ÓSCAR ROBLES
La frase “Luz silenciosa” es una
“metáfora de los sentidos” o “sinestesia” que sirve para definir algunos
mensajes implícitos y para expresar profundos simbolismos en el filme Luz
silenciosa / Stellet Licht
(2007) de Carlos Reygadas. Uno de estos mensajes es la posible omnipresencia
silente, metafísica y mágica de Dios en el cielo y, sobre todo, en la luz del
sol, en la luz callada del cielo. Esta presencia divina aparece sugerida en la
resolución del conflicto principal de dicha película. Fundamentalmente, la
presencia de Dios en los destinos humanos de los tres protagonistas del filme
se relaciona con los temas religiosos y se expresa a través del gran símbolo de
la “luz silenciosa”.
En Luz silenciosa, el granjero menonita
mexicano Johannes Johann Voth (Cornelio
Wall) tiene relaciones adúlteras con la empleada de una nevería llamada Marianne
(María Pankratz). Su esposa Esther (Miriam Toews) sabe de este problema, sufre
en silencio la traición de su cónyuge y oculta el asunto a los seis hijos de
ambos. Los dos amantes se aman profundamente en cuerpo y alma, gozan el amor en
secreto y sienten constantes dudas y remordimientos. Un día, Johann y Esther
viajan solos en carro por una carretera bajo una torrencial tormenta de lluvia
y ambos discuten en el vehículo la pecaminosa relación adúltera del hombre. Entonces,
Johann detiene el vehículo abruptamente, ella sale del auto y corre
desesperadamente bajo la lluvia, llorando, hasta que se desmaya frente a un
árbol. Johann la levanta en sus brazos y llora a gritos. Después, Johann la
traslada a un hospital y en este lugar el doctor le informa que Esther ha
muerto de un trauma coronario en el corazón. En el funeral, Marianne besa los
labios del cadáver de Esther y esta mujer resucita misteriosamente. Los hijos
pequeños de Esther y el mismo Johann entran a ver a la recién resucitada madre
y esposa y se alegran. Al final, aparece el cielo estrellado y se intuye la presencia
de Dios, silenciosamente.
1.
LOS
TEMAS RELIGIOSOS: PECADO, PERDÓN Y REDENCIÓN
En
el desarrollo de la trama de Luz silenciosa, cobran gran fuerza diversos
temas centrales y se estructuran, sobre todo, los clásicos temas religiosos del
pecado, del perdón y de la redención moral. Primeramente, el adulterio es un
conflicto grave en la cultura menonita para la esposa, la familia y la
religión. Este problema se desarrolla mediante algunas breves escenas sexuales
en unos baños públicos y en un motel; causa tristeza y placer y grandes
remordimientos en los dos adúlteros; y hasta se sugiere que el demonio o
“Enemigo” es la causa de este grave pecado. En segundo lugar, el frío amor
conyugal entre Johann y Esther contrasta con el amor pasional entre Johann y
Marianne. En tercer lugar, el amor de familia es clave como contrapeso al
adulterio, pues los padres e hijos de la familia Voth viven en unidad en la
cocina, en el bello estanque y haciendo el duro trabajo del campo. Sobre todos
los temas anteriores, emerge el amor a / de Dios como el tópico más importante
para definir la compleja psicología de los personajes y la resolución de la
trama. Por ejemplo, Johann piensa que Dios apoya su amor por Marianne y después
siente que él mismo es un verdadero demonio causante de la muerte de Esther.
Finalmente,
la “luz silenciosa” de Dios desencadena el perdón y la redención de los tres
protagonistas y la resurrección de Esther. El filme sugiere que Marianne porta
la “luz silenciosa” de Dios y le insufla “mágicamente” la vida al cadáver de
Esther para que la esposa vuelva con Johann. En la escena de la resurrección,
no hay excesivo (melo) dramatismo. Apenas Esther despierta de la muerte y la ve
Johann, aparece la toral secuencia final del cielo en el atardecer, para
mostrarnos y sugerirnos la omnipresencia de Dios en el cielo y en la naturaleza
y en la misma vida humana.
2. LA
ESPOSA SUFRIENTE, LA AMANTE REDIMIDA Y EL ESPOSO ANGUSTIADO
Para
desarrollar los temas humanos y religiosos de Luz silenciosa, es muy trascendente
la psicología de los tres protagonistas. En primer lugar, destaca la figura
profunda de Esther, la esposa callada y sufrida. Es un personaje femenino muy
rico, con más variables emotivas y expresión gestual en el rostro. En la
primera parte del filme, es una mujer sumisa, callada, muy trabajadora, buena
esposa y madre. Incluso, maneja la maquinaria agrícola con alta destreza. Su
rostro manifiesta el sufrimiento constante por el adulterio de su marido. Es un
dolor callado que se observa en las escenas silenciosas de la cocina, el
estanque y el campo agrícola. En el viaje en auto de la segunda parte, las
pasiones negativas afloran finalmente en las palabras de Esther e insulta a
Marianne y, en consecuencia, su papel evoluciona del silencio y la parquedad en
el hogar a la discusión, al sufrimiento y al lloro doloroso que la conducen
finalmente a la muerte por un ataque cardiaco. En la secuencia narrativa
“Lágrimas en la lluvia”, ocurre una “cumbre” emocional del conflicto central y
la segunda manifestación simbólica de Dios: La terrible tormenta es, al mismo
tiempo, una proyección del sufrimiento de Esther y de la fricción entre los dos
cónyuges y el posible lloro de Dios a través del cielo, pues en el filme la
bóveda celeste tiene un papel preponderante para la manifestación silenciosa y
mágica de Dios en el plano de la vida humana.
En
contraste, Marianne es un personaje muy amoroso, con remordimientos y
extrañamente misterioso y mágico hacia el final del filme, ya que se sugiere
que es portadora de la resurrección de su antagonista. En el encuentro sexual
en el motel, ella le dice a Johann que lo ama profundamente. Cuando abraza a
Johann afuera del funeral, pone su mano derecha frente al sol de la tarde y
parece que Dios le transmite el poder curativo de la resurrección. Entonces, a
través de un beso en los labios, ella resucita a Esther y esta resurrección
representa el perdón implícito entre ambas mujeres rivales y la redención de la
adúltera. La escena entre las dos mujeres en el lecho de muerte es
verdaderamente conmovedora y tierna, envuelta en el color blanco que domina el
espacio, el blanco símbolo de vida. Cuando Marianne se va de la casa, parece un
ángel, un personaje misterioso y mágico dentro de un ámbito desdramatizado,
silencioso y cotidiano.
Por
su parte, Johann Voth es un hombre reflexivo y callado, sufre su pecado, llora
por su conducta inmoral y enfrenta la gran duda de saber si Dios o el demonio
(“El Enemigo”) están detrás de la relación de amor con Marianne. En una
discusión con su padre (Peter Wall), Johann piensa que Dios le trajo a Marianne
para que gozara el amor con intensidad. El padre actúa como consejero y
confidente, con sabias palabras, y le aconseja que deje a Marianne y le dice
que pronto se le irá el dolor de perderla. De lo contrario, advierte el viejo
agricultor menonita y experimentado padre, Johann puede perder a las dos
mujeres. Pero Johann se resiste a perder a su amante. También comparte el
secreto de su adulterio con su amigo Zacarías (Jacobo Klassen), el dueño de un
taller mecánico ubicado dentro de los campos menonitas de Chihuahua.
3.
DIOS
Y EL SÍMBOLO DE LA “LUZ SILENCIOSA”
Sin
duda, las acciones, los temas y los personajes son esenciales en el filme de Carlos
Reygadas y se desarrollan con gran fuerza a través de las catorce escenas del
filme. Sin embargo, el papel del espacio físico celeste y la luz del sol son
muy importantes para completar el significado global de la historia de amor,
pecado y religiosidad. Para ello, se configura una bella sinestesia y un
extraordinario, hermoso y denso símbolo: La “luz silenciosa” del título. Como
ya se dijo, “luz silenciosa” es en realidad una sinestesia. La “sinestesia” es
una figura retórica o estilística que mezcla en sentido figurado dos o más
sensaciones, es “la descripción de una experiencia sensorial en términos de
otra” (Virgillo 140). En el título del filme, las sensaciones mezcladas son
visual (luz) y auditiva (silenciosa). En un nivel secundario de interpretación,
la “luz silenciosa” representa la belleza del paisaje natural chihuahuense de
los campos menonitas, durante un amanecer y un atardecer específicos. En el
filme, esos dos días del nacimiento y de la muerte de la luz solar representan
simbólicamente la manifestación de Dios.
La luz silenciosa es, pues, una sinestesia
y el gran símbolo de la película. El “símbolo” es una relación de elementos,
uno concreto —sensorial— y otro abstracto, de tal manera que el elemento
concreto revele lo abstracto” (Virgillo 143). Aunque breves dentro del tiempo
de la trama, el cielo y su luz aparecen con una gran belleza en el marco de la
naturaleza agreste chihuahuense. En especial, la cámara le concede al cielo un
gran protagonismo en el nivel simbólico y en el nivel metafísico, ya que
explica el hecho sobrenatural de la resurrección a los espectadores sin
necesidad de palabras o acciones de personajes. El cielo aparece en la escena
inicial y en la escena final, son un amanecer y un atardecer respectivamente y
ambas escenas translucen la posibilidad de que Dios interviene misteriosa y
mágicamente en la historia de adulterio. El amanecer inicial dura alrededor de
tres minutos y es una toma panorámica o pan-shot
del cielo nocturno, estrellado, con el canto de grillos y ranas como trasfondo
del “silencio”. En esta escena, la cámara comienza a moverse y enfoca luego una
nube blanca; rayos rojos, naranjas y amarillos en el horizonte; y, finalmente,
siluetas de árboles. Además, se escuchan apagados mugidos de reses. Luego, aparecen
más nubes naranjas y luego grises, un cielo azul y unos pastizales amarillos y,
en este contexto visual, se escuchan cantos lejanos de aves. Toda esta
secuencia del paisaje campirano es el marco ideal para envolver el conflicto
humano: El adulterio y la muerte. Después, se ve el exterior de la casa de
ladrillos rojos de Johannes Voth y a la familia de Johann en la cocina. Al
principio del filme, la escena del cielo parece sólo una mera descripción del
paisaje natural, pero con esta variante final de la naturaleza se completa el
gran significado simbólico del paisaje como expresión de la “luz silenciosa” de
Dios.
Así pues, esta poderosa secuencia final del
cielo al atardecer eleva el simbolismo de la bóveda celeste en la trama. En
realidad, el cielo es el portador del elemento mágico y misterioso: El milagro
de la resurrección que deriva en la redención de los dos amantes pecadores.
Antes de entrar a la sala del funeral, Marianne recibe la “luz silenciosa” de
Dios a través de su mano. Luego, el cielo (léase: el cosmos) vuelve a ser el
personaje central de la película, como en la primera secuencia narrativa, y
marca el cierre de una historia circular. Aparecen árboles, cielo y la caída
del sol, un “concierto” de azul-amarillo-verde, casi silencioso, el canto de
los grillos y los pájaros, algunos mugidos de reses y, entonces, la cámara
avanza hacia el firmamento mientras la luz del sol va desapareciendo y el azul
de la noche crece lleno de estrellas plateadas y la luz se va cerrando
lentamente, se oye el lejano croar de las ranas. Al final, queda la bóveda
oscura del cielo y las estrellas crecen. Los espectadores ven el cielo y
entonces pueden adivinar y deducir: Dios y su “luz silenciosa” curaron
mágicamente las heridas humanas —rencor, dolor, tristeza— y, sobre todo,
sanaron la enorme “herida” de la muerte con la resurrección de Esther, el
perdón final y la redención de los pecadores. En realidad, el espacio físico es
un sustrato para intuir la existencia de un espacio metafísico allá arriba, en
el lejano cosmos. En suma, la mágica “luz silenciosa” del espacio divino es una
sinestesia y, principalmente, el símbolo profundo del amor de Dios.
4.
BELLEZA
DEL PAISAJE Y CULTURA MENONITA
En términos más objetivos y geográficos, el
espacio físico está ubicado en los campos menonitas de Cuauhtémoc, Chihuahua.
Con el impacto de la fotografía del mexicano Alexis Zabé, este espacio se
transfigura en “pinturas” o “postales” de una hermosura excepcional. Aparecen
casa, moteles y restaurantes modernos y cómodos con su armonía exterior y el
orden interior, equipados con muebles relucientes y aparatos electrodomésticos;
un taller, un establo y, sobre todo, campos agrícolas con maizales secos y
verdes o con montones de nieve. En tanto, el baño en el estanque refleja la
paz, la unidad familiar y la vida placentera de la familia Voth. En general,
las escenas agrestes son espacios de paz y trabajo. En especial, las escenas de
trabajo campirano lucen como una versión moderna y “motorizada” de algunas
pinturas agrestes de los campesinos franceses creadas por el pintor francés
Jean François Millet (1814-1875), tales como “El sembrador”(1850), “El almuerzo
de los segadores” (1853) y, principalmente, “El Ángelus”. Por ejemplo, la
familia Voth reza antes de comer tacos en la caja de su troca extralarga y
también aparecen escenas del límpido cielo chihuahuense, de los montones de
maizales secos y de una verde máquina trilladora de una conocida empresa
estadounidense. Asimismo, durante el desarrollo del conflicto central, ocurren
los cambios de estaciones que permiten admirar la belleza de los campos
menonitas: Del verano soleado y floreciente al crudo y nevado invierno; de la
belleza amarilla y azul del tiempo de siembra y cosecha a la pura belleza
blanca de la nieve.
Como
parte de la cultura menonita, los conflictos con Dios surgen en una tradicional
comunidad agrícola, inmersa en las tradicionales tecnologías del siglo XX y en las
nuevas tecnologías del siglo XXI. Aparecen automotores, máquinas agrícolas y
tecnologías audiovisuales y, particularmente, la agricultura y la ganadería
como formas de actividades económicas. Asimismo, la cultura de los menonitas se
observa en los vestidos peculiares de las mujeres, los pantalones de pechera
hechos de mezclilla de los hombres y el sombrero norteño de ala corta, las
casas de ladrillo estilo norteamericano, la tecnología de la ordeña de vacas en
las granjas, el culto religioso menonita, diálogos originales en la lengua Plautdiesch y, en especial, el rito
funerario del cuarto de la muerta envuelto en paredes blancas.
5.
REYGADAS:
UNO DE LOS MEJORES CINCO DIRECTORES MEXICANOS DEL SIGLO XXI
Con
sólo cuatro grandes y exitosos largometrajes, todos premiados en el extranjero,
Carlos Reygadas Castillo (México, D. F., 1971—) es uno de los cinco mejores
directores mexicanos en los primeros dieciséis años del siglo XXI. Comparte
este honor con Ignacio González Iñárritu (1963—), Guillermo del Toro (1964—),
Alfonso Cuarón ((1961—) y Carlos Carrera (1962—). En particular, Reygadas
dirigió e hizo el guión de Luz silenciosa. En tanto, Alexis Zabé fue el
director de fotografía y su trabajo destaca por las tomas bellas y simbólicas del
paisaje de la naturaleza y del cielo. Sobresalen especialmente dos escenas del
espacio físico: El lento amanecer del inicio y el lento atardecer del final, en
los cuales se manifiesta Dios y su “luz silenciosa”, como ya se apuntó antes en
el presente artículo. También, Zabé ha sido el fotógrafo en los largometrajes Temporada
de patos (México, 2004) y Lake Tahoe (México, 2008), los cuales
fueron dirigidos por el mexicano Fernando Eimbecke. Finalmente, este fotógrafo
mexicano participó en el filme Post Tenebras Lux (México, 2012) del
propio Reygadas.
Reygadas
ha dirigido cuatro largometrajes de gran éxito en festivales de cine. El
primero es Japón (2000), Mención Especial de la Cámara de Oro en el
Festival de Cannes 2000; el segundo, La batalla en el cielo (2005), se llevó
el Premio del Jurado en el Festival de Lima 2005; el cuarto, Luz silenciosa
(2007), se hizo merecedor a diversos premios muy trascendentes; y el cuarto, Post
Tenebras Lux (2012), se acreditó el Premio al Mejor Director en el Festival
de Cannes 2012. En todas sus películas, Reygadas manifiesta un estilo muy
original, un auténtico “cine de autor” y la búsqueda de un nuevo “lenguaje
cinematográfico”.
En
especial, Luz silenciosa es un filme de drama y de romance y recibió treinta premios nacionales e internacionales
y diez nominaciones. Entre las distinciones, destacan las siguientes: El Jury Prize a Mejor Película en el
Festival de Cannes, Francia, en 2007; el galardón a Best Film en el Festival de Chicago, Estados Unidos, en 2007; el Jury Award a la Mejor Película en el
Festival de Bergen, Noruega, en 2007; el premio a Mejor Película en El Festival
de Lima, Perú, en 2007; el premio a Mejor Película en El Festival
Iberoamericano de Huelva, España, en 2007; y cinco premios Ariel en México en 2007
a Mejor Película, Mejor Director (Carlos Reygadas), Mejor Fotografía (Alex Zabé),
Mejor Guión Original (Carlos Reygadas), Mejor Actriz (Miriam Toews) y Mejor Actriz
de Reparto (María Pankratz).
Por
otro lado, Luz silenciosa fue muy bien recibida por los críticos de cine
en diversas partes del mundo. Primeramente, los críticos de cine de los
periódicos estadounidenses The Chicago Sun Times, The Chicago Tribune y The Seattle Times
le concedieron a Luz silenciosa la calificación máxima de cuatro
estrellas por su calidad fílmica. En tanto, The New York Post le atribuyó
tres estrellas y media de cuatro posibles. Por su parte, el prestigioso sitio www.filmaffinity.com le otorgó siete de diez estrellas posibles por
su buena factura artística. Finalmente, el sitio www.imdb.com
le dio 7.3 puntos de diez posibles, el sitio www.rottentomatoes.com le otorga un 90
% de aceptación de un cien por ciento total y el sitio www.metacritic.com le concede un 79% de evaluación
positiva de un cien por ciento posible. En especial, E. Rodríguez Marchante del
Diario ABC opinó que esta tercera película de largometraje de Reygadas
es “cine milagroso, luminoso. . . Sólo hay en Luz silenciosa momentos
luminosos” (“Luz”).
Por
otro lado, la entrevista a uno de los actores incluida en el DVD de Luz
silenciosa permite a los espectadores escuchar a Cornelio Wall hablando en
español y saber que este menonita mexicano no es un actor profesional y
que había trabajado como agricultor y en una estación de radio durante quince
años hasta 2007 (Reygadas). Según Wall, la película de Reygadas aborda el
problema de la infidelidad conyugal y cómo se vive hoy en día este problema (Reygadas).
El filme de Reygadas es una coproducción de México, Holanda, Francia y
Alemania.
En
conclusión, Luz silenciosa narra una historia de adulterio entre los
menonitas mexicanos del Estado de Chihuahua, en la cual un aparente hecho
sobrenatural —el amor de Dios y su “luz silenciosa”— resuelve los problemas de
pecado, adulterio y muerte, mediante la resurrección, el perdón y la redención
de los pecadores.
Obras
citadas
“Luz
silenciosa.” Film Affinity España. 22 abril 2016.
Reygadas, Carlos,
dir. Silent Light
/ Stellet Licht. 2007. DVD. Tartan,
2008.
Virgillo,
Carmelo, Teresa Valdivieso y Edward H. Friedman. Aproximaciones al
estudio
de la literatura hispánica. 5ª ed. New York: Mac Graw Hill, 2004.
[1] Este
artículo fue publicado originalmente en la destacada y ya desaparecida revista Chihuahua
Moderno en el número 154 publicado
en mayo de 2013. El presente texto es una versión corregida y aumentada para
brindarla a los amables lectores que consultan mi Blog.
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