domingo, 31 de marzo de 2019

MALABAREANDO LA VIDA [CRONICA URBANA]


MALABAREANDO LA VIDA [CRÓNICA URBANA]



ÓSCAR ROBLES



          Qué difícil vivir en otra “tierra baldía”: La del México del siglo XXI, el México del capitalismo salvaje, comercial e industrial, pero con limitada cultura positiva y educación académica, el México de “Las anticulturas de la destrucción”.
La frase “tierra baldía” es el título en español del libro de poemas The Waste Land (1922) del norteamericano Thomas Stearns Eliot (1888-1965), quien recibió el Premio Nobel de Literatura en 1948. El poeta se quejaba de los efectos deshumanizados de la industrialización capitalista del siglo XX en las metrópolis europeas. “Tierra baldía” es una metáfora pesimista sobre una sociedad.
En las décadas de los setenta y los ochenta, la Ciudad de México lucía como una “tierra baldía”, caótica y sobrepoblada, bajo una economía cerrada y el subdesarrollo propio del Tercer Mundo. En el siglo XXI, decenas de urbes mexicanas son caóticas, están contaminadas, hay mucho crimen y violencia y la pobreza puebla las calles. . .
          Las tres botellas giraban en el aire y la diestra mujer las volvía a lanzar y repetía la acción con una gran facilidad, como si sus brazos y cabeza fuera una sola máquina de repetición. Las botellas lucían como coloridos rehiletes en al aire.
          Estaba parada en el crucero de la Carretera Panamericana y la Avenida Guillermo Prieto Lujan, una zona donde se refugian los tesoneros artistas de la calle, los vendedores ambulantes y diversos limpiacristales de autos. Ella era una artista más que ofrecía su espectáculo en la ciudad de Chihuahua.
          Concentrada, mantenía vivo su acto de unos cuantos minutos. Los conductores la miraban y la admiraban para distraerse del tráfago cotidiano de pavimento, concreto y metal en movimiento, la nueva “tierra baldía” para un desarrollo comunitario más humano. Los conductores contemplaban este sencillo acto circense con los objetos propios del añejo malabarismo: Unas botellas de madera o aluminio pintadas de pulidos colores negro, blanco y rojo, que formaban efímeras estrellas en sus giros.
          Más abajo, un hombre joven cargaba una mesita con vasos de frescos jugos de frutas y los vendía frente a las puertas de los conductores de autos. Sobre el pavimento, malabareaba sus productos naturales con extrema pericia de mesero de bar o restaurante.
          Hacia el sur, más abajo, una “casita” de vagabundo seguía firme entre un montón de tierra y unos arbustos, justo en el cruce de la Carretera Panamericana y la Avenida Los Nogales. En ese lugar, una improvisada tela azul marino ondeaba como su bandera de batalla y cuartel: Era su techo contra el agudo sol de primavera. Debajo de su techo, unos sucios y viejos cojines y ropajes descansaban en el suelo: Su cama básica e improvisada en medio del lote baldío. Alrededor  de esta pobre vivienda o “casa tomada”, abundaban los recipientes de productos ya consumidos: Botellas, cajas, plásticos, envolturas que poblaban de basura la “tierra baldía”.
          El dueño estaba ausente. Tal vez trabajaba en algún cruce de calles o avenidas con semáforos, dentro de la nortísima zona de la ciudad. Desde hace semanas, el hombre vive ahí en el terreno baldío de la nueva urbe moderna, junto a los montones de tierra y muy cerca de la calle, su territorio de operaciones laborales.
          Todos estos trabajadores ambulantes e itinerantes de la zona norte de la ciudad malabarean la vida todos los días en un país “mal-variado”, “mal varado” y “malvado’.  Unos venden, otros actúan, aquéllos encuentran un pedacito de tierra para fundar una casa temporal y sobrevivir económicamente. Mientras tanto, los millones de ciudadanos irresponsables actúan en su obra de teatro.
          Todos estos ciudadanos “trabajantes” malabarean la vida. En tanto, el destino funesto de la pobreza los malabarea. Mala marea urbana es la vida bajo el desordenado capitalismo mexicano salvaje del siglo XXI, en el cual la INGOBERNABILIDAD creciente es el origen de todos los problemas. Tres partidos políticos diferentes en el gobierno federal en tres sucesivos periodos presidenciales. . .
          Quizá Dios también malabarea todas las piezas del mundo: Gente, cosas, animales, plantas y lugares. Seguro ya tiene en su mente el destino futuro en esta vida y en la otra para cada persona.
Tal vez Dios malabaree mis propias palabras sobre esta página.
         

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LIBROS DE ÓSCAR ROBLES EN AMAZON BOOKS EDITORS

LIBROS DE ÓSCAR ROBLES EN AMAZON BOOKS EDITORS             Los gentiles lectores pueden adquirir los siguientes 24 libros de Óscar Roble...