LLUVIA GRANDE DE JULIO
ÓSCAR ROBLES
“Lluvia de abril,
Billetes de a mil.
Lluvia de mayo,
Ni maíz pa`l caballo.”
REFRÁN POPULAR
“Lluvia de abril,
Billetes de a mil.
Lluvia de mayo,
Ni maíz pa`l caballo.”
REFRÁN POPULAR
Más de veinte cubetas de agua son el resultado de la gran lluvia nocturna de ayer, 22 de julio de 2014. Las vacié en los cuatro árboles externos de la casa ―tres moros y una lila.
Es agua que se refugia en la salida de la cochera, justo en una cavidad de unos tres metros cuadrados, la cual funciona como una especie de cisterna temporal sobre el vivo cemento. De esta cavidad recojo los restos de las pocas lluvias de cada año en estos años de desierto Dios y desiertos cristianos: Desiertos mexicanos. . . Desierta tierra sin alma.
Es agua silvestre del cielo, gracias a Dios.
Es la primera lluvia buena del año en la ciudad capital, lluvia tardía otra vez, lluvia del segundo mes del verano de 2014, lluvia que sirve de paliativo a otra aguda sequía en esta ciudad, en esta región norteña de Chihuahua.
La lluvia, aunque nocturna, siempre siembra esperanza con sus humedades, sus murmullos de ángeles, su persistencia, su voz venida de Dios, voz clara, serena, límpida, que llega directo al alma de las plantas, los animales y, tal vez, de los humanos.
Lluvia verdadera al fin, lluvia al fin.
¿Habrá billetes de a mil o maíz para el caballo, abuelo?
Escribo esta prosa en la mañana, prosa de lluvia como marca en mi diario, como dato percudido del aciago tiempo chihuahuense, herido tiempo, agrietado, seco, con secas almas: Ni la tierra ni los corazones florecen en estos duros tiempos de crimen, violencia y corrupción.
¿Florecerán algún día?
Lluvia al fin, abuelo:
Y tengo prosa fresca, escritura, lluvia sobre estas páginas, resecas, casi muertas en estos malos tiempos mexicanos de malos mexicanos, malas hierbas devorando las sonrientes mazorcas, el grano fino, blanco, amarillo, grano de oro: Granos tiernos de Dios.
Lluvia al fin,
lluvia de Dios,
lluvia al fin,
gotas de a mil
como granos de maíz.
lluvia de Dios,
lluvia al fin,
gotas de a mil
como granos de maíz.
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