lunes, 30 de junio de 2014

NATURALEZA Y ARTE EN LAS FOTOS DE "TEXTURAS DE NUESTRA TIERRA" DE MIGUEL ANGEL BRIONES

NATURALEZA Y ARTE EN LAS FOTOS DE “TEXTURAS DE NUESTRA TIERRA” DE MIGUEL ÁNGEL BRIONES

ÓSCAR ROBLES

         La naturaleza majestuosa de México es el centro de la exposición fotográfica “Texturas de nuestra tierra” del fotógrafo mexicano Miguel Ángel Briones, la cual se caracteriza por una perspectiva universalista, poética y cósmica. Las más de noventa fotos en color y en blanco y negro, tomadas en 2014, son expuestas en el Museo Casa Chihuahua, a partir del 30 de mayo de 2014. En general, estas fotos captan la extrema belleza de diversos y anónimos paisajes naturales de diecisiete estados de México y fueron tomadas desde un aeromotor y con una perspectiva lejana de pan-shot o de clásica toma panorámica. Estos paisajes naturales son, básicamente, playas y mar, llanos, montañas, sembradíos, caminos de terracería, selvas, volcanes y picos.
         Generalmente, en esta muestra fotográfica del artista Briones domina la visión paisajista tradicional y propia de las fotos sobre la naturaleza, pero vista desde el aire. Las fotos atrapan la salvaje belleza y la majestuosidad de la naturaleza mexicana, Sin embargo, lo mexicano es un asunto secundario, pues la visión es más universal y más cósmica. Las imágenes no tienen identificaciones geográficas dentro de las mismas imágenes, sino que las identificaciones se encuentran en las breves descripciones de las fotografías colocadas en un letrero junto a la obra. Los espectadores reconocen, por ejemplo, un paisaje verde de Torreón, Coahuila, porque el letrero lo revela el contexto geográfico.
Algunos paisajes sugieren otras posibles formas artísticas, a partir de un juego visual espontáneo, percibido por el propio espectador. Por ejemplo, varios sembradíos sugieren verdaderos cuadros abstractos y algunas playas remiten a los espectadores a un posible torrente psíquico del ser humano. En particular, la simetría lejana de algunos sembradíos con canales de riego de Nuevo León y Sinaloa destaca por su visión paisajística naturalista en una primera instancia. En otro nivel más imaginario y lúdico, los mismos paisajes citados lucen como páginas de pergaminos si se piensa en un inexistente close-up o acercamiento extremo. También, un sembradío con más tierra que hierbas sobre Monterrey, Nuevo León, luce como una composición de imágenes abstractas y hasta como una obra pictórica. En este sentido, las imágenes visuales expuestas juegan a construir formas en busca de significado. En las fotos predomina la naturaleza majestuosa como personaje. Ocasionalmente, aparecen en algunas fotos las creaciones tecnológicas hechas por los seres humanos, tales como un tractor, una casa, un ferrocarril con numerosos carros de carga y un edificio costero.
         Lo figurativo y lo abstracto sobresalen, por ejemplo, en dos fotografías muy hermosas sobre los paisajes naturales de los estados de Chihuahua y Durango. Las dos son tierras amarillas con pocos árboles y hierbas. Desde otra perspectiva imaginativa, lucen como maravillosos cuadros abstractos si se deja de pensar en el contexto general de la exposición de Briones: En lo geográfico y en lo fotográfico. Los dos son cuadros muy sugerentes, muy vitales, muy hermosos por su contundencia natural, más telúrica y menos vegetal. Por otro lado, una foto sobra la naturaleza de Sinaloa retrata un trozo de agua gris y un trozo de tierra amarilla y, a la vez, estas imágenes se ven como una imagen poderosamente textural por lo ricamente telúrico. A la vez, esta paisaje naturalista son como visiones abstractas, espontáneas construcciones visuales de un universo nuevo. Asimismo, dos fotos del paisaje de Sinaloa parecen paisajes fantásticos, lustrados por el brillo rosado de la tierra y por el brillo gris y azul, gracias a los efectos de las tintas aplicadas a las fotos. Ambas son fotos que se salen del paisajismo tradicional para exponer una dimensión un tanto abstracta: Formas que buscan significado. Algunas veces, los paisajes de “nuestra tierra” son muy corporales y hasta sugieren una visión erótica del paisaje: Un río de agua y una densa vegetación que  rodea las “grietas” de agua sugieren un sexo de mujer, una vulva femenina. Este paisaje fue captado dentro del agreste territorio del estado de Guerrero.
         No figuran los humanos en las fotos de “Texturas de nuestra tierra”, pues la naturaleza es el centro de la obra de arte, su capacidad textural vista desde la lejanía aérea. Cuando aparecen algunos elementos de la tecnología ―una casa, un tren, un automotor―, se vislumbran como partes pequeñas y mínimas dentro de la enormidad y belleza de la naturaleza del planeta. El título de la exposición se refiere a México, es decir, a “nuestra tierra”, pues los paisajes fueron captados dentro de diecisiete estados de dicho país hispanoamericano. En un nivel más universalista, la construcción de las imágenes de la naturaleza trasciende lo nacional y la frase “nuestra tierra” se aplica también al planeta Tierra, como territorio de una naturaleza universal plena de belleza y grandeza cósmica.
De este modo, el artista Briones propone su gran visión de mundo, consistente, armónica, mediante la templanza de las imágenes visuales captadas desde el aire: La naturaleza y el espacio geográfico son en realidad la gran Presencia de la tierra y representan la más prodigiosa belleza, espontánea y permanente belleza, frente a la efímera vida humana, pequeña y limitada. Aun más: Briones plantea a la naturaleza misma como fuente inagotable de paisajes grandiosos, de fotografías y de auténticas obras de arte que están allí en la tierra, en la geografía del paisaje nacional y universal, para ser captadas por el fotógrafo, por el pintor, por el escultor, por el escritor, por el cineasta: Por el artista.
Los paisajes de las más de noventa fotos forman parte de una parte de la República Mexicana. Estas fotos retratan fragmentos telúricos y vegetales y trozos de belleza de los estados de Baja California Norte, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco y Veracruz. Algunas fotos identifican más específicamente las zonas o regiones y nombran, por ejemplo, a las ciudades donde se ubican dichos paisajes, tales como Monterrey (Nuevo León), Torreón (Coahuila) y Culiacán (Sinaloa).
         La técnica usada por Briones crea “piezografias”. En general, la “piezografía” es una obra fotográfica que se basa en la pigmentación de tinta en papel de foto Yag Hahnemühle, el cual está hecho en fibra de bambú y en fibra de algodón, según un cartel del museo. La “piezografía” es “el más preciso y fino proceso de impresión digital para fotografía y gráfica” y se basa “en una tecnología avanzada de inyección de tinta”, explica el mismo cartel. De esta manera, se pude imprimir sobre papel de algodón, fotográfico, un lienzo translúcido, tanto en blanco y negro como en color, indica esta información proporcionada por el Museo Casa Chihuahua.
         En general, la fotografía aérea de Briones se caracteriza por un estilo sereno,  por un poderoso discurso poético y por una perspectiva cósmica del mundo natural. En sus más de noventa fotos, “las texturas de lo cósmico se confunden con lo microscópico” y se relativiza la importancia de los humanos dentro del espacio físico y geográfico de México, según opinó en mayo de 2014 el cineasta mexicano Claudio Isaac. Esta opinión certera y brillante se encuentra en un cartel colocado a la entrada de la sala del sótano del Museo Casa Chihuahua.
         Miguel Ángel Briones (México D. F., 1961―) estudió arte en la Escuela de Artes Visuales (1984-1986) y fotografía de modas en la ciudad de Nueva York (1988-1989), entre otros estudios, según un cartel biográfico del museo. Ha publicado algunos libros de fotografía y ha hecho trabajos de diseño fotográfico en agencias fotográficas, editoriales, catálogos, ads, teatro, conciertos, eventos, corporativo aéreo y modas, apunta la ficha curricular de este importante fotógrafo mexicano.
         En conclusión, las fotos de Briones esplenden por su majestuoso retrato de la naturaleza mexicana que es decir la naturaleza universal, sin nombre, perfectamente bella, telúrica, marina, vegetal. Aunque enfatiza la idea de “nuestra tierra” y los paisajes son mexicanos, “nuestra tierra” finalmente remite a los espectadores a captar una significativa perspectiva del artista en torno a la naturaleza y al planeta mismo: Una perspectiva estéticamente grandiosa, ecologista y universal. Así pues, esa naturaleza es la tierra de los humanos, de todos nosotros, es mar, costa, sierra, llano, selva o sembradío. Es la naturaleza que Dios creó.  Las fotos de Briones son, en pocas palabras, fotos que pretenden documentar la naturaleza mexicana y exaltarla como arte, desde la perspectiva aérea, como un dios o un ángel. En algunos casos, sus fotos buscan sugerir y crear otra belleza y otros significados artísticos, con ambigüedades creadas intencional o espontáneamente.
         En “Texturas de nuestra tierra”, las formas y los colores lejanos, con tierra, vegetal y agua exponen al final de cuentas los elementos primigenios y primitivos de la Tierra, los elementos básicos que dan origen a todo y dan vida a humanos, animales y plantas. Buscan estas magnificas fotografías construir cierta abstracción momentánea, fluida, otra clase de belleza más cercana a la pintura. Su pulso sereno y su templanza de artista visual finalmente construyen belleza y majestuosidad y transmiten una gran admiración por el cosmos. De este modo, los humanos pueden verse con más humildad como una pequeña parte de ese espejo enorme que es “nuestra tierra”. Aunque no hay discurso ecológico explícito, las fotos de Briones son una manera de reflexionar sobre el mundo actual para replantear una relación más sana, creativa y constructiva de los humanos con la naturaleza, dentro de una época de gran deterioro ecológico.
         Con sus fotos, Briones es un artista plástico ante todo. Busca belleza y armonía, crear arte. La “tierra nuestra”, la naturaleza, es verdaderamente esplendorosa, pero hay que verla detenidamente, desde una perspectiva nueva, desde arriba, como la perspectiva de Dios, para abrir una nueva conciencia moral y para formar una nueva conciencia humana, en esta época hipercapitalista, altamente consumista, materialista e industrial. Hay que mirar y observar a la naturaleza, a la “tierra”, desde un avión o una montaña, desde arriba, con reflexión y serenidad, como Dios cuando hizo al mundo en siete días y contempló arrobado su obra magna, según relata el libro de El Génesis del Antiguo Testamento.
         Briones construye belleza pura emanada de la naturaleza.
      Los gentiles lectores puede consultar otros datos sobre esta muestra de fotos de Briones en el siguiente sitio de Internet: www.casachihuahua.org.mx/Expos/casa_expos_realizados.php?2014.





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