CIENCIA FICCIÓN, UTOPÍA Y ANTI-UTOPÍA EN UN MUNDO FELIZ DE
ALDOUS HUXLEY[1]
ÓSCAR ROBLES
“La
uniformidad es la muerte del espíritu, la petrificación del pensamiento.”
OCTAVIO
PAZ
Al paso
He
aquí un poco del ultramoderno Nuevo Mundo en Londres, Inglaterra, durante la
imaginaria era Fordiana, dentro de la
maravillosa novela de ciencia ficción citada en el título del presente artículo:
Hay
óvulos fecundados que producen noventa y seis seres humanos en laboratorios y
hasta quince mil adultos iguales; el cine sensible genera efectos muy vivos en
los cinco sentidos de los espectadores; las mujeres cargan cartucheras llenas
de preservativos; la goma de mascar tiene hormonas sexuales; el sexo es
plenamente libre; el “soma” es la
droga perfecta, eufórica, narcótica, alucinante y legal para controlar las
pasiones humanas; los viejos tienen la edad mental y la misma fuerza física que
los jóvenes; los helicópteros son medios de transporte habituales dentro de las
ciudades y los veloces cohetes transportan a la gente a otras regiones del
planeta Tierra; los numerosos crematorios recuperan el fósforo de los cadáveres
humanos para fertilizar plantas; los condicionamientos psicológicos de las “castas
laborales” se realizan durante el sueño; acondicionan a los niños en el
Hospital de Moribundos con juguetes bonitos e ingiriendo crema de chocolate
para que acepten la muerte en su futuro. . .
Todas
las anteriores referencias son algunos de los avances científicos y
tecnológicos incluidos en la brillante novela Un mundo feliz / A Brave New World (1932) de Aldous Huxley.
Dividida en dieciocho capítulos, Un mundo feliz es una de las novelas capitales en lengua inglesa y una obra
maestra de la ciencia ficción. En general, la novela plantea una sociedad
mundial organizada por la ciencia y la tecnología y bajo el cumplimiento de
tres grandes objetivos: Comunidad, Identidad y Estabilidad.
Ante
todo, esta novela inglesa construye una utopía: El feliz e hiper-civilizado Estado Mundial. Al mismo tiempo,
desarrolla esta anti-utopía: La rebeldía del civilizado Bernard Marx, la
irrupción de la barbarie salvaje del Viejo Mundo en el ultramoderno Londres y
el rechazo al Nuevo Mundo por parte del salvaje John con sus ideas
tradicionales y su dramático suicidio dentro del propio “mundo feliz” de Londres.
La
novela crea numerosos personajes y desarrolla múltiples peripecias situadas
principalmente en el futurístico Londres, Inglaterra, y en el tradicional
Malpaís, una reservación de indios de Nuevo México, Estados Unidos. En este ficcionalizado
Londres, Ford sustituye a Dios, hay una población de dos mil millones de
habitantes en el planeta y, sobre todo, domina un solo sistema político mundial
totalitario, el Estado Mundial. Este gobierno controla y organiza la vida de
millones de personas, creadas y clasificadas en cinco castas o grupos
laborales: Alfas, Betas, Gammas, Deltas y Épsilones.
Asimismo,
todas las personas de este Nuevo Mundo son procreadas en avanzados laboratorios
y debidamente acondicionadas durante su gestación y su infancia, con el propósito
de desarrollar determinadas y jerárquicas conductas intelectuales y físicas, propias para su
asignado y altamente “acondicionado” empleo. Por ejemplo, se predestina y se
condiciona a los Alfas para ser más
inteligentes y trabajar como directores de Incubación; se crea una generación
de intelectuales-Alfa; las castas más
bajas reciben menos oxígeno para afectar el cerebro y el esqueleto, según
informa el personaje Henry Foster (Huxley, Un mundo 7); en una sala
especial, los niños de la clase Delta son acondicionados para desarrollar “horror instintivo a los libros y las
flores” con choques eléctricos y estridentes timbres de alarma, ya que “el amor
a la naturaleza no da trabajo a las fábricas” (11, 12); los Gammas-Menos están destinados a cuidar
las máquinas (24).
Como
parte de estas leyes del Nuevo Mundo, se prohíben las ideas y costumbres del
pasado histórico de la era Moderna, tales como las emociones negativas, el
romanticismo, las obras literarias del pasado (La Biblia, William
Shakespeare y otras más), la naturaleza, el individualismo, el Cristianismo, la
familia, la monogamia y la Historia, todo ello con el objetivo de mantener el
sano desarrollo laboral y el equilibrado consumo de bienes y servicios propios
de una sociedad hiper-capitalista. Por su parte, el Inspector Mundial de la
Europa Occidental, Mustafá Mond, sostiene los valores de la estabilidad social,
bajo el lema “Todos pertenecemos a todos” (Huxley, Un mundo 21). En esta
sociedad, “todo el mundo es feliz ahora”, dicen Henry Foster y Lenina Crowne (41).
Sin
embargo, las ideas del rebelde Bernard Marx y la postura del narrador
omnisciente exponen subrepticiamente la crítica a esta sociedad hiper-moderna del
Nuevo Mundo. Por ejemplo, el narrador dice que es una “inerte sociedad” al
describir los Oficios de Solidaridad en la Cantoría Comunal de Fordson (Huxley,
Un mundo 46). En contraste, sesenta mil indios y mestizos salvajes viven
en la reserva de Malpaís, Nuevo México, todos ellos encerrados en un cerco de más
de mil kilómetros de tela metálica a sesenta mil voltios de descarga eléctrica.
En este preciso lugar, se cultivan varias costumbres opuestas a la
civilización, tales como el matrimonio, la familia y el Cristianismo (56).
Asimismo, los jóvenes salvajes de Malpaís descubren el papel del Tiempo, la
Muerte y Dios en su propia sociedad (76).
En
la novela de Huxley, la trama central cuenta con variadas peripecias que mantienen
la tensión dramática en forma constante. La historia básica se resume de esta manera:
Tomakin, director del Centro de Incubación y Acondicionamiento de la Central de
Londres, explica la barbarie del pasado a un grupo de estudiantes en dicho
centro. Un día, Tomakin cuenta a Bernard Marx de la desaparición de Linda, ex pareja
de dicho director, dentro de los límites geográficos de Malpaís, hace tiempo.
Entonces, Marx y su amiga Lenina Crowne van a Malpaís, conocen precisamente a
Linda y a John, el hijo de ésta, y presencian algunas costumbres primitivas de
los indígenas. Luego, Linda y John visitan Londres, le revelan al propio
Tomakin que ambos forasteros son la esposa y el hijo de dicho director. Entonces,
Linda se hunde en los placeres del Nuevo Mundo y Bernard se vuelve famoso, se
olvida de su rebeldía contra el sistema y rompe con su gran amigo Helmholtz
Watson. Después, Marx siente celos de Watson cuando el segundo entabla amistad
con John. Por su parte, Lenina y John tienen tormentosas relaciones de amor,
pues chocan la perspectiva muy sexual de la primera con la postura excesivamente
romántica del segundo. Luego, John asiste a la agonía y muerte de Linda en un
hospital. En ese lugar, John arroja las tabletas de la droga soma por una ventana y causa alarma
entre los individuos Delta que trabajan
en dicho hospital. Entonces, la policía apresa a John. Más adelante, Mond
discute con John las ventajas del Nuevo Mundo y las desventajas del Viejo
Mundo. Luego, John es acosado por algunos periodistas europeos fuera de los límites
urbanos de Londres. Luego, John azota a Lenina delante de otras personas y
éstas imitan estos castigos y los integran al civilizado rito de la Orgía Latria, propia del Nuevo Mundo.
Finalmente, John huye de los periodistas y se ahorca en un faro, cansado de la
vida del “mundo feliz” en Londres.
Ante
todo, destacan siete personajes en la novela, con un papel social relevante y
una honda psicología. Estos personajes son los siguientes: 1) Bernard Marx
es un solitario y, sobre todo, un rebelde, pues asume el individualismo y
rechaza el colectivismo del Estado Mundial. Pertenece a la privilegiada casta
de los Alfa-Más, pero tiene un físico
de un Gamma-Menos con ocho
centímetros menos de estatura. Se sospecha que alguien puso por error alcohol
en su sangre artificial cuando estaba su embrión dentro de un envase. Es
experto en “hipnopedia” y trabaja en
el Departamento de Psicología del Centro de Incubación y Acondicionamiento.
Posee un rostro melancólico, tiene mala reputación con sus compañeros, se
siente vacío espiritualmente, le gusta hacer las cosas en privado, insiste en
ser “yo mismo y amargado”, dentro del “mundo feliz”, y tiene la plena
conciencia de que el acondicionamiento social del sistema lo ha esclavizado en
realidad (Huxley, Un mundo 49, 50). Finalmente, se comporta como un
“enemigo de la sociedad” y “un subversivo” y tiene “heréticas opiniones” sobre
la sociedad (84). Sin embargo, se vuelve arrogante cuando se vuelve famoso.
2)
Helmholtz Watson es un profesor en la Escuela de Ingenieros de Emociones
y encarna la belleza y la armonía del perfecto Alfa-Más: Fuerte, ágil, cabeza perfecta, facciones marcadas, gran
amante —seiscientas cuarenta mujeres en menos de cuatro años—, demasiado
inteligente, escritor de argumentos del cine
sensible y con una secreta fuerza creativa inexpresable. Sin embargo, padece
choques constantes con la autoridad por haber escrito unos versos originales
sobre la soledad. En especial, se siente altamente fascinado por las prohibidas
obras literarias del escritor inglés William Shakespeare. Dentro de la
uniformidad de castas, Marx y Watson “eran individuos” (Huxley, Un mundo
36).
3)
Lenina Crowne es una enfermera muy hermosa, muy sensual y muy popular
entre sus compañeros, gran confidente de Bernard Marx, una pareja más o menos
estable de Henry Foster al principio de la novela y, finalmente, se vuelve una profunda enamorada de John.
4)
Mustafá Mond informa a los alumnos sobre el Pasado, en el cual dominaban
el Cristianismo, Dios, el alma, la inmortalidad, la democracia, el liberalismo,
los museos, los monumentos históricos y los libros, entre otros aspectos. En el
pasado fue también un rebelde social como Bernard Marx y Helmholtz Watson.
5)
Tomakin establece una curiosa relación de confidencia y de rivalidad con
Marx y se siente horrorizado al descubrir que es padre de John, puesto que la paternidad
no existe dentro del Nuevo Mundo y todos los seres humanos son producidos en laboratorio.
6)
John se caracteriza por su romanticismo, su amor a los libros de
Shakespeare, su pudor ante el sexo, su amor a la libertad individual, su
sentimiento de culpabilidad moral por vivir los placeres civilizados del Nuevo Mundo
y por amar profundamente a Lenina Crowne. En particular, su gran conflicto es el
siguiente: Se halla atrapado entre su amor casto propio del Viejo Mundo y el
amor sexual de Lenina, tan común en el Nuevo Mundo.
7)
Linda es una Beta-Menos rubia,
procrea a su hijo John en la reservación de Malpaís por no contar con preservativos,
se adapta a las costumbres de los indios salvajes, envejece y, finalmente,
muere embriagada de placeres causados por la ingestión excesiva del soma en el hospital de Londres.
En
general, la novela de Huxley explora el tema central de la utopía. En
particular, la gran utopía de Un mundo feliz es, precisamente, la
ciencia. En tanto, la utopía de La ciudad del sol (1602) del escritor italiano Tomás Campanella (1568-1639) es la
religión y las utopías del ruso Piotr Kropotkin (1842-1921) y del francés
Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865) pueden considerarse como “la moral laica de
la solidaridad” (Vargas Llosa 90). En la utopía de Huxley, la sociedad se basa
en “un principio totalitario: Que el Estado es superior al individuo” (88). Sin
embargo, Un mundo feliz expone
también “una crítica frontal a esa utopía en especial y, de carambola, a todas
las utopías (92). Así pues, la novela de Huxley puede verse como una “anti-utopía”,
ya que los hechos centrales se oponen a los de la sociedad ideal planteada (“Un
mundo”).
Aldous
Huxley (1894-1963) fue un famoso ensayista, filósofo, poeta, cuentista y novelista
británico, hijo del famoso escritor Leonard Huxley (1860-1933) y nieto del
naturalista y zoólogo Thomas Huxley (1825-1895), ambos de origen británico.
Publicó las novelas Contrapunto / Point
Counter Point (1928) y El genio y la diosa / The Genius and The Goddess
(1955), entre numerosas obras de diversos géneros literarios. Fundamentalmente,
las novelas de Huxley son textos “muy intelectualizados, “muestran un
escepticismo paradójico y corrosivo” y manifiestan una actitud desilusionada
producto de los efectos desastrosos de la Primera Guerra Mundial y, en
particular, su novela Un mundo feliz expresa un gran pesimismo “por los
avances tecnológicos del mundo moderno” (“Huxley”).
ALDOUS HUXLEY, AUTOR DE UN MUNDO FELIZ (1932) |
En
conclusión, Un mundo feliz del
Aldous Huxley desarrolla una sociedad utópica, organizada bajo un solo Estado
Mundial, con gran desarrollo científico y tecnológico y con los valores
supremos del colectivismo, la estabilidad, la identidad y la felicidad. Esta sociedad
es cuestionada por medio de la rebeldía de algunos civilizados —Bernard Marx, Helmholtz
Watson—, dentro del propio sistema del Nuevo Mundo y mediante la irrupción de
la barbarie, la libertad, el individualismo y el romanticismo de John y su
Viejo Mundo y, finalmente, por la muerte del salvaje en la civilización narrada
en la resolución de conflicto de la novela.
Obras citadas
“Huxley,
Aldous ((1894-1963).” Los Doce Mil Grandes. Enciclopedia
Biográfica.
Vol. 5. Ed. Diane Downey. México: Promociones Editoriales
Mexicanas,
1982.
Huxley,
Aldous. Un mundo feliz. 11ª. ed. México: Porrúa, 2000.
“Un
mundo feliz.” Wikipedia. La enciclopedia libre. 22 marzo 2016. Fundación
Wikimedia,
Inc. 21 marzo 2016. <https://es.wikipedia.org/wiki/Un_mundo_feliz>.
Vargas
Llosa, Mario. La verdad de las mentiras. Ensayos sobre literatura.
México:
Seix Barral, 1990.
[1] Esta
reseña crítica fue publicada originalmente en la excelente y ya desaparecida
revista Chihuahua Moderno en noviembre de 2012. El presente texto es una
versión corregida y aumentada para ofrecerla a los amables lectores que
consultan mi Blog.
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