LOS POLÍTICOS, LOS IMPUESTOS Y DIOS
EN “LA CARTA A LOS ROMANOS” DE SAN PABLO
ÓSCAR ROBLES
El filósofo alemán Friedrich Hegel (1770-1831) pensaba que “el Estado debe verse como la manifestación del Espíritu del mundo, como la realización de Dios en el mundo” (“Hegel, Georg”). De este modo, la relación entre el Estado nacional moderno y Dios es profunda, de acuerdo a la idea del filósofo alemán. Por un lado, se liga la historia con la religión. Por otro, se establece una conexión entre el gobierno y la espiritualidad.
Es importante que los ciudadanos de los Estados nacionales del siglo XXI entiendan estas hondas conexiones, para que la interacción entre las sociedades y los gobiernos sea más armónica, dentro de la estructura de una república federal y democrática.
En “La Carta a los Romanos”, San Pablo establece claramente los preceptos cristianos que deben seguirse en las complejas relaciones entre la sociedad cristiana y sus autoridades políticas. En la sección “Obedecer a las autoridades” de dicha carta, se concentra este pensamiento tan importante. Este pensamiento es esencial para la buena marcha de los Estados nacionales modernos en el siglo XXI.
Dicha sección de la carta de San Pablo expone cuatro ideas claves sobre los cristianos, los políticos, los impuestos y Dios mismo. Estas cuatro ideas centrales forman parte de las primeras prédicas de los primeros cristianos, justo después de la muerte de Jesucristo. En especial, San Pablo hizo cuatro viajes largos dentro del área del Mar Mediterráneo y cubrió diversas ciudades, de Jerusalén a Roma. He aquí las cuatro ideas claves, extraídas directamente de la versión en español de “La Carta a los Romanos”:
I REBELDÍA CONTRA LA AUTORIDAD
1. “Por lo tanto, el que se opone a la autoridad, se rebela contra un decreto de Dios y tendrá que responder por esa rebeldía” [Romanos 13: 2].
II OBRAR BIEN
2. “No hay por qué temer a las autoridades cuando se obra bien, pero sí cuando se obra mal” [Romanos 13: 3].
III EL ESTADO, LOS CRIMINALES Y LA CONCIENCIA HUMANA
3. “También [las autoridades] tienen misión de Dios para castigar a los malhechores. Así pues, hay que obedecer, pero no solamente por miedo al castigo, sino por deber de conciencia” [Romanos 13: 4-5].
IV EL PAGO DE IMPUESTOS, LA OBEDIENCIA Y EL RESPETO AL ESTADO
4. “Por la misma razón pagan los impuestos, y deben considerar a quienes los cobran como funcionarios de Dios. Den, pues, a cada uno lo que le corresponde: el impuesto, si se le debe impuesto; las tasas[1], si se le deben tasas; obediencia, si corresponde obedecer; respeto, si se le debe respeto” [Romanos 13: 6-7].
Como se advierte, San Pablo otorga un gran valor a las autoridades políticas y a los funcionarios de Hacienda o del Fisco. Por esencia, el Estado busca el bienestar de la sociedad y la justicia. Por eso, castiga el crimen y colecta impuestos para crear obras públicas. Por eso, el Estado representa la obra de Dios en la tierra. En consecuencia, el papel terrenal e histórico del Estado está fuertemente conectado con Dios. Entonces, las faltas contra el Estado o los gobiernos son pecados. Es importante resaltar el papel que da San Pablo al “deber de conciencia” de los cristianos en su relación con el Estado [Romanos 13: 5].
San Pablo (10-64 d. C.) era un predicador, un santo, un pensador y un escritor del Cristianismo, nativo de Tarso de Cilicia, en el Asia Menor. Era judío, fariseo y ciudadano romano. Su papel como viajero y predicador y sus doctrinas fortalecieron a la Iglesia Cristiana en los orígenes de esta importante religión. En general, “San Pablo posea una cultura muy superior a la del resto de los primeros misioneros cristianos porque desde su infancia entró en contacto con el mundo grecorromano y esta influencia se manifiesta en su modo de pensar” (“Pablo, San”). Es autor de las famosas Cartas dirigidas a diferentes grupos étnicos, tales como los romanos, los corintios, los gálatas, los efesios y otros más.
En la actualidad, hay naciones que tienen serios problemas de recaudación fiscal, de crimen y de pobreza. Es posible que las causas de estos problemas sean el desorden legal y la mala relación entre la sociedad y los gobiernos. En algunos casos, muchos de los ciudadanos no pagan impuestos por ingresos, por vehículos extranjeros y por otros motivos. Muchos de estos deudores profesan la religión cristiana.
En conclusión, las cuatro ideas de San Pablo son esenciales para conectar la fe y la espiritualidad con la historia y el Estado moderno. Sobre todo, es importante que todos los ciudadanos de cualquier nación reflexionen sobre su verdadero papel dentro de una república federal, como auténticos seres humanos dotados de razon y moral, como verdaderos ciudadanos de su patria y como cristianos del mundo.
Obras citadas
La Biblia. 41ª. ed. Madrid: San Pablos, 2002.
“Hegel, Georg Wilhelm Friedrich (1770-1831).” Los Doce Mil Grandes. Enciclopedia Biográfica Universal. Ed. Diane Downe. México: PROMEXA, 1982.
“Pablo, San (c. 10-64).” Los Doce Mil Grandes. Enciclopedia Biográfica Universal. Ed. Diane Downe. México: PROMEXA, 1982.
“Tasa.” Pequeño Larousse ilustrado. 1991.
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