viernes, 13 de noviembre de 2020

DEMOCRACIA Y JUSTICIA EN LOS PREMIOS NOBEL DE LITERATURA Y MIGUEL DE CERVANTES

                                                                ÓSCAR ROBLES


     WILLIAM FAULKNER, PREMIO NOBEL DE                                              LITERATURA


Los premios Nobel de Literatura y Miguel de Cervantes pretenden abarcar el mundo entero y el mundo hispánico, respectivamente. Sin embargo, sus estrategias de repartición de distinciones son todavía demasiado monolíticas y metropolitanas cada ano de finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Para ser más justos y democráticos, deben otorgarse estos importantes premios literarios mediante ciclos de tiempo y espacio más apropiados al avanzado mundo moderno, global y multicultural del siglo XXI. Propongo las siguientes dos formas de premiación para el futuro inmediato: 

1. El Premio Nobel de Literatura debe establecer oficialmente periodos de cinco años, los cuales se repetirían cíclicamente. Cada año correspondería a un escritor de cada uno de los cinco continentes en un posible y estricto orden alfabético: África, América, Asia, Europa y Oceanía. Así, cada continente tendría un grupo de expertos en las literaturas nacionales que lo componen y cada continente esperaría a su premiado cada cinco años. Luego, vendría otro ciclo igual de cinco años de premiación por cada continente. De este modo, se consolidaría la verdadera democracia literaria, la justicia universal y el multiculturalismo del mundo global.
     GABRIEL GARCIA MARQUEZ, PREMIO NOBEL                              DE LITERATURA EN 1982


2. El Premio Miguel de Cervantes debe concederse en periodos de tiempo de cuatro años, según las cuatro regiones más grandes de habla española. De este modo, habría un premio para un escritor del Caribe y Centroamérica, uno para España, otro para Norteamérica y otro para Sudamérica. Luego, el ciclo se repetiría por cada región y la gente de cada zona geográfica aguardaría cuatro años para saber quién es el ganador de dicho galardón. El solo continente americano contiene alrededor de veinte países donde abundan los escritores de buena calidad artística. España tiene más historia literaria que abarca siglos y es metrópoli europea, pero en el siglo XXI es una nación pequeña comparada con Colombia, Argentina, México o Venezuela, cuyas poblaciones han crecido mucho y han generado el surgimiento de numerosos escritores de gran nivel literario.

        JORGE LUIS BORGES, PREMIO MIGUEL DE                   CERVANTES EN 1979 JUNTO CON EL ESPANOL                                   GERARDO DIEGO

Es cierto que las naciones metropolitanas han producido más y mejores escritores por las grandes condiciones económicas, educativas y culturales de privilegio y de larga historia de décadas y siglos, pues pertenecen al primer mundo. Sin embargo, el Nobel de Literatura pretende ser una distinción universal y el Miguel de Cervantes aspira a ser un premio para todas las naciones de lengua española. Entonces, el otorgamiento de ambas preseas debe regir por democracia, justicia y multiculturalismo, bajo la economía global. Todos los escritores del mundo y de las regiones hispánicas son muy respetables por sus obras. No obstante, es injusto que se premie más a las artistas de la palabra de los países metropolitanos que a los de las naciones periféricas. Es injusto que escritores como León Tolstoi, Phillip Roth, Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges y Benito Pérez Galdós y muchos otros, no hayan ganado el Nobel de Literatura. Es inmerecido que los hispanoamericanos Julio Cortázar, Rosario Ferre, Elena Garro y Ernesto Cardenal no hayan obtenido el Miguel de Cervantes. Escribo desde una nación periférica: México.

jueves, 5 de noviembre de 2020

RICARDO FLORES MAGÓN, EL PARTIDO DE MASAS Y LA PROTECCION DE LOS TRABAJADORES

                                        ÓSCAR ROBLES 


Piensa uno: La Revolución Mexicana es, en realidad, una revolución traicionada. Se pregunta uno: ¿acaso la Revolución no es la mayor hazaña militar e ideológica de la historia de México? Y cincuenta años de poder institucional del Partido Revolucionario Institucional responden en el siglo XX: la Revolución Mexicana es el símbolo de la alabanza continua, el modelo histórico intocable, el pretexto para retóricas vacías de los gobiernos institucionales. Es innegable: la Revolución fue el instrumento para el culto positivo a los héroes y la satanización de los antihéroes. Sobre todo, ha funcionado como el instrumento de la dominación del poder político en connivencia con el capitalismo mexicano moderno. Como producto, ha generado la creciente industrialización del país durante una buena parte del siglo XX. 


1. LA CORRIENTE CARRANCISTA-OBREGONISTA: LOS TRIUNFADORES DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA 

Y vuelve uno a 1910: las alternativas ideológicas de ese año eran el Maderismo o el Magonismo. Finalmente, los triunfadores de la lucha armada surgen de la corriente carrancista-obregonista tras la muerte trágica del presidente coahuilense Francisco I. Madero (1873-1913). Esta tendencia política y militar transforma la Revolución en gobierno institucionalizado durante la etapa de la Posrevolución que abarca el periodo de 1917 a 1928. Así, la Revolución se planteó como un cambio de gobierno, como una mutación de hombres en el poder, todos ellos militares revolucionarios. De este modo, Madero cumple un papel político inicial de desplazar el viejo régimen porfirista; en tanto, el coahuilense Venustiano Carranza (1859-1920) promueve el nuevo marco legal e institucional del país con la creación de la Constitución Política de México; finalmente, el sonorense Álvaro Obregón (1880-1928) ejerce la presidencia por un periodo de gobierno (1924-1928), pero su ambición política lo lleva a romper con los ideales de no reelección expuestos por Madero. Desde la perspectiva de clases sociales, Madero era en realidad un terrateniente del norte del país que poco hace por resolver a fondo el problema agrario en México. Además, no busca una reivindicación del trabajo como vigorosa fuerza motora de la nación. Por su parte, Venustiano Carranza tiene una posición en la burguesía del norte del país. Como primer jefe político, Carranza fundamenta una gran reforma ortodoxa en la cuestión de la tierra dentro del plano legal y constitucional, pero no la lleva a cabo en el plano real y efectivo. 

En contraste, la visión de Ricardo Flores Magón (1873-1922) busca regular la tenencia de la tierra de manera inmediata y efectiva y no quedarse meramente en la simple promulgación de leyes. En última instancia, la repartición de la tierra en México sí se inicia realmente durante la Posrevolución. Sin embargo, no se pueden medir sus alcances auténticos hasta la década de los treinta cuando el general Lázaro Cárdenas (1895-1970) gobierna el país. En el tiempo de Madero, Carranza y Obregón, los ambiciosos intereses económicos de los terratenientes mexicanos y el abandono del trabajador, detuvieron el proceso de expropiación de la tierra. 

Así pues, el problema de la tierra se pospuso posteriormente, durante más de sesenta años de lo que se ha llamado comúnmente el periodo de la “Revolución hecha gobierno” bajo los sucesivos gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI). De esta manera, los hombres de la Revolución triunfadora, todos ellos norteños en su mayoría, se preocuparon más por la teorización y la legislación de la cuestión agraria que por la solución práctica y efectiva a los problemas de la repartición de la tierra entre los campesinos mexicanos. 

Por ello, el Magonismo representaba una tendencia más justiciera y pragmática durante el difícil periodo de la Posrevolución. A más de medio siglo de poder institucional, el Magonismo se presenta todavía en el siglo XX como la corriente ideológica y política para rescatar en la historia de México. La organización proletaria independiente y revolucionaria tiene una salida a esta ideología marginada de la Revolución, una ideología que puede ser tomada como un positivo antecedente y como un legítimo expediente histórico de una auténtica revolución obrera y campesina: una revolución masiva. Por este motivo, es interesante analizar a fondo las propuestas de Ricardo Flores Magón a continuación. 


2. RICARDO FLORES MAGÓN, EL PARTIDO DE MASAS Y LA PROTECCIÓN DE LOS TRABAJADORES 

A la sombra de una historia marxista, Ricardo Flores Magón es un hombre que se caracteriza por promover la organización de un auténtico partido de masas. Sus ideas eran difundidas desde la tribuna del periódico Regeneración o de las publicaciones que generaba dentro de las cárceles estadounidenses donde fue encerrado por sus actividades políticas de izquierda. El escritor José Revueltas (1914 -1976) considera que Flores Magón es un importante ideólogo del socialismo a la mexicana y un representante auténtico de la clase trabajadora, puesto que sus actividades revolucionarias representan el inicio de una conciencia socialista propia y nacional de la clase obrera mexicana. De ahí que su periódico Regeneración es un importante un órgano difusor de las ideas socialistas. Desde que fue fundado, este periódico nace como medio de agitación social, como un organizador del proletariado, promoviendo la acción verdadera para cambiar las estructuras del poder político en México. 

Con otro grupo de liberales, Flores Magón proclamó el programa del Partido Liberal Mexicano en 1906. Este partido postulaba una serie de medidas para la protección del trabajador. Se suman a este programa los liberales Juan Sarabia, Antonio I. Villarreal, Librado Rivera, Manuel Sarabia, Rosalío Bustamante y Enrique Flores Magón, quien es el hermano de Ricardo. En este programa, las principales demandas laborales son el salario mínimo y mejores condiciones de higiene y seguridad para el trabajador. No obstante las presiones políticas que sufre, la consigna de Flores Magón se disemina en constantes actividades anarquistas, todas ellas encaminadas a crear un auténtico espíritu revolucionario en el pueblo mexicano. 

Asimismo, la naturaleza del espíritu de Ricardo Flores Magón siempre se orienta hacia la lucha armada con el firme propósito de tomar la tierra. En tanto, el Partido Anti-reeleccionista de Madero pretende crear una reforma política y electoral más efectiva y pide un simple “sufragio efectivo no reelección”. En contraste, el Partido Liberal Magonista busca la auténtica libertad política y, sobre todo, lucha por la verdadera libertad económica por medio de la entrega al pueblo de tierras que detentan los terratenientes desde antes de la Revolución Mexicana. 

Como se advierte, esta perspectiva de Flores Magón es claramente diferente a la de Madero. Por esta razón, estas diferencias marcan la fractura de relaciones amistosas entre ambos partidos y ambas corrientes ideológicas: el Maderismo y el Magonismo. Ya para 1911, la escisión entre ambas tendencias revolucionarias es definitiva y Flores Magón protesta contra la traición del presidente Madero. Desde ese año de la escisión entre los dos partidos políticos, la actividad de Flores Magón se margina del foco central revolucionario. Posteriormente, el Magonismo fracasa junto con los movimientos populares villistas y zapatistas, los que representan lo que ha dado en llamarse “La Revolución traicionada”. 

Con el paso del tiempo, el Magonismo es la corriente ideológica que plantea una organización proletaria auténtica y una lucha revolucionaria como consigna social, a partir de las condiciones concretas y especificas del momento histórico de la Revolución Mexicana. Sin embargo, hay que dejar a un lado su marcado anarquismo y su visión un tanto utópica, la cual es derivada de las comunidades indígenas mexicanos. Sobre todo, es importante concentrarse en las propuestas de protección de los trabajadores con mejores salarios y mejores condiciones laborales, a la luz de los nuevos tiempos mexicanos. 

Particularmente, el programa magonista postula el verdadero e imperativo cambio revolucionario, por medio de la expropiación de las tierras y las industrias, según el Manifiesto de septiembre de 1911. En general, Flores Magón siempre pone al pueblo mexicano como auténticos luchadores sociales y revolucionarios, principalmente durante la etapa bélica de la Revolución Mexicana. Durante su intenso periodo de trabajo ideológico dentro de México y en el exilio, es fiel a su causa y a sus métodos e ideas socialistas y revolucionarios. 

Al final de su vida, todavía en prisión, se le pide a Flores Magón que solicite el perdón de los políticos mexicanos. Sin embargo, el ideólogo, periodista y revolucionario mexicano contesta en una carta con una auténtica visión muy emotiva, honesta e idealista y defiende su honra como luchador social y sus veintinueve años de lucha por la libertad, sufriendo hambre, miseria, prisiones, exilio, peligros y problemas de salud. Sin embargo, sus ideas sobre el reparto efectivo de la tierra entre los campesinos permanecen en el contexto cercano a la Revolución Mexicana como una memoria y una clara denuncia contra las corrientes triunfadoras de esa magna gesta histórica de México, las cuales forman alianza con los viejos terratenientes porfiristas. Especialmente, prevalecen en sus escritos el programa liberal de formación de un verdadero partido de masas y las concretas propuestas para proteger a los trabajadores mexicanos contra los abusos de los patrones y del sistema capitalista mexicano. 



 [NOTA DEL AUTOR: Este artículo fue publicado originalmente en Aura, suplemento cultural de Novedades de Chihuahua el 18 de noviembre de 1983. La presente es una versión corregida y aumentada para ofrecerla a los gentiles lectores de mi Blog “Bitacoraoscar”.].

domingo, 1 de noviembre de 2020

VISIONES Y RE-VISIONES EN LA QUINTA CAROLINA DE CHIHUAHUA

                                            ÓSCAR ROBLES


         LA QUINTA CAROLINA EN EL SIGLO XXI


Enclavadas en las orillas de la ciudad de Chihuahua, hacia la parte norte, se encuentran las llamadas “Quintas Carolinas”. En la década de los ochenta, la gente le llamaba en plural al conjunto de edificios que se situaba cerca del Río Sacramento. Los edificios de ese lugar incluían en ese entonces la casa principal o quinta, la iglesia, la fábrica de hilados y tejidos, el establo, la caballeriza y la bodega, entre otros. 

En realidad, existe sólo una quinta o mansión de campo, la principal, la más grande, la más bella: “La Quinta Carolina”. El nombre del inmueble se debe a doña Carolina Cuilty Bustamante (1833-1919), quien fue la esposa del famoso empresario chihuahuense don Luis Terrazas Fuentes (1829-1823). Así pues, la bella mansión perteneció al destacado militar, político y terrateniente don Luis Terrazas. Curiosamente el nombre completo de esta figura sobresaliente de Chihuahua era José Luis Gonzaga Jesús Daniel Terrazas Fuentes. 

Terrazas era muy rico y esa quinta era una prueba de su gran opulencia. Tenía trece hijos que integraron un poderoso clan familiar al cual se le sumaron los yernos Federico Sisniega y Enrique C. Creel. Su enorme riqueza era tanta que generó una célebre anécdota que circuló por mucho tiempo entre los chihuahuenses. Cuentan las versiones populares que en una ocasión, Terrazas visitó la capital de México y le preguntaron a uno de sus acompañantes que si Terrazas era originario del estado de Chihuahua. Ese hombre contestó en broma que en realidad el estado de Chihuahua era de Terrazas. Así se forjó la leyenda de este terrateniente chihuahuense. En realidad, Terrazas llegó a poseer la novena parte de su estado natal. Asimismo, Terrazas organizó las Juntas Patrióticas en 1862 durante la Intervención Francesa, fue un poderoso aliado del presidente Benito Juárez y ocupó la gubernatura de Chihuahua las siguientes nueve veces: 1860-1864, 1865-1872, 1872-1873, 1873-1873, 1879-1880, 1880-1881, 1881-1882, 1883-1884 y 1903-1904(“Luis”). 

La fastuosa finca está situada en la actual colonia de Nombre de Dios. En los ochenta, yo visité dicho lugar con el propósito de registrar algunas notas sobre el estado en que se encontraba dicha propiedad. Observé que la mayoría de las construcciones estaban en ruinas en ese entonces. El camino hacia la finca era de pura terracería, había muchos matorrales y mostraba algunos notorios contrastes. Unos eran lamentables y otros bellos. Convivían la pobreza del presente y los restos del pasado opulento. Primeramente me encontré el aspecto más sombrío: las casas de los proletarios se disgregaban en la zona aledaña. Había casas de cartón y adobe y los servicios públicos eran escasos: carecían de agua y electricidad. 

Al acercarse a la quinta aparecía el lado florido de la vida: las simétricas construcciones de cantera y árboles grandes y frondosos: toda la naturaleza con sus vestidos más bellos. Esencialmente, la Quinta Carolina lucía como una bella construcción arquitectónica que mostraba el esplendor del pasado. Era como una mujer que, aunque vieja, mostraba aún los rasgos de su juventud hermosa. La mansión relucía recia y elegante, labrada en cantera. Estaba coronada por dos torres, una en cada extremo. Al centro había una torre distinta al centro. Esta torre tenía un aspecto más sobrio y estaba pintada de un tono oscuro. Arriba de esta torre había un águila disecada. La mansión desplegaba cuatro entradas, una por cada lado. Todas ellas tenían puertas grandes y escalones de cantera que daban un aire señorial a la suntuosa construcción. Además, contaban con unas barandas talladas en cantera y varias arcadas en cada entrada. 

La fastuosa casa era protegida por toda una cerca de alambre con pilares como sostén del entramado de metal, así que mi percepción visual fue desde lejos. Dentro de la cerca, descansaba un jardín muy descuidado. La hierba seca vivía ahí. En el enorme jardín, cuatro kioscos pequeños alegraban la soledad de las hierbas. En esos kioscos la familia Terrazas se sentaba a comer y a conversar con sus amigos y parientes. Fuera de la casa, en la parte posterior, se situaba la cochera, también tallada en cantera y con una entrada principal. Arriba de esta entrada lucía la inscripción “COCHERA”. Ya no se guardaban los carruajes propios de la burguesía de aquel lejano tiempo de gran opulencia y poder. Vivian ahí, en ese edificio en ruinas, campesinos y ejidatarios.
                   LA COCHERA EN EL SIGLO XXI

 

A un lado de la cochera, hacia el norte, se ubicaba el establo con su respectiva inscripción en la parte superior. Se aspiraba ahí el olor a pastura y a excremento de vacas. Al parecer ahí se ordeñaban las vacas durante su época de esplendor y hasta en aquella lejana década de los ochenta. En ese entonces, algunas personas trabajaban ahí y se sentía el ambiente laboral de los campesinos. La fábrica de hilados y tejidos era un edificio situado al lado oeste de la Quinta. Su piel de piedra, las paredes, lucían el sabor del tiempo y del sufrimiento. En ese lugar, se filmó una famosa escena de la película El Principio (1973) del chihuahuense Gonzalo Martínez. En la secuencia narrativa, los revolucionarios atacan la hacienda a caballo y Luciano “Chano” Muñoz (Andrés García) lucha con ferocidad desde el suelo y derriba a varios jinetes.
LA FABRICA DE HILADOS Y TEJIDOS EN EL SIGLO XXI

El destacado filme tuvo otras locaciones dentro de la ciudad de Chihuahua. Particularmente, se filmaron escenas en la casona de Luis Terrazas de la avenida Ocampo y calle Aldama. La cinta obtuvo en 1974 los siguientes seis premios Ariel: Mejor Película, Mejor Director (Gonzalo Martínez), Mejor Co-actuación Masculina (Sergio Bustamante), Mejor Co-Actuación Femenina (Lina Montes), Mejor Argumento Original (Gonzalo Martínez), Mejor Edición (Carlos Savage) y Mejor Música (Rubén Fuentes). 

Cercana a la Quinta Carolina murmuraba la iglesia, cargada con sus rezos añejos de tiempo. En esos años de los ochenta, estaba abandonada, pero muy hermosa. Tenía su entrada principal y su mudo campanario. La puerta estaba cerrada. Desde fuera se podía observar el confesionario labrado en madera muy fina. Las bancas, también de madera, estaban un poco despintadas y maltratadas por los efectos del tiempo. Ahí se forjaban las plegarias a Dios y los santos y las vírgenes. Los vitrales eran como los ojos de la iglesia. Se miraba su alma solitaria, pues ya casi nadie la visitaba. En una secuencia del citado filme, Claudia Guadalajara (Patricia Aspíllaga) avanza con su largo vestido, coja, hacia dicho templo. Como mujer de la clase alta, ella luce un cabello largo y bien peinado y su rostro blanco y sus rasgos faciales finos denotan una gran belleza. Despierta la admiración de un joven que la mira.

                 LA IGLESIA EN EL SIGLO XXI

 

En mi lejana visita de los ochenta, la Quinta Carolina guardaba todos esos ecos del pasado. En 2008, el entonces gobernador Reyes Baeza la convirtió en un recinto cultural para estudiar música. En la segunda década del siglo XXI, diseminaba su imponente belleza pintada en color rosa y perfectamente remozada. Florecía como una joya o flor antigua en medio de la moderna ciudad de Chihuahua. En cambio, los otros edificios lucen en ruinas, los techos derrumbados, los muros desmoronados por la el agua del tiempo y hasta es refugio de vagabundos.

LA QUINTA CAROLINA CON SU JARDIN EN EL SIGLO XXI

 

El filme El Principio de Gonzalo Martínez le dio vida y jerarquía a la Quinta Carolina a principios de la década de los setenta. Sus espacios arquitectónicos sirvieron de marco a los conflictos familiares y sociales propios de una familia y una sociedad del norte de México durante los comienzos de la Revolución Mexicana. En particular, la historia es ficción y se basa en un argumento original. Gira en torno a los hacendados Ernesto y Francisco Domínguez, cuyos papeles centrales son actuados por Narciso Busquets y Sergio Bustamante, respectivamente. En el siglo XXI, la Quinta Carolina resurgió con toda su belleza y señorío para recordarnos una etapa de la historia de Chihuahua: el tiempo en que la familia de don Luis Terrazas vivió, amó y prosperó en esa elegante mansión.

            LA QUINTA CAROLINA EN EL SIGLO XXI


                                            Obras citadas 

“Luis Terrazas.” Wikipedia. La enciclopedia libre. 3 octubre 2020. Fundación Wikimedia, Inc. 1 noviembre 2020. .

sábado, 24 de octubre de 2020

TOM SAWYER Y EL CRECIMIENTO PERSONAL Y LA FORMACION HUMANA Y SOCIAL

                                        ÓSCAR ROBLES 


El capítulo IV de The Adventures of Tom Sawyer (1875) del estadounidense Mark Twain (1835-1910) relata una de las numerosas travesuras del protagonista, como parte de una novela picaresca, juvenil y de formación del adolescente. Al mismo tiempo, en esta parte se muestran algunas de las grandes costumbres sociales de los norteamericanos del siglo XIX: enseñar los episodios de La Biblia de manera directa, aprender a recitar versículos, formar personas y ciudadanos por medio de una recta moral o ética y socializar correctamente con adolescentes y adultos en el espacio del templo del pueblo. 

Este episodio de la brillante novela de Twain debe servir a los mexicanos para poner en práctica las enseñanzas religiosas, morales, culturales y sociales por medio de una sola actividad semanal y de manera consistente bajo la vigilancia de adultos éticos y expertos. En ese episodio, Tom y los jovencitos del pueblo acuden puntualmente a cumplir dichos deberes bajo la tutela de un maestro que conoce bien La Biblia. Es necesario disminuir el contacto de los niños y jovencitos con los medios de comunicación y con la diversión extrema y prolongada y proporcionarles más actividades de formación humana, moral y civil. 

Como se sabe, La Biblia es trascendental en la historia de Occidente, pues ha sido leído por millones de cristianos durante veintiún siglos. El voluminoso libro se divide en el Antiguo Testamento y Nuevo Testamento y, representa al mismo tiempo una gran obra de religión, moral, historia y literatura. 

El capítulo citado sobre Tom Sawyer se titula “Showing off in Sunday School” [“Presumiendo en la escuela dominical”]. En la trama de este capítulo, Tom Sawyer recita versos de La Biblia con su prima Mary en casa de la tía Polly. Luego, se baña, se viste con traje y acude al templo del pueblo sureño de St. Petersburg, para asistir a la escuela dominical sobre estudios bíblicos y recitación de versículos. Antes de entrar al recinto religioso, negocia con algunos amigos varios boletos que son otorgados por el maestro por los avances en la competencia de lectura bíblica. En el templo, el señor Rogers cumple su función de maestro y recibe la visita del juez Jeff Thatcher y de otras personas. Ante todos ellos, Tom presenta los boletos necesarios para obtener una Biblia nueva como premio por leer correctamente un total de dos mil versículos. Sin embargo, el astuto maestro sospecha que Tom obtuvo los boletos de manera ilegal. Para exhibirlo públicamente ante los visitantes, le pregunta los nombres de algunos apóstoles y discípulos de Jesucristo. Finalmente, el chico contesta absurda y erróneamente dando los nombres de David y Goliath. 

Al final de cuentas, esta gran novela de Twain es una novela de formación del adolescente. En la narrativa, se contrapone la figura de Tom Sawyer a la del marginado social y libre aventurero Huckleberry Finn. Ambos personajes son grandes amigos. Particularmente, el primero es un chico travieso y un pícaro que busca la libertad, la aventura y, en general, escapar a los condicionamientos sociales de la sociedad y de la civilización occidental: estudio efectivo, responsabilidad social, cumplimiento de las leyes legales y sociales, ética civil, espíritu cristiano. Por ello, se distrae en el intercambio de objetos raros de colección, la pesca del río, la estancia en una isla durante algunos días, el amor por la rubia Becky Thatcher, el juego de soldados y piratas, entre otras actividades propias de la adolescencia temprana. Aunque Tom es huérfano se revela en la novela como un verdadero chico inteligente con gran sensibilidad artística en el dibujo y como un líder entre sus compañeros de la pandilla de su barrio, de la escuela y de la iglesia. 

En suma, The Adventures of Tom Sawyer de Mark Twain relata y retrata finalmente la maduración de Tom, tras una serie de travesuras y aventuras con criminales, jóvenes de su pandilla y escapes de la casa de su tía Polly, todas las cuales terminan por cambiar su personalidad pícara. Al mismo tiempo, el episodio del capítulo IV “Presumiendo en la escuela dominical” explaya la importancia de inducir a los niños y jovencitos mexicanos y de todos el mundo a participar en escuelas dominicales de lecturas de versículos y episodios de La Biblia, con el firme propósito de formarlos como personas y ciudadanos de verdad y encauzarlos hacia el amor al conocimiento y la recta moral de un ser humano. 


                                                Obras citadas 

Twain, Mark. The Adventures of Tom Sawyer. New York: Bantam Books, 1981.

lunes, 21 de septiembre de 2020

POSIBLES CANDIDATOS HISPANOAMERICANOS AL PREMIO MIGUEL DE CERVANTES 2020

                                            ÓSCAR ROBLES


JORGE LUIS BORGES, PREMIO MIGUEL DE CERVANTES EN 1979

¿Acaso una mexicana o un mexicano puede llevarse el Premio Miguel de Cervantes en 2020? En el siglo XXI, México se acreditó cuatro preseas del que es considerado como “el Premio Nobel en Lengua Española”. De ellos, ya murieron Sergio Pitol, José Emilio Pacheco y Fernando del Paso y sólo sobrevive Elena Poniatowska. La otra posibilidad es que sea premiado un escritor hispanoamericano. 

En estos meses previos a noviembre, se alistan y se enlistan otros posibles artistas aztecas de la palabra. Así, podrían ser posibles candidatos varios escritores que cuentan con una gran trayectoria literaria. Entre ellos, se encuentran los novelistas Ángeles Mastretta (1949—), Carmen Boullosa (1954--), Silvia Molina (1946—), Sabina Berman (1955--), Juan Viloro (1956--), David Toscana (1951--), Jorge Volpi (1968—) y Pedro Angel Palou (1966--); y los poetas Eduardo Lizalde (1927—), Homero Aridjis (1940-), Francisco Hernández (1946--), David Huerta (1949--), Fabio Morabito (1955--) y Jorge Esquinca (1957--), entre otros. 

En general, los hispanoamericanos tienen su gran oportunidad este año, puesto que el poeta español Joan Margarit recibió el Premio Miguel de Cervantes en 2019. ¿Quiénes pueden ser firmes candidatos a este premio entre los casi veinte países de Hispanoamérica? Pueden emerger los nombres de los novelistas argentinos Luisa Valenzuela (1938—) y César Aira (1949—). De Perú, surgen como posibles candidatos el novelista Alfredo Bryce Echenique (1939—) y el poeta Carlos German Belli (1927--); de Colombia, Fernando Vallejo (1942--). El novelista boliviano Edmundo Paz Soldán (1967--) es otro posible candidato. Hay cuatro chilenos de prosapia: los novelistas Ariel Dorfman (1942--), Isabel Allende (1942—), Antonio Skármeta (1940—) y Alberto Fuguet (1964—). De Centroamérica, aparece la poeta costarricense Ana Istarú (1960—) como perteneciente a una más reciente promoción de escritores hispanoamericanos. Del Caribe, el dominicano José Alcántara Almánzar (1946—), los cubanos Jose Kozer (1940--) y Zoe Valdes (1959--) y el puertorriqueno Luis Rafael Sanchez (1938--) también podrían perfilarse. Sin duda, hay más escritores con suficientes meritos literarios. Asimismo, no se descarta que surjan sorpresas con algún escritor joven o de una nación no premiada con anterioridad. 


1. DOS PREMIOS SUCESIVOS A HISPANAOMERICANOS EN EL SIGLO XXI 

He aquí un poco de historia muy reciente de este galardón otorgado por España y un recuento geográfico de Hispanoamérica. En 2016, el novelista español Eduardo Mendoza recibió el Premio Miguel de Cervantes. Entonces, la uruguaya Ida Vitale se hizo acreedora a este prestigioso galardón de las letras hispánicas en 2017. En 2018, el agraciado con el premio fue el nicaragüense Sergio Ramírez. De este modo, se concedió este premio a dos escritores hispanoamericanos en dos años sucesivos. Finalmente, el español Joan Margarit se lo llevó a sus vitrinas en 2019. Si la opción de la Academia de la Lengua Española se inclina por premiar a un hispanoamericano, el próximo escritor ganador será originario de una de las siguientes cuatro regiones del continente americano donde se habla y se escribe en español: Norteamérica, el Caribe, Centroamérica o Sudamérica. En Norteamérica se ubican México y los Estados Unidos; en el Caribe, Cuba, República Dominicana y Puerto Rico; en Centroamérica, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica y Panamá; en Sudamérica, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay. 


2. NACIONES PREMIADAS CON EL MIGUEL DE CERVANTES

El Premio Miguel de Cervantes fue creado en 1976, así que tiene cuarenta y cuatro años de historia. El nombre oficial de esta presea es Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes. Cada año, el Ministerio de Cultura de España evalúa cuidadosamente las propuestas de todas las Academias de la Lengua de todos los países hispánicos y se encarga de nombrar oficialmente al ganador. Los países con más premios son los siguientes: España con veintitrés; México, con seis; Argentina, con cuatro; Chile, con tres; Cuba, con tres; Uruguay, con dos; Colombia, con uno; Paraguay, con uno; Perú, con uno; y Nicaragua, con uno. En especial, las naciones no premiadas son las siguientes: Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela, Bolivia y Ecuador. En especial, el argentino Jorge Luis Borges y el español Gerardo Diego fueron premiados en 1979. Así, por única vez en la historia se otorgó el premio a dos escritores en un mismo año. 


3. EL ÚLTIMO MEXICANO PREMIADO: FERNANDO DEL PASO, AUTOR DE NOTICIAS DEL IMPERIO 

Los escritores mexicanos con este premio en sus vitrinas son los siguientes seis: 1) Octavio Paz fue honrado en 1981; 2) Carlos Fuentes, en 1987; 3) Sergio Pitol, en 2005; 4) José Emilio Pacheco, en 2009; 5) Elena Poniatowska, en 2013; 6) Fernando del Paso, en 2015. Así pues, México no ha recibido el premio Miguel de Cervantes en los últimos cuatro años. Especialmente, México ha obtenido cuatro premios Miguel de Cervantes entre 2005 y 2015. Entonces, se ve difícil que la Academia acredite a otro escritor mexicano con esta importante presea literaria. 

El último mexicano condecorado fue el novelista y periodista Fernando del Paso Morante (1935—2018). Este escritor es autor del poemario Sonetos del amor y de lo diario (1958) y de las novelas José Trigo (1966), Palinuro de México (1976), Noticias del imperio (1986) y Linda 67: Historia de un crimen (1995). 

Fundamentalmente, su brillante novela Noticias del imperio pertenece a la corriente literaria de la Nueva Novela Histórica Latinoamericana. El texto consta de veintitrés capítulos, es una novela polifónica, explora la historia y la cultura mexicana y europea y utiliza diversos y poderosos narradores. Uno de los más intensos e imaginativos narradores es la monologante voz en primera persona de la protagonista Carlota de Bélgica, esposa de Maximiliano de Habsburgo. En particular, esta voz narradora construye una vigorosa y profunda subjetividad femenina con episodios de locura y lucidez. Asimismo, la larga e interesante trama se concentra en el breve periodo histórico de la Intervención Francesa en México y del Imperio Mexicano de Maximiliano de Habsburgo y Carlota, durante los años 1863-1866. También, la obra abarca el periodo de 1861 a 1927 con abundantes peripecias, personajes ficcionales e históricos y abundantes referencias a la historia de México, los Estados Unidos y Europa. En especial, la novela detalla la permanencia de la emperatriz Carlota en el Castillo de Bouchout, durante el año de 1927, presa de su locura y algunos destellos de lucidez mental. 


4. LOS GANADORES DEL PREMIO MIGUEL DE CERVANTES
 (1976-2019) 

 He aquí los escritores ganadores del Premio Miguel de Cervantes entre 1976 y 2019. Aparecen ordenados por nacionalidades y se incluye una obra representativa por cada autor. 

1. LOS VEINTIDÓS ESPAÑOLES 

Jorge Guillén, Cántico (poemario, 1950); Dámaso Alonso, Hombre y Dios (poemario, 1955); Gerardo Diego, Manual de espumas (poemario, 1924); Luis Rosales, La casa encendida (poemario, 1967); Rafael Alberti, Sobre los ángeles (poemario, 1929); Gonzalo Torrente Ballester, Los gozos y las sombras (novelas, 1957-1962); Antonio Buero Vallejo, En la ardiente oscuridad (novela, 1950); María Zambrano, El hombre y lo divino (ensayo, 1973); Francisco Ayala, El jardín de las delicias (novela, 1971); Miguel Delibes, La hoja roja (novela, 1959); Camilo José Cela, La colmena (novela, 1951); José García Nieto, Geografía es amor (poemario, 1955); José Hierro, Tierra sin nosotros (poemario, 1947); Francisco Umbral, Mortal y rosa (diario, 1975); José Jiménez Lozano, El grano de maíz rojo (novela, 1988); Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama (novela, 1955); Antonio Gamoneda, Edad (poemario, 1987); Ana María Matute, Los hijos muertos (novela, 1959); Juan Marsé, Últimas tardes con Teresa (novela, 1966); José Manuel Caballero Bonald, Entreguerras (poemario, 2012); Juan Goytisolo, Señas de identidad (novela, 1966); y Eduardo Mendoza, La verdad sobre el caso Savolta (novela, 1975); Joan Margarit, Casa de Misericordia (poemario, 2008). 

 2. LOS SEIS MEXICANOS 

 Octavio Paz, Libertad bajo palabra: obra poética (1935-1957) (poemario, 1960); Carlos Fuentes, La muerte de Artemio Cruz (novela, 1962); Sergio Pitol, El desfile del amor (novela, 1984); José Emilio Pacheco, Tarde o temprano (poemarios, 2009); Elena Poniatowska, La noche de Tlatelolco. Testimonios de historia oral (crónica, 1971); y Fernando del Paso, Noticias del imperio (novela, 1986). 

 3. LOS CUATRO ARGENTINOS 

Jorge Luis Borges, Ficciones (cuentos, 1944); Ernesto Sábato, Sobre héroes y tumbas (novela, 1961); Adolfo Bioy Casares, La invención de Morel (1940); y Juan Gelman, Hechos y relaciones (poemarios, 1980). 

4. LOS TRES CHILENOS Jorge Edwards, Los convidados de piedra (novela, 1978); Gonzalo Rojas, Oscuro (poemario, 1977); y Nicanor Parra, Poemas y antipoemas (poemario, 1954); 

5. LOS TRES CUBANOS Alejo Carpentier, Los pasos perdidos (novela, 1953); Dulce María Loynaz, Jardín (novela, 1951); y Guillermo Cabrera Infante, Tres tristes tigres (novela, 1967). 

 6. LOS DOS URUGUAYOS Juan Carlos Onetti, El astillero (novela, 1961); Ida Vitale, Poesia reunida (1949-2015) (poemario, 2015). 

7. EL PARAGUAYO Augusto Roa Bastos, Hijo de hombre (novela, 1960). 

8. EL PERUANO Mario Vargas Llosa, La guerra del fin del mundo (novela, 1981). 

9. EL COLOMBIANO Álvaro Mutis, Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero (novelas, 1993). 

10. EL NICARAGÜENSE Sergio Ramírez, Margarita está linda la mar (novela, 1998) 

Curiosamente, no ganaron el Premio Miguel de Cervantes los mexicanos Juan Rulfo y Elena Garro, el colombiano Gabriel García Márquez, el chileno José Donoso, el argentino Julio Cortázar y el nicaragüense Ernesto Cardenal, entre otros superestrellas de la literatura hispanoamericana. Sin embargo, un hispanoamericano puede ser el triunfador en noviembre de 2020. Especialmente, algunos escritores veteranos muy destacados de Hispanoamérica esperan ser los agraciados. 

¿Cuál es su escritor hispanoamericano favorito para ganar el Premio Miguel de Cervantes en 2020? Seguramente, cada lector y cada crítico literario tienen su propia opinión muy personal. Basta abrir un libro de historia de la Literatura Hispanoamericana para darse cuenta de la gran cantidad y calidad de escritores que están vivos y muy activos en su producción literaria durante el siglo XXI. Particularmente, las nuevas generaciones posteriores al Boom y al Post-Boom están creando nuevas obras llenas de imaginación creadora y dando un gran testimonio de las nuevas realidades sociales y nacionales de Hispanoamérica.

LUIS H. ALVAREZ, UN PILAR DE LA DEMOCRACIA MODERNA EN MEXICO

                                                                 ÓSCAR ROBLES 


Luis Héctor Álvarez Álvarez [1919-2016] fue alcalde de la ciudad de Chihuahua en el trienio 1983-1986, como representante del Partido Acción Nacional [PAN]. Este evento político está ligado profundamente al surgimiento del Movimiento Democratizador durante la década de los ochenta en México. Por este motivo, Álvarez es un ilustre adalid de la democracia moderna en la historia de México durante el siglo XX y el siglo XXI. Su larga lucha civil y política ha contribuido a la saludable alternancia de partidos políticos de centro, izquierda y derecha en los gobiernos municipales, estatales y federales, entre la década de los ochenta y el siglo XXI. 

Como parte de este proceso de la democracia electoral moderna, han surgido otras alternativas de gobierno durante la segunda década del siglo XXI: El Movimiento de Regeneración Nacional [MORENA], el triunfo del actual presidente Andrés Manuel López Obrador [2018-2024] y la presencia fuerte de MORENA en Chihuahua. Aunque la democracia electoral es más fuerte y vigorosa en el presente siglo, la sociedad no vive una democracia plena en su vida privada y pública, ya que las instituciones de civilización no funcionan debidamente y han sido afectadas y trastocadas por diferentes tipos de violencia, por el consumismo recalcitrante, por el materialismo crudo, por la explotación laboral y por los excesos de diversión derivados de lo que Mario Vargas Llosa llama “La civilización del espectáculo”. 

En este contexto político y social, los mexicanos deben recobrar el legado de don Luis H. Álvarez. El chihuahuense fue un modelo de civilidad, activismo político, democracia y buen gobierno. Junto a Álvarez, otros cinco alcaldes del mismo PAN y uno del Partido Socialista de los Trabajadores [PST] también obtuvieron históricos triunfos electorales en el Estado de Chihuahua, durante la década de los ochenta. Entre ellos, destacan Francisco Barrio, quien se llevó el triunfo en las urnas en Ciudad Juárez; Horacio de las Casas, alcalde en Delicias; Miguel Jurado, edil en Parral; y Carlos Aguilar, presidente municipal en Camargo. En tanto, Humberto Ramos Molina de PST gobernó el municipio de Cuauhtémoc. 

Muchos ciudadanos chihuahuenses recuerdan las estoicas y tenaces huelgas de hambre de don Luis en la Plaza de Armas de la ciudad de Chihuahua durante la década de los ochenta. Estas protestas públicas tenían como propósitos la asignación de más recursos económicos para su administración municipal y el respeto a la democracia en las elecciones estatales de 1986. Para ello, Álvarez vivió y sobrevivió dentro de su tienda de campaña. Asimismo, los chihuahuenses y los mexicanos rememoran su trabajo en el Diálogo por la Paz en Chiapas durante la década de los noventa. Aun más: Los ciudadanos más viejos, evocan su lejana y audaz candidatura para la Presidencia de la República en 1958 frente a Adolfo López Mateos, el candidato del Partido Revolucionario Institucional [PRI]. 

Ante todo, Álvarez fue hombre de paz, democracia y justicia y un gran político. Su gran obra fue forjar la democracia moderna a finales del siglo XX. Con el sabio chihuahuense Manuel Gómez Morín, se erigió como uno de los grandes adalides del Partido Acción Nacional [PAN] durante los difíciles tiempos del duro autoritarismo de Estado en el México del siglo XX. Empresario, político y escritor, Álvarez caminó una buena parte de la historia contemporánea de México, ora motivando a la gente para organizar una poderosa y pacífica presencia civil en las diferentes elecciones estatales y federales, ora dirigiendo al PAN a nivel nacional, ora siendo alcalde, ora dialogando y conciliando a los indios y mestizos del sur en el estado de Chiapas. 

El ex-presidente Felipe Calderón lo considera el más grande constructor de la democracia en México. En mayo de 2016, el michoacano lo visitó en su casa de la ciudad de Chihuahua cuando estuvo presente oficialmente en el inicio de campaña de María Eugenia Campos, para competir por la alcaldía de la capital del Estado norteño. Asimismo, Álvarez vivió largas batallas por la democracia al lado del entonces presidente estatal del PAN Guillermo Prieto Luján; del ex-alcalde de Ciudad Juárez y ex gobernador de Chihuahua Francisco Barrio; del ex-diputado federal Eduardo Turati y del candidato a diputado federal Guillermo Luján Peña; de los ex-alcaldes Miguel Jurado, Horacio de las Casas, Carlos Aguilar; y en compañía de otros muchos destacados políticos de Chihuahua. 

 El ilustre político chihuahuense nació en Camargo, Chihuahua. Estudió la carrera de administración de empresas en la Universidad de Texas en Austin. Sus principales actividades políticas son las siguientes: 1) Candidato a gobernador de Chihuahua en 1956; 2) candidato a la presidencia de México en 1958; 3) alcalde de la ciudad de Chihuahua [1983-1986]; 4) Presidente Nacional del PAN [1987-1993]; 5) senador por Chihuahua [1994-2000]; 6) Coordinador para del Diálogo por la Paz en el estado de Chiapas [2000-2006]; 7) Comisionado por el Desarrollo de los Pueblos Indígenas [2006-2009] (“Luis”). 

Don Luis H. Álvarez Álvarez murió en León, Guanajuato el 18 de mayo de 2018. Antes de morir, pudo ver todavía algunos “frutos” de su larga lucha por la democracia y numerosos triunfos de su partido en Chihuahua y en el país. En 2016, Javier Corral ganó la gubernatura del Estado de Chihuahua, María Eugenia Campos se acreditó la alcaldía de Chihuahua capital y el PAN obtuvo decenas de alcaldías y varias diputaciones locales. En pocas palabras, don Luis H. Álvarez fue un buen hombre y un tenaz, sereno y sabio político chihuahuense y mexicano que cubrió más de sesenta años de activismo político y funciones públicas en Chihuahua y México. 


                                             Obras citadas 

 “Luis H. Álvarez.” Wikipedia. La enciclopedia libre. 19 mayo 2016. Fundación Wikimedia, Inc. 21 noviembre 2018. http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_H._Alvarez

lunes, 14 de septiembre de 2020

EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2020 Y LA CRISIS MUNDIAL: ?UN ESCRITOR DE AFRICA, AMERICA, ASIA, EUROPA U OCEANIA?

 

EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2020 Y LA CRISIS MUNDIAL: ¿UN ESCRITOR DE ÁFRICA, AMÉRICA, ASIA, EUROPA U OCEANÍA?

 

ÓSCAR ROBLES

 

 

GABRIEL GARCIA MARQUEZ, PREMIO NOBEL DE LITERATURA EN 1982

         En 2020, comienza una nueva década bajo la segunda recesión económica mundial del siglo XXI y un angustiante tiempo de enfermedad, muerte y desempleo. Sin embargo, aún se mantiene viva la esperanza de que la cultura y la literatura resurjan para fortalecer la vida intelectual, el espíritu humano y la fuerza de la civilización frente a la barbarie y el desorden.

La década 2020-2029 es otro periodo más de la historia de la humanidad, para conceder los grandes, medianos y pequeños premios a los escritores de todo el planeta, tanto a nivel local y nacional como regional e internacional. Entre estos premios, el más grande de todo el orbe es el Premio Nobel de Literatura por historia y por prestigio cultural. ¿Quién puede ganar este trascendental y famoso galardón literario en 2020, en medio de una aguda crisis mundial?

Ha pasado el escándalo sexual de 2018 en la Academia Sueca, la cual otorga los premios Nobel en ciencias, humanidades y la paz. La sociedad padece aún los estragos fatales de la pandemia COVID-19 y las consecuencias funestas de la nueva recesión económica: desempleo, pobre infraestructura física, deudas públicas elevadas, inmigraciones de gente, crimen, violencia y caos urbanos.

En este contexto difícil y complejo, la literatura es muy importante para reflejar el mundo y reflexionar profundamente sobre el mismo, para imaginar y construir originales ideas y emociones, para tomar una alta conciencia de los errores cometidos y corregirlos apropiadamente y, sobre todo, para buscar y encontrar nuevos caminos de modernización económica y cultural en las naciones de todo el mundo. En suma, la literatura, como todo arte, da fuerza a los espíritus humanos de todo el mundo para continuar la vida con gran fe y esperanza en el humanismo, en el conocimiento y en el poder de las culturas nacional y universal. En general, la humanidad tiene confianza en el fortalecimiento de la civilización en todas las regiones del planeta.

Hay diversos candidatos al Nobel de Literatura en 2020. Los cinco continentes pueden concursar con sus escritores para obtener esta valiosa presea. Históricamente, el duelo importante se ha dado entre América y Europa como grandes regiones herederas de la civilización occidental, desde que el francés Sully Prudhomme obtuviera el primer Nobel de Literatura en 1901 hasta el presente año de 2020. Así pues, han transcurrido casi ciento veinte años de ilustre historia de los premios Nobel en el área de literatura. Cabe hacer dos preguntas importantes para mejorar las categorías del Nobel: ¿Por qué no conceder premios a los grandes creadores de las artes plásticas también? ¿Por qué no otorgar este galardón a un arquitecto, un escultor, un fotógrafo o un pintor?

En fin, el Nobel de Literatura nos ocupa este artículo ¿Cuál escritor puede ganar en 2020, en medio de esta profunda crisis mundial del siglo XXI?

 

1.    SIETE ESCRITORES DE AMÉRICA CON EL NOBEL DE LITERATURA EN DIECINUEVE AÑOS (1990-2019)

Siete escritores del continente americano han ganado el Premio Nobel de Literatura desde 1990 a 2019: 1) En 1990, el poeta mexicano Octavio Paz, autor de Libertad bajo palabra (1949); 2) en 1991, el poeta nativo de la isla caribeña de Santa Lucía Derek Walcott, autor de Omeros (1990); 3) en 1993, la novelista norteamericana Toni Morrison, cuya novela Beloved (1987) es muy célebre; 4) en 2001, el novelista trinitario V. S. Naipul, autor de In a Free State (1971); 5) en 2010, el novelista peruano Mario Vargas Llosa, quien publicó su gran novela La casa verde en 1966; 6) en 2013, la novelista canadiense Alice Munro, cuya novela The Love of a Good Woman se acreditó el National Book Critics Circle Award en 1998 en los Estados Unidos; 7) y en 2016, el poeta y cantante estadounidense Bob Dylan.

 

2.    EL DOMINIO EUROPEO EN LA DÉCADA 2010-2019

Los europeos han dominado en la década 2010-2019 con más de la mitad de los galardones. He aquí la lista de los últimos siete triunfadores:

1. El novelista austriaco Peter Handke (2019).

2. La novelista polaca Olga Tokarczuk (2018).

3. El novelista británico-japonés Kazuo Ishiguro (2017).

4. El poeta norteamericano Bob Dylan (2016).

5. La novelista bielorrusa Svetana Alexiévich (2015).

6. El novelista francés Patrick Modiano (2014).

7. La novelista canadiense Alice Munro (2013).

 

3. LOS ESCRITORES LATINOAMERICANOS DE MÁS DE VEINTE PAÍSES DE LENGUAS ESPAÑOLA Y PORTUGUESA

El peruano Mario Vargas Llosa obtuvo el Nobel de Literatura en 2010. Sin embargo, hay una ligera esperanza, un indicio histórico para que Latinoamérica o Hispanoamérica se lleve otro Premio Nobel en 2020. Entre los premios otorgados a Miguel Ángel Asturias (1967) y a Pablo Neruda (1971) median solamente cuatro años de diferencia en tiempo. Estas concesiones a dos hispanoamericanos en un curso de pocos años hicieron pensar en el milagro de que el mexicano Carlos Fuentes pudiera haber repetido ese curioso caso citado y haber ganado el Nobel en la segunda década del siglo XXI. Tras el merecido triunfo de Vargas Llosa en 2010, Fuente podría haberlo ganado en 2011 o 2012. Ambos escritores latinoamericanos  fueron grandes amigos y compañeros del famoso Boom. Pero no fue así desafortunadamente y Fuentes falleció en 2012, dejando una inmensa obra literaria con grandes cuentos, ensayos, dramas y alrededor de veinte brillantes novelas que renovaron la Literatura Hispanoamericana durante el siglo XX y principios del siglo XXI. En un acto de humildad y compañerismo, el propio Fuentes reconoció que el premio a Vargas Llosa era una distinción para todos los escritores del Boom.


PABLO NERUDA, PREMIO NOBEL DE LITERATURA EN 1971


Sin duda, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa integran un trío de grandes productores de numerosos cuentos y novelas de gran calidad artística dentro de la historia del siglo XX. Ellos tres están al nivel del grupo de tres novelistas norteamericanos de la Generación Perdida: William Faulkner, Ernest Hemingway y John Steinbeck, todos los cuales sí ganaron el Premio Nobel de Literatura. Como sostiene el propio Fuentes, la gran narrativa de la primera mitad del siglo XX a nivel mundial pertenece a los estadounidenses; la segunda mitad de dicho siglo relumbra en el concierto mundial por la obra grandiosa y transformadora de los novelistas latinoamericanos.

Sin embargo, entre el Nobel a la chilena Gabriela Mistral (1945) y el del guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1967) hubo un periodo de veintiocho de diferencia. Entre el Nobel a Neruda (1973) y el de Gabriel García Márquez (1982), pasaron nueve años. Entre el de García Márquez (1982) y el de Octavio Paz (1990) transcurrieron ocho años. Entre el de Octavio Paz (1990) y el de Mario Vargas Llosa (2010), ocurrió una espera de veinte años.  

Por su parte, Brasil y la lengua portuguesa no han sido premiados en Latinoamérica. Aunque europeo, un solo lusitano se acreditó el Nobel de Literatura en 1998: José Saramago. En el pasado, la Academia Sueca había dejado fuera al novelista Antonio Lobo Antúnez y a dos destacados poetas portugueses: Fernando Pessoa, el gran creador de los heterónimos Ricardo Reis y Álvaro de Campos, y a Eugenio de Andrade, el gran poeta de las cosas sencillas y la naturaleza hermosa. Sobre todo, esa fundación cultural del norte de Europa no premió con el Nobel al brasileño Jorge Amado, el autor de las novelas Cacao, Los viejos marineros y de esa gran obra que exalta el gran amor por una memorable mujer joven, tierna y sensual Gabriela, clavo y canela. Otros tres famosos artistas de la palabra de dicho país sudamericano de lengua portuguesa tampoco obtuvieron dicha codiciada presea: Cecilia Meirelles, Joao Cabral de Melo Neto y Carlos Drummond de Andrade. En el siglo XXI, Brasil es la tercera economía más poderosa del continente americano y una de las naciones más pobladas del planeta.

 

4.    LOS ESCRITORES EUROPEOS Y LATINOAMERICANOS QUE NO GANARON EL NOBEL DE LITERATURA

En realidad, la historia del Premio Nobel de Literatura incluye numerosas injusticias literarias. Sin duda, es difícil premiar a tantos escritores de tantos países en todo el mundo en sólo doce décadas de creación literaria en el mundo. Por ello, leer y apreciar las numerosas obras de los abundantes creadores de las bellas letras es en sí el mejor premio para todos ellos como grandes imaginadores y pensadores. Por ejemplo, los franceses Émile Zolá (1840-1903), Paul Valéry (1871-1945) y Marcel Proust (1877-1922) no obtuvieron este galardón mundial; tampoco lo recibieron los españoles Benito Pérez Galdós (1843-1920) y Federico García Lorca (1898-1936), el ruso León Tolstoi (1828-1910), el noruego Henrik Ibsen (1828-1906) y el irlandés James Joyce (1882-1941), entre muchos más.

Y Latinoamérica también ha sido centro de varias de estas injusticias literarias. Pudieron haber recibido esta distinción el poeta nicaragüense Rubén Darío o Félix Rubén García Sarmiento (1867-1916); el peruano César Vallejo (1892-1938); el colombiano Álvaro Mutis (1923-2013); los chilenos Vicente Huidobro (1893-1948) y Nicanor Parra (1914-2019); los argentinos Jorge Luis Borges (1899-1986), Ernesto Sábato (1911-2011), Julio Cortázar (1914-1984), Tomás Eloy Martínez (1934-2010) y Ricardo Piglia (1941-2017); el uruguayo Juan Carlos Onetti (1909-1994); el paraguayo Augusto Roa Bastos (1917-2005); los cubanos Alejo Carpentier (1904-1980) y Nicolás Guillén (1902-1989); los mexicanos Alfonso Reyes (1889-1959), Juan Rulfo (1917-1986), Rosario Castellanos (1925-1974) y, por supuesto, Carlos Fuentes (1927-2012), entre otros.

                                                

5.    POSIBLES CANDIDATOS LATINOAMERICANOS AL NOBEL DE LITERATURA 2020

Por Latinoamérica, aguardan recibir este premio mundial la mexicana Elena Poniatowska, el nicaragüense Sergio Ramírez y la uruguaya Ida Vitale, pues los tres han ganado el Premio Miguel de Cervantes durante la cercana década de 2010-2019. Otros posibles candidatos en 2020 y en años venideros podrían ser los siguientes: los mexicanos Eduardo Lizalde (1927—), Carmen Boullosa (1958—) y Ángeles Mastretta (1949—). De Argentina, figuran César Aira (1949—) y Luisa Valenzuela (1938—); de Chile están en la lista posible Isabel Allende (1942—), Jorge Edwards (1931—) y Antonio Skármeta (1940—); de Perú, Alfredo Bryce Echenique (1939—); de Uruguay, Cristina Peri Rosi (1941—), entre otros.

Como los dramaturgos, los poetas de todo el mundo no son tan apreciados por la Academia Sueca en comparación con los novelistas y cuentistas. La década de los setenta fue el último periodo histórico que contó con más poetas laureados con el Nobel, los cuales eran originarios de algunos continentes. En total, fueron cinco poetas los laureados con tal distinción literaria: el chileno Pablo Neruda lo ganó en 1971; el sueco Harry Martinson, en 1974, junto con el novelista sueco Eyvind Johnson; el italiano Eugenio Montale, en 1975; el español Vicente Aleixandre, en 1977); y el griego Odysseas Elytis, en 1979.

Entre los latinoamericanos, los mexicanos han rebosado en candidatos fuertes al Nobel y al Miguel de Cervantes, desde el siglo XX hasta la segunda década del siglo XXI, junto con Argentina, Chile y Perú. En principio, los mexicanos han recibido seis premios Miguel de Cervantes. Uno de estos galardones lo obtuvo en 2013 una prodigiosa novelista y cuentista, quien ha tenido gran éxito de ventas de libros y de crítica literaria. Así pues, el Miguel de Cervantes reluce en sus vitrinas junto a numerosos galardones literarios nacionales e internacionales. Su nombre: Elena Poniatowska Amor. Ella es uno de los cuatro escritores mexicanos más prolíficos de la historia al lado de Alfonso Reyes, Octavio Paz y Carlos Fuentes. Entre sus numerosas obras literarias y periodísticas, sobresalen la célebre crónica La noche de Tlatelolco (1968), la colección de cuentos De noche vienes (1979) y las novelas Hasta no verte Jesús mío (1969), Tinísima (1992) y La piel del cielo (2001). 

Antes, estuvieron en la antesala del Nobel de Literatura el poeta defeño José Emilio Pacheco (1939-2014), el veracruzano Sergio Pitol (1933-200) y el jalisciense Fernando del Paso (1935-2016). Así pues, México ocupa el segundo lugar como país de lengua española con más galardonados con el Premio Miguel de Cervantes, justo detrás de España, en los cuarenta y cuatro años de historia de dicha presea literaria. Ha sido llamado el “Nobel en Lengua Española”.

En realidad, Latinoamérica es un continente con más de veinte naciones. Por ello, posee decenas de escritores que pueden figurar como candidatos al galardón de la Academia Sueca frente a los privilegiados escritores del Primer Mundo de Norteamérica y Europa. Cualquiera que sea el rumbo del Premio Nobel de Literatura en los próximos años, los escritores latinoamericanos mantendrán siempre la esperanza viva de ser acreditados con el preciado galardón mundial otorgado por la honorable Academia Sueca. Sin embargo, siempre surgirá la polémica sobre la supuesta universalidad de la literatura, sobre el peso del canon occidental a partir de la historia literaria europea y sobre la dominante perspectiva del Primer Mundo, para conceder el mejor premio literario mundial a los escritores de los cinco continentes del Planeta Tierra.

 

6. EL CONTINENTE AMERICANO: LOS CANDIDATOS ESTADOUNIDENSES Y CANADIENSES

Hace unos años feneció el brillante novelista norteamericano de origen judío Phillip Roth, quien fue uno de los “eternos” candidatos al Nobel de Literatura. De este modo, la lista de escritores clásicos y veteranos del siglo XX se va reduciendo en América, en Europa y en el mundo en general, durante el siglo XXI. Sin embargo, los Estados Unidos siempre han producido grandes escritores en sus más de dos siglos de historia como nación moderna, republicana y democrática. Por ello, otros cuatro escritores de la región de Norteamérica pueden acreditarse esta presea literaria: los novelistas estadounidenses Joyce Carol Oates, Cormac Mc Carthy, Don de Lillo y Margaret Atwood, quien es canadiense con ciudadanía norteamericana.

En el siglo XX, fueron distinguidos con este importante premio literario internacional once escritores de los Estados Unidos de Norteamérica: Sinclair Lewis (1930), Eugene O`Neill (1936), Pearl S. Buck (1938) Thomas Stearns Elliot (1948), William Faulkner (1949), Ernest Hemingway (1954), John Steinbeck (1962), Saul Bellow (1976), Isaac Bashevis Singer (1978), Joseph Brodsky (1987) y Tony Morrison (1993). En el siglo XXI, sólo el poeta Bob Dylan (2016) se llevó la presea como poeta y cantante de rock. En tanto, la novelista canadiense Alice Munro recibió la distinción del Nobel de Literatura en 2013.

 

7. ESCRITORES DESTACADOS CON EL NOBEL DE LITERATURA EN EL MUNDO

         El Premio Nobel de Literatura ha cubierto un periodo de casi ciento veinte años, entre 1901 y 2020. No se concedió este galardón en 1914, 1918, 1935 y en el periodo de la Segunda Guerra Mundial de 1940-1943. Han obtenido esta presea literaria escritores de las principales lenguas occidentales y orientales y de las más importantes nacionalidades del mundo.

         Entre los escritores ganadores de esta presea y muy conocidos en México y en Latinoamérica, pueden mencionarse a los siguientes:

1922 Jacinto Benavente (España)

1929 Thomas Mann (Alemania)

1934 Luigi Pirandello (Italia)

1945 Gabriela Mistral (Chile)

1948 Thomas Stearns Eliot (Estados Unidos)

1949 William Faulkner (Estados Unidos)

1954 Ernest Hemingway (Estados Unidos0

1956 Juan Ramón Jiménez (España)

1957 Albert Camus (Francia)

1960 Saint John Perse (Francia)

1964 Jean Paul Sartre (Francia)

1967 Miguel Ángel Asturias (Guatemala)

1969 Samuel Becket (Irlanda)

1971 Pablo Neruda (Chile)

1976 Isaac Bashevis Singer (Estados Unidos)

1977 Vicente Aleixandre (España)

1979 Odysseas Elytis (Grecia)

1980 Czeslaw Milosz (Polonia)

1981 Elías Canetti (Bulgaria)

1982 Gabriel García Márquez (Colombia)

1983 William Golding (Reino Unido)

1988 Naguib Mahfuz (Egipto)

1989 Camilo José Cela (España)

1990 Octavio Paz (México)

1992 Derek Walcott (San Salvador)

1993 Toni Morrison (Estados Unidos)

1998 Darío Fo (Italia)

1998 José Saramago (Portugal)

2003 J. M. Coetzee (Sudáfrica)

2005 Harold Pinter (Reino Unido)

2010 Mario Vargas Llosa (Perú)

2013Alice Munro (Canadá)

 

8. EL POLÉMICO PREMIO A BOB DYLAN

         En octubre de 2016, la historia del Nobel literario dio un vuelco sorpresivo. La Academia Sueca decidió premiar a un escritor que se dedica primordialmente a otra profesión o arte, además de la poesía. Su premio causó una gran polémica en el mundo literario. Se trata del cantante de rock y poeta estadounidense Bob Dylan. Ese año de 2016, se mencionaban como posibles ganadores a otros escritores “puros” de carrera, tales como el novelista checoslovaco Milan Kundera, el poeta sirio Adonís, el israelita Amos Oz, el novelista español Javier Marías, el novelista japonés Haruki Murakami y los novelistas norteamericanos Joyce Carol Oates, Don De Lillo, Phillip Roth y Cormac Mc Carthy, entre otros.

         Este polémico Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan en 2016 abre las posibilidades para que otros cantautores puedan acreditarse este trascendental laurel literario, justo dentro de la época cubierta por el poder de la “civilización del espectáculo”. Ya en el pasado, hubo escritores premiados que se desempeñaban principalmente en otras disciplinas del conocimiento humano o profesiones diferentes a la literatura. Estos laureados pueden verse como escritores “ilegítimos”, “híbridos” o “espurios”. Por ejemplo, el historiador alemán Theodor Mommsen se llevó el Nobel de Literatura en 1902; el filósofo francés Henri Bergson, en 1927; el filósofo británico Bertrand Russell, en 1950; y el político inglés Winston Churchill, en 1953.   

Es posible que la Academia Sueca continúe en 2020 y la presente década con su marcado europeísmo del último cuarto de siglo y su preferencia por los narradores o novelistas, dentro de un contexto mundial de bajo crecimiento económico y los efectos nocivos de la pandemia de COVID-19. Entonces, puede ser que el checoslovaco Milan Kundera, el español Javier Marías u otro escritor europeo sea el flamante Premio Nobel de Literatura 2020.

¿Podrá ser el año de un asiático? Otros candidatos de Asia y de Medio Oriente han sido mencionados desde hace varios años, tales como el israelita Amos Oz y el sirio Adonís, entre otros. Por otro lado, el famoso y exitoso novelista japonés Haruki Murakami luce como una carta fuerte para 2020. 

En la primera semana de octubre de 2020, los mexicanos y los latinoamericanos esperan escuchar el nombre de Elena Poniatowska, Sergio Ramírez, Ida Vitale o de algún escritor inesperado del “continente joven”. En 1982, apareció sorpresivamente el nombre del colombiano Gabriel García Márquez como ganador del premio otorgado por la Academia Sueca. Sin embargo, el famoso novelista latinoamericano nunca obtuvo el Premio Miguel de Cervantes y pasó directo por la puerta grande al Nobel de Literatura por su desbordante imaginería literaria, su alquimia de “realismo mágico” y la trascendencia mundial de su ya clásica novela Cien años de soledad (1967). Esta novela de la Nueva Narrativa Hispanoamericana y del Boom latinoamericano es un verdadero hito en toda la historia de la literatura en lengua española, justo al lado de la prodigiosa novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (1605, 1615) del español Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616).

"CIEN ANOS DE SOLEDAD", UNA OBRA CLASICA EN LENGUA ESPANOLA


Que gane el Nobel de Literatura el mejor escritor en octubre de 2020, según el juicio respetable de la Academia Sueca, ya sea un artista de la palabra nativo de África, América, Asia, Europa u Oceanía. 

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