HUGO GUTIÉRREZ VEGA EN CONVERSANDO CON CRISTINA PACHECO: ERUDICIÓN, MEMORIA Y POESÍA
ÓSCAR ROBLES
El poeta mexicano Hugo Gutiérrez Vega piensa que la vejez debe aportar al ser humano dos cosas: El uso constante de la memoria y la capacidad de asombro ante cada día nuevo de vida. Gutiérrez dialogó sobre poesía, literatura, vejez, su estadía en Grecia (1987-1994) y otros temas en su interesante entrevista en Conversando con Cristina Pacheco (ONCE TV MÉXICO, marzo 7, 2014, 8-9 p.m., Tiempo del Centro de México).
En amena, gentil y deliciosa conversación con la extraordinaria periodista mexicana Cristina Pacheco, el jalisciense Gutiérrez Vega discutió sobre la vida y la obra de algunos poetas del estado de Jalisco, tales como el Padre Alfredo R. Placencia, Francisco González León y el fabulista José Rosas Moreno. En especial, Gutiérrez resaltó la comunidad de temas compartidos por González León y el zacatecano Ramón López Velarde: La provincia, las cosas sencillas, los objetos cotidianos, la vida represiva del centro del país y el conservadurismo católico propio de dicha zona.
El poeta mexicano resaltó las obras claves del narrador argentino Julio Cortázar, miembro clave del Boom latinoamericano (la novela Rayuela y los relatos de Historias de Cronopios y de Famas); del poeta mexicano Efraín Huerta (los poemas “El Tajín”, “Avenida Juárez”, “La ninfa del camión”); del poeta Octavio Paz (“Nocturno de San Ildefonso”, “Piedra de sol”, “Pasado en claro”).
El académico recordó el poema del dramaturgo mexicano Rodolfo Usigli que refuta la belleza de la vejez y, particularmente, exaltó las ideas positivas sobre la vejez del libro De la senectud del escritor latino Cicerón. Recitó fragmentos de un gran poema sobre la vejez del poeta conceptista español Francisco Quevedo. En este poema, Quevedo menciona los pocos pero “doctos libros” que posee el hablante poético durante sus años de vejez y que “escucho con mis ojos a los muertos”. Por su parte, la periodista Pacheco habló de la gran labor de traducción de poetas en lengua inglesa y alabó la traducción de algunos poemas del norteamericano Thomas Stearns Eliot.
Con gran sentido narrativo y descriptivo, Gutiérrez Vega contó sus grandes vivencias en Grecia cuando fue embajador entre 1987 y 1994. En especial, habló del profundo dolor que le causó dejar ese gran país europeo, del origen de algunos poemas sobre Grecia incluidos en el libro Los soles griegos, de la intensa y conmovedora hermosura del sol y del cielo en la zona de las islas griegas y de la gran contaminación atmosférica de Atenas, la capital federal de Grecia.
El jalisciense relató la anécdota del poeta mexicano José Gorostiza sobre la poca poesía que escribía el tabasqueño debido a su trabajo en la burocracia consular y de las sabias recomendaciones que le daba al propio Gutiérrez Vega: Que escriba al menos un verso cada día para mantener caliente la mano.
Ante todo, el entrevistado definió con gran seguridad y precisión el papel del poeta: Toda la gente posee el lenguaje, pero sólo el poeta proyecta las sensaciones sobre la vida con ese mismo lenguaje.
El académico habló también con tristeza del gran pesar que le provocó la sentida muerte de su propia hija a temprana edad, puesto que dejó de escribir poesía durante varios años y nunca pudo escribir un solo poema a ella para despedirla de la vida.
El exembajador en Grecia reconoció la honda influencia de López Velarde en su poesía —El amor a las cosas simples de la vida—; del argentino Jorge Luis Borges y del mexicano José Emilio Pacheco —la constante preocupación por la corrección de los poemas. En especial, indicó que el recién fallecido Pacheco corregía sus poemas en cada nueva edición de sus libros.
Gutiérrez Vega mostró en todo momento su prodigiosa memoria, su gran erudición literaria y el gran conocimiento sobre poesía en lengua española al recitar varios fragmentos de poemas de López Velarde, Quevedo, González León, el Padre Placencia, el español Antonio Machado y de otros poetas hispánicos. Asimismo, el gran poeta mexicano analizó con precisión y sustancia la poesía de diversos poetas y contó brillantes anécdotas de diversos escritores, tales como la vida pobre del Padre Placencia en el pequeño pueblo de Bolaños, en Jalisco.
En resumen, Hugo Gutiérrez Vega se mostró como un gran poeta, un poderoso y certero crítico literario, un gran contador de anécdotas y breves historias biográficas, un gentil y lúcido maestro de la palabra y, en conjunto, como un delicioso y ameno conversador. En tanto, Cristina Pacheco demostró su experiencia y su talento como entrevistadora, haciendo comentarios muy acertados como en todas sus entrevistas en el Canal Once.
Hugo Gutiérrez Vega (Guadalajara, Jalisco 1934—) ha sido abogado, poeta, escritor, actor, profesor y diplomático. Es autor de varios libros de poesía y de ensayo. Destacan su colección de poemas Las peregrinaciones del deseo. Poesía reunida 1966-1985) (1987) y el poemario Los soles griegos (1989), entre varias obras (“Hugo”). Ha recibido numerosos premios y distinciones literarias. Por ejemplo, fue acreedor al Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1975 y al Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde en 2011 (“Hugo”).
Obras citadas
“Hugo Gutiérrez Vega.” Wikipedia. La enciclopedia libre. 23 marzo 2014. A Wikimedia
Project. 10 diciembre 2013.
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