miércoles, 16 de octubre de 2019

EL ARCA DE NOE: LAS GENEALOGIAS FAMILIARES Y LA MALDAD


EL ARCA DE NOÉ: LAS GENEALOGÍAS FAMILIARES Y LA MALDAD


ÓSCAR ROBLES



LA BIBLIA: HISTORIA, LITERATURA Y RELIGION Y LIBRO FUNDAMENTAL DE LA HUMANIDAD



La maldad es tan antigua como la humanidad y va conectada a la presencia de la divinidad en La Biblia. Como asunto moral de la humanidad, la maldad es un asunto central de dicho libro y aparece en las diferentes interacciones sociales entre las familias biológicas, las tribus y los pueblos. Como consecuencia, aparecen los castigos y autoridad de Yavé Dios para moldear una moral humana que permita una mejor convivencia social. En la historia del Arca de Noé, la maldad y el crimen aparecen otra vez, como un episodio más de El Génesis.
Luego de la expulsión del paraíso, los primeros dos hijos de Adán y Eva encarnan una humanización de los hijos de Dios y una experiencia de maldad. De esta forma, Caín y Abel protagonizan un episodio de maldad, crimen, pecado y castigo divino entre los seres humanos, según el libro de El Génesis. El hermano mayor comete un violento fratricidio en perjuicio de Abel y, como consecuencia, Dios maldice y condena al asesino a tener malas cosechas y vivir errante sobre la tierra.
          En El Génesis y en toda La Biblia, la maldad se presenta en las familias biológicas, en las tribus patriarcales y en los pueblos. Por ello, La Biblia es un libro trascendental para forjar una moral humana durante la historia de la humanidad y de Occidente, a lo largo de veintiún siglos. En especial, las familias se fundan sobre la base de las genealogías familiares. Por este motivo, aparecen diferentes narrativas de familias, tribus y pueblos, bajo la presencia espiritual de Yavé Dios. La autoridad divina es fundamental para enfatizar el espíritu humano y la moral y para distinguir entre el bien y el mal, la virtud y el vicio, el crimen y el castigo.
En particular, las familias y tribus de El Génesis son patriarcales. Cuando el narrador omnisciente cuenta las historias de las antiguas familias biológicas de dicho libro, resalta más la paternidad que la maternidad por la gran cantidad de referencias a los padres en la mayoría de las sucesiones genealógicas. De este modo, esta perspectiva patriarcal de los libros de El Génesis y aun de El Éxodo determina la autoridad de los patriarcas como jefes de tribus o pueblos. Abraham, Isaac, Jacob [Israel] y Moisés son figuras patriarcales y auténticos líderes de su familia, tribu y/o pueblo.
Así pues, la maldad primigenia surge dentro y entre las propias familias biológicas y dentro y entre tribus y pueblos, de acuerdo a diversas narrativas bíblicas de El Génesis. En particular, las familias aparecen descritas mediante las genealogías familiares, los cuales son largos recuentos de nombres de padres e hijos. De esta manera, se detallan los nombres de los hijos de cada familia, como un testimonio del origen de los hijos de Dios. En varias de las historias bíblicas de las familias biológicas y pueblos, ocurren numerosos actos de maldad, crimen y pecado, como el asesinato de Abel a manos de su hermano Caín, según El Génesis. Estos tres elementos de transgresión de leyes implican una fuerte visión moral del mundo antiguo con los fundadores del pueblo judío viviendo bajo la guía y  autoridad de Yavé Dios.
El Arca de Noé forma parte de El Génesis y es otro episodio más con asuntos de maldad, crimen, pecado y castigo. Noé es el hijo de Lamec y nieto del famoso Matusalén, símbolo de la ancianidad. Este patriarca pertenece a la novena generación de los descendientes biológicos de Adán y Eva. En particular, la historia fantástica del diluvio divino pertenece a Noé y a su familia, con sus hijos fundacionales Sem, Cam y Jafet.
En el tiempo de Noé, los seres humanos se corrompieron y desarrollaron la maldad a niveles exorbitantes, desde la perspectiva divina y bajo el relato del narrador omnisciente. Esos primeros grupos de hombres y mujeres se multiplicaron y fueron más carne que espíritu, según afirma Dios [Génesis 6: 1-4]. Entonces, el Supremo Creador establece que la edad de los humanos no pasaría de ciento veinte años, a diferencias de las primeras generaciones de Adán y Eva, las cuales llegaron a vivir hasta novecientos treinta años (Adán) y novecientos sesenta y nueve años (Matusalén). Curiosamente, en ese tiempo había “gigantes sobre la tierra”, los cuales habían nacido de la unión de los dioses con las mujeres y, por ello, eran “dioses de segunda clase” y se convirtieron en ángeles, según la nota 6.1 de La Biblia (17). Estos gigantes aparecen en el filme Noah (Estados Unidos, 2014) del director judío-norteamericano Darren Aronofsky.
          Como contraparte a la maldad de los grupos humanos, Dios elige al hombre y la familia que son justos y buenos, para continuar en un futuro la especie humana. Cuando la maldad cunde en la tierra entre los seres humanos, Yavé da instrucciones al bueno y justo Noé para que construya la famosa arca o gran embarcación de madera. El arca debería tener las siguientes características, según Dios: 1) Sería de madera de ciprés; 2) mediría ciento cincuenta metros de largo, veinticinco metros de ancho y quince metros de alto; 3) contaría con tres pisos; 4) llevaría en su interior a la esposa y los tres hijos de Noé [Cam, Sem y Jafet], a las esposas de dichos hijos y a numerosas parejas de macho y hembra de aves, animales salvajes y reptiles (Génesis 6-7).
Posteriormente, el diluvio divino es un evento fantástico en la historia de Noé y representa la salvación de los buenos seres humanos que quedaban en un mundo lleno de corrupción moral y pecado. Las torrenciales aguas caen durante cuarenta días y cuarenta noches, justo cuando Noé tiene seiscientos años de edad, y es provocado por la lluvia de las nubes y el cielo y por “los manantiales del fondo del mar” que brotan abundantes aguas [Génesis 6: 11]. Como consecuencia, todos los seres humanos y animales sobre la tierra perecen por la decisión de Yavé Dios, como un castigo divino a la maldad, el crimen y el pecado. Cuando cesa la torrencial lluvia, Noé utiliza a un cuervo y una paloma para saber si la tierra ya es habitable. Cuando la paloma ya no regresa, el patriarca percibe que es la señal para bajar del arca de madera de ciprés.
Así pues, la maldad, el crimen y el pecado son condenados por Yavé otra vez, como una forma de coherencia temática con la dominante visión moral, religiosa y espiritual de La Biblia. Primeramente, Noé rinde tributo a Yavé mediante un altar en la tierra, donde sacrifica aves y animales puros. Entonces, Dios le dice a Noé que los animales, los vegetales y las hierbas serán su alimento cotidiano y condena fuertemente el crimen: “Lo único que no deben comer es la carne con su alma, es decir, con su sangre” y “El hombre deberá responder de la sangre de cualquier hombre, hermano suyo” [Génesis 9: 4-5].
Desde el libro de El Génesis, la maldad y la correcta moral humana son importantes para forjar una mejor convivencia humana entre los diferentes grupos y naciones del mundo. Por esta razón, la perspectiva moral del mundo, el bien y el mal, la virtud y el pecado, la bondad y la maldad, el crimen y el castigo, forman parte de toda La Biblia. Con el transcurso de los siglos, este libro toral es un gran patrimonio cultural de la humanidad y constituye una poderosa doctrina y un vigoroso testimonio para forjar una efectiva moral y una honda espiritualidad en los seres humanos, desde la Época Antigua. Como consecuencia, el Judaísmo, el Cristianismo y el Catolicismo han creado una gran cultura a partir de las historias de La Biblia, tanto templos y catedrales majestuosas como pinturas y murales de gran calidad estética y grandes obras literarias, durante veintiún siglos.
La historia del Arca de Noé culmina con la repoblación de la tierra a partir de la familia biológica del bueno y justo patriarca Noé. Entonces, Dios se compromete a no enviar más diluvios a la tierra para destruir a todos los seres vivientes. Finalmente, Noé planta una viña, se embriaga con vino, queda desnudo en medio de su tienda y maldice a su nieto Canaán, el hijo de Cam, porque este avisó a sus hermanos Sem y Jafet de la situación comprometedora en que encontró a Noé. Como se ve, la maldad resurge otra vez en el seno de la familia biológica, como un continuo y eterno problema de la humanidad: Embriaguez y maldición.
La genealogías familiares vuelven a aparecer en el capítulo 10 de El Génesis, el cual se titula “Mapa de los pueblos”. En esta parte, se expone un recuento detallado de loas genealogías familiares surgidas de la familia de Noé y sus hijos Sem, Cam y Jafet. El primero da origen a los árabes, el segundo a los pueblos de África y el tercero a los europeos, según la nota 10.1 de La Biblia (21). Asimismo, aparecen en esta sección diferentes referencias a ciudades y reinos conocidos en la geografía y la historia del mundo, tales como Babilonia, Nínive, Gaza y las pecadores poblaciones de Sodoma y Gomorra, donde resurgen la maldad y el crimen otra vez.
El capítulo 11 de El Génesis, “La Torre de Babel”, ya no relata historias de maldad, crimen y pecado, sino que sirve para plantear el marco cultural y narrativo de los siguientes episodios de dicho libro generatriz de la humanidad. De este modo, se exponen el asunto de los idiomas y la aparición del patriarca Abram [Abraham] y su esposa Saray [Sara]. Los nuevos seres humanos de la genealogía familiar de Noé construyen una gran ciudad y una colosal Torre de Babel que llegará al cielo, con el propósito de ser famosos y no dispersarse por el mundo [Génesis 11: 1-4]. Sin embargo, la decisión de Dios es opuesta: Dispersa a sus hijos por el mundo y, como consecuencia, surgen diferentes idiomas. Por otro lado, la aparición de dos caldeos cierra dicho capítulo, como si fuera una novela. Estos nuevos protagonistas de las historias bíblicas son el futuro patriarca Abraham y la estéril Sara, quienes vivían en Ur de Caldea con su padre Ter. Ambos son escogidos por Dios para emigrar al país de Canaán, cerca de la antigua Mesopotamia.
En suma, las genealogías familiares y la maldad, el pecado, el crimen y castigo son importantes temas de El Génesis. Por ello, forman parte de una trascendental visión moral del mundo que refuerza la espiritualidad, el bien y la convivencia social armónica entre los seres humanos. Es importante entender la naturaleza de estas historias bíblicas, puesto que el Cristianismo ha forjado una poderosa cultura religiosa y la moral de miles de millones de cristianos a lo largo de veintiún siglos y en los cinco continentes. En el fondo de dichas historias, se encuentran la distinción entre el bien y el mal, la virtud y el pecado el crimen y el castigo y el imperativo moral de respetarse como seres humanos dotados de espiritualidad, bajo la enseñanza directa de la palabra sagrada de Dios.
Cabe una reflexión final sobre El Génesis y El Arca de Noé: ¿Hasta qué punto las recesiones económicas, las crisis sociales, el crimen, la violencia, la corrupción del poder, el crudo materialismo, el consumismo recalcitrante y las guerras del siglo XXI, constituyen un episodio más de la voluntad de Dios, bajo los ejes del bien y el mal, la virtud y el pecado, el crimen y el castigo? Todos estos eventos negativos pueden verse a la luz de la razon y/o de la fe.


Obras citadas


La Biblia. 41a ed. Madrid: Editorial Verbo Divino, 2002.

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