miércoles, 17 de marzo de 2021

VIOLENCIA DOMÉSTICA Y CONDICIONAMIENTO PATRIARCAL EN “LAS MEDIAS ROJAS” DE EMILIA PARDO BAZÁN Por Óscar Robles

“Las medias rojas” es un cuento muy pesimista en torno al funcionamiento de la familia española, al encuentro y choque de generaciones y, sobre todo al destino de la mujer joven, dentro de una sociedad rural, pobre, ignorante y violenta. Su autora Emilia Pardo Bazán cifra su personal visión de mundo o cosmovisión en un sino trágico y un final determinista y negativo para la mujer. En esta breve narrativa realista-naturalista, las aspiraciones laborales de la mujer española son destruidas por el machismo y la estructura patriarcal, los cuales se basan en la cruda violencia y el dominio del hombre y los padres ejercidos sobre su familia y sobre las mujeres en especial. 

De esta manera, la relación central entre padre e hija de dicho cuento se resuelve en un terrible y cruel condicionamiento patriarcal y laboral y la pérdida de la libertad y la independencia de la mujer. En tal relato, Pardo Bazán plantea crudamente la violencia doméstica impuesta por el padre patriarca de la casa contra la indefensa hija, dentro de un ambiente rural de España. En ese espacio físico, el único escape posible para las mujeres jóvenes es la emigración a otros países para encontrar un futuro promisorio, un mejor empleo y una mejor vida personal y social. 

Para contar la historia de Ildara, la protagonista, la célebre escritora española utiliza un narrador omnisciente que juzga someramente los hechos y narra objetivamente con frialdad y crudeza. Así pues, el desarrollo de la crueldad contra la mujer y el papel femenino doméstico son la preocupación central de la mujer escritora. El cuento adquiere gran fuerza dramática gracias las estrategias narrativas que construye la autora peninsular. Primeramente, sazona la trama con intensos y emotivos diálogos entre padre e hija nutridos de un vivo lenguaje coloquial y regionalista. En segundo lugar, disemina descripciones descarnadas de los golpes propinados por el hombre y jefe de la casa. En tercer lugar, el narrador omnisciente mantiene la objetividad y frialdad en las secuencias más negativas y dolorosas, como parte de la estética realista-naturalista. Esencialmente, la resolución de la trama es pesimista y expone la frustración de los sueños de progreso y vida de la joven Ildara. Finalmente, los daños físicos en su rostro joven causados por su padre se quedan para toda la vida. Esta narración objetiva sobre la violencia doméstica de las familias patriarcales está construida bajo los parámetros realistas y con algunos aspectos naturalistas de gran pesimismo. 


       1. EL REALISMO Y EL NATURALISMO EN EUROPA,                                             AMÉRICA Y ESPAÑA 

Europa y España atraviesan por un periodo de gran progreso económico y científico hacia la segunda mitad del siglo XIX principalmente. Como consecuencia, escritores y artistas retratan fielmente la realidad con todos sus detalles, tanto en sus cuentos como en sus novelas. Así, nace el Realismo literario en países como Francia, Inglaterra, Rusia y Portugal y luego se exporta a los Estados Unidos y Latinoamérica. En particular, se crean grandes novelas realistas desde el primer tercio del siglo XIX. 

Sus grandes figuras fueron los franceses Honorato de Balzac con la novela Eugenia Grandet (1833) y Henry Beyle, alias Stendhal con Rojo y negro (1830); los ingleses Charles Dickens con David Copperfield (1850) y William Thackery con La Feria de las vanidades (1847-1848); los rusos León Tolstoi con La guerra y la paz (1869) y Fedor Dostoievski con Los hermanos Karamazov (1880); el portugués Eça de Queiroz con La ilustre casa de Ramírez (1900); el estadounidense Mark Twain con Las aventuras de Huckleberry Finn (1884); el chileno Alberto Blest Gana con Martín Rivas (1862); y el mexicano José López Portillo y Rojas con La parcela (1898). En España, los cuadros de costumbres de origen romántico sirven para configurar obras realistas y reforzar la producción de una literatura nacional. Sobresalen las novelas La Gaviota (1849) de Cecilia Böhl de Faber, mejor conocida como Fernán Caballero; Escenas montañosas (1864) y Peñas arriba (1895) de José María de Pereda; Pepita Jiménez (1874) de Juan Valera; El sombrero de tres picos (1874) de Pedro Antonio de Alarcón; Dona Perfecta (1876) y Fortunata y Jacinta (1886-1887) de Benito Pérez Galdós. 

En tanto, el Naturalismo se caracteriza por exponer literariamente la degradación moral y física de los seres humanos como producto de la herencia y del ambiente social. Sin embargo, esta corriente literaria no impacta en gran medida en España. El francés Emilio Zolá fue el gran representante de la novela naturalista en Europa con La taberna (1877) y Germinal (1885), principalmente. Bajo este contexto, Emilia Pardo Bazán radicó en París con su marido por un tiempo. Como consecuencia, el papel central de dicha escritora fue difundir las ideas en torno al Naturalismo francés en su gran estudio La cuestión palpitante (1883) y desarrollar algunos aspectos naturalistas en las novelas Los pazos de Ulloa (1886) y La Madre Naturaleza (1887). En realidad, las grandes novelas naturalistas españolas son, básicamente, La Regenta (1884-1885) de Leopoldo Alas “Clarín” y La barraca (1898) de Vicente Blasco Ibáñez. “Las medias rojas” puede clasificarse como un cuento realista-naturalista. 

 
2. “LAS MEDIAS ROJAS”: LA DESTRUCCIÓN DEL SER HUMANO EN UN MEDIO SOCIAL PATRIARCAL Y VIOLENTO

En “Las medias rojas”, la visión de mundo de Emilia Pardo Bazán se proyecta sobre la condición de la mujer española del medio rural, de manera muy cruda y pesimista. El concepto de “visión de mundo” o “cosmovisión” es definido como el acto de “concebir la interacción entre los hombres o entre los seres humanos y el universo” (Virgillo 18). En particular, dicha visión negativa opera en las descripciones cuidadosas sobre el medio social de un pueblo y en los crueles actos de violencia del padre. Por influencia del Realismo literario, dichas descripciones son muy fotográficas y descarnadas y cada detalle sobre el cuerpo y el rostro de Ildara expone la violencia doméstica del padre patriarca y encierra dramatismo y pesimismo. Así pues, la terrible acción del tío Clodio y padre de Ildara representa la repetición del machismo y la autoridad patriarcal en las familias españolas del campo. Los actos violentos del padre forman parte de “un medio hostil” que destruye al ser humano, en especial a las jóvenes mujeres del pueblo. En general, la visión de mundo del cuento es que “la humanidad es víctima de un destino implacable y cruel” (Virgillo 50). De este modo, “las condiciones sociales” aparecen a través de “situaciones sórdidas”, las cuales son extremadamente degradantes de la condición humana y del destino de la mujer española (50). 

En la dramática trama, la joven Ildara planea secretamente emigrar a otro país para labrar un mejor porvenir para ella. Un día, el tío Clodio, su padre viudo, advierte un repentino cambio en la vestimenta de Ildara, justo cuando ella entra a la casa con un montón de leña y prepara la comida en la cocina. Por este motivo, el hombre sospecha que ella pretende irse de la casa. Esta prenda de vestir es precisamente una media roja en su pierna robusta. La chica le explica que adquirió las medias rojas vendiendo huevos al abad del pueblo. Tiempo antes, Mariola, la prima de Ildara, había sido marcada con el golpe violento de una criba en la frente por la acción furibunda de la propia madre, lo cual le destruye los tejidos de la piel. Por su parte, el irracional y posesivo tío Clodio la golpea brutalmente, le tumba un diente y la deja tuerta para toda la vida. En consecuencia, Ildara pierde la oportunidad de viajar en barco a otro país, pues se necesita estar sano para trabajar en otras tierras. 

Las secuencias narrativas del cuento diseminan y dosifican los eventos y descripciones, para concentrar tensión dramática y diseñar la estética del realismo-naturalismo. En primer lugar, los tres primeros párrafos delatan un hondo realismo y una cierta dosis de costumbrismo, mediante la voz narrativa omnisciente, la objetividad y vivacidad de los detalles y el uso del tiempo lineal en el presente narrativo. Todas estas descripciones iniciales delinean minuciosamente las duras tareas domésticas de la joven Ildara, mediante un lenguaje rico y regionalista, propio del medio rural español (líneas 1-18). Carga leña, prende fuego y cocina papas y frijoles y el padre advierte una media roja nueva en la pierna de Ildara, todo lo cual constituye la situación inicial del conflicto. En segundo término, el choque violento de padre e hija se prolonga en el cuento posteriormente en varios párrafos, como parte del desarrollo del relato. Luego de que el tío Clodio ha descubierto la nueva media roja de algodón en la pierna de su hija, viene la gran discusión entre ambos (líneas 19-54). 

Así pues, el problema central es desplegado mediante diálogos muy realistas y breves entre padre e hija. En especial, estos parlamentos revelan el bajo nivel cultural y educativo de ambos protagonistas (v. gr. “novidá” = novedad, “hirmán” = hermana) y su origen campesino por el uso de algunos regionalismos (v. gr. “cluecas”, “merqué”). En esta segunda secuencia, ya ocurre el primer nivel de violencia doméstica: el padre lanza contra la pared a la hija. En contraste, la voz del relator omnisciente muestra un lenguaje estándar y culto que opera en el presente narrativo (conflicto entre el tío Clodio-Ildara) y en el pasado (conflicto entre la prima Mariola y su madre). Por ejemplo, el narrador exhibe vocablos como “ira”, “engarzado”, “hirsutas”, “zarandeó”, “circunvecinas”, “sagaz”, entre otras. Asimismo, la voz narrativa se concreta en relatar con cierto nivel de objetividad y expone las discusiones orales entre padre e hija. 

En tercer lugar, la secuencia tercera y final del relato exhibe el terrible castigo físico a Ildara. Estas acciones crudas representan claramente el medio familiar y social tan hostil que se opone a la libertad de la mujer e hija, dentro de una familia patriarcal (líneas 55-64). Sobre todo, esta parte describe descarnadamente la violencia doméstica ejercida por el padre patriarca: golpes salvajes en la cabeza y el rostro (ojos, nariz, carrillos). Especialmente, el relator omnisciente explica los motivos y muestra un poco de psicología del padre. De este modo, el progenitor podría matar a su hija antes que verla partir hacia otro país y le profesa “un cariño maquinal, absurdo” (Pardo 52). 

Finalmente, los tres párrafos finales forman parte de la tercera secuencia también. En particular, señalan la visión de mundo altamente pesimista de la autora y explican sucintamente el resultado negativo de la violencia del padre patriarca (líneas 65-72). Entonces, la voz del narrador omnisciente se vuelve fría y objetiva, bajo el lenguaje culto que detalla y revela un sino adverso y sumamente pesimista. La joven Ildara pierde un diente y un médico le dictamina que su ojo sufrió un “desprendimiento de la retina”, es decir, que se quedará tuerta para toda la vida (Pardo 52). Como consecuencia, Ildara no podrá irse de su casa y está condenada a vivir bajo el autoritarismo patriarcal y la violencia del padre durante más tiempo, dentro de un ambiente rural muy hostil para las mujeres. Después, el narrador simplemente informa que la joven no puede viajar en barco a la búsqueda de mejores oportunidades de vida y trabajo en otra nación. Esencialmente, la oración compuesta final exhibe un lenguaje culto con algunos destellos poéticos, pero muy irónicos: “Los que vayan allá, han de ir sanos, válidos, y las mujeres, con sus ojos alumbrando y su dentadura completa. . .” (52). 

 
          3. BIOGRAFÍA BREVE DE EMILIA PARDO BAZÁN 

 Emilia Pardo Bazán (1851-1921) nació en La Coruña, España. Fue profesora de literaturas neolatinas en la Universidad de Madrid y consejera de Instrucción Pública. Escribió cuentos, novelas, poesías, libros de viajes, estudios sociales, crítica histórica y crítica social. Destacan sus novelas Los pazos de Ulloa (1886) y La Madre Naturaleza (1887); su colección de cuentos Cuentos del terruño (1907); y el estudio literario La cuestión palpitante (1883). En suma, el cuento “Las medias rojas” de Emilia Pardo Bazán configura un segmento del crudo y cruel estado social de las familias rurales españolas durante la segunda mitad del siglo XIX, mediante la estética realista-naturalista. De esta manera, el conflicto central de dicho relato enfrenta la tradición anquilosada de los padres y las aspiraciones de progreso y modernización de los hijos, la violencia del patriarca y la vitalidad de la mujer, el medio social opresivo y la libertad del individuo. Ante todo, la cosmovisión de la escritora española revela un sentido pesimista del mundo: la mujer no puede escapar al dominio del patriarcado y a las costumbres tradicionales, bárbaras y salvajes de España. 


                                               Obras citadas 

Pardo Bazán, Emilia. “Las medias rojas.” Aproximaciones al estudio de la literatura hispánica. Por Carmelo Virgillo, Teresa Valdivieso y Edward Friedman. 5ª ed. New York: Mc Graw Hill, 2004. 49-52. 

Virgillo, Carmelo, Teresa Valdivieso y Edward Friedman. Aproximaciones al estudio de la literatura hispánica. 5ª ed. New York: Mc Graw Hill, 2004.

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