lunes, 17 de agosto de 2015

ALEGORIA DE LA JUSTICIA EN UN GRAN MURAL DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

ALEGORÍA DE LA JUSTICIA EN UN GRAN MURAL DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA


ÓSCAR ROBLES


         Hace once años, los artistas chihuahuenses José Gallegos y Miguel Valverde pintaron una brillante alegoría de la justicia en una pared de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH). Es una pintura mural tradicional y didáctica, se titula “Alegoría del Derecho” (2004), está hecha en acrílico y madera y cubre una superficie total de 5.14 X 2.50 metros. En general, es una visión idealista y universal de la justicia humana y del derecho en la sociedad occidental, mediante un armónico y tradicional realismo figurativo con colores suaves y serenos (blancos, azules, marrones claros), volúmenes geométricos y redondos y aglutinación de imágenes diversas, humanas y objetuales.

1.  LA ALEGORÍA DEL DERECHO: BELLEZA Y MENSAJE MORAL

Sobre un fondo irreal y geométrico de azules y grises, emerge el bello torso desnudo de una mujer gigante, justo en el centro del mural. Es la figura principal y su imagen es idealista y plenamente simbólica, dentro de una situación fantástica. De sus manos abiertas, penden dos cadenas con dos balanzas de metal de las cuales sale gente vestida de blanco. Frente ella, se ven tres columnas de gente: Numerosas personas de blanco que caminan de frente y que provienen de ambas balanzas, justo a su izquierda y a su derecha;  y la columna de personas que caminan justo hacia el pecho de la mujer, hacia una entrada colocada entre ambos senos, y que son bañados por un aura color marrón claro. Como puede verse, esta pintura mural describe acciones irreales con figuras humanas y objetuales realistas y, por ello, es altamente simbólica con sus figuras realistas. En general, el armónico trazo del dibujo y el suave colorido muestran una buena factura artística.
         En resumen, esta narrativa central del mural representa el proceso de la justicia que afecta y transforma a la humanidad, mediante una serie de símbolos tradicionales y didácticos y una situación irreal. Todas las personas pertenecen a los dos sexos y representan a la sociedad o a la humanidad, dentro de una época contemporánea. Los colores que dominan en las tres columnas ―blanco, azul y café claros― representan el proceso de juzgar y transformar sus actos. Los que entran al cuerpo de la mujer apenas van a ser juzgados y el aura es, por ello, marrón claro, es decir, el color de la presunta responsabilidad. Los que salen y caminan de frente están vestidos de blanco y azul, los colores que se refieren al dictamen final de las leyes y al proceso de ser juzgados. Estas leyes son simbólicamente las dos balanzas que penden de las cadenas.
         En el mural se observan también más figuras objetuales de gran trascendencia en la cultura occidental, dentro del orden simbólico dominante. A la izquierda del mural, están dos moles geométricas en tonos cafés y grises y una esfera amarilla flotando en el espacio, todo lo cual remite simbólicamente a la simetría y al orden como representaciones abstractas. A la derecha, aparecen nueve columnas blancas que tienen dos posibles significados. Por un lado, tal vez sean parte básica y primigenia de los edificios judiciales antiguos y, por tanto, representen en general todos los edificios de la justicia. Por otro lado, las columnas rompen el orden ficcional del mural para prolongarse en la realidad concreta y objetiva de Chihuahua y conectarse con la simetría y el orden de una columna real similar que forma parte del edificio universitario.
Los cuerpos de las leyes ocupan un lugar importante en el mural y hacen referencia directa al título del mismo y a la facultad que aloja tal obra artística. Justo a la izquierda de la mujer, están varios documentos con leyes escritas: Unos son piedras amarillas con inscripciones y un marro de piedra y otros son viejos legajos. Estos documentos reflejan la historia y la evolución de las leyes universales en Occidente, de los grecolatinos a la época contemporánea. Todos estos cuerpos de leyes flotan precisamente entre todas las figuras geométricas azules y blancas y, en consecuencia, dichas figuras pueden ser cuerpos de leyes.


ALEGORIA DEL DERECHO DE JOSE GALLEGOS Y MIGUEL VALVERDE EN LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UACH

         Así pues, la figura de la mujer representa la justicia y el derecho como disciplina del conocimiento universal. Por este motivo, es un cuerpo desnudo, femenino, bello, con un rostro enigmático y glacial y unos ojos grises y fríos. De este modo, lo estético del cuerpo femenino es expresión pura de lo ético y lo moral y la frialdad del rostro remite a la imparcialidad y racionalidad de las leyes, dentro de una visión artística occidental. La mujer tiene la piel amarilla, el cabello negro, labios breves, sensuales y rojos y nariz breve. En especial, los ojos grises y serenos emiten un breve resplandor plateado. El rostro femenino es neutral y mira de frente con firmeza y señorío, rasgos propios de una alegoría. En suma, esta mujer, las abundantes personas y el conjunto de imágenes objetuales (balanza con cadenas, documentos de leyes, figuras geométricas, columnas de edificios) representan a la humanidad en la historia y a su cultura y su conocimiento humanístico, sin una ubicación geográfica y nacional concreta. Finalmente, esa humanidad simbólica es juzgada por la enorme mujer como si fuera una maquinaria o un robot humano gigantesco. Tradicionalmente, la justicia es representada como una mujer en algunos murales mexicanos, tales como el Mural de la Justicia del zacatecano Alberto Carlos.


ALEGORIA DEL DERECHO DE GALLEGOS Y VALVERDE: TRADICION DEL MURAL EN LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

         Resaltan en este mural de principios del siglo XXI la armonía del cuerpo y del rostro de la mujer y su belleza glacial. Por ser una alegoría, la visión dominante se basa en la yuxtaposición de imágenes visuales en distintos planos espaciales (centro, izquierda, derecha), para expresar símbolos ideales sobre el proceso de impartir justicia, de manera concentrada y quintaesenciada. Este mural es, por todo ello, una visión puramente fantástica, idealista y alegórica. El proceso de entrada y salida de humanos del cuerpo de la mujer simboliza el proceso de purificación moral y legal y de aplicación de las leyes del derecho. Por otro lado, las armónicas figuras geométricas flotando en el espacio de manera irreal representan la lógica de los procesos de leyes. Finalmente, la justicia es femenina, desnuda, hermosa y un acto de purificación moral y las leyes son cadencioso geometrismo y lógica, según el conjunto de las imágenes visuales que integran esta vigorosa alegoría creada por José Gallegos y Miguel Valverde.

2.  LA PINTURA MURAL EN MÉXICO Y EN CHIHUAHUA

         En general, las pinturas murales tienen una gran historia en México y son un poderoso y monumental arte público, popular, abierto y didáctico. Las pinturas murales han sido creadas en las épocas Prehispánica (Bonampak, Teotihuacán), Colonial (abundantes iglesias coloniales), Moderna y, sobre todo, Contemporánea (el Muralismo Mexicano y sus diferentes generaciones). Sus propósitos de los murales han sido diferentes a lo largo de la historia de México, desde el tiempo primitivo al tiempo del capitalismo global: Religiosos, políticos, científicos, económicos, educativos, sociales, culturales y/o artísticos.
En especial, el Muralismo Mexicano ha sido considerado como la máxima aportación pictórica y artística de Hispanoamérica a la sociedad occidental y fue desarrollado principalmente en la primera mitad del siglo XX. Este movimiento pictórico cuenta con numerosos y talentosos artistas, tales como David Alfaro Siqueiros (con raíces chihuahuenses), el guanajuatense Diego Rivera, el jalisciense José Clemente Orozco, el defeño Juan O` Gorman, el guanajuatense José Chávez Morado y el chihuahuense Antonio González Orozco. 
Como parte de esta tradición nacional, la ciudad de Chihuahua ha tenido un desarrollo importante en el muralismo del Norte de México, desde los murales religiosos en la Catedral y en los templos hasta las escuelas, edificios públicos y privados y los diversos muros de calles, desde la Colonia hasta el siglo XXI y, en especial, desde finales de los treinta hasta 2015. En los cuarenta, por ejemplo, el duranguense Leandro Carreón termina una serie de grandes murales históricos en el Paraninfo de la UACH y luego crea otras obras monumentales en la antigua estación de los Ferrocarriles Nacionales de México (hoy FERROMEX) y en la antigua Escuela de Bellas de la UACH. Por su parte, el hidalguense Aarón Piña Mora pintó los trascendentes murales históricos y sobre las actividades productivas de Chihuahua en el Palacio del Gobierno de Chihuahua en la década de los sesenta. En tanto, el jalisciense Jorge González Camarena hace en 1958  el brillante mural en mosaico La Revolución Constructiva en la Clínica Morelos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). José T. Aceves produce el mural de la ganadería en las antiguas oficinas de COMERMEX (hoy Scotia Bank). El propio Piña Mora plasma  La Profecía de la Raza Cósmica en la Posada Tierra Blanca del mecenas Tomás Valles Vivar en los setenta. El zacatecano Alberto Carlos pinta murales sobre la justicia en la antigua Facultad de Derecho (hoy Filosofía y Letras) y, posteriormente, los murales históricos en el edificio de la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología. El chihuahuense Luis Y. Aragón deja como herencia artística Música de los números en la biblioteca de la Facultad de Ingeniería de la UACH, campus 2.
La creación de murales ha continuado en la ciudad de Chihuahua, con artistas famosos y artistas anónimos. A finales del siglo XX y principios del siglo XXI, otros artistas incrementan el patrimonio de este trascendente arte público y popular: Fernando Rascón (Museo Semilla), Alonso Enríquez (Alcaldía de Chihuahua) y el propio Miguel Valverde (Centro de Convenciones y Exposiciones y la UACH), entre otros. Aparecen murales en calles, parques, escuelas, edificios públicos y en el Canal del Chuvíscar. Entre ellos, es importante mencionar los murales colectivos de la Mediateca Municipal y el del Parque del Estudiante. Dentro de este contexto, La Alegoría del Derecho (2004) de José Gallegos y Miguel Valverde forma parte de este gran patrimonio cultural y artístico de la ciudad de Chihuahua.
En conclusión, las pinturas murales comunican en poco tiempo y en una mirada global importantes ideas y emociones, tradiciones culturales y eventos históricos, conocimientos disciplinarios y visiones nacionalistas, imágenes de personajes famosos y paisajes naturales y urbanos. Es un arte público, monumental, popular y poderoso y cuenta con una gran tradición en la historia de México.
Este mural de Gallegos y Valverde embellece el lobby de la Facultad de Derecho de la UACH, representa un valioso patrimonio cultural y artístico para dichas instituciones y, en especial, recuerda sintéticamente a los estudiantes, profesores y público en general la trascendencia de la justicia y las leyes en toda nación occidental. Con una sola escena central y la aglutinación de figuras, se transmite con este mural una visión directa y clara, didáctica y vigorosa y, sobre todo, la siguiente perspectiva del mundo: Todo humano debe someterse a los dictados orden y ley de la civilización occidental, para aplicar la justicia universal de manera efectiva e imparcial y lograr la armonía de la sociedad.
En el mural Alegoría del Derecho, la justicia es un acto necesario de toda nación civilizada, para dirimir correctamente responsabilidades, culpabilidades y exoneraciones. Al final de cuentas, la justicia es imparcial, una balanza, un proceso interno, numerosos cuerpos de leyes, bajo la visión idealista y alegórica de los artistas chihuahuenses Carlos Gallegos y Miguel Valverde.

3.  GALLEGOS Y VALVERDE: JÓVENES PINTORES CON TRAYECTORIA ARTÍSTICA

Los autores de Alegoría del Derecho son chihuahuenses por nacimiento y estudiaron en una de las más importantes instituciones universitarias del Estado de Chihuahua. José Merced Gallegos Acosta nació en la ciudad de Chihuahua, estudió Artes Plásticas en la UACH con maestros como José Lucero, Rafael Villar, Aureliano Sánchez y Othón Téllez y cuenta con exposiciones en ciudades de Chihuahua y en el estado de Zacatecas. Por su parte, Miguel Valverde (1980―) estudio Artes Plásticas en la UACH (2000-2005). Ha realizado dieciocho murales hasta 2015, ha ganado tres becas para artistas en el Instituto Chihuahuense de la Cultura (2006, 2008 y 2013) y ha participado en numerosas exposiciones en México, los Estados Unidos y Alemania, tales como Grabando los momentos (Alemania, 2004), Esquina ruda (Ciudad de México, 2007), Espíritu y trabajo (Chihuahua, México, 2009), Arte Chihuahua (Estados Unidos, 2012) y Destellos y reflejos de la lucha libre: Arte y espectáculo (Ciudad de México, 2012) (“Miguel”). Sus murales más recientes son A dos de tres caídas sin límite de tiempo en la Arena México de la Ciudad de México y Pilares de la vida en la Facultad de Medicina de la UACH, campus Hidalgo del Parral (“Miguel”). Especialmente, destacan dos murales en la ciudad de Chihuahua: Diversidad cultural (2009) en el Centro de Convenciones y Exposiciones y La medicina sustento de la vida y vencedora de la muerte (2010) en la Facultad de Medicina de la UACH, campus 2. Es autor de diversas pinturas al óleo, acrílicos y murales, especialmente.



Obras citadas
“Miguel Valverde.” CURRICULUM VITAE. 16 agosto 2015.
<http://ww.miguelvalverde.com/files/CVMIGUELValverde2014octubrepdf>.


[TODAS LAS FOTOS DE ESTE ESCRITO FUERON TOMADAS POR OSCAR ROBLES]

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