“QUINTA CAROLINA”: ‘LA NOVIA ROSA’ DE CHIHUAHUA” DE ÓSCAR ROBLES
“Cuando arribé a la zona norte de la ciudad de Chihuahua,
apareció un oasis de belleza en el llano, un paraíso de arquitectura del
pasado; surgió entre el caserío simple, moderno y urbano: una hacienda que era
testimonio del pasado de la capital del Estado Grande de México. Entonces, mis
ojos, mi alma y mi imaginación se iluminaron: la casa principal o quinta lucía
como una novia elegante y solitaria en medio de ese llano de tierras marrones y
verdes árboles y arbustos. Resplandecían sus paredes rosas y sus canteras café
claro bajo el inmenso cielo azul y claro del norte de la ciudad de Chihuahua y
sobre el amplio espacio de los terrenos que la envolvían para dar más realce al
milagro de la belleza de sus formas armónicas, volúmenes sólidos y colores
vivos”.
“La arquitectura de la quinta central y sus edificios de
vida rural del pasado me evocaron viejos filmes de haciendas y Revolución del
coahuilense Emilio Fernández (1904-1986). La arquitectura de esa quinta rosa
floreciendo con sus edificios remozados y sus ruinas me incendiaron la memoria
y llegaron imágenes de aquellas vigorosas y poéticas fotografías del escritor
jalisciense Juan Rulfo (1914-1986) sobre el campo mexicano. El viejo mundo
rural de Chihuahua pervivía ahí, aislado, entre casas modernas y ruinosas
paredes y arbustos. Era una gema, un oasis, un paraíso: Una belleza rosa, una
belleza de rosa arquitectural. Frente a la quinta rosa, frente a su señorío de
casa hacienda y cerca del templo, pasó aquella mujer extremadamente bella y
coja con su elegante vestido y su rostro blanquecino como la crema. Iba
rumbo a la capilla: ¿era ella en verdad? Avanzaba lentamente por su defecto
físico y surgía como un fantasma de belleza sublime, un personaje poético y
solitario del cine de la década de los setenta: Claudia Guadalajara”.
El
pasaje anterior pertenece a la primera crónica del libro Reportes desde
Chihuahua, Tucson y Bloomington (2023) de Óscar Robles. En dicho volumen, el testigo registra en sus cuadernos eventos del arte, la política, la
cultura, la economía y la sociedad, con su particular estilo y los vuelve
crónica y reportaje. El testigo es un periodista amoroso que vive la historia
en tres ciudades diferentes: La mexicana Chihuahua y las americanas Tucson
(Arizona) y Bloomington (Indiana). Por ejemplo, narra la Cabalgata Villista,
examina los cuadros de pintores mexicanos y norteamericanos en Tucson y
describe las funciones del Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana.
Pueden adquirir dicho libro en la siguiente liga de Internet:
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