“SE NECESITA MÁS ÉTICA EN MÉXICO”: EL TENOR FERNANDO DE LA MORA EN CONVERSANDO CON CRISTINA PACHECO
ÓSCAR ROBLES
“Para salir de la barbarie, México necesita más educación y más arte”, afirma la escritora y periodista mexicana Cristina Pacheco.
“Se necesita más ética, más honestidad en las personas”, declara el excelso tenor mexicano Fernando de la Mora (1958—).
De la Mora asiste al programa Conversando con Cristina Pacheco y habla de sus actividades humanitarias, de su profesión como cantante de ópera y de diversos géneros de la canción popular, de la crisis moral que vive México en la actualidad y de otros cantantes de ópera (ONCE TV MÉXICO, viernes 9 de agosto, 2013, 8-9 p.m., Tiempo del Centro).
El guanajuatense Fernando de la Mora es considerado como uno de los mejores tenores del mundo; se ha presentado en los principales teatros de los Estados Unidos, de Europa y de México; y ha interpretado varias de las más importantes óperas de la historia de la música clásica, según el sitio Wikipedia. La enciclopedia libre.
Para resumir el doloroso tema de la crisis social en México de los últimos seis años, De la Mora explica que una minoría violenta y bárbara ha desestabilizado al país. Luego, pasa a conversar sobre la disciplina y el trabajo de un cantante de ópera y de un artista en general.
En primer lugar, una persona exitosa necesita restricciones para hacer cosas importantes. Para bajar de peso, por ejemplo, hay que hacer ejercicio constantemente, sostiene el tenor.
De la Mora es un gran tenor mexicano y una gran persona. En especial, ofrece conciertos para ayudar a algunas causas humanitarias y colabora con diferentes fundaciones que combaten algunas dolorosas enfermedades. En los últimos años, por ejemplo, De la Mora ha trabajado particularmente con la Fundación “Comparte Vida”, la cual promueve la salud con el uso de las células madre y de partes de la medula ósea.
De la Mora canta ópera, canciones rancheras, bolero, danzón, balada y otros géneros populares. En especial, “algunos géneros musicales están olvidados”, reconoce.
El tenor confiesa que ha perdido hechos claves de su familia, tales como graduaciones, cumpleaños y funerales, por triunfar en su carrera como cantante.
Luego de los primeros comentarios del programa, De la Mora habla en extenso de la profesión de cantante de ópera. Considera que “es más importante la inteligencia que la voz del cantante de ópera” y que son claves en el éxito artístico “la disciplina, el orden, las restricciones”. En particular, piensa que la voz del extraordinario tenor italiano Luciano Pavarotti (1935-2007) es una de las voces más hermosas de la historia de la ópera. De la Mora sustituyó precisamente a Pavarotti en el papel de Rodolfo de la ópera La Bohème del italiano Giacomo Puccini (1858-1924) en la ópera de San Francisco, California, en los Estados Unidos.
El tenor mexicano tuvo algunos debuts como cantante. Por ejemplo, debutó en la Feria de San Marcos, Aguascalientes, México, como cantante de música popular; en San Francisco, California, se inició como cantante de ópera en los Estados Unidos; en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, comenzó su carrera como cantante de música de ópera en su propio país natal, interpretando precisamente la famosa Rigoletto del italiano Giuseppe Verdi (1813-1901); en Europa, debutó en Colonia, Alemania, también como cantante de ópera; en Italia, se inició en la famosa Scala de Milán. En la actualidad, lleva alrededor de mil quinientas representaciones como cantante de ópera, confiesa el tenor a su famosa entrevistadora.
En especial, dos cantantes mexicanos de música ranchera fueron sus inspiraciones artísticas durante su juventud: Jorge Negrete (1911-1953) y Pedro Infante (1917-1957). “Pedro Infante es el gran artista de México, sus grabaciones son insuperables”, comenta De la Mora. Le gusta cantar composiciones de dos cantautores mexicanos en especial: José Alfredo Jiménez (1926-1973) y Cuco Sánchez (1921-2000). También, ha grabado un disco con el tenor español Plácido Domingo (1941—): uno, de grandes duetos; el más reciente, con el prestigioso y clásico Mariachi Vargas de Tecalitlán (1897—).
El guanajuatense asegura que hay voces malas y voces buenas. Entre las buenas, hay buenas y bellas. Las primeras tienen más oportunidad de brillar y de triunfar, indica. Por ejemplo, cita el caso del famoso barítono italiano Tito Gobbi (1915-1984), quien tenía voz ríspida, pero contaba con una gran calidad interpretativa y una gran pasión musical. Entonces, la de Gobbi era buena voz, pero no bella. Por su parte, Plácido Domingo canta bellamente, tiene una gran musicalidad y su voz está al servicio del espectáculo por lo general, expone De la Mora.
La ópera incorpora otras artes, tales como la literatura, la arquitectura, el diseño, el teatro, la música y el canto. En consecuencia, la opera es un espectáculo muy sofisticado, opina el gran tenor mexicano.
En cuanto a su disciplina de trabajo, De la Mora asevera que estudia todos los días y vocaliza cinco días a la semana.
Por otro lado, “Los Tres Tenores” fueron muy criticados porque desvirtuaban el canto, usando micrófonos, comenta De la Mora. En realidad, la voz del tenor luce en los teatros como voz puramente en vivo. Sin embargo, “Los Tres Tenores” hicieron una gran labor para difundir, sobre todo, el bel canto, la ópera, para llevárselos a miles de espectadores. “Los Tres Tenores” eran los españoles José Carreras (1946—) y Placido Domingo y el italiano Luciano Pavarotti. Los tres ofrecieron numerosos conciertos en los Estados Unidos, en Europa y en Latinoamérica y grabaron algunos discos con música de opera y música popular de diversos países, tales como Argentina, España, Estados Unidos, Italia, México, Rusia y otros más.
De la Mora cantó en la excelsa ópera Werther del francés Jules Massenet (1842-1912) y en Manon Lescaut del citado Puccini. El estilo francés es más delicado, menos efusivo. En cambio, el italiano es más extrovertido. El tenor mexicano confiesa a Pacheco que domina más el estilo francés al cantar óperas. También, De la Mora conoce los estilos español e inglés.
Recientemente, el entrevistado cantó en la Plaza Mariana de la Basílica de Guadalupe para la fundación “Comparte Vida”. El 15 de septiembre de 2013 cantará en el Auditorio Nacional en el espectáculo de música popular mexicana “México lindo y querido”. El repertorio de este concierto incluye canciones interpretadas originalmente por Javier Solís (1931-1966) y Pedro Infante, y piezas compuestas por José Alfredo Jiménez, Agustín Lara (1897-1970), María Greever (1885-1951), Gonzalo Curiel (1904-1958) y otros más. Asimismo, el concierto “Alegría Mexicana” se estrena en septiembre de 2013, bajo la dirección del compositor mexicano Rubén Fuentes (1926—) y con la participación del Mariachi Vargas de Tecalitlán, acompañando a De la Mora. Después, vienen giras por el norte de México, por San Diego y San José, California para el prestigioso tenor mexicano.
De la Mora se pronuncia contra la Ley Arizona, la cual atenta contra los mexicanos, precisamente cuando Pacheco le pregunta sobre esta polémica legislación en los Estados Unidos. Asimismo, el tenor piensa que es bueno “acariciarles el alma” a los mexicanos de los Estados Unidos y, por eso, cuando viaja por diversos estados de la Unión Americana procura cantarles con mucho amor a los paisanos del otro lado de la frontera mexicoamericana.
El guanajuatense opina que hay grandes cantantes de ópera en México en la actualidad, tales como Rolando Villazón (1972—), Ramón Vargas (1960—) y Francisco Araiza (1950—). En especial, aplaude la reciente designación de Vargas como Director de Ópera de Bellas Artes para el presente sexenio del presidente Enrique Peña (2012-2018).
El tenor recomienda que las orquestas sinfónicas mexicanas ensayen más tiempo cada semana para mejorar la calidad interpretativa y su propia proyección internacional. Para este propósito, debe combatirse el excesivo proteccionismo de los sindicatos de música, los cuales protegen “a los músicos, pero no a la música”. En especial, De la Mora compara la cantidad de horas por semana que ensayan las orquestas mexicanas con el tiempo que usan las orquestas en algunos países del primer mundo: Quince horas a la semana de las mexicanas frente a las sesenta de las extranjeras, con lo cual se logra la excelencia en los Estados Unidos y en Europa.
Un Director de Ópera tiene que aprenderse de memoria cada ópera ensayada, tanto las secciones de las voces individuales como las partes de los coros, explica De la Mora. Por eso, la labor de un director es muy compleja y difícil.
El tenor mexicano se opone a desvirtuar las operas clásicas con versiones, espacios o personajes contemporáneos muy novedosos y/o muy extravagantes, ya que esas piezas clásicas de música funcionan mejor con los parámetros tradicionales de la época en que fueron creadas cada una por sus excelentes autores.
Para cerrar la excelente entrevista, Pacheco le pregunta cuál es su ópera favorita. De la Mora informa que le gustan Madame Butterfly y Tosca del italiano Giacomo Puccini, Carmen del francés Georges Bizet (1838-1875) y Werther del mencionado Jules Massenet, para interpretarlas como cantante.
Como se advierte, Fernando de la Mora es un gran artista y un extraordinario ser humano, una persona muy humanitaria. Como artista, canta ópera y música popular de diversos géneros (ranchera, bolero, danzón, balada y otros más). Como ser humano, ayuda con sus conciertos a recabar fondos a diversas fundaciones humanitarias y, al mismo tiempo, aporta buenas críticas y consejos sobre la actual y difícil situación moral y social que vive México, su país natal.
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