¿MÁS EXTRANJEROS O MÁS JÓVENES MEXICANOS?
EL FUTBOL MEXICANO EN 2014-2018
ÓSCAR ROBLES
“Sacan la cartera y secan la cantera”, dijo el cronista deportivo mexicano Heriberto Murrieta en Radio Fórmula ESPN (ESPN, enero 9, 2014). Es una expresión sonora y precisa para definir la situación actual del futbol mexicano de primera división, frente al crecimiento en el número de jugadores naturalizados. Entre estos “nuevos mexicanos”, se encuentran grandes estrellas sudamericanas, tales como los argentinos Christian Chaco Giménez, Damián Álvarez y Lucas Lobos, Daniel Ludueña y Emanuel Villa.
En la actualidad, los expertos en deportes de los medios televisivos están discutiendo en las últimas semanas cuál es la mejor formula en la coyuntura actual para mejor la calidad y el espectáculo de los juegos de los torneos cortos de la primera división. En general, la polémica se centra en el justo y positivo balance positivo entre comprar grandes jugadores estrellas de países extranjeros y al mismo tiempo promover a los jóvenes valores mexicanos de los clubes filiales de los grandes equipos del futbol de primera división.
Sin duda, se necesitan cuatro o cinco extranjeros por equipo para elevar la calidad del futbol nacional, especialmente ahora que se vive la economía global y numerosos países atraen jugadores extranjeros. También, se requiere de más jóvenes para integrar las selecciones nacionales. La larga historia del futbol mexicano está llena de grandes jugadores sudamericanos, tales como el portero argentino Miguel Marín (Cruz Azul), el defensa chileno Alberto Quintano (Cruz Azul), el mediocampista chileno Carlos Reinoso (América), el mediocampista ecuatoriano Alex Aguinaga (Necaxa), el delantero paraguayo Saturnino Cardozo (Toluca), el delantero brasileño Evanivaldo Castro Cabinho (UNAM, León y Atlante) y el mismo mediocampista Christián Giménez (América, Pachuca, Cruz Azul), entre muchos.
Sin embargo, parece que el periodo 2014-2018 es mejor para promover a los jugadores de las ricas “canteras” nacionales, puesto que no hay grandes y numerosos jugadores mexicanos que jueguen en el extranjero como titulares y los resultados de la Selección Nacional en las eliminatorias para el Mundial de Brasil fueron deficientes.
Por otro lado, hay que aceptar dos situaciones, una general y una particular. En primer lugar, las condiciones sociales de México inseguridad —crimen, violencia, corrupción, vicio—e ilegalidad— han sido malas durante el siglo XXI y esta situación afecta a todos los residentes en este país. No se pude inculcar valores deportivos, positivos, creativos y constructivos en medio de una sociedad deteriorada moral, económica y socialmente. En segundo lugar, los torneos cortos han propiciada una marcada baja en el nivel de juego, entonces hay que cambiar a los torneos largos para promover la consistencia y la calidad del juego, como en los países europeos.
Es momento de “sacar la cantera y secar —un poco— la cartera”.
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