viernes, 13 de septiembre de 2013

'LA BIBLIA" EN FASCICULOS PARA TODOS LOS MEXICANOS

LA BIBLIA EN FASCÍCULOS PARA TODOS LOS MEXICANOS


OSCAR ROBLES


Para definir una época no basta con saber lo que en ella se ha hecho; es menester, además, que sepamos lo que no se ha hecho. . .”
JOSÉ ORTEGA Y GASSET
El ocaso de las revoluciones (Pág. 109).

        La Biblia es el libro más leído en el mundo y el más influyente dentro de la historia de occidente, es decir, en los últimos veintiún siglos de historia cristiana. La Biblia es un poderoso texto religioso, histórico y literario. Sus historias se dividen en dos libros: El Antiguo Testamento y El Nuevo Testamento. Sus historias abarcan desde el tiempo de los patriarcas en el siglo XVIII a. C. hasta el siglo I de. C, durante la vida de Jesucristo. Sobre todo, La Biblia contiene historias y consejos sobre la moral cristiana, sobre las virtudes y los vicios y sobre los pecados y los castigos. Sobre todo, este libro maravilloso ha servido para formar la moral personal de miles de millones de creyentes en Dios y para forjar la moral pública de naciones enteras de las épocas Antigua, Edad Media, Moderna y Contemporánea.
         La Biblia debe ser distribuida masivamente entre los más de ciento diecisiete millones de mexicanos, durante la presente segunda década del siglo XXI, en fascículos individuales de algunos libros claves de El Antiguo Testamento y de El Nuevo Testamento. La Biblia fomenta la lectura y forma y reforma la moral de una sociedad: De una sociedad predominantemente católica y cristiana como la mexicana.
      ¿Por qué se duda tanto de Dios en el siglo XXI? ¿Por qué se soslayan  y no se cumplen las leyes de Dios en México? ¿Por qué se daña tanto al prójimo de manera física, mental, emocional y económicamente, cada día, por parte de la gente en el poder político y económico y por parte de los numerosos anticiudadanos comunes?
En la actualidad, los seres humanos del mundo padecen un fuerte materialismo, pero sobre todo un culto perverso a la maldad. Las organizaciones criminales y la práctica constante del “bullying” o acoso violento en familias, escuelas, colonias y centros laborales son claros ejemplos del anticristianismo actual. En México, se practican menos las enseñanzas de La Biblia por falta de lectura directa, por hipocresía, por maldad y/o por posturas acomodaticias y convenencieras a los nuevos modos de vida del capitalismo del siglo XXI. En México, se peca más que antes. En México,  el crimen, la corrupción y la ilegalidad son prácticas anticristianas que impactan más a la sociedad del siglo XXI.
Dios ha estado por treinta nueve siglos en el culto de naciones enteras, desde los viejos patriarcas israelitas hasta los cristianos contemporáneos. La cultura cristiana refleja claramente la importancia del Cristianismo en veintiún siglos en los cinco continentes. Hay numerosas iglesias, pinturas, esculturas, iglesias, obras literarias, obras filosóficas, obras históricas, sacerdotes, monjes, obispos, arzobispos y feligreses. Todos ellos y todo ello son una prueba contundente y fehaciente de la importancia del Cristianismo en la historia de occidente. Por ejemplo, Santo Tomás de Aquino y el filósofo alemán Emanuel Kant elaboraron prodigiosas y rigurosas pruebas filosóficas sobre la existencia de Dios. Millones de personas siguen creyendo en Dios y el Cristianismo.
Entre 2000 y 2013, México ha vivido una fuerte crisis moral provocada por el materialismo, por el crimen, por la violencia y por la corrupción. La pobreza económica es un asunto más de las políticas públicas de los gobiernos del país. En tanto, la creación de nuevos cristianos y ciudadanos es una tarea más de la sociedad y de sus instituciones civiles, deportivas, educativas, culturales y religiosas. Entonces, hay que reactivar la lectura de La Biblia para encontrar y reencontrar nuestras profundas raíces cristianas y la verdadera moral personal y la auténtica moral pública del pueblo mexicano. Ante la falta de una moral laica poderosa e influyente, es necesario recurrir a un libro clásico de la religión cristiana, el más clásico de la historia de occidente. Así pues, La Biblia es un libro que transmite gran sabiduría y profundos conocimientos religiosos, históricos y literarios.
     En la actualidad, México vive en la ignorancia de Dios, del Dios cristiano, y parece que los feligreses se han perdido en el excesivo ritualismo de las misas y no proyectan una auténtica vida cristiana en la sociedad: Un amor a Dios y un amor al prójimo, proyectado en concretas labores comunitarias y en una armónica vida social. En conclusión, hay que fomentar la lectura directa de La Biblia, mediante la distribución de fascículos sencillos.
    He aquí algunas posibles condiciones para producir estas ediciones masivas:

1. Las ediciones de La Biblia deben ser baratas y en fascículos. Puede costar veinte pesos cada fascículo, por ejemplo.

2. Los fascículos deben aparecer cada semana o cada dos semanas a la venta al público.

3. Los fascículos deben venderse en tiendas de periódicos y revistas, en supermercados, en farmacias, en escuelas, en bibliotecas y en otros centros públicos del país.

4. El gobierno federal, las iglesias cristianas de México y las instituciones civiles deben financiar esta producción masiva de fascículos de La Biblia. Aunque el gobierno federal es laico, hay que recordar que La Biblia es un libro cultural, literario e histórico.

5. La portada de cada fascículo puede tener la foto en color de una de las grandes pinturas, esculturas o iglesias de la historia del Cristianismo. Pueden ser pinturas de los italianos Leonardo Da Vinci o Miguel Ángel Buenarroti o de los propios artistas mexicanos de la Colonia Española.

6. Algunos libros claves de El Antiguo Testamento pueden ser los siguientes: Génesis, Éxodo, Samuel, Reyes, Macabeos, Isaías, Jonás, Job, Proverbios, El Cantar de los Cantares, Rut, Ester, Tobías, Sirácides o Eclesiástico y Salmos.

7. Algunos libros esenciales de El Nuevo Testamento pueden ser los siguientes: Los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan; Hechos de los Apóstoles; las Cartas de Pablo [Carta a los Romanos, Primera carta a los Corintios, Carta a los Efesios, Carta a los Colosenses, Primera carta a Timoteo y Carta a los Hebreos); Carta de Santiago, Segunda carta de Pedro y Apocalipsis.

8. Deben crearse más círculos de lectura bíblica en las familias, en los centros comunitarios, en las escuelas, en las bibliotecas y en las iglesias.

9.  Deben producirse y difundirse más programas sobre La Biblia en la televisión mexicana, privada y pública, abierta y de cable.

Con estos asequibles fascículos, se cultiva la lectura entre los mexicanos; se desarrolla el gusto literario por narraciones, poemas y cartas; se aprende de la historia de Israel y de los numerosos pueblos que se relacionaron con ellos; y, principalmente, se fomenta la lectura directa de La Biblia. En verdad este libro es un “tesoro” y un patrimonio cultural de la humanidad.
Por la difícil coyuntura actual de México, la lectura de La Biblia ofrece la posibilidad de fomentar valores importantes entre los ciudadanos: Ser cristiano de verdad; adquirir un sentido de pertenencia a una comunidad y a una nación; apartar de los vicios y de los pecados a los mexicanos; y, especialmente, construir una moral personal y una moral pública que funcione en la vida cotidiana y que forme verdaderos ciudadanos.
Finalmente, la lectura directa de La Biblia a nivel masivo es una forma de re-cristianización de la nación mexicana. Hay que reconstruir el Cristianismo mexicano y elevar el fervor religioso existente para reestructurar a México como nación positiva y productiva. Las numerosas obras de arte, las abundantes capillas, iglesias y catedrales y la gran literatura occidental han llegado a construir una poderosa moral cristiana y majestuosas iglesias en América, África, Asia, Europa y Oceanía.
  En este contexto social actual, México es históricamente uno de los países más católicos y cristianos de todo el mundo. Hay que disminuir el anticristianismo, la anti-ciudadanía y el anti-mexicanismo, forjando nuevos y auténticos cristianos y ciudadanos.
 Así pues, las “semillas de la fe cristiana” están regadas en las ciudades y pueblos  mexicanos. ¡Hay que hacerlas florecer en abundancia! 
 ¡Urge más y más lectura directa de La Biblia en México!

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