LOS MURALES DE RIBERAS DE
SACRAMENTO DE CHIHUAHUA: LA NATURALEZA Y EL SER HUMANO
ÓSCAR ROBLES
En Riberas de Sacramento, el viento es libre y el aire
penetra con su pureza por la nariz y limpia las vías respiratorias. Es un
suburbio nuevo e industrioso al norte de la ciudad de Chihuahua. Se llega por
la Carretera Panamericana. Doce murales son las joyas artísticas de la nueva
colonia pueblo. La mayoría de ellos explora la naturaleza [plantas, animales,
ríos, llanos] y las figuras humanas [hombres y mujeres].
En especial, la contemplación de los cerros escultóricos
del este ofrece una vista hermosa, un lienzo telúrico pleno de azul celeste y
café claro. Justo adentro de la colonia o “barrio libre”, pueden admirarse
varios murales creados por artistas locales y promovidos por el municipio de
Chihuahua.
La colonia
cuenta con numerosas calles con nombres de ríos que recorren la geografía del
mundo. Así pues, hay ríos Amazonas, Yaqui, Rojo, Amarillo. . . En especial, los
murales se sitúan por la calle Río Colorado, justo antes de llegar a la Avenida
Río Danubio o Madre Teresa de Calcuta. Fueron pintados en muros de casas y
negocios y cada uno cuenta con una placa oficial donde se inscribieron los
títulos de la obra, los nombres de los autores y el año de plasmación: 2018.
Destaca el
mural “Azul Salvaje” del artista
colombiano Daniel Quiceno. Es una exaltación de la belleza de la mujer,
mediante el trazo de un enorme rostro de piel azul intenso, el cual está
rodeado de flores rosadas y violetas y hojas verdes. Al lado izquierdo del
mural se ve un coyote; al lado derecho, la cabeza grande de un halcón en un
primer plano, como el de la mujer.
En general, el dibujo es firme y los volúmenes
balanceados. Se trata de una mujer símbolo o mujer arquetipo que sirve para
exaltar a la mujer en general o a una mujer en particular. El simbolismo
proyecta un alto esteticismo de la mujer y su configuración cromática bordea la
representación onírica de la belleza femenina. La poetización se logra mediante
la fantasía de la piel azul. Además, el título enuncia el adjetivo “salvaje”,
lo cual implica una mujer ligada a la naturaleza, ya que hay motivos florales y
figuras de animales salvajes a su alrededor. En especial, destaca el poder
cromático del color azul en la mayor parte del mural.
En tanto,
el mural “Soy de Riberas” del pintor
chihuahuense Raúl Mendoza concentra una identidad local mediante la
reafirmación de la naturaleza agreste, en la cual se encuentra insertada la
comunidad de Riberas de Sacramento. Domina a la derecha de la pintura la figura
gigante de un halcón que está de perfil mirando hacia el norte. Su señera
imagen ocupa el primer plano del mural. La bella ave de los cielos muestra sus
plumas color marrón claro finamente tejidas a su pecho, reafirmadas por el
dibujo preciso. Se ve a lo lejos un paisaje de llano con un coyote. El título
de la obra subraya claramente una identificación personal del artista con un
espacio local o barrio: Riberas de Sacramento. A la vez, esta identificación es
una proyección para enfatizar la identidad de todo habitante de dicho suburbio.
En especial, los animales parecen sublimar o simbolizar el contacto cercano de
este barrio con la naturaleza y los animales salvajes en el pasado y en el
presente, en un primer nivel de interpretación.
El mural “En la mirada de alguien” de la artista
chihuahuense Lizeth García Portillo retrata un enorme rostro enigmático y
afligido de un hombre de mediana edad y mirada celeste. Los ojos miran de frente,
pero reflejan una honda psicología, un “pozo” de vivencias. Es un rostro
sumamente expresivo, caviloso y angustiado. Puede representar el arquetipo del hombre
del siglo XXI y el paradigma del habitante de la ciudad de Chihuahua del tiempo
actual. En suma, es un retrato realista de rasgos faciales muy originales.
En
conjunto, los tres murales anteriores muestran el talento de los autores y la
marcada inclinación de la comunidad de Riberas de Sacramento hacia el arte
pictórico, los murales, la cultura y la identidad local y regional. Las tres
obras se encuentran en un corredor artístico, justo en el corazón de la zona
comercial de Riberas de Sacramento.
Los otros nueve
murales también muestran gran calidad artística, preciso dibujo y un gran poder
cromático. Como los tres anteriores, su estilo es figurativo. Estas nueve obras
son los siguientes: 1) “Corazón de barrio” del chihuahuense Miguel
Valverde; 2) “Murciélago” del mexiquense
Carlos Alanís: 3) “Mujer a la ribera del Río
Sacramento” de Violeta Rivera; 4) “Coyote
Chihuahuense” del oaxaqueño Ulises Mendoza; 5) “Borrego Cimarrón” de la chihuahuense Alejandra Ángeles; 6) “La Guardiana del Río” del chihuahuense Omar
Soto; 7) “Memorias del Desierto” del Colectivo “Los Dos” de El Paso, Texas; 8) “Cuidar de la Flor” del chihuahuense Okanky
Nevárez; 9) “Historia de la Vida” del
chihuahuense Antonio Leal.
Varios
camiones urbanos de la ruta Riberas de Sacramento conectan a esta populosa y joven colonia del norte con
el Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua, por medio de la larga trayectoria
de más de una hora que cubre la Carretera Panamericana y las avenidas
Tecnológico, Teófilo Borunda, Niños Héroes y Colón.
Riberas de
Sacramento cuenta con negocios comerciales en locales cerrados y al aire libre
tipo tianguis, parques, escuelas primarias y secundarias, una comisaria de la
policía municipal, un gimnasio de baloncesto, algunas tiendas de conveniencia,
un moderno supermercado de una conocida cadena local y numerosas viviendas.
Los doce murales
de 2018 representan un valioso patrimonio artístico y cultural de Riberas de Sacramento
y de la ciudad de Chihuahua, para los actuales ciudadanos y para las futuras generaciones
de niños y jóvenes y de hombres y mujeres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario