AIRE LIMPIO PARA LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

 AIRE LIMPIO PARA LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

 

POR ÓSCAR ROBLES

 

En 2007, el gobierno municipal de Carlos Borruel anunció a la comunidad de la ciudad de Chihuahua que la urbe que gobernaba ya había sido rebasada por el número de vehículos automotores permitido, dentro del total de la superficie de pavimento existente en las calles y avenidas de dicha población norteña.

En 2008, surge la Recesión Económica mundial con epicentro en los Estados Unidos, el gran socio comercial de México, y se retrasaron las obras públicas de transporte comunitario moderno en Chihuahua capital.

En 2013, las autoridades municipales y estatales construyeron la ruta del “Vivebús” (hoy “Bowi”), que atraviesa de norte a sur la ciudad, desde la avenida Homero a la zona del Parque Monumental de Beisbol. El tráfico de vehículos se desahogó un poco, temporalmente.

En 2020, los presupuestos de los gobiernos municipal y estatal se empobrecieron por la recesión económica y la fatal pandemia del COVID-19. A nivel estatal, la deuda pública ascendió a más de 50 mil millones de pesos.

Entre 2014 y 2023, la ciudad continuó sobrepoblándose de personas y máquinas automotrices. Se calcula que Chihuahua ya rebasa el millón de habitantes por el continuo flujo de inmigrantes rurales provenientes de la entidad norteña, de otros estados del país y de otras naciones del centro y sur de América.

Los vehículos automotores individualizados de hidrocarburos son los verdaderos intrusos, los extraterrestres de la ciudad de Chihuahua, los robots conducidos por cerebros y cuerpos salvajes. Unos ciudadanos requieren esas útiles máquinas para trabajar, otros las usan para divertirse, movidos por la arrogancia, el lujo y la vanidad de los pobladores.

En conjunto, carros, camionetas, camiones de carga, autobuses y tráileres propician graves problemas de tráfico, ruido, quebrantamiento de leyes de vialidad, carencia de documentos legales para circular, vicio expósito y hasta crímenes de los fuero común y federal.

En 2023, los ciudadanos no respiran aire puro: se están ahogando día y noche. Las partículas MP10 causan cáncer pulmonar, aceleran los problemas cardiovasculares y los trastornos cerebrales y perjudican los embarazos de las mujeres, según los expertos.

Los gobiernos y las instituciones de civilización necesitan actuar cuanto antes: cuatro rutas de autobuses colectivos modernos y ecológicos; numerosas ciclo pistas; taxis en bicicleta; revisión periódica y suspensión de motores contaminantes; más parques con áreas verdes; dos largas y costosas vialidades externas que conecten la carretera Panamericana a Ciudad Juárez con las carreteras que van para Cuauhtémoc y Delicias; creación de trenes como formas de transporte colectivo y de carga; descentralización de las inversiones privadas en negocios y de la edificación de obras públicas en el estado. . .

El smog es “el asesino silencioso” de las urbes latinoamericanas, sostienen los expertos ambientalistas. Y Chihuahua es ya una de esas ciudades dañadas por el aire contaminado. La urbe sería la ciudad número once en los Estados Unidos por su exorbitante cantidad de pobladores.

La capital del Estado Grande dejó de ser “la doncella virgen y buena”, aquella ciudad amable y provinciana de las “buenas gentes” de las décadas de los setenta y los ochenta.

Ya no es “Chihuahuita” la bella, limpia y soleada, donde daba gusto respirar el aroma de las flores y árboles, los olores deliciosos de las comidas y las emanaciones dejadas por la lluvia en la tierra viva, bendita tierra que ahora se ha llenado de asfalto y concreto.

La gente ya no huele la naturaleza, de manera espontánea. Ya no respira con libertad. El aire es tan importante como el agua. Purifiquemos ese regalo de Dios y la naturaleza.