HISTORIA CHIHUAHUENSE, CULTURA REGIONAL Y
MODERNIZACIÓN URBANA EN SEIS MURALES DE ALBERTO CARLOS
ÓSCAR ROBLES
Con preciso dibujo y colores suaves,
los seis murales de 1995 de Alberto Carlos retratan escenas chihuahuenses del
pasado y del presente: Personas de diferentes clases sociales en diferentes
etapas históricas, distintos grupos laborales, episodios históricos de la
Revolución y algunos grupos étnicos en su entorno social y rural. Como
elementos novedosos, el maestro Carlos traza con gran maestría el proceso de construcción
de espectaculares obras públicas: Los primeros ferrocarriles de compañías
estadounidenses y algunas avenidas, autopistas, carreteras y puentes de fines
del siglo XX. En suma, las imágenes son arte y documento social, expresan
belleza y realismo y configuran vigorosas realidades regionales e históricas,
dentro de un impecable estilo realista y un diseño casi fotográfico. Ante todo,
esos seis murales exaltan el fruto del trabajo y del progreso cultural y
económico del Estado de Chihuahua, a lo largo de la historia moderna y
contemporánea de dicha entidad.
1.
EL
PRIMER MURAL: TECNOLOGÍA Y CLASES SOCIALES DEL PORFIRIATO
Estos
seis murales de factura más reciente se encuentran en las paredes de la entrada
al edificio de la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología (DDUE) de la ciudad
de Chihuahua. Fueron pintados en 1995, cinco años antes de la muerte del
artista zacatecano avecindado en Chihuahua. En los tres muros del lado sur, se
ven personajes, obras públicas y tecnología del pasado chihuahuense y mexicano,
trazados mediante la yuxtaposición de escenas o cuadros y con los colores
blanco y negro dominando los volúmenes, a excepción del cielo azulino y el
verde de algunas plantas.
En
el primer muro y el primer mural, se desarrollan escenas del pasado mexicano y
chihuahuense. Primeramente, se advierte una imponente locomotora de vapor con
un carro de carga y dos de pasajeros, cruzando sobre un hermoso y geométrico puente
de piedra. Abajo del ferrocarril, justo a la izquierda, se observan dos parejas
de esposos pintadas en colores blanco y negro, una de la clase alta y otra de
la clase baja, los cuatro se ubican dentro del mismo plano espaciotemporal.
Como rasgo relevante, esta escena representa una foto insertada dentro del
plano mismo del mural, puesto que se ve levantada una orilla del papel. En
especial, la mujer de la clase alta lleva sombrero de ala ancha y sombrilla y
el hombre porta un traje, sombrero de fieltro de ala corta y bigotes
afrancesados. La otra pareja de esposos pertenece a la clase campesina y ambos
están vestidos de ropa blanca de algodón. En particular, los colores blanco y
negro representan una forma de dialogar con el dicromatismo clásico de los
retratos de las primeras fotografías hechas en México, entre finales del siglo
XIX y principios del XX. A la derecha del mismo primer mural, justo abajo, un
campesino levanta tierra con el arado tirado por mulas. El papel levantado de
la foto es una manera sutil de indicar el cambio de tiempo para cambiar al
color, puesto que se ven el verde de un arbusto, el azul oscuro del pantalón de
mezclilla. Las escenas de ferrocarril y campesino labrando la tierra se
encuentran en el mismo plano espaciotemporal.
En general, son imágenes de buena hechura artística que resaltan la
cultura y la historia de México con solido dibujo y figuras realistas, las
cuales se ubiquen posiblemente dentro del periodo histórico de los gobiernos
del presidente Porfirio Díaz (1876-1911).
2.
EL
SEGUNDO MURAL: LA PRESA MAJESTUOSA
El
segundo mural se sitúa en un muro del centro, describe la gran obra pública
hecha por gobiernos en la ciudad de Chihuahua y está pintado en colores suaves.
Aparece una hermosa y enorme presa con sus diques de piedra y los colores
azulinos del cielo y el agua. Justo al frente y en primer plano, tres albañiles
moldean la piedra con marro y escoplo y un indio tarahumara los acompaña,
vestido con calzón y camisa de manta blanca y la diadema de paliacate rojo en
la cabeza. Estos tres trabajadores miden las dimensiones de cada dique y, por
ello, se encomia el trabajo productivo, civilizado y progresista de esta región
norteña. Los tres visten de pantalón de pechera azul de mezclilla, delantal
blanco y sombrero. También se ve la presencia de dos ingenieros vestidos con
ropa color caqui y sombrero ruso, los cuales están analizando unos planos de
construcción. Ellos representan la clase profesional y educada. En general, la
panorámica de la naturaleza, la obra pública y el arduo trabajo humano son
portentosas y se ubican en el mismo plano espaciotemporal. En pocas palabras,
la obra hidráulica luce magnífica y tal vez se trate de la famosa Presa
Chuvíscar construida en 1910. Todas las imágenes humanas y naturales se
caracterizan por un realismo casi fotográfico, de poderío documental. En suma,
la proyección panorámica de la presa es majestuosa con su gran cortina y la
barranca poblada de árboles y, en especial, con los finos y múltiples grietas y
salientes de las piedras. Todo ello es una muestra del gran trabajo artístico
del maestro Carlos.
3.
EL
TERCER MURAL: REVOLUCIÓN MEXICANA, PANCHO VILLA Y TARAHUMARAS
En
el tercer muro, situado al centro, se sobreponen tres escenas sobre Chihuahua:
Un cuadro bélico de la Revolución Mexicana desarrollada entre 1910 y 1917, la
imagen del revolucionario duranguense Francisco Villa y una escena folclórica
sobre la cultura de los indios rarámuri. Primeramente, la Revolución Mexicana
es un evento histórico clave en la historia del Estado de Chihuahua y, por
consecuencia, la primera escena es militar, vista desde un primer plano. Muestra
a cuatro soldados federales vestidos con traje color caqui y tradicionales
quepís, con las carrilleras cruzadas en su espalda. Todos los soldados están
disparando sus fusiles, colocados estratégicamente tras un cerco de diques de
piedra y a su derecha se ven unas llamas rojas de fuego. La segunda escena es
un retrato tradicional del Jefe de la División del Norte, reproducido en blanco
y negro, para dar a la imagen una dosis de verismo y de simulación del pasado histórico.
Es una figura ecuestre del Centauro del Norte: Montado a caballo, el líder
revolucionario aparece en extremo acercamiento. Otra vez, el artista hace
referencia al arte mismo de la fotografía, poniendo un trozo de la foto
levantado, para dejar espacio a la escena indigenista.
La
tercera escena del tercer mural es verdaderamente prodigiosa, llena de cultura
étnica, indigenismo y belleza. Se encuentra justo debajo de la escena militar.
Se mira una escena familiar de los indígenas tarahumaras frente a una típica
casa de adobe y un árbol. Son seis tarahumaras que conviven afuera de la casa
color café claro, cuyos detalles de grietas son brillantes por el pulso fino
del dibujo del maestro Carlos. Una pareja de esposos es el centro de esta parte
y, cerca, aparecen un niño que es su hijo: una mujer vestida de blanco cargando
a su bebé en el clásico morral formado con un rebozo atado a su espalda; y,
finalmente, una mujer mira hacia el frente, con vestido rojo, blusa blanca,
rebozo azul claro y diadema blanca. En especial, el hombre o padre de familia viste
su vestimenta clásica: Calzón de manta blanca, guaraches de correas y diadema
de tela roja en la cabeza. En tanto, el trazo del vestido femenino de la esposa
es francamente de gran factura artística: Es una falda rosa con florecillas rojillas
múltiples, un blusón amarillo con motivos florales y un rebozo blanco. Todos los
detalles del dibujo de los vestidos exponen una destreza casi “puntillista” y
una finura en los pliegues pintados por el pincel del artista zacatecano.
TERCER MURAL DE CARLOS, ESCENA PRIMERA: LOS MILITARES FEDERALES EN LA REVOLUCION MEXICANA |
TERCER MURAL DE CARLOS, ESCENA SEGUNDA: PANCHO VILLA, EL GENERAL REVOLUCIONARIO Y JEFE DE LA DIVISION DEL NORTE |
4.
EL
CUARTO MURAL: EL FERROCARRIL CHIHUAHUA AL PACIFICO, EL PUENTE FERRROVIARIO Y LOS INGENIEROS
Frente a la etapa del Porfiriato
(tecnología moderna, clases sociales y laborales rurales) y la etapa
revolucionaria, se encuentran otros tres murales en un muro central y el muro
del norte. Estos murales contienen vigorosas escenas en tiempos de paz,
progreso económico y alta modernidad. Con estas nuevas y recientes imágenes, se
confecciona el paso a otra etapa histórica de Chihuahua y México, en los dos
murales del lado norte del recinto gubernamental: La época contemporánea en la
segunda mitad del siglo XX. De este modo, el artista pasa de la construcción de
una presa chihuahuense a la Revolución y a la exaltación de un héroe clave en
el Norte de México (Pancho Villa), con un remanso de cultura regional diseminado
en la saludable, sencilla e intemporal vida cultural y familiar de los
rarámuris en el campo chihuahuense. En cambio, estos tres murales de fines del
siglo XX diseñan imágenes de la Chihuahua progresista y dinámica y son de gran
actualidad histórica, puesto que desarrollan otro episodio de la modernización
de la región norteña. Representan autopistas, carreteras, avenidas, puentes y
maquinaria sofisticada y especial. De esta manera, el maestro Carlos demuestra
gran talento creativo para elevar a una categoría artística los nuevos
elementos de la modernidad contemporánea y en esto estriba su brillante aportación
pictórica al patrimonio mural de la ciudad de Chihuahua. Son, en pocas
palabras, nuevos “personajes”, imágenes humanas de obreros, maquinaria y vías
de comunicación más cercanas al siglo XXI. El pulso preciso y firme del pintor,
el gran verismo casi fotográfico y documental y el perfecto colorido de tonos
suaves son sus principales valores estéticos. Pueden, por ello, entenderse como
una especie de “realismo fotográfico”, integrado con escenarios de trabajo
obrero en espacios abiertos, abriendo nuevos panoramas urbanos a los
espectadores chihuahuenses. Es otra vez el culto al trabajo humano y al
progreso económico.
Específicamente,
la pared del centro contiene el cuarto mural de Carlos sobre la obra pública
construida a finales del siglo XX en la
ciudad de Chihuahua. Las imágenes se refieren a la aglutinación creativa de dos
escenas esenciales en los procesos de construcción de avenidas, carreteras y
puentes ferroviarios. En primer término, se observa un recio puente con
columnas de concreto al fondo con el tránsito poderoso y veloz de un
ferrocarril blanco-azulino, bajo el imponente cielo azul, donde flota casi
mágicamente un puente ferroviario metálico con un clásico color naranja, yuxtapuesto
como una escena fantástica del cine moderno. Abajo, pasa una avenida o carretera
de cuatro carriles en curva y al fondo se ven casas blancas con trozos
descubiertos que muestran los adobes de tierra. En segundo lugar, justo al
frente de dicha escena tecnológica, dos personas trazan y planean en el primer
plano algunas construcciones sobre la tierra, dentro de otro plano
espaciotemporal. Estas imágenes pueden verse como un tiempo de trabajo humano,
de ingeniería moderna, anterior a la construcción del prodigioso puente
ferroviario de arriba. Uno de los hombres es un técnico profesional
contemporáneo que se encuentra en plena actividad, midiendo la distancia con el
clásico teodolito ubicado en un tripié como patas de araña. Viste pantalón de
mezclilla azul, camisa blanca y casco amarillo. Justo frente a este técnico, se
advierte a un laborioso y meditativo ingeniero civil sentado frente a una larga
mesa de trabajo, quien está revisando detenidamente unos planos de construcción.
En conjunto, la escena panorámica y ambiental externa y la escena de trazo y
planeación se aglutinan en este cuarto mural, casi como una escena de
documental cinematográfico, mediante la técnica del recuadro, para representar
la moderna obra pública creada por los gobiernos mexicanos contemporáneos Son los
puentes que sirven para la circulación del tren y las rápidas carreteras para
los vehículos automotores: La nueva tecnología de fines del siglo XX, los
nuevos “personajes” del muralismo chihuahuense y mexicano.
5.
EL QUINTO MURAL: LAS MODERNAS AVENIDAS Y CARRETERAS, LOS OBREROS Y LA MAQUINARIA DE CONSTRUCCION
El quinto mural se ubica en un muro del
lado norte de la citada oficina gubernamental municipal. Son otros dos
episodios visuales de la construcción de avenidas, carreteras y puentes en la
ciudad de Chihuahua, todos ellos yuxtapuestos como en la técnica del documental
cinematográfico o de los murales clásicos. En la primera escena, las vibrantes
y vivas imágenes combinan el vuelo espontáneo de numerosas palomas blancas
sobre una carretera de cuatro carriles, dotada de moderno alumbrado en los
camellones. En especial, se divisa el Cerro Grande al fondo de dicha arteria.
Más al fondo de dicho cerro, yuxtapuesta en otro plano espaciotemporal, se
erige una vista aérea y lejana de un sector de las carreteras y puentes en
formas geométricas y un tanto borrosas, todo lo cual revela una poderosa
narrativa visual de la modernidad, el progreso y la construcción de obras
públicas en la capital de dicho estado norteño. En especial, el vuelo de las
aves parece señalar el alborozo y la celebración de la naturaleza en medio de
la obra pública recién construida y esta escena se encuentra enmarcada en una
especie de burbuja.
En
el mismo quinto mural de la pared del centro, el trabajo humano productivo se
convierte en el centro de la mirada del artista chihuahuense por adopción,
justo debajo de la avenida y las palomas citadas. En esta escena de gran
factura artística, dos obreros ejecutan su trabajo entre montones de tierra,
mediante la utilización de poderosas y “sonoras” máquinas. Esta escena
representa posiblemente una proyección al pasado de la avenida construida
arriba y son imágenes de trabajo arduo ubicadas dentro del mismo pasado
inmediato de finales del siglo XX. En particular, las dos máquinas lucen con
fino dibujo y precisión fotográfica. En primer plano, un obrero usa una pesada
máquina aplanadora y luce muy concentrado en su trabajo. Viste pantalón café
claro, camiseta blanca y gorra roja. Al fondo, dentro de la misma escena, se
mira un pesado camión de carga color blanco visto desde atrás y, sobre un
montón de tierra, un obrero conduce una colosal excavadora color amarillo y
negro, con un gigantesco brazo mecánico deslizándose hacia abajo del montón.
Fotografía y pintura se funden con impecable trazo de pinceles y colores,
dentro de la estética de un gran realismo contemporáneo.
EL QUINTO MURAL DE CARLOS: LAS MODERNAS AVENIDAS Y CARRETERAS, LOS OBREROS Y LAS PESADAS MAQUINAS DE CONSTRUCCION |
6.
EL
SEXTO MURAL: EL PRODIGIOSO PUENTE DE CONCRETO
La
pared del norte también contiene el sexto mural de Alberto Carlos. Esta pintura
parece continuar o integrarse sutilmente a la narrativa de los murales cuarto y
quinto. Es una animada y precisa secuencia de la construcción de un puente de
concreto, el cual puede ser tal vez el mismo del cuarto mural. Fundamentalmente,
se divisa en este sexto mural a dos obreros colocando duras y corrugadas
varillas de metal en los gruesos y enormes pilares de concreto, utilizando una moderna
máquina especial. Uno de los obreros viste pantalón de mezclilla azul y
camiseta y gorra color gris oscuro; el otro trae un pantalón amarillo y camisa
blanca. Arriba de estos dos obreros, en el mismo plano espaciotemporal, se
yergue majestuoso el geometrismo preciso y gris claro del puente sobre sus
columnas, bajo el azulino cielo y algunas nubes blancas. Al fondo, un poderoso
vehículo amarillo remueve la tierra con su poderosa aspa o pala de metal. En
especial, el trazo de los montículos de tierra revueltos con piedras y la
exacta dimensión de puente y maquinaria dotan de gran verismo a esta escena
laboral y maquinista propia del
trabajo obrero contemporáneo. Esencialmente, este sexto mural puede verse como
la obra más acabada de este nuevo realismo contemporáneo que explora el maestro
Carlos con gran destreza pictórica.
7.
EL
MAESTRO CARLOS: EL REALISMO FOTOGRÁFICO Y EL PROGRESO CHIHUAHUENSE
Con estos seis murales de la DDUE de
la ciudad de Chihuahua, el maestro Alberto Carlos reproduce y reconcentra
secuencias y episodios de la historia de Chihuahua. Con sus imágenes brillantes
y vigorosas, su fino imaginario artístico “viaja” del Porfiriato a la Revolución
Mexicana, de la Presa Chuvíscar a las carreteras y puentes de fines del siglo
XX, con episodios centrales que resaltan el trabajo humano y la obra pública de
Chihuahua y de México. Con estas obras históricas y artísticas, el excelso
pintor traza una visión regional poderosa y rica de la civilización y la
cultura chihuahuenses, bajo el capitalismo contemporáneo y la republica federal
y democrática mexicana, introduciendo nuevos “personajes”, objetos y
perspectivas visuales. Fundamentalmente, el espléndido artista zacatecano
construye una perspectiva variada y plural de la región norteña: Modernización,
tecnología, clases sociales, actividades laborales, movimientos revolucionarios
y grupos étnico-raciales son sus grandes ejes como un evolutivo creador
cultural y artístico: Como un gran mexicano.
De
esta manera, el estilo puramente realista y las imágenes casi documentales y
fotográficas de Carlos ensalzan y realzan sus figuras y espacios, con fino
dibujo, bello y suave colorido y la inclusión parcial de la técnica del blanco
y negro, para definir especialmente los retratos de las clases sociales durante
el Porfiriato y de Pancho Villa y establecer su autorreferencial artística con
la sutil imagen del papel ligeramente doblado.
En
tanto, la yuxtaposición de escenas y recuadros en los seis murales enriquece
los tiempos históricos, las actividades laborales y productivas y la
perspectiva multiespacial, poderosamente aglutinante, descriptiva y narrativa.
Entre la visión panorámica ambiental, el retrato de humanos y la escena
narrativa, sus seis murales de hechura más reciente manifiestan el supremo
talento creativo del maestro Carlos. Sin duda, el pintor es un preciso conocedor
de la técnica del mural, del dibujo, de la pintura caballete y de la escultura.
Con estas técnicas artísticas, el artista proyecta su variada creatividad.
Regionalista y nacionalista, perspectiva positiva y constructiva, el pintor
mexicano configura a un pueblo chihuahuense progresista y plural, que recurre a
las tecnologías modernas para avanzar con la gran alianza entre sociedad y
gobiernos. Plasma una belleza realista, histórica, documental.
8.
EL
MAESTRO ALBERTO CARLOS: UN GRAN MURALISTA, UN VERSÁTIL ARTISTA
Alberto
Carlos (1925-2000) nació en Fresnillo, Zacatecas. Hizo su carrera magisterial y
artística en la ciudad de Chihuahua principalmente. Fue maestro de arte en la
entonces Escuela de Bellas Artes y en la antigua Escuela de Filosofía y Letras
de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH). Entre sus múltiples obras
artísticas, destacan sus recios autorretratos, los retratos de tarahumaras, los
dibujos para ilustrar el libro Las Mil y una Noches Mexicanas (1986) del
mexicano José Fuentes Mares, los dibujos sobre Don Quijote de la Mancha, la
escultura en metal El Hombre Nuclear (Instituto
Tecnológico de Chihuahua), su pintura en acrílico Periodismo trascendente (Congreso del Estado de Chihuahua) y el
mural alegórico sobre la justicia con Don Quijote de la Mancha como uno de sus
personajes centrales (Facultad de Filosofía y Letras de la UACH).
Finalmente,
Alberto Carlos es un artista muy rico que supo crear obras y ajustarse a los
nuevos tiempos mexicanos, con murales altamente imaginativos, simbólicos y alegóricos
de excelente factura artística, con obras de tema histórico y regional, con pinturas
realistas y experimentales, con temas científicos usando materiales reciclables
y con obras de arte para las nuevas y colosales obras públicas del fin de
milenio, dibujos, pinturas y esculturas. Su obra va de los temas personales
(autorretratos, retratos de familia) a los públicos (periodismo, historia,
educación); del onirismo (faunas y cavernas alegóricas) a la ciencia (v. gr. El hombre nuclear); de la cultura
occidental (el periodismo, las guerras mundiales, el capitalismo occidental) a
la cultura regional (los tarahumaras); de lo puramente artístico a lo histórico;
del realismo fotográfico (construcción de avenidas, carreteras, ferrocarriles, máquinas
de construcción y puentes) al simbolismo excelso y colorido (alegorías de la
justicia y el periodismo); de la fauna y la flora regional (v. gr. el ganado Hereford
o cara blanca) a las progresistas construcciones públicas contemporáneas de Chihuahua.
Una
muestra de esta variedad creativa del maestro Alberto Carlos se vio en la gran exposición
Legado para Chihuahua de Alberto Carlos y
Benito Nogueira, mostrada en el Museo
Casa Chihuahua durante el verano de 2014; se miró y admiró en los cuadros y las grandes obras
murales y escultóricas dejadas como herencia artística en los espacios públicos
de Chihuahua, tales como el Congreso del Estado, la Universidad Autónoma de
Chihuahua, el Instituto Tecnológico de Chihuahua, la Dirección de Desarrollo Urbano
y Ecología del Municipio de Chihuahua, el Hotel Fiesta Inn y otros ámbitos del
enorme estado norteño.
En
conclusión, los seis murales de la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología
(DDE) dejan otro valioso y vigoroso testimonio artístico del maestro Alberto
Carlos, pintados justo cinco años antes de su muerte. Estas imágenes responden
y corresponden a la modernización capitalista en tiempos de la globalización, a
la historia y la cultura tradicional de Chihuahua. Son pinturas que forman
parte del patrimonio cultural de la región y significan una aportación al arte mural
y público de los chihuahuenses.
Los
gentiles lectores pueden leer en el presente Blog los siguientes artículos
sobre Alberto Carlos: 1) “Alberto Carlos y Benito Nogueira en el Museo Casa Chihuahua: Acuarelas,
retratos, fantasías oníricas, dibujos y otras obras”, el cual fue publicado el jueves
14 de agosto de 2014; 2) “Mural sobre la justicia de Alberto Carlos en la Universidad
Autónoma de Chihuahua”, el cual apareció el domingo 9 de noviembre de 2014; 3)
“Hombre Nuclear de Alberto Carlos: Escultura
con desechos de metal en el Tecnológico de Chihuahua”, el cual salió a la luz pública
el miércoles 17 de junio de 2015.
[TODAS LAS FOTOS DE ESTE ESCRITO FUERON TOMADAS POR OSCAR ROBLES]
[TODAS LAS FOTOS DE ESTE ESCRITO FUERON TOMADAS POR OSCAR ROBLES]
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