sábado, 15 de abril de 2017

'EL AMANTE" DE MARGUERITE DURAS: UNA EXTRANA Y COMPLEJA HISTORIA DE AMOR

EL AMANTE DE MARGUERITE DURAS: UNA EXTRAÑA Y COMPLEJA HISTORIA DE AMOR



ÓSCAR ROBLES



      Ante todo, El amante (1984) de la novelista francesa Marguerite Duras es una peculiar y transgresiva historia de amor entre un hombre adulto oriental y una jovencita francesa menor de edad, situada en Saigón, Indochina (hoy Vietnam). Las primeras páginas de la novela se imponen al lector por su precisión sintáctica y por una prosa breve, sencilla y armónica, construida a base de repeticiones de palabras y frases, todo lo cual se observa en la traducción al español. Así, la escritora francesa transmite de inmediato su estilo de prosa breve, la cual deslumbra por la transparencia de su narración y sus descripciones.
      Especialmente, El amante plantea un conflicto principal de amor y familia, diseminado en la novela y configurado a base de cambios de tiempo. La protagonista es la propia autora francesa. Ella vive en Saigón (Indochina) y tiene un amante de veintiséis años de edad al que describe como “el hombre de la limusina negra”, un hombre chino, mientras que ella cuenta con solamente quince años y medio de edad (Duras 30). Esta particular y extraña historia de amor crea un gran malestar en la familia de la jovencita. En especial, ella choca emocionalmente con su madre y su hermano mayor, quien es un adicto al opio.
        Duras desarrolla esta trama de amor y familia como conflictos centrales. Uno de sus méritos literarios es que finca esta trama a partir de una técnica parecida al diario autobiográfico, pero sin anotar las fechas exactas al comienzo de cada secuencia narrativa y sin el rigor cronológico propio de este tipo de escritos autobiográficos. Asimismo, la escritora francesa construye dos narradores para exponer la historia: La primera y la tercera personas de singular. Entonces, ella usa estas dos voces narrativas en forma alternada y de manera persistente. Incluso, mezcla estas dos voces hasta en un mismo párrafo. Muchas veces la voz narradora espontáneamente va contando la historia y entrevera los recuerdos lejanos de su vida adolescente, proyectándose desde el presente de su edad adulta hasta sus tempranos años cuando era alumna en una escuela francesa.
        El amante es, al mismo tiempo, autobiografía y novela. Con estos elementos, Duras crea una sólida y honda obra literaria con un lenguaje sencillo, para contar un gran historia de odio, una gran historia sexual de dos amantes, una gran historia de diferencias económicas, raciales y sociales y una historia de incomunicación familiar. De este modo, la propia autora materialmente “desentierra” esta etapa dolorosa de su vida adolescente, para derramar “los ríos” de odio añejados y contar, con una inteligencia atroz, la etapa de su vida en que llegó a ser amante de un hombre mayor que ella, perteneciente a otra nacionalidad y raza y miembro de la clase alta entre los chinos.
        Así pues, la novela de Duras transita con sus acciones por medio de la fragmentación constante de escenas y secuencias narrativas. Estos fragmentos narrativos constituyen “los vidrios rotos de un espejo” hasta que terminan por integrar al mismo tiempo un bello y atormentado personaje femenino, sumido en conflictos personales y sociales. Por ello, la novela es un “retrato literario” de una adolescente que vive una sexualidad temprana y enfrentamientos con su familia. Esta obra narrativa desarrolla los recuerdos de esta etapa de la vida tan difícil y compleja de Marguerite Duras con su familia francesa. En particular, la madre y el hermano mayor no dejan de asumir su condición pequeñoburguesa a pesar de que viven una precaria situación económica en Saigón.
          Como diario fragmentado, El amante pertenece a esa línea de la evocación de los recuerdos como retazos o jirones de tela. De este modo, la autora gala mantiene el conflicto central, su amor por el rico oriental, en constante choque con su familia biológica, mezclando una serie de “postales” descriptivas de su vida cotidiana. Por ejemplo, incluye descripciones del paisaje oriental, encuentros con personajes extraños y reflexiones sobre su vida (Duras 18). Estas descripciones rompen la concentración del conflicto familiar en algunas ocasiones y son muy atractivas por su calidad en la prosa y por su carácter fragmentario propio de las “postales literarias”.
      El amante es ante todo una historia de amor con diversos matices emocionales y sexuales. Este amor es a veces tierno, a veces perverso, a veces un amor-odio. En realidad, la jovencita ha sido seducida por un millonario chino, transgrediendo las leyes civiles. Algunas veces los adjetivos para describir a este hombre son un tanto duros e insultantes, de acuerdo a las propias confesiones de la narradora. Entonces, la relación de amor se torna extraña. Sin embargo, el amor sexual se vuelve en ella una especie de vicio del amor, porque ya no puede dejar a su amado.
          En la novela, la protagonista aparece vestida como prostituta algunas veces. Entonces, viste sombrero de hombre y se ve ataviada como una ninfeta inocente y sensual. Ella descubre a los quince años de edad un amor misterioso que la atrapa, le da placer y la hace sufrir. Sobre todo, le causa conflictos con su familia. Amor y desamor convergen en la trama y, entonces, los dos son amantes actúan sin aparente amor y todos los días copulan. Ella en verdad desea al hombre oriental, porque le gusta que él la posea en la cama, recién bañada en la tinaja, con el ventilador acariciando las gotas de agua que recorren su cuerpo mientras el hombre la besa apasionadamente.
          Además de la relación con el amante y con la propia familia de la escritora, Duras explora el contexto social que vive en su escuela y su ciudad. Entonces, ella recuerda esta temprana relación afectiva y sexual con el rico chino, mezclando nostalgia, amor y odio. A la vez, la narradora acusa a su madre de ser la causante de que otras personas la vean mal, puesto que la progenitora le aconseja a la jovencita cómo vestir para atraer a los hombres. Entonces, la sociedad ve mal a la protagonista, desde un punto de vista moral. Por ejemplo, las blancas y las mestizas de la escuela francesa donde ella estudia la califican como una prostituta púbera.
          En la resolución de la dramática trama del pasado, la relación de amor entre la jovencita francesa y el acaudalado hombre oriental tiene un final infeliz. Finalmente, el chino no se casa con su amante menor de edad porque el padre millonario del hombre oriental impide que la boda ocurra. Entonces, esta historia de amantes se mantiene en secreto, causando el gran escándalo en la familia francesa de la jovencita. 
Los cambios de tiempo revelan un gran virtuosismo técnico por parte de la escritora francesa. Para ella, es fácil mezclar en una misma página y hasta en líneas inmediatas los tiempos del presente y el pasado, la juventud y la vejez, como si fuera una cámara de cine que mueve los tiempos en un movimiento o corte rápido. En el siguiente fragmento narrativo, se observan claramente estas cualidades narrativas de Marguerite Duras con el tiempo de la novela:
Tengo un rostro lacerado por arrugas secas, la piel resquebrajada. No se ha deshecho como algunos rostros de rasgos finos, ha conservado los mismo contornos, pero la materia está destruida. Tengo un rostro destruido. Diré más, tengo quince años y medio. El paso de un transbordador por el Mekong. . . (Duras 10-11).
      
    Asimismo, la escritora francesa maneja con gran destreza narrativa dos tipos de narradores. Primeramente, utiliza la tercera persona de singular para verse a sí misma desde lejos y con frialdad como protagonista de la novela, como una autora que mira a su propio personaje ficcional que es ella misma. En tanto, la primera persona de singular revela el marcado estilo autobiográfico con episodios de gran intimidad emocional y sexual propios de una narradora protagonista.
    Además de la jovencita francesa, la madre es uno de los personajes más relevantes. En particular, ella causa una serie de sentimientos opuestos en la hija. Unas veces, la protagonista ve a la madre con gran ternura, como una mujer sufriente destinada a educar sola a sus tres hijos, dos varones y una mujer. Sin embargo, la marca de ese pasado difícil afecta a la propia Duras personaje. Entonces, la narradora acusa a su propia progenitora por haberla obligado a vestirse como prostituta adolescente, para atraer a los hombres. También, la acusa de mimar demasiado al hermano mayor, quien es un verdadero enfermo por el consumo excesivo de droga, y un verdadero vividor empedernido, el cual menosprecia al amante chino de su hermana. De este modo, la madre surge como una mujer con rasgos de locura, perdida en el amor por su hijo primogénito y a la cual no le importa sacrificar una buena parte de su dinero para darle al hijo mayor de la familia. En contraste, la narradora protagonista recuerda con gran amor a su hermano menor, quien muere a causa de una bronconeumonía. Finalmente, la escritora despliega el dolor y la ternura de esta relación fraternal truncada por una enfermedad.
      En conclusión, El amante de Marguerite Duras aborda una historia dramática de amor entre un hombre chino de la clase alta y una adolescente francesa, ubicada en Saigón, Indochina, durante el siglo XX. Esta conflictiva y secreta relación de amor tierno y sexual deriva en profundos conflictos familiares de la jovencita con su propia madre y con su vicioso hermano mayor. En particular, el uso de dos narradores, la fragmentación narrativa en forma de diario autobiográfico y un estilo de prosa breve y sencilla potencian la trama y la intriga. Finalmente, esta historia de amor fascina por la intimidad y la sensualidad de la relación amorosa y por las diferencias culturales que complican dicha relación entre un adulto y una jovencita menor de edad, tales como las diferencias enormes de generación, etnia, raza y clase social.
Marguerite Duras (1914-1996) es el seudónimo literario de Marguerite Germaine Marie Donnadieu. Ella nació en Saigón, Indochina. Escribió numerosas novelas y varias obras de teatro y dirigió diecinueve filmes. En especial, es autora del famoso guión de cine Hiroshima mon amour (1960), la cual fue dirigida por el cineasta francés Alain Resnais. Entre sus novelas, sobresalen El vicecónsul (1966), La amante inglesa (1967), El amor (1971) e India Song (1973). Después de escribir varias novelas entre las décadas de los cincuenta y de los sesenta, la autora francesa entra en una fuerte crisis psíquica, con etapas fuertes de alcoholismo. Luego, recupera su salud mental y escribe de nuevo en la década de los ochenta. El amante pertenece precisamente a esta etapa de finales del siglo XX. En particular, este libro tuvo un gran éxito en ventas, pues se mantuvo en primer lugar durante seis semanas en Francia. En noviembre de 1984, Duras recibe el Premio Goncourt.



Obras citadas


Duras, Marguerite. El amante. Trad. Ana María Moix. México: Tusquets, 1989.

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