lunes, 26 de mayo de 2014

HISTORIA, CULTURA Y ARTE EN LOS CODICES PREHISPANICOS EN "ANTROPOLOGICAS"

HISTORIA, CULTURA Y ARTE EN LOS CÓDICES PREHISPÁNICOS
EN ANTROPOLÓGICAS

ÓSCAR ROBLES

         “Códice” es en general “un manuscrito antiguo” (“Códice”). Existen códices en diversas culturas de Occidente y de Oriente principalmente. Por ejemplo, un códice muy famoso es europeo y es el de una obra literaria: El Poema del Mío Cid (siglo XIII). En México, también hay códices de orden histórico. En general, los “códices mexicanos” son “manuscritos jeroglíficos pintados por artistas mayas o aztecas sobre papel de fibra de maguey o piel de venado” y estos documentos “constituyen una fuente histórica” sobre “la vida, costumbres y religión de los indígenas” (“Códices mexicanos”).
Las culturas indígenas prehispánicas cuentan con diversos códices. Hay códices originalmente prehispánicos —más de diez— y códices propiamente coloniales —alrededor de quinientos—, y todos se refieren a los pueblos indígenas originarios de las regiones que ahora constituyen el país de México. El historiador mexicano Miguel León Portilla dice que la escritura de los códices de los aztecas puede considerarse como una “protoescritura” y la de los códices mayas es una escritura más acabada y sofisticada, según el gran programa Antropológicas (ONCE TV MÉXICO, mayo 7, 2014, 8-9 p.m., tiempo del Centro de México). En general, todos estos códices indígenas cuentan la historia de prominentes pueblos indígenas propios de México, expresan la cultura de los mismos y representan una forma artesanal y artística de representar personajes, hechos y espacios de una cultura aborigen.
         Portilla señala que hay códices originales en los Estados Unidos (v. gr. Tulane) y en Europa (v. gr. El Vaticano, Francia, España e Inglaterra). En especial, el Códice Florentino  contiene la gran sabiduría de los aztecas, de acuerdo a la información vertida por el historiador Salvador Reyes en dicho programa del Canal Once del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Además del Florentino, existen otros códices coloniales como el Mendocino del siglo XVI (por el virrey Antonio de Mendoza) y el Boturini.
         En algunos códices se usa el nopal genealógico, una forma muy propia de América, para representar a las familias de gran linaje o gobernantes como los señores de Tlatelolco, por ejemplo, según Antropológicas. Los códices eran escritos por los “tlacuilos”, quienes eran una especie de escribientes anónimos de origen náhuatl. Los “tlacuilos” usaban pictogramas de trazos refinados y con gran colorido. En general, los “tlacuilos” venían de Azcapotzalco o de Tlatelolco, de la zona que hoy es el Estado de México y el Distrito Federal, según el programa auspiciado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. En general, los “tlacuilos” eran grandes recreadores de la historia de los grandes pueblos indígenas de México, una mezcla de escribientes, notarios y artistas.
         En general, los códices prehispánicos y coloniales son en realidad libros antiguos, escritos en pergaminos, sobre la cultura y la historia de los pueblos indígenas. Funcionan como verdaderos recipientes de la sabiduría indígena prehispánica. Por este motivo, Portilla, sostiene que los antiguos mexicanos ya escribían libros primitivos para mantener sus tradiciones y costumbres.
         Por otro lado, los mejores y más bellos códices provienen de la región Mixteca alta (estado de Oaxaca), ya que usaban buenos colores y tintas, según Antropológicas. También, estos códices son manuscritos pictográficos. Los pictogramas son obras de arte por su fino dibujo y por sus intensos colores. En algunos códices mixtecos, se narra la historia del imperio del rey Ocho Venado, el cual abarcaba varias regiones y tenía como centro político el pueblo de Tilantongo.
         La Revista de Arqueología Mexicana ha publicado seis códices indígenas mexicanos con fotos digitalizadas, informa Portilla. Otros códices importantes son El Codex Vaticanus, el Telleriano Remensis y el Mendocinus, los cuales se encuentran depositados en el Vaticano, en París y en Oxford, Inglaterra (“Códices mexicanos”). En tanto, los códices mayas son solamente tres: el Dresdense, el Peresiano y el Tro-Cortesiano, los cuales son resguardados respectivamente en Dresde, Alemania; París, Francia; y Madrid, España (“Códices mexicanos”).
    En resumen, esta emisión de Antropológicas detalla la importancia de los códices prehispánicos y colonial y el trascendente papel de los anónimos escribientes los “tlacuilos”. Estos códices son fuentes históricas importantes para el mundo occidental, una fuente de identidad cultural y nacional para los mexicanos y son documentos de gran belleza.

Obras citadas
“Códice.” Pequeño Larousse ilustrado. 1991.
“Códices mexicanos.” Pequeño Larousse ilustrado. 1991.

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