consuelen a mi pueblo”, cuyo autor es el Servidor de Dios o “segundo Isaías”, un profeta anónimo. Este texto aparece en la segunda parte de El Libro de Isaías.
En este poema, se expone una brillante visión de la vida humana con un hermoso lenguaje figurado, basado en algunos elementos de la naturaleza. En estos versos, el papel de Dios creador es esencial para determinar el destino humano:
Toda carne es hierba,
y toda su delicadeza como flor del campo.
La hierba se seca y la flor se marchita
cuando sobre ella pasa el soplo de Yavé.
La hierba se seca y la flor se marchita,
mas la Palabra de nuestro Dios
permanece para siempre
[Isaías 40: 6-8].
y toda su delicadeza como flor del campo.
La hierba se seca y la flor se marchita
cuando sobre ella pasa el soplo de Yavé.
La hierba se seca y la flor se marchita,
mas la Palabra de nuestro Dios
permanece para siempre
[Isaías 40: 6-8].
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