viernes, 16 de junio de 2023

LOS MUERTOS VIVIENTES EN LAS CIUDADES MOTORIZADAS

LOS MUERTOS VIVIENTES EN LAS CIUDADES MOTORIZADAS

 

POR ÓSCAR ROBLES

 

          La verdadera vida civil y civilizada ocurre en los espacios públicos: escuelas, templos, plazas, calles, parques, camiones urbanos. . . Sucede en los lugares de auténtica convivencia social, donde las personas reconocen sus diferencias de clase social, sexo-género, raza, generación, creencia, religión, región, ocupación, costumbres, lenguas y dialectos. . .

          Las desigualdades entre grupos sociales no sólo se producen por los diferentes ingresos económicos, sino por su falta de una rica interacción social. Por esas causas, está roto el tejido social y la identificación regional y colectiva entre la gente: el nacionalismo que sobrevive al materialismo y al consumismo de la economía global.

          Los vehículos automotores son transportes necesarios, pero se han convertido en casas, cantinas e instrumentos para violar las leyes de un país.

          Lo peor: los que viajan constantemente en autos y camionetas individualizadas han perdido su propia identidad personal. Ya no poseen inteligencia racional ni almas. Son objetos y esclavos de sus propias maquinas de motores de hidrocarburos. Son los ciudadanos que fueron asesinados por la tecnología moderna.

          Muchos de los conductores han encontrado su propia muerte en vida dentro de los vehículos automotores, durante el siglo XXI. Por eso, carros y trocas funcionan como una especie de sarcófagos o ataúdes de metal brillante, con cristales polarizados y asientos muy cómodos, para que descansen con su neurosis y arrogancia los muertos vivientes. Así, la gente de a pie los ve transitar con sus conductas salvajes que alteran la vida urbana y quebrantan las leyes de vialidad y la legalidad de su tránsito con o sin placas.

Todos estos “vivos murientes” rechazan la vida comunitaria y civil que emerge en la superficie de la rica vida moderna, donde hay muchos parques, plazas, escuelas, templos, teatros, bosques, discotecas, estadios, bares y otros centros sociales, para convivir sanamente con sus semejantes o prójimos e intercambiar ideas, conocimientos e información útil y comportarse de manera comedida y solidaria dentro del Estado de Derecho, para fortalecer a la nación donde habitan, la nación que les dio familia, educación, trabajo, cultura, infraestructura, servicios, gobiernos, leyes e instituciones.

Los males se llaman ingobernabilidad y avaricia.

La patria nativa de estos “muertos vivientes” ya agoniza, convertida en un mero territorio de creación de riqueza material y patrimonio familiar, placeres y lujos para los pudientes y de estricta sobrevivencia para los marginados.

No fue el COVID-19 la causa de muerte de estos adictos a los vehículos automotores. Cuando llegan a su casa, los “muertos vivientes” se conectan con sus otros amos: la televisión, el cable, la computadora, Internet y los teléfonos celulares.  

Todos ellos y ellas son incapaces de abordar un camión urbano o manejar una bicicleta por los espacios abiertos de la ciudad, donde se cultiva la verdadera civilidad y comunidad entre seres semejantes.

En un simple hormiguero, las hormigas forman mejores núcleos de convivencia y trabajo que los propios humanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LIBROS DE ÓSCAR ROBLES EN AMAZON BOOKS EDITORS

LIBROS DE ÓSCAR ROBLES EN AMAZON BOOKS EDITORS             Los gentiles lectores pueden adquirir los siguientes 24 libros de Óscar Roble...