REFORMAS ESTRUCTURALES Y/O POPULISMO Y PATERNALISMO EN MÉXICO SIGLO XXI
ÓSCAR ROBLES
Si el populismo y el paternalismo pos-contemporáneos tienen más fuerza durante la presidencia federal del priísta Enrique Peña (2012-2018), las reformas estructurales aprobadas en 2014 no tendrán un gran alcance en la sociedad y México no desarrollará una nueva, sólida y productiva fase de modernización y de crecimiento económico, durante los próximos años de esta segunda década del siglo XXI (2015-2019). Por ejemplo, una nueva forma de paternalismo gubernamental permite que se comercie con mercancía ilegal en alta escala nacional (v. gr. la venta de automotores de procedencia extranjera) y que proliferen abundantes negocios y empleos ilegales o informales. De este modo, estas situaciones anómalas para una nación republicana, legal e institucional se convierten en una forma nueva de populismo: El pueblo la acepta y hasta lo exige y hasta presiona a los gobiernos para que mantenga la alteración al orden legal. Por ejemplo, numerosos propietarios de vehículos ilegales han cercado palacios de gobierno en algunos lugares.
En los últimos años, la corrupción, la ilegalidad, la criminalidad y la violencia han alcanzado niveles muy altos y peligrosos para la sana convivencia social y el desarrollo de la productividad escolar, laboral y económica. En consecuencia, los gobiernos federal, estatales y municipales tienen que aplicar las leyes estrictamente, sin excepciones, lo más pronto posible. Este tipo de violaciones a las leyes ya no son minoritarias como en el pasado, sino que se han convertido en costumbres anti-ciudadanas que dañan el marco legal de la nación. Este hecho anti-legal y anti-constitucional no favorece las posibles inversiones de empresas extranjeras y nacionales en el país, el turismo, el intercambio educativo y el desarrollo cultural, entre otros aspectos.
México puede tener años más difíciles si no se fortalece el estado de derecho. De esta manera, todos los gobiernos se convertirán en verdaderos cómplices de las numerosas des-obligaciones en que incurren millones de ciudadanos: Son estos gobiernos “padres excesivamente consentidores” y autoridades muy populistas, pero poco eficaces, poco eficientes y “sin rumbo”. Estas dos prácticas nefastas del pasado ―populismo y paternalismo― no forman a verdaderos ciudadanos, sino a personas altamente dependientes, desobligadas y hasta viciosas. Por todo esto, la sociedad mexicana vive una seria crisis moral y legal durante el siglo XXI.
¿Cuándo se comenzarán a aplicar todas las leyes a todos los millones de ciudadanos y a todos los millones de anti-ciudadanos mexicanos, todos los días, todas las semanas, todos los meses, todos los años y durante todos los gobiernos?
¿Hay suficientes y confiables supervisores generales que revisen las tareas cotidianas que hacen todos los agentes de sanción del país, tanto policías de todas las corporaciones, agentes de vialidad, patrulleros ecológicos y todos los representantes de Hacienda y Crédito Público?
La mejor reforma en estos tiempos es la reforma moral y ciudadana. Familias, escuelas, gobiernos, iglesias y medios de comunicación masiva deben fortalecer esta reforma de manera cotidiana y natural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario