miércoles, 31 de diciembre de 2014

MURAL "FUNDACION DE CHIHUAHUA": PAISAJE ESPLENDOROSO, VIDA PRODUCTIVA, DIVERSIDAD ETNICA Y EXALTACION HISTORICA

MURAL FUNDACIÓN DE DE CHIHUAHUA: PAISAJE ESPLENDOROSO, VIDA PRODUCTIVA, DIVERSIDAD ÉTNICA Y EXALTACIÓN HISTÓRICA

ÓSCAR ROBLES

         Paisaje majestuoso y fértil, convivencia pacífica y productiva de grupos étnicos y planeación de la nueva villa colonial en la confluencia de dos ríos, son el centro del nuevo mural Fundación de Chihuahua pintado en el Palacio Municipal de la ciudad de Chihuahua, durante el año de 2014 y bajo la presidencia del alcalde Javier Garfio. El tema se centra en los planes económicos y urbanísticos para la fundación de la antigua villa de San Francisco de Cuéllar, a principio del siglo XVIII. Su autor es el artista chihuahuense Alonso Enríquez.
Este nuevo mural se encuentra justo en las paredes norte, oeste y este del vestíbulo de la presidencia municipal. Dentro de lo que puede llamarse un “realismo sereno”, este mural histórico puede definirse bajo una estética “neorromántica” por la visión armónica del conjunto de personajes y animales, de etnias y razas y de clases sociales, laborales y políticas y por el colorido suave que dota de profunda paz a los fértiles y hermosos campos, plenos de tierra y verdura. En su gran mural, Enríquez imaginó con su mente colorida un valle pleno de paz y progreso: Es la representación artística del histórico valle chihuahuense en que confluían las nutrientes aguas de los ríos Chuvíscar y Sacramento. En este sentido, es una perspectiva un tanto idílica, pero llena de vida y arte.          
El estilo artístico del mural es el realismo figurativo, dominan los colores suaves y armónicos y, en general, las imágenes humanas, animales, vegetales y minerales confluyen para crear un prodigioso paisaje, para construir un ambiente de belleza natural casi paradisiaca y de armonía laboral. En suma, es una visión altamente progresista.
El mural de Enríquez contiene alrededor de cincuenta figuras humanas, los cuales personajes propios de la Colonia Española; animales de transporte y milicia (caballos), de carga (mulas o asnos), de pastoreo (reses), domésticos (perros) y silvestres (aves). Esencialmente, domina la enorme pintura la representación estética del hermoso y bucólico valle del centro del Estado de Chihuahua, integrado por la unión de dos ríos, diversas montañas, sembradíos de maíz y de una planta rastrera (quizá frijol), el enorme cielo azulino ampliamente resaltado por el color marrón de la tierra, donde vuelan varias aves. Es, en suma, una fusión verdaderamente armónica del espacio y la gente, de la naturaleza y el trabajo del hombre, fundamentalmente. Dentro de las diversas actividades laborales, ocupa el centro del mural, obviamente, las labores de planeación de la nueva villa novohispana, justo frente a un tronco de árbol que sirve de mesa y cuyas ramas están caídas. En ese tronco, se ven algunos pergaminos y a varias personas discutiendo los pormenores de la futura construcción de casas cercanas a los dos ríos.
         Por ser un mural de tema histórico y regional, la escena de planeación del nuevo poblado que dio origen a la moderna ciudad de Chihuahua tiene un marco auténticamente esplendoroso, marcado por la belleza del paisaje de todo el valle y por las variadas tareas productivas del campo. Una veintena de españoles descansa cerca de dicho tronco de árbol caído y parecen discutir sobre los positivos recursos naturales de la zona. Son gente de la clase política, militar y religiosa que vive bajo el sistema colonial español y bajo el gobierno virreinal. Visten todos ellos de rica y elegante ropa propia de la colonia, hecha a base de telas muy finas, y trae joyas y poderosas armaduras y cascos de metal en el caso específico de los soldados. Se observa un pesado cofre y algunas personas muestran pergaminos. Como figura destacada, aparece al lado derecho del mural el Capitán General y Gobernador de la provincia de la Nueva Vizcaya don Antonio Deza y Ulloa (1658-1728), montado a caballo, y vestido con un elegante manto azul rey. Una brillante y finamente esculpida estatua de este gobernante novohispano se encuentra justo enfrente del atrio de la Catedral de Chihuahua, sobre una alta plataforma. Esta creativa efigie ya es un prominente símbolo cultural e histórico de la ciudad de Chihuahua.
     Además de la clase dirigente novohispana, aparecen campesinos, tal vez mestizos y/o criollos, justo al lado izquierdo del mural. Son hombres y mujeres, los cuales están cargando una carreta con paja o heno, muy cerca de un brazo de uno de los ríos. A la derecha del mural, dos mujeres tarahumaras pasean cerca de un sembradío pequeño, con sus vestimentas tradicionales y coloridas. Dentro del sembradío, un indígena rarámuri trabaja laboriosamente, vestido con manta blanca. Asimismo, dos indios en calzón de la misma tela pizcan los frutos de los espigados y verdes maizales. En el mismo lado de oriente, se observa un grupo de reses de cuernos largos, la mayoría pintas en colorado y blanco.
         Esta convergencia étnica, racial y social potencia el mural como una pintura que exalta la estabilidad económica, la diversidad cultural y la convivencia social productiva. Cerca del río, en un primer plano, una niña rarámuri introduce sus manos al agua y su madre toma a otra pequeña indígena con sus brazos. Estas escenas con indígenas son muy bellas, positivas, casi bucólicas y, sobre todo manifiestan la idea romántica de que los indígenas viven en armonía con su entorno natural y son, por ello, felices. En otra etapa histórica de la Colonia Española, hay episodios de rebeliones indígenas, como la encabezada por el tarahumara Gabriel Teporaca o Teporame, alias El Hachero (1693-1653), para oponerse a la conquista y la colonización de los españoles. Teporaca era nativo del famoso pueblo de Tomochi y se levantó en armas en 1652 en algunas regiones de la Sierra Tarahumara, lejos del centro del Estado. Sin embargo, el episodio de Enríquez se centra en un evento pleno de progreso y de paz de la civilización novohispana: La fundación de una villa en tiempos de paz, para fines de desarrollo productivo entre los diversos grupos sociales.
         En la pequeña pared del oeste de la alcaldía, se continúa la escena central del mural de Enríquez, es decir, la fundación de la villa de San Francisco de Cuéllar. Así pues, se incluyen en dicho muro otras clases laborales y sociales propia de la época colonial. Destaca una bella iglesia católica de paredes albas que, según el artista Enríquez, representa a la antigua iglesia de San Bartolomé de Nombre de Dios. Esta iglesia es una muestra de la arquitectura colonial religiosa. Frente a esta iglesia católica, un leñador y su mujer observan desde la lejanía a los hombres que planean la fundación de la villa. La mujer carga a su bebé en la espalda, envuelto en un rebozo. Asimismo, en el mismo, lado, se mira en la lejanía a un jinete montado en su caballo, arreando a dos bestias que soportan una pesada carga de mercancía. De este modo, la pared poniente, como ya se apuntó arriba, complementa la magna escena de la fundación con las actividades campiranas de otras clases laborales propias de los campesinos, tales como la carga de paja.
         Por otro lado, la pared del este tiene otra breve escena complementaria del prodigioso mural, una imagen muy creativa integrada a la estructura de las paredes de la alcaldía. En ese sitio, hay un espacio que conduce a otras oficinas y una breve pared en la parte superior. Entonces, el artista chihuahuense adecuó la construcción de su mural, de acuerdo a esta circunstancia propia de las oficinas modernas. El arco superior contiene imágenes de un muro de piedras en forma de arco y justo abajo del arco se ve a un hombre que al parecer se dedica al campo.
        El río principal del mural, en cuyas riberas ocurre la planeación de la villa, embellece sobremanera el dominante ambiente telúrico y orográfico tan gigantesco del valle y muestra algunas corrientes de aguas plenas de azulina linfa y de vida. Este río y su convergencia con el otro río (el Chuvíscar y el Sacramento) se convierten históricamente en la clave para fundar la famosa villa originaria de la capital del Estado más grande de la República Mexicana. Entonces, la presencia natural del río ayuda precisamente al cultivo de productos agrícolas como el maíz y al sustento del ganado vacuno, en la visión pictórica de Enríquez. Este cultivo del maíz y, en especial, la ganadería se prolongaron como actividades primarias durante la misma Época Colonial y las épocas Moderna y Contemporánea. Desde ese tiempo, el ganado es una de las grandes actividades económicas de la región norteña. Escenas campestres de ganado, pastizales y llano se observan, por ejemplo, en el histórico mural del artista hidalguense Aarón Piña Mora (1914-2010), situado en la pared sur del segundo piso del Palacio de Gobierno de la ciudad de Chihuahua. También, la ganadería es una imagen muy bella en el mural de José T. Aceves (1909-1968), diseñado en la pared oeste del actual banco Scotia Bank de la ciudad de Chihuahua: Es una escena del rancho del ganadero Esteban Ramírez Calderón. En ambos murales, las imágenes de las reses son prodigiosas como sus pastizales, sus montañas y sus llanos, los cuales transmiten belleza y sentido de libertad a los espectadores. Además del río del mural de Enríquez, se yerguen majestuosas las colinas al fondo, envueltas en un velo amarillo que armoniza con el esplendor azul del cielo.
         En resumen, el mural de Alonso Enríquez es trascendente por su visión artística y su homenaje histórico al pasado colonial de la gran urbe norteña. Con este paisaje natural del valle chihuahuense y con este evento histórico de la fundación de una villa colonial, el artista chihuahuense enriquece el arte pictórico y, en especial, el arte mural de la capital del Estado de Chihuahua. El mural aparece justo cuando dicha ciudad vive un gran parteaguas histórico, el cual fue iniciado con la construcción de “El Zocalito” en la zona situada entre la Catedral de Chihuahua y el Palacio de Gobierno, y con la oportuna modernización del transporte público urbano mediante la activación del famoso VIVEBÚS. Ambas obras públicas fueron forjadas durante el gobierno del alcalde Marco Quezada (2010-2013).
         El reciente mural La Fundación de Chihuahua tiene un gran poder estético, una factura pictórica de buen nivel y oficio, un colorido variado y suave que transmite serenidad y un exquisito dibujo que permite el trazo de una obra figurativa apropiada para exaltar la histórica fundación de la capital norteña. Enríquez reconfigura, pues, la historia de la ciudad chihuahuense en torno a su fundación, con una visión hispanista, indigenista, paisajista y laboralista, por medio de sus personajes conocidos (Deza y Ulloa) y, sobre todo, mediante sus numerosos personajes anónimos que representan colectivamente a la población de principios del siglo XVIII. En esta obra mural, están las autoridades políticas y militares novohispanas, los clérigos, la clase campesina y los pastores, y los criollos, los mestizos y los indígenas. En conjunto, la escena es un acontecimiento comunitario en tiempos de paz.
         Como se sabe, la villa de San Francisco de Cuéllar se convirtió luego en el pueblo de San Felipe El Real y después dio origen a la ciudad de Chihuahua, con el paso del tiempo.  En la actualidad, la ciudad de Chihuahua cuenta con alrededor de ochocientos veinte mil habitantes, vive nuevos procesos de civilidad, comercio y cultura y, fundamentalmente, emerge con más poder económico, cultural, político y social, para reconstruir las conciencias de los chihuahuenses y el espíritu de los mexicanos norteños tan afectados sucesivamente por la Recesión económica mundial, por la violencia criminal y por la tan extendida y perniciosa anti-ciudadanía.
En particular, el artista Alonso Enríquez considera que su mural proyecta ante todo “paz, tranquilidad y desarrollo”, se ubica en la confluencia de los ríos Chuvíscar y Sacramento e incluye un parte de la arquitectura religiosa colonial propia del siglo XVII, la antigua iglesia de San Bartolomé de Nombre de Dios (“Inaugura”). Por su parte, el alcalde de Chihuahua Javier Garfio (2013-2016) inauguró este brillante mural el pasado doce de octubre de 2014, para conmemorar el trescientos cinco aniversario de la fundación de la capital del Estado de Chihuahua. La ciudad de Chihuahua, entonces, fue fundada en 1709.
     Alonso Enríquez Blanco (1959―) nació en Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua. Estudió ingeniería industrial en el Instituto Tecnológico Regional de Chihuahua (ITRCH). Sus pinturas retratan figuras humanas y animales y espacios arquitectónicos de España, dentro de las cuales sobresalen las pinturas “Aranjuez” y “Plaza España” por la perfección del dibujo y la precisa reproducción estética de la arquitectura española; los cuatro caballos galopantes y salvajes envueltos en una nueve de polvo del cuadro “Mustangs”; y las sensuales y míticas mujeres con ambiente indígena  de “Xochipilli” y “La dama y la guacamaya” (“Alonso”).
         Finalmente, la gente y el espacio físico del mural de Enríquez se funden mediante colores claros y variados y un pulso firme en el dibujo, para plasmar una visión cultural regionalista, positiva, constructiva, creativa y plenamente llena de orgullo histórico por la cultura colonial novohispana y por el origen primigenio de la ciudad de Chihuahua. Ojalá que los gobiernos municipales y estatales y las empresas privadas promuevan más este tipo de obras artísticas, tan necesarias para reconfigurar una más poderosa identidad regional, una más firme identidad nacional y una más auténtica civilización occidental que fortalezcan una vida republicana, federal y democrática.

PLANEACION DE SAN FRANCISCO DE CUELLAR



LA ANTIGUA VILLA FUNDADA EN UN CRUCE DE RIOS



LOS INDIGENAS SE DEDICAN AL CULTIVO Y AL PASTOREO



LOS ORIGENES DE LA GANADERIA EN LA COLONIA ESPANOLA





UNA FAMILIA CAMPESINA FRENTE A SU IGLESIA



Como arte público y obra cultural, el mural La Fundación de Chihuahua produce belleza, revitaliza la cultura nacional y construye civilidad, dentro de los confines urbanos de la capital del Estado Grande.








Obras citadas
“Alonso Enríquez Blanco.” Artelista. The Greatest Show Window. Diciembre 31 2014.
Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno del España.
“Inaugura Garfio un mural sobre la fundación de Chihuahua.” Tiempo. La memoria digital
31 diciembre 2014. 12 octubre 2014.


[TODAS LAS FOTOS DE ESTE ESCRITO FUERON TOMADAS POR OSCAR ROBLES]

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. Arte y civilidad son necesarios en este tiempo. Muchas gracias por tu comentario.

    Saludos

    Oscar Robles

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