El capítulo IV de The Adventures of Tom Sawyer (1875) del estadounidense Mark Twain (1835-1910) relata una de las numerosas travesuras del protagonista, como parte de una novela picaresca, juvenil y de formación del adolescente. Al mismo tiempo, en esta parte se muestran algunas de las grandes costumbres sociales de los norteamericanos del siglo XIX: enseñar los episodios de La Biblia de manera directa, aprender a recitar versículos, formar personas y ciudadanos por medio de una recta moral o ética y socializar correctamente con adolescentes y adultos en el espacio del templo del pueblo.
Este episodio de la brillante novela de Twain debe servir a los mexicanos para poner en práctica las enseñanzas religiosas, morales, culturales y sociales por medio de una sola actividad semanal y de manera consistente bajo la vigilancia de adultos éticos y expertos. En ese episodio, Tom y los jovencitos del pueblo acuden puntualmente a cumplir dichos deberes bajo la tutela de un maestro que conoce bien La Biblia. Es necesario disminuir el contacto de los niños y jovencitos con los medios de comunicación y con la diversión extrema y prolongada y proporcionarles más actividades de formación humana, moral y civil.
Como se sabe, La Biblia es trascendental en la historia de Occidente, pues ha sido leído por millones de cristianos durante veintiún siglos. El voluminoso libro se divide en el Antiguo Testamento y Nuevo Testamento y, representa al mismo tiempo una gran obra de religión, moral, historia y literatura.
El capítulo citado sobre Tom Sawyer se titula “Showing off in Sunday School” [“Presumiendo en la escuela dominical”]. En la trama de este capítulo, Tom Sawyer recita versos de La Biblia con su prima Mary en casa de la tía Polly. Luego, se baña, se viste con traje y acude al templo del pueblo sureño de St. Petersburg, para asistir a la escuela dominical sobre estudios bíblicos y recitación de versículos. Antes de entrar al recinto religioso, negocia con algunos amigos varios boletos que son otorgados por el maestro por los avances en la competencia de lectura bíblica. En el templo, el señor Rogers cumple su función de maestro y recibe la visita del juez Jeff Thatcher y de otras personas. Ante todos ellos, Tom presenta los boletos necesarios para obtener una Biblia nueva como premio por leer correctamente un total de dos mil versículos. Sin embargo, el astuto maestro sospecha que Tom obtuvo los boletos de manera ilegal. Para exhibirlo públicamente ante los visitantes, le pregunta los nombres de algunos apóstoles y discípulos de Jesucristo. Finalmente, el chico contesta absurda y erróneamente dando los nombres de David y Goliath.
Al final de cuentas, esta gran novela de Twain es una novela de formación del adolescente. En la narrativa, se contrapone la figura de Tom Sawyer a la del marginado social y libre aventurero Huckleberry Finn. Ambos personajes son grandes amigos. Particularmente, el primero es un chico travieso y un pícaro que busca la libertad, la aventura y, en general, escapar a los condicionamientos sociales de la sociedad y de la civilización occidental: estudio efectivo, responsabilidad social, cumplimiento de las leyes legales y sociales, ética civil, espíritu cristiano. Por ello, se distrae en el intercambio de objetos raros de colección, la pesca del río, la estancia en una isla durante algunos días, el amor por la rubia Becky Thatcher, el juego de soldados y piratas, entre otras actividades propias de la adolescencia temprana. Aunque Tom es huérfano se revela en la novela como un verdadero chico inteligente con gran sensibilidad artística en el dibujo y como un líder entre sus compañeros de la pandilla de su barrio, de la escuela y de la iglesia.
En suma, The Adventures of Tom Sawyer de Mark Twain relata y retrata finalmente la maduración de Tom, tras una serie de travesuras y aventuras con criminales, jóvenes de su pandilla y escapes de la casa de su tía Polly, todas las cuales terminan por cambiar su personalidad pícara. Al mismo tiempo, el episodio del capítulo IV “Presumiendo en la escuela dominical” explaya la importancia de inducir a los niños y jovencitos mexicanos y de todos el mundo a participar en escuelas dominicales de lecturas de versículos y episodios de La Biblia, con el firme propósito de formarlos como personas y ciudadanos de verdad y encauzarlos hacia el amor al conocimiento y la recta moral de un ser humano.
Obras citadas
Twain, Mark. The Adventures of Tom Sawyer. New York: Bantam Books, 1981.
No hay comentarios:
Publicar un comentario