EL AMANTE
DE MARGUERITE DURAS: UNA EXTRAÑA Y COMPLEJA HISTORIA DE AMOR
ÓSCAR
ROBLES
Ante todo, El amante (1984) de la novelista
francesa Marguerite Duras es una peculiar y transgresiva historia de amor entre
un hombre adulto oriental y una jovencita francesa menor de edad, situada en
Saigón, Indochina (hoy Vietnam). Las primeras páginas de la novela se imponen
al lector por su precisión sintáctica y por una prosa breve, sencilla y armónica,
construida a base de repeticiones de palabras y frases, todo lo cual se observa
en la traducción al español. Así, la escritora francesa transmite de inmediato
su estilo de prosa breve, la cual deslumbra por la transparencia de su narración
y sus descripciones.
Especialmente,
El amante plantea un conflicto principal de amor y familia, diseminado
en la novela y configurado a base de cambios de tiempo. La protagonista es la
propia autora francesa. Ella vive en Saigón (Indochina) y tiene un amante de
veintiséis años de edad al que describe como “el hombre de la limusina negra”,
un hombre chino, mientras que ella cuenta con solamente quince años y medio de
edad (Duras 30). Esta particular y extraña historia de amor crea un gran malestar
en la familia de la jovencita. En especial, ella choca emocionalmente con su
madre y su hermano mayor, quien es un adicto al opio.
Duras
desarrolla esta trama de amor y familia como conflictos centrales. Uno de sus
méritos literarios es que finca esta trama a partir de una técnica parecida al
diario autobiográfico, pero sin anotar las fechas exactas al comienzo de cada
secuencia narrativa y sin el rigor cronológico propio de este tipo de escritos
autobiográficos. Asimismo, la escritora francesa construye dos narradores para
exponer la historia: La primera y la tercera personas de singular. Entonces,
ella usa estas dos voces narrativas en forma alternada y de manera persistente.
Incluso, mezcla estas dos voces hasta en un mismo párrafo. Muchas veces la voz
narradora espontáneamente va contando la historia y entrevera los recuerdos
lejanos de su vida adolescente, proyectándose desde el presente de su edad
adulta hasta sus tempranos años cuando era alumna en una escuela francesa.
El
amante es, al mismo tiempo, autobiografía y novela. Con estos elementos,
Duras crea una sólida y honda obra literaria con un lenguaje sencillo, para
contar un gran historia de odio, una gran historia sexual de dos amantes, una
gran historia de diferencias económicas, raciales y sociales y una historia de
incomunicación familiar. De este modo, la propia autora materialmente “desentierra”
esta etapa dolorosa de su vida adolescente, para derramar “los ríos” de odio añejados
y contar, con una inteligencia atroz, la etapa de su vida en que llegó a ser
amante de un hombre mayor que ella, perteneciente a otra nacionalidad y raza y
miembro de la clase alta entre los chinos.
Así pues,
la novela de Duras transita con sus acciones por medio de la fragmentación constante
de escenas y secuencias narrativas. Estos fragmentos narrativos constituyen
“los vidrios rotos de un espejo” hasta que terminan por integrar al mismo
tiempo un bello y atormentado personaje femenino, sumido en conflictos
personales y sociales. Por ello, la novela es un “retrato literario” de una adolescente
que vive una sexualidad temprana y enfrentamientos con su familia. Esta obra
narrativa desarrolla los recuerdos de esta etapa de la vida tan difícil y
compleja de Marguerite Duras con su familia francesa. En particular, la madre y
el hermano mayor no dejan de asumir su condición pequeñoburguesa a pesar de que
viven una precaria situación económica en Saigón.
Como diario
fragmentado, El amante pertenece a esa línea de la evocación de los
recuerdos como retazos o jirones de tela. De este modo, la autora gala mantiene
el conflicto central, su amor por el rico oriental, en constante choque con su
familia biológica, mezclando una serie de “postales” descriptivas de su vida
cotidiana. Por ejemplo, incluye descripciones del paisaje oriental, encuentros
con personajes extraños y reflexiones sobre su vida (Duras 18). Estas
descripciones rompen la concentración del conflicto familiar en algunas
ocasiones y son muy atractivas por su calidad en la prosa y por su carácter
fragmentario propio de las “postales literarias”.
El
amante es ante todo una historia de amor con diversos matices emocionales y
sexuales. Este amor es a veces tierno, a veces perverso, a veces un amor-odio. En
realidad, la jovencita ha sido seducida por un millonario chino, transgrediendo
las leyes civiles. Algunas veces los adjetivos para describir a este hombre son
un tanto duros e insultantes, de acuerdo a las propias confesiones de la
narradora. Entonces, la relación de amor se torna extraña. Sin embargo, el amor
sexual se vuelve en ella una especie de vicio del amor, porque ya no puede
dejar a su amado.
En la
novela, la protagonista aparece vestida como prostituta algunas veces.
Entonces, viste sombrero de hombre y se ve ataviada como una ninfeta inocente y sensual. Ella
descubre a los quince años de edad un amor misterioso que la atrapa, le da
placer y la hace sufrir. Sobre todo, le causa conflictos con su familia. Amor y
desamor convergen en la trama y, entonces, los dos son amantes actúan sin aparente
amor y todos los días copulan. Ella en verdad desea al hombre oriental, porque
le gusta que él la posea en la cama, recién bañada en la tinaja, con el
ventilador acariciando las gotas de agua que recorren su cuerpo mientras el
hombre la besa apasionadamente.
Además de
la relación con el amante y con la propia familia de la escritora, Duras
explora el contexto social que vive en su escuela y su ciudad. Entonces, ella
recuerda esta temprana relación afectiva y sexual con el rico chino, mezclando
nostalgia, amor y odio. A la vez, la narradora acusa a su madre de ser la
causante de que otras personas la vean mal, puesto que la progenitora le aconseja
a la jovencita cómo vestir para atraer a los hombres. Entonces, la sociedad ve mal
a la protagonista, desde un punto de vista moral. Por ejemplo, las blancas y
las mestizas de la escuela francesa donde ella estudia la califican como una
prostituta púbera.
En la
resolución de la dramática trama del pasado, la relación de amor entre la jovencita
francesa y el acaudalado hombre oriental tiene un final infeliz. Finalmente, el
chino no se casa con su amante menor de edad porque el padre millonario del
hombre oriental impide que la boda ocurra. Entonces, esta historia de amantes
se mantiene en secreto, causando el gran escándalo en la familia francesa de la
jovencita.
Los cambios de tiempo revelan un gran virtuosismo técnico
por parte de la escritora francesa. Para ella, es fácil mezclar en una misma página
y hasta en líneas inmediatas los tiempos del presente y el pasado, la juventud
y la vejez, como si fuera una cámara de cine que mueve los tiempos en un
movimiento o corte rápido. En el siguiente fragmento narrativo, se observan claramente
estas cualidades narrativas de Marguerite Duras con el tiempo de la novela:
Tengo un rostro lacerado por arrugas secas, la piel
resquebrajada. No se ha deshecho como algunos rostros de rasgos finos, ha
conservado los mismo contornos, pero la materia está destruida. Tengo un rostro
destruido. Diré más, tengo quince años y medio. El paso de un transbordador por
el Mekong. . . (Duras 10-11).
Asimismo, la escritora francesa maneja con gran destreza narrativa dos tipos de narradores. Primeramente, utiliza la tercera persona de singular para verse a sí misma desde lejos y con frialdad como protagonista de la novela, como una autora que mira a su propio personaje ficcional que es ella misma. En tanto, la primera persona de singular revela el marcado estilo autobiográfico con episodios de gran intimidad emocional y sexual propios de una narradora protagonista.
Además de la
jovencita francesa, la madre es uno de los personajes más relevantes. En particular,
ella causa una serie de sentimientos opuestos en la hija. Unas veces, la
protagonista ve a la madre con gran ternura, como una mujer sufriente destinada
a educar sola a sus tres hijos, dos varones y una mujer. Sin embargo, la marca
de ese pasado difícil afecta a la propia Duras personaje. Entonces, la
narradora acusa a su propia progenitora por haberla obligado a vestirse como
prostituta adolescente, para atraer a los hombres. También, la acusa de mimar
demasiado al hermano mayor, quien es un verdadero enfermo por el consumo
excesivo de droga, y un verdadero vividor empedernido, el cual menosprecia al
amante chino de su hermana. De este modo, la madre surge como una mujer con
rasgos de locura, perdida en el amor por su hijo primogénito y a la cual no le
importa sacrificar una buena parte de su dinero para darle al hijo mayor de la
familia. En contraste, la narradora protagonista recuerda con gran amor a su
hermano menor, quien muere a causa de una bronconeumonía. Finalmente, la
escritora despliega el dolor y la ternura de esta relación fraternal truncada
por una enfermedad.
En
conclusión, El amante de Marguerite Duras aborda una historia dramática
de amor entre un hombre chino de la clase alta y una adolescente francesa, ubicada
en Saigón, Indochina, durante el siglo XX. Esta conflictiva y secreta relación de
amor tierno y sexual deriva en profundos conflictos familiares de la jovencita
con su propia madre y con su vicioso hermano mayor. En particular, el uso de
dos narradores, la fragmentación narrativa en forma de diario autobiográfico y
un estilo de prosa breve y sencilla potencian la trama y la intriga.
Finalmente, esta historia de amor fascina por la intimidad y la sensualidad de
la relación amorosa y por las diferencias culturales que complican dicha
relación entre un adulto y una jovencita menor de edad, tales como las diferencias
enormes de generación, etnia, raza y clase social.
Marguerite
Duras (1914-1996) es el
seudónimo literario de Marguerite Germaine Marie Donnadieu. Ella nació en Saigón,
Indochina. Escribió numerosas novelas y varias obras de teatro y dirigió
diecinueve filmes. En especial, es autora del famoso guión de cine Hiroshima mon amour (1960), la
cual fue dirigida por el cineasta francés Alain Resnais. Entre sus novelas,
sobresalen El vicecónsul (1966), La amante inglesa (1967), El
amor (1971) e India Song
(1973). Después de escribir varias novelas entre las décadas de los cincuenta y
de los sesenta, la autora francesa entra en una fuerte crisis psíquica, con
etapas fuertes de alcoholismo. Luego, recupera su salud mental y escribe de
nuevo en la década de los ochenta. El amante pertenece precisamente a
esta etapa de finales del siglo XX. En particular, este libro tuvo un gran
éxito en ventas, pues se mantuvo en primer lugar durante seis semanas en Francia.
En noviembre de 1984, Duras recibe el Premio Goncourt.
Obras citadas
Duras, Marguerite. El amante. Trad. Ana María Moix. México:
Tusquets, 1989.
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