martes, 13 de marzo de 2018

LA CASA DE CAMPO DE LOS GAMEROS EN CHIHUAHUA: ELEMENTOS DEL "ART NOUVEAU"


LA CASA DE CAMPO DE LOS GAMEROS EN CHIHUAHUA: ELEMENTOS DEL ART NOUVEAU




ÓSCAR ROBLES




          Fue la antigua casa de campo de la prominente familia Gameros y luego pasó a ser propiedad de la familia Russek. Se sitúa en lo que antes era llamada la zona de Las Quintas y ahora es conocida con el nombre de Avenida Zarco. Es de un muy sobrio estilo Art Nouveau.
Su fachada externa luce imponente y refinada. Le dan suprema belleza el suave color crema de sus muros frontales, varias pinturas florales en sus techos y parte superiores de las ventanas, dos angelillos desnudos de mármol en la entrada principal, dos mascarones en columnas de mármol [un rugiente león y un rostro humano], un vistoso techo verde aguamar, un redondeado torreón coronado con techo de metal y diversas columnas de cantera en diferentes partes de la vivienda.


LA CASA DE CAMPO DE LA FAMILIA GAMEROS EN LA AVENIDA ZARCO [HOY TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y ADMINISTRATIVA]


          La familia Gameros fue propietaria de esta quinta y de la flamante Quinta Gameros [hoy Centro Cultural Universitario “Quinta Gameros”]. La segunda ha sido una de las grandes joyas artísticas de la ciudad de Chihuahua durante más de un siglo y es considerada como una obra quintaesencial del Art Nouveau en la ciudad de Chihuahua. Esta ilustre casa se encuentra justo en la esquina del Paseo Bolívar y calle Cuarta, dentro de los límites del populoso Centro Histórico.
          En cambio, la casa de campo de los Gameros es una fina construcción ubicada en el número 2656 de la famosa Avenida Zarco, la cual es una amplia avenida y una zona privilegiada donde convergen antiguas mansiones de diversos estilos como el hispano-californiano, el sureño norteamericano, el estilo inglés y la típica quinta californiana. Desde 2006, esta bella vivienda de los Gameros es sede del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, según informa uno de los altos funcionarios de dicho recinto judicial. Su refinada belleza impacta de inmediato a los viandantes que transitan por esa área relativamente cercana al Centro Histórico, dentro de una ciudad extendida que ya cuenta con alrededor de ochocientos sesenta y siete mil habitantes, según cifras estimadas.
          En la fachada externa de esta antigua casa de campo, se observan paredes de un delicado color crema, columnas e incrustaciones estilizadas de cantera, un barandal breve de cantera como pretil, un torreón con techo de lámina en forma de cono en el lado oeste y cuatro columnas de cantera en la entrada principal, las cuales son coronadas por los dos dulces angelillos desnudos. Especialmente, se observan diversos motivos vegetales y florales pintados cerca de los techados de lámina y arriba de las ventanas. . . Oh, delicia francesa del Art Nouveau. Puede verse como una casa “bien estilera” o de curioso estilo, como tal vez dirían la gente común de la ciudad de Chihuahua.
          El patio es enorme. Tiene unos cuartos independientes pintados de color crema y escaleras en la parte trasera, para entrar por lo que hoy es la puerta de entrada al Tribunal. Un policía de guardia cuenta que el patio abarcaba en realidad hasta la calle trasera, puesto que era una casa de campo hace casi un siglo. Era, pues, una casa de retiro para una familia propia de la clase alta chihuahuense. Perteneció primero a los Gameros y luego a los Russek, según indica el mismo funcionario judicial federal. Antes de 2006, fue propiedad de Casa INBURSA. Incluso, algunos miembros de la familia Russek Valles han ido a mostrar el inmueble a diversas personas, señala este funcionario del citado tribunal federal que no quiso dar su nombre. Por su parte, una empleada del juzgado federal apuntó que esta casa perteneció a la familia Russek Gameros. Posiblemente, la señorial quinta fue propiedad de Manuel Russek Gameros, el ex director de Gobernación bajo el gobierno de Manuel Bernardo Aguirre (1974-1980).
          Fundamentalmente, esta mansión se caracteriza por ser una de las más bellas y elegantes de la histórica Avenida Zarco. El inmueble está muy cerca de la calle 28, justo a un lado de la Quinta Ofelia [hoy Funeraria La Piedad]. Sus canteras emanan gran belleza, sus pinturillas vegetales y sus techos color aguamar proyectan un sobrio refinamiento del clásico estilo francés de principios del siglo XX y sus angelillos muestran gracia y ternura. Esta mansión es, pues, otra quinta histórica y artística, dentro de la serie de “gemas” de la arquitectura ubicadas en la célebre Avenida Zarco. Todas estas quintas o mansiones se encuentran ubicadas precisamente entre el histórico Sanatorio Palmore y la casa blanca del empresario y ex banquero Eloy Vallina. Especialmente, este largo tramo de la Avenida Zarco abarca desde la antigua calle 28 hasta el crucero con la Avenida Cuauhtémoc, justo donde se halla la plazoleta con el monumento a Joaquín Terrazas y comienza la hermosa zona poblada con diversas casas estilo hispano-californiano, con sus muros blancos y sus techos de tejas rojas. Por esta zona se llega al célebre Parque Infantil.
          Por otro lado, esta majestuosa zona de grandes mansiones cambió su nombre a finales del siglo XIX por iniciativa del entonces ayuntamiento de la ciudad. De este modo, se eliminó el nombre de Avenida Las Quintas y se tomó el nombre de Joaquín Francisco Zarco Mateos (1829-1869), quien fue periodista, político e historiador nativo de la ciudad de Durango. Desde entonces, se conoce como la Avenida Zarco. Los viandantes y turistas pueden recorrer esta avenida y contemplar la belleza señorial y refinada de estas mansiones y hasta admirar las zonas de arcos de piedra como parte del famoso acueducto colonial fundado en 1754, rumbo hacia el oeste, más allá del Sanatorio Palmore.
          Esencialmente, el estilo artístico del Art Nouveau se desarrolló en Europa y los Estados Unidos, entre 1890 y 1914. Se caracteriza por las líneas sinuosas y asimétricas, que sugieren formas orgánicas y la inclusión de esculturas de estilo grecolatino, de arte cristiano y de arte egipcio (“Art Nouveau”). Esta tendencia artística cubrió primordialmente la pintura, la escultura, la arquitectura y las artes graficas. Uno de sus artistas claves es el austriaco Gustave Klimt (1862-1918), el cual combina diseño, artes gráficas y pintura con mujeres sensuales y bellas como personajes centrales cubiertas por enormes mantos áureos de múltiples figuras geométricas.  Una de las obras claves de este pintor es “El beso” (1907-1908).
En especial, la Academia Franz Liszt (1904-1907) se significa por ser un monumento del Art Nouveau, Fue diseñada por Kálmán Giergl y Flóris Korb y está situada en la ciudad de Budapest, Hungría (“Liszt Academy”). En su fachada externa, muestra prominentes esculturas de Atlas y numerosos mascarones. En tanto, la sala de conciertos exhibe un gran lujo de detalles en sus techos con motivos forjados en dorado metal.
          Así pues, la ciudad de Chihuahua cuenta con algunas muestras de arquitectura del estilo Art Nouveau. Primeramente, la Quinta Gameros y la Presidencia Municipal o Alcaldía lucen como verdaderas joyas de este arte refinado europeo basado en las líneas asimétricas, las formas orgánicas y/o el adorno con esculturas grecolatinas o de otro arte de la Antigüedad. Finalmente, la mencionada casa de campo de los Gameros de la Avenida Zarco es otra de ellas.


Obras citadas
“Art Nouveau 1890-1914.” Google Arts and Culture. 13 marzo 2018. Google
Cultural Institute.
“Liszt Academy: A Masterpiece of Art Nouveau Style”.  Google Arts and Culture.
13 marzo 2018. Google Cultural Institute.


miércoles, 21 de febrero de 2018

EL DIBUJANTE PRODIGIOSO

EL DIBUJANTE PRODIGIOSO



ÓSCAR ROBLES




        Dibujó al instante varias figuras en su cuaderno con habilidad, presteza y certeza, bajo el impulso de una gran creatividad mientras conversaba sobre su vida. Plasmó en una hoja de cartoncillo la imagen sencilla de una anciana con bastón que caminaba por el Paseo Victoria y luego trazó con suma rapidez un rostro de perfil en otra hoja igual, con trazos sinuosos.
Las dos figuras humanas brotaron de su lápiz mágico y gris en sólo unos minutos cuando estaba sentado en una banca de madera de la Avenida Independencia, justo al lado mío. Estábamos cerca de la Plaza de Armas de la ciudad de Chihuahua y habíamos caminado varias cuadras por el famoso Paseo Victoria erigido bajo el gobierno del alcalde Marco Quezada y nos habíamos sentado en diferentes lugares para intercambiar nuestras ideas.
          Trazaba líneas y líneas de una manera compulsiva hasta que los volúmenes corporales aparecían en su cuaderno escolar, justo frente a mí, que lo observaba detenidamente, maravillado y absorto. Y a veces se fumaba un cigarrillo discretamente, echando el humo lejos de mi presencia.
          Antes, me había mostrado su carpeta colmada con sus dibujos frente a la Plaza Hidalgo: Rostros diversos, edificios y casas, la cara del muralista mexicano José Clemente Orozco con su clásicos espejuelos y su bigotito, todas las imágenes entre un mar de líneas que apenas pude percibir de un vistazo. . . Vegetación de belleza.
         Me había abordado en el patio del prominente Palacio de Gobierno del Estado de Chihuahua, donde ambos admirábamos los grandes murales históricos del hidalguense Aarón Piña Mora. Contemplaba yo la escena del conquistador español Álvar Cabeza Núñez de Vaca, semidesnudo y musculoso, en medio de los llanos chihuahuenses, rodeado por sus compañeros españoles de travesías, mujeres, indígenas y por el negro Estebanico mientras reparten peces y calabazas como alimento, todos ubicados en medio de un imponente paisaje natural de pastos y colinas, todos trazados con una prodigiosa imaginación histórica en homenaje al tiempo de la conquista y colonización de Chihuahua durante el siglo XVI, con una belleza grande sobre el Estado Grande. Este episodio histórico sobre el autor de Naufragios (1542) es una de las mejores escenas de todos los murales sobre la historia de Chihuahua plasmados en el Palacio de Gobierno, por su belleza poética y por sus colores suaves y serenos.
          En el Palacio, el joven me habló primero en inglés porque él pensaba que yo era estadounidense. Es común ver turistas del vecino país del norte visitar este edificio y admirar estos clásicos murales que relatan la historia de Chihuahua, desde la Conquista [Cabeza de Vaca] hasta la Revolución Mexicana [Pancho Villa]. Luego, entablamos conversación en español y caminamos por la calle Libertad.
Entonces, me contó de su historia de joven universitario; me describió sus trabajos de dibujante y pintor; me confesó sus pasiones por las artes plásticas y la ciencia; me habló de su admiración por la biografía y la obra del español Pablo Picasso. Y en cada tramo de conversación y caminata, exhibía su inteligencia lúcida, caminando desde el Palacio de Gobierno hasta la Plaza de Armas.  
          En especial, me exponía que los artistas y escritores locales deberían organizarse más en diferentes grupos, para hacer frente a la crisis económica y social que vivía la ciudad de Chihuahua en 2016 y que todavía  padece en este año de 2018 en que escribo de este encuentro fortuito y mágico.  Refería que en otras épocas históricas había gremios y cofradías de artistas y escritores, grupos de lo que ahora se conoce con el nombre de “creadores culturales”.
       Este talentoso joven estudiaba en 2016 en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH) y había pintado retratos de los ex alcaldes de la ciudad de Chihuahua Javier Garfio y Marco Quezada y algunos miembros de la conocida familia de empresarios los Creel, según me confesó en nuestra caminata por el bello Centro Histórico de la ciudad capital del estado norteño.
          Moreno, menudito, ojos incisivamente negros, incisiva—mente en sus comentarios, el dibujante cargaba su morral con cuadernos y lápices y un color blanco para matizar los rasgos faciales y corporales de las figuras dibujadas.
          Su habilidad era patente y su imaginación lucía rápida y fugaz como vuelo de ave o como peces nadando en el agua. Se advertía su percepción visual quintaesenciada en el justo instante creador y espontáneo. Mientras estaba sentado en diferentes bancas, se impulsaba vigorosamente a captar volúmenes, rasgos y conjuntos y el follaje de líneas grises se aglutinaba sobre el papel, como hierbas; se acumulaban las figuras sobre el papel blanco o sobre el cartoncillo de color café claro hasta forjar la imagen deseada, hasta cuajar figurativa—mente diversos humanos, objetos, edificios. . . Su trabajo era como una suerte de bipolaridad creativa, de hiperactividad lúcida y lucida.
          Joven prodigio del dibujo, me platicó durante la caminata que dibujaba todos los días para dominar el oficio de configurar imágenes de la calle, con soltura y facilidad, imágenes que captaba y luego depositaba en libros e en archivos de Internet.
          Ya sentados en una banca de la calle Tercera, esquina con el Paseo Victoria, hablamos más tendido de la vida, del arte y de su profesión:
          —Dominique Ingrès es el mejor pintor para mí —me confesó.
Por cierto, una obra de este pintor francés neoclásico causó gran sensación en España hace unos años y fue expuesta en un museo de Madrid. Era su famosa y sensual pintura La Gran Odalisca (1814).
— ¿Y qué piensa de los pintores flamencos medievales y barrocos,  tales como Van Eyck, Rembrandt y La Tour? —le inquirí, siguiendo nuestra amena y plácida conversación en la calle.
        —Son muy buenos. Rembrandt pintaba con mucho realismo las figuras humanas.  .  .
          — ¿Cómo en La lección de anatomía? —comenté preguntando.
Esta famosa pintura del artista holandés del Barroco se titula precisamente La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp y data de 1632.
          —Así es —contestó parcamente.
       Luego, el dibujante “transitó” hacia otro tema y me dijo que las figuras de muchos de sus dibujos no están ubicadas en la ciudad de Chihuahua, ya que no busca imágenes más acabadas. En especial, explicó que sus dibujos se formaban a partir de un círculo, de “una visión Gestalt del mundo” y que sobre ese círculo brotaban las figuras. Este comentario fue un tanto complejo, parco y misterioso. Ya no quiso explicar más.
          Entonces, le hablé del artista chihuahuense Fernando Rascón y de la pintora chilena Rocío Infestas, ambos formados en escuelas plásticas de los Estados Unidos y residentes de la ciudad de Chihuahua hacia 2016. Los dos pintores y escultores mencionados contaban en la presente década con un espacio de exposiciones en la agradable Galería La Estación, situada en la calle Aldama, muy cerca de la Avenida Ocampo.
          —Ah sí, él pinta con la técnica del “dripping” o goteo, siguiendo la técnica implementada por el norteamericano [Jackson] Pollock, quien a su vez la toma del mexicano [David Alfaro] Siqueiros.
         También le mencioné a los chihuahuenses Miguel Valverde, Francisco León y Violeta Rivera y a la coahuilense Nancy Gabriel, todos ellos artistas conocidos en el medio artístico de la capital de Chihuahua.
          En eso, aparecio mágicamente la artista Nancy Gabriel, caminando con su novio por el Paseo Victoria rumbo a la calle Tercera. Los saludamos y le dije a ella que yo había publicado un texto en mi blog sobre la muestra Falsas necesidades, la cual fue pintada por ella y fue exhibida en el museo Casa Chihuahua Siglo XIX. En estos cuadros, ella proyectaba una vigorosa crítica visual del consumismo y el materialismo capitalista del siglo XXI a través de la reproducción y la alteración plástica de los productos de consumo propios de nuestro tiempo.
          —Busque este artículo en Internet con esta dirección —le informé. Luego, me agradeció y nos despedimos.
     Después, el joven dibujante siguió trazando líneas y volúmenes compulsivamente, tal vez siguiendo la destreza natural de su ídolo Picasso, uno de los grandes artistas que renovó el dibujo en sus diferentes etapas pictóricas.
      Fumaba, hablaba, pensaba, veía, dibujaba sobre su cuaderno y matizaba sus dibujos con el color blanco y la conversación seguía en forma amena.
          De pronto, propuso pintar un cuadro con mi imagen, pero yo decliné ese generoso gesto de artista.
          —En la Edad Media —retomó su plática—, los artistas y escritores trabajaban en grupos, se ayudaban. Ahora todos son muy individualistas.
          Estuve de acuerdo con este juicio certero. Luego, le comenté que el arte está muy vivo en la ciudad de Chihuahua, que yo había visitado los museos y galerías con mucha frecuencia, como un simple diletante que aprecia las diferentes exhibiciones de pinturas, esculturas, fotografías, cerámicas y otras formas de artes plásticas.
       Extrañamente, este joven dibujante no quería exponer todavía en algún museo local, puesto que estaba forjando su oficio de artista a través de la práctica constante y compulsiva del dibujo en las calles, donde pasaba la vida viva y fresca del Chihuahua actual, fascinante y convulsivo a un tiempo. Por ello, producía en serie y en serio cientos de dibujos trazados en numerosos cuadernos, con prodigioso vigor creativo.
          —Las obras de los muralistas mexicanos son la gran aportación de los latinoamericanos al arte occidental, según la opinión del guatemalteco Luis Cardoza y Aragón —le comenté, haciendo referencia a las ideas de este crítico de arte vertidas en su libro Pintura mexicana contemporánea (1953).
          —Sí —reconoció—, pero Latinoamérica todavía sigue dependiendo de la visión occidental. Se pinta todavía bajo el concepto dimensional de Euclides.
Se refería a Euclides de Alejandría (325—270 a. C.), quien fue un destacado matemático griego y “El Padre de la Geometría”.
       —Pero el Muralismo es un gran arte: Nacionalismo, indigenismo, el pueblo mexicano en vigorosa imágenes plásticas de arte público. . . —argumenté con insistencia, pues soy un gran admirador de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y otros muralistas mexicanos.
       —Hace falta romper las dimensiones tradicionales de las figuras y descomponer la imagen —esgrimió con una visión renovadora—, como los cubistas, como El desnudo descendiendo de la escalera No. 2.
Se refería al cuadro de Marcel Duchamp. Este artista franco-estadounidense creó obras bajo el Dadaísmo durante el siglo XX y pintó la citada obra renovadora en 1912.
          —Como Juan Gris y Pablo Picasso. . . —agregué.
          —Sí, los latinoamericanos no nos quitamos lo occidental. Los chinos pintan con otras dimensiones —señaló el joven dibujante con gran seguridad.
       —Sin embargo, México es tierra de grandes artistas —apunté orgulloso—. Hay grandes pintores: Desde los murales prehispánicos, pasando por los tlacuilos o artistas indígenas de la Colonia, el arte religioso de los pintores novohispanos, los paisajistas del siglo XIX y hasta llegar al prominente siglo XX.
          Se quedó serio. Después, el dibujante cambió su conversación y confesó que vivía bajo la égida de la magia y que en realidad  no le interesaba tener carro ni ser famoso como la mayoría de la gente y los artistas. Comentó en particular que su vida sólo se explicaba como una forma de existir para ser feliz y buscar y buscar. . .
          —Puede seguir sobreviviendo de los retratos que pinta para la gente de poder —le sugerí—. Los artistas siempre tuvieron mecenas y muchos vivieron bajo las cortes de los reyes como el español Velázquez.
          —Sólo quiero dominar el oficio de artista —afirmó con gran certeza e hizo unos trazos en su cuaderno para legitimar su objetivo actual y su talento y volvió a mirar a la gente que pasaba, con suma vehemencia en sus ojos negros y profundos, como si esos carbones encendidos dibujaran todas las líneas y volúmenes en su prodigiosa imaginación: la cabeza, la nariz, los ojos, las piernas, los brazos. . .
  ¿Cuántos dibujos ha hecho en su vida? —le pregunté.
          —Tengo más de trescientos cuadernos y más de tres mil dibujos más o menos —respondió con certidumbre.
— ¿Por qué no publica sus dibujos en Internet? Quizás en un blog. . . —le recomendé.
          —No me interesa ser famoso —dijo con gran seguridad— y no me atrae ni el dinero. Solamente me interesa vivir con magia.
          Tiempo después o tiempo antes, pasaron o habían pasado la artista Nancy Gabriel y su novio otra vez, exactamente por la misma zona del Paseo Victoria y casi por el mismo espacio y en la misma dirección hacia la Calle Tercera, justo por donde los vimos por primera vez. La caminata de ambos novios parecía un acto extraño, como de repetición o de sueño o de alteración del tiempo objetivo de la vida. ¿Pasó esto en realidad? ¿En qué tiempo justo de nuestra conversación había pasado esta segunda ronda de la artista nativa de Torreón, Coahuila, abrazada a su novio otra vez? ¿Era esto parte de la magia de la vida del dibujante? La repetición de esta escena parecía como de película, como una escena arrancada del filme Groundhog Day (1993) de Harold Ramis, en la cual el personaje actuado por Bill Murray vive las mismas acciones laborales repetidas de reportero de la televisión y los mismos repetidos actos de amor por una chica (Andie MacDowell), todos los hechos realizados durante una visita supuestamente temporal del reportero a un pueblo de Pensilvania, donde se celebra la aparición de la marmota durante el invierno.
          —Mire, allí va Nancy otra vez —el dibujante me apuntó con la mano hacia la joven pintora y me sacó de la duda—. Parece como magia: Es como el tiempo que se repite, como si la convocáramos otra vez.
        Más tarde, me regaló un dibujo trazado por él durante la conversación: Un hombre de rostro flaco y músculos prominentes como superhéroe, con un pajarillo en la cabeza.
          Le agradecí mucho su conversación, el regalo de su arte del instante y su “magia”. Sabía que en su cuaderno y en los otros cuadernos guardaba en verdad numerosas “joyas” talladas con su lápiz, como el fiel retrato del pintor jalisciense José Clemente Orozco y otros dibujos que apenas entreví en su cuaderno cuando lo hojeó rápidamente frente a la Plaza Hidalgo, como ocultando sus verdaderos tesoros.
          Al principio de su conversación en el Palacio de Gobierno, me había dicho su nombre una sola vez: “Simplemente soy Adán”. Su nombre era bíblico, como el primer hombre de la tierra, según el libro del Génesis del Antiguo Testamento. No me quiso confesar sus apellidos.
       Ojalá que ese nombre breve de cuatro letras sea el de un artista prodigioso en el futuro aunque no tenga fama o dinero. Prodigioso dibujante ya lo era.
        En el encuentro conmigo ocurrido en 2016, era un joven estudiante de arte y su idealismo propio de la edad todavía lo conducía en la vida por los caminos de la pura creatividad pura.

          Quizás un día Adán descubra que todo arte, ya sea pintura o literatura, también tiene fines utilitarios y productivos y fines culturales y sociales: Vender a un precio y formar la mentalidad de una sociedad. 


EL DIBUJANTE PRODIGIOSO HIZO ESTE DIBUJO EN MINUTOS


TRAZOS VIGOROSOS HECHOS POR EL JOVEN ADAN



ES UN SIMBOLO O UN SUPERHEROE?
ES UN DIBUJO MAS ENTRE MILES ALOJADOS EN CUADERNOS PRIVADOS DEL "DIBUJANTE PRODIGIOSO" ADAN


ADAN DIBUJA POR PLACER Y POR APRENDER EL OFICIO Y YA LLEVA MILES DE DIBUJOS ACUMULADOS EN CUADERNOS Y HOJAS DE CARTONCILLO

jueves, 1 de febrero de 2018

VERDADERO ARTE PARA LA SOCIEDAD: "LAS CUATRO ESTACIONES" DE VIVALDI EN CHIHUAHUA

VERDADERO ARTE PARA LA SOCIEDAD: “LAS CUATRO ESTACIONES” DE VIVALDI EN CHIHUAHUA

ÓSCAR ROBLES


          En la década de los ochenta, la entonces Escuela de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH) ofrecía arte para la sociedad sin costo alguno. Entonces, el grupo de teatro del maestro Fernando Saavedra representaba los famosos Pasos del español Lope de Rueda en el atrio de la Catedral de la Santa Cruz de la ciudad de Chihuahua. La gran tarea cultural de dicha facultad ha continuado en el presente siglo y otras instituciones de gobierno y grupos culturales se han agregado a difundir verdadero arte para el espíritu humano entre 2010 y 2018.
      En la segunda década del siglo XXI, el gobierno municipal ha promovido la exposición de esculturas de Leonora Carrington y José Luis Cuevas frente a la Plaza de Armas. Por su parte, la Secretaria de Cultura del gobierno estatal instaló diversas esculturas monumentales en el Paseo Victoria y en el Paseo Bolívar, las cuales son obra de artistas mexicanos diversos como Manuel Felguérez, Federico Silva, Águeda Lozano, Luis Lopez, Vicente Rojo y otros destacados escultores. Asimismo, grupos independientes han presentado conciertos de música popular y danza clásica cerca de la Catedral de Chihuahua. También, asociaciones de pintores y escultores han exhibido numerosas obras plásticas en galerías, museos, tiendas de ropa, bares y cafeterías del Centro Histórico.
          A pesar de estas actividades, todavía hace falta más consistencia en la difusión de auténtico arte y cultura popular de verdad y más “civilizante”, dentro de una ciudad con más de trescientos mil pobres y de un país de más de cincuenta millones de indigentes. Los subproductos culturales de muy baja calidad y las perniciosas “anticulturas” han dominado las mentes y espíritus de muchos mexicanos durante el siglo XXI. La cultura popular es buena sí es de calidad estética y con un cierto contenido civil y moral. Hay que pensar, por ejemplo, en la gran calidad de las artesanías mexicanas de todo el país. También la cultura culta es necesaria para formar la personalidad de los seres humanos frente al embate del crudo materialismo y del recalcitrante consumismo. Para eso, existe, pues la cultura culta. Con pura cultura popular no se forma personas y ciudadanos en una nación moderna.
          En el siglo XXI, los chihuahuenses disfrutaron de las grandes voces de los tenores españoles Plácido Domingo y José Carreras y del griego Mario Frangulis y de las sopranos mexicanas Olivia Gorra y Leticia de Altamirano, pagando un bajísimo precio de entrada al imponente Estadio Olímpico del Campus Nuevo de la UACH. Asimismo, han venido en este siglo cantantes de jerarquía nacional e internacional, tales como el más grande cantante mexicano de la historia Alejandro Fernández y la colombiana Shakira, entre otros.
Por otro lado, los conciertos de música clásica han llegado con cierta frecuencia al Teatro de la Ciudad sin costo alguno. Por ejemplo, “Las cuatro estaciones” del italiano Antonio Vivaldi fueron escuchadas en dicho recinto cultural en la primavera de 2016. He aquí un breve y sencillo recuento.
       El concierto se concentró en un luminoso “remanso” breve de armonías delicadas de la sección “La Primavera”; consistentes y alegres notas de “El Verano”; un acompasado concierto de “El Otoño”; y melancólicos y suaves compases de “El Invierno”. En este concierto, participaron la Orquesta de Cámara de la UACH, el director Rafael Vendayán y dos energéticos jóvenes violinistas que tocaron “oleadas” de cuerdas de violines, cuerdas de gran vigor y armonía: José Alejandro Castillo y Horacio Macías.
          Las notas de violines volaron por el auditorio cual pajarillos o lluvia o tormenta o nieve, acordes vivaces y acordes tristes creadas por el alma misma del artista europeo barroco. En tanto, el teatro estuvo casi lleno y los espectadores aplaudieron y agradecieron este gran concierto.
         Esencialmente, la parte de “El Verano” se deslizó con gran fuerza bajo el impulso del joven Alejandro Castillo, quien lució muy seguro y dinámico sobre el escenario, ejecutando los solos y marcando los ritmos de la orquesta. De este modo, sus notas iluminaron como rayos de sol. Luego, este violinista cambió a las cuerdas hondas y melancólicas de “El Invierno” y puso nieve a su arco para comunicar el estado anímico del delicado corazón del invernante. Estas notas de violín fueron como plumitas lánguidas de nieve descendiendo al espíritu de los espectadores.
          En verdad, dio gusto ver las largas filas de público afuera de lo que antes fue el famoso Cine Colonial, cruzar las centrales puertas de cristal y madera tallada abiertas a los fervientes espectadores y contemplar justo adentro del teatro las famosas torres de iglesia y las fachadas y techos de casas coloniales bañadas por una suave y blanda luz amarilla, situados a los lados del prominente escenario como parte de la decoración del histórico cine y teatro.
          Finalmente, los jóvenes de la orquesta y estos dos violinistas tocaron esa famosa pieza del barroco italiano, una pieza que celebra la naturaleza en las cuatro estaciones del año. Las cuatro estaciones (1721) de Antonio Vivaldi son cuatro conciertos para violín y orquesta, los cuales constan originalmente de varios sonetos de acompañamiento.
          Este concierto de música clásica formó parte de la edición XXVII del famoso Festival de Marzo, el cual es promovido generosamente por dicha facultad universitaria de la ciudad de Chihuahua. En esta edición, hubo un recital “Para músicos de aliento metal” en la sala de conciertos de Orquesta Filarmónica de la UACH.
En suma, la Facultad de Artes de la UACH ha presentado numerosas funciones de música clásica y exposiciones de artes plásticas en los recintos culturales, para aliviar la profunda crisis social que vive la capital del Estado de Chihuahua.

        Es de imperiosa necesidad que la cultura culta nacional e internacional llegue a más gente en los próximos años, especialmente a la clase trabajadora y a la clase media baja. Por ello, las instituciones y grupos de cultura deben presentar obras de teatro, danza clásica y conciertos en los espacios públicos y exponer pinturas y esculturas en los museos, sobre todo dentro de las zonas del Centro Histórico.            

miércoles, 17 de enero de 2018

LOS GRABADOS DE CUEVAS, TOLEDO Y MIRO: ANGUSTIA, EROTISMO Y ABSTRACCIONISMO

LOS GRABADOS DE CUEVAS, TOLEDO Y MIRÓ: ANGUSTIA, EROTISMO Y ABSTRACCIONISMO



ÓSCAR ROBLES





CARTEL DE LA MUESTRA "TRES MAESTROS DEL GRABADO" EN EL CENTRO DE DESARROLLO CULTURAL DE CHIHUAHUA



Tres grandes estilos de hacer grabado: 1) La angustia y la soledad del ser humano contemporáneo con figuras distorsionantes en blanco y negro y en espacios cerrados y limitados o solitarias; 2) la zoofilia y el erotismo con imágenes descarnadas y un tanto procaces de fino dibujo en blanco y negro; 3) originales astros, aves y signos florecientes de colores muy vivos que oscilan entre el arte figurativo y el arte abstracto. Son tres grupos de grabados de gran calidad estética y con singular estilo: José Luis Cuevas, Francisco Toledo y Joan Miró, respectivamente.
Las obras de estos tres grandes artistas contemporáneos de la cultura hispánica fueron exhibidas en un museo de la ciudad de Chihuahua, durante el invierno de 2015-2016. En total, cuarenta y dos importantes grabados de estos artistas pudieron ser admirados en el Centro de Desarrollo Cultural (CDC) de la ciudad de Chihuahua, justo entre diciembre de 2015 y febrero de 2016. La muestra “Tres Maestros del Grabado” incluyó a los mexicanos Cuevas y Toledo y al español Miró.


TRES MIRADAS ARTISTICAS EN LOS GRABADOS DE JOSE LUIS CUEVAS, FRANCISCO TOLEDO Y JOAN MIRO


1.    EL EXPRESIONISMO Y EL NEO-FIGURATIVISMO DE JOSÉ LUIS CUEVAS


El defeño JOSÉ LUIS CUEVAS exhibió veinte grabados y sus obras cubrieron dos estilos artísticos generales. El primero es un estilo aglutinante y expresionista, con líneas distorsionantes y matices de colores apagados en los cuerpos de los personajes. De este modo, estas obras contienen diversos personajes humanos deformes en espacios cerrados o pequeños; dominan los rostros angustiados y desfigurados y los cuerpos con cabezas grandes o matizadas con colores grises y oscuros. Algunas son figuras voluminosas y las posturas a veces son absurdas: Están en cuclillas, acostados, de espaldas o desnudos. Finalmente, se observan breves coloraciones color pastel en los cuerpos, tales como el azul claro, el amarillo y el rosado, en convivencia con los dominantes colores apagados como el gris, el negro y el blanco. En tanto, las situaciones descritas son realistas o fantásticas. Por un lado, se ven personas dentro de un solo cuarto en situaciones aparentemente normales. Por otro, otras escenas lucen como sueños o pesadillas, envueltas en fantasía y hasta se ven cuerpos con cabezas de animales. En suma, son figuras que expresan la angustia del ser humano contemporáneo en las urbes. El propio Cuevas dice que sus obras en general plasman la soledad, el aislamiento y la incomunicación de los seres humanos contemporáneos (“José”). En particular, estos doce grabados del primer estilo responden a la estética dominante en Cuevas, con figuras humanas grotescas y degradadas y que muestran una marcada “ferocidad gestual” en sus caras (“José”). Fundamentalmente, las imágenes de sus obras plásticas, sean pinturas o grabados, manifiestan la influencia del Expresionismo alemán y del Romanticismo del siglo XIX y el fuerte impacto de la obra de los españoles Francisco de Goya y Pablo Picasso y de los mexicanos José Guadalupe Posada y José Clemente Orozco (“José”). Así pues, este primer estilo expresionista proyecta figuras humanas amontonadas e, irónicamente, incomunicadas entre sí, trazadas con volúmenes de dibujo distorsionante y de rostros angustiados y deformes. Algunos de los cuerpos humanos parecen un tanto como harapos plenos de colores grises y oscuros, lucen como tizones “brasas” apagadas de la humanidad.
Dentro de este estilo, sobresale el grabado EL CUARTO AMARILLO [1981]. Esta obra describe a cinco hombres de cuerpo entero que convergen en un estrecho cuarto en diferentes posturas físicas. En especial, un artista situado a la derecha en el ángulo superior derecho los mira desde una ventana y los dibuja. En el ángulo superior izquierdo del cuadro y en el suelo a la derecha, otras dos personas asoman sus cabezas y contemplan la escena de los hombres. En general, los rostros son distorsionantes bajo el particular estilo expresionista de Cuevas. Ante todo, manifiestan angustia. Incluso, la figura sedente y obesa tiene orejas de bestia. En general, expresionismo y onirismo se conjugan en una dramática escena del artista frente a la vida humana misma sometida a la soledad y al encierro. Los rostros deformes exhiben nariz grande, ojos muy breves y boca cerrada en actitud de silencio, gestos adustos y angustia. Sus caras y cuerpos son grisáceos, como los cuerpos de los personajes de una parte de los otros grabados. En particular, el artista de la ventana luce como la representación de Cuevas mismo como creador, puesto que el nombre “José Luis Cuevas” aparece en una hoja de papel. Particularmente, el hombre del centro es muy gordo, se ve de perfil y luce desnudo como el hombre que se encuentra justo enfrente de él. Por todo ello, esta escena angustiante parece una pesadilla, un sueño. Otro hombre [el de arriba] es bajo de estatura y viste saco y sombrero de fieltro. En suma, la escena emana desconsuelo, los hombres son deformes y con gestos amargados y el trazo básico reúne el suave amarillo del fondo y las líneas grises que transmiten desolación.


"EL CUARTO AMARILLO", GRABADO DE JOSE LUIS CUEVAS


BARRIO CHINO I[1981] también forma parte de este primer estilo expresionista. La escena acumula varios personajes en un espacio reducido. Múltiples figuras humanas del sexo masculino y femenino aparecen en este grabado. En particular, las caras de los hombres del centro son desfiguradas y contrahechas y revelan angustia.



"BARRIO CHINO I" DE JOSE LUIS CUEVAS




ESPACIOS CERRADOS, ROSTROS ANGUSTIADOS Y SERES HUMANOS INCOMUNICADOS EN ESTE EXPRESIONISTA GRABADO DE CUEVAS




FIGURAS GRISES COMO TIZONES EN LOS GRABADOS DE CUEVAS




LOS SERES ANGUSTIADOS EN ESTE GRABADO DE CUEVAS


ROSTROS DESFIGURADOS, CUERPOS DE "CENIZA" EN ESTE GRABADO
DE CUEVAS



UNA ESCENA ONIRICA CON CUERPOS DESNUDOS, CABEZAS DE ANIMALES Y ROSTROS SUFRIENTES EN ESTE GRABADO DE CUEVAS


En tanto, el segundo estilo de Cuevas era escueto y sin espacios físicos concretos. En general, los ocho grabados enseñan figuras humanas más aisladas y hasta solas. Fueron construidas con trazos básicos que revelan la honda intuición estética y la gran destreza del dibujo de Cuevas. De esta manera, estas obras pueden verse como retratos o bocetos de personajes o sueños eróticos. Todas estas imágenes están trazadas con pocas líneas y con un volumen básico, un tanto influidas por el estilo del español Pablo Picasso. Incluso, Cuevas proyecta mas sensualidad y belleza fina en convivencia con las imágenes plenamente grotescas y sufrientes. Se ve un rostro angustiado con cabello de líneas sinuosas, ojos enormes, la sonrisa con rictus doliente y piel llena de líneas como arrugas; diez manos con diferentes posturas de los dedos hechas con básicos trazos de gris y breves coloraciones rojas en dos de las manos; siete esbeltos cuerpos femeninos sin rostro en diferentes posiciones altamente sexualizadas y haciendo contorsiones físicas, como si fuera un concierto de fantasía plenamente carnal o un sueño erótico; dos alargadas caras mirándose uno al otro de frente, con un fino dibujo, gran estilización y abundantes matices rojos, las cuales lucen como figuras simbólicas o tótems indígenas; una mujer gigante semidesnuda, mostrando el ígneo pubis pleno de rojo encendido y los brazos extendidos hacia arriba y una muy pequeña persona asexuada justo atrás de ella, mostrando admiración por la belleza sensual de la mujer alta; un hombre solitario, serio y desnudo sentado mirando hacia el frente y con el cuerpo repleto de rayas grises y rojas; una figura femenina amorfa y con vestido largo que muestra una pintura con el rostro de un hombre de cara gris y seria que puede ser el propio Cuevas, dentro de una escena abigarrada por las abundantes líneas y manchas grises; un hombre de picassiano rostro tejido con abundantes líneas sinuosas y menos angustiantes que el primer estilo, mostrando una boca pequeñísima y un rictus de reflexión, como una manera de revelar el complejo caos interior de la cara, espejo fiel del torrente psíquico y emocional del hombre, de acuerdo a la perspectiva artística del gran Cuevas.


EL ROSTRO ANGUSTIADO Y EL TRAZO BASICO Y LA IMAGEN DESNUDA EN EL SEGUNDO ESTILO DE CUEVAS



EL SEGUNDO ESTILO DE CUEVAS: LAS MANOS COMO EXPRESION DE ANGUSTIA




EL PLACER EN EL SEGUNDO ESTILO DE CUEVAS: LOS CUERPOS CONTORSIONANDOSE Y SEXUALIZADOS




EL SIMBOLISMO EN EL SEGUNDO ESTILO: LOS ROSTROS ESPEJEANTES DE GRAN ESTILIZACION DE CUEVAS




LA SENSUALIDAD Y EL DESNUDO FEMENINO EN EL TRAZO BASICO Y MAS DESNUDO DEL SEGUNDO ESTILO DE CUEVAS





EL HOMBRE SOLITARIO Y PENSATIVO CON TRAZO SENCILLO DEL SEGUNDO ESTILO DE CUEVAS





EL SEGUNDO ESTILO DE CUEVAS: EL RETRATO PICTORICO COMO TEMA EN EL GRABADO




LAS LINEAS DE LA CARA COMO ANGUSTIA SIMBOLICA O "MAPA" INTERIOR EN EL SEGUNDO ESTILO DE CUEVAS


JOSÉ LUIS CUEVAS (1934-2017) fue pintor, grabador, escultor, ilustrador y escritor y un artista que mantuvo una polémica grande con los muralistas mexicanos. Sus obras pictóricas y de grabado exploran el lado oscuro de la vida, con personajes angustiados en espacios cerrados. En especial, Cuevas desarrolló su obra bajo el impacto del Neo-figurativismo y perteneció a la famosa Generación de la Ruptura, la cual reaccionó contra el dominante Muralismo mexicano. En este grupo de artistas mexicanos, descuellan Manuel Felguérez, Federico Silva y Águeda Lozano, entre otros. Una experiencia significativa de Cuevas fue pintar a diversos pacientes del famoso hospital de enfermos mentales “La Castañeda” de la capital del país, donde trabajaba su hermano (“José”). Por otro lado, su destacado libro Homenaje a Quevedo (1969) incluye diversas litografías inspiradas en los personajes del escritor español conceptista Francisco de Quevedo y Lucientes.
Entre las obras plásticas importantes de Cuevas, pueden mencionarse tres esculturas. Primeramente, la escultura monumental “La Giganta” (1991) ubicada en el Museo José Luis Cuevas de la Ciudad de México es una efigie andrógina inspirada en un poema del poeta simbolista francés Charles Baudelaire (“José”). En segundo lugar, la excelente escultura “Figura Obscena” (2001) es la figura muy expresionista y dinámica de un hombre desnudo y fue colocada en la ciudad mexicana de Colima. En tercer lugar, su prominente estatua en metal “El Gigante de Chihuahua” (2016) embellece el Paseo Victoria de la ciudad de Chihuahua. Asimismo, Cuevas recibió la Orden de las Artes y las Letras en Francia en 1991, entre numerosas distinciones artísticas, nacionales e internacionales.


2.    EL BESTIARIO ERÓTICO DE FRANCISCO TOLEDO


          Por su parte, el oaxaqueño FRANCISCO TOLEDO presentó nueve grabados en el CDC de Chihuahua. Las obras contienen figuras humanas y animales de trazos un tanto distorsionantes, conviviendo en escenas de actos sexuales. Estas imágenes aparecen dentro de dinámicas escenas zoológicas y altamente sexuales, unas realistas y otras fantásticas como sueños o pesadillas, unas eróticas y otras procaces. Uno de los grabados estaba matizado ligeramente por el color café tan terrestre y carnal. Sin embargo, dominaba en los grabados el elemental bi-cromatismo del blanco y el negro. He aquí la descripción breve y esencial de seis de los nueve grabados: 1) Un hombre desnudo lucha contra un enorme y agresivo cangrejo, ambos muestran sus pieles marrón claro y sus cuerpos forjados con sinuosas líneas; 2) una mujer semidesnuda se altera frente a la presencia de un enorme mamífero pinto mientras abajo su gato presencia la erótica escena, imágenes tejidas con trazos en gris y blanco; 3) dos mamíferos presencian absurdamente el acto sexual entre una pareja desnuda, cerca de la cama donde el hombre penetra a la mujer y ambos amantes ardientes portan sendas máscaras indígenas, dentro de una escena en primer plano configurada con tonos blancos y grises; 4) un asno atado a una carreta  y con el miembro sexual erguido contempla el acto sexual de una pareja desnuda tirada en el suelo, uno de los cuales parece ser el dueño del primitivo vehículo; 5) tres mamíferos, un hombre y un insecto convergen en primer plano y las pelambras de los animales un tejido hermoso de líneas y todas las imágenes relucen como si fueran antiguas escenas de pinturas rupestres trazadas con el esencial color negro; 6) un elefante se excita ante la presencia de una mujer desnuda y su enorme estómago enseña un pez mientras un pequeña fiera negra trata de morder su larga trompa y bajo el gran vientre del paquidermo se ve una especie de planta o animal marino que extiende sus brazos o ramas y exhibe una especie de vagina abierta. 


EL HUMANO Y EL CANGREJO EN DISPUTA SEXUAL EN EL UNICO GRABADO EN COLOR DE TOLEDO



LA MUJER Y EL SIMBOLICO ANIMAL DE LA LUJURIA EN ESTE GRABADO DE TOLEDO




EL ACTO SEXUAL CON MASCARAS Y ANIMALES EN ESTE GRABADO DE TOLEDO


EL ACTO SEXUAL HUMANO Y EL ANIMAL COMO TESTIGO EN ESTE GRABADO DE TOLEDO




ANIMALES Y HUMANOS BAJO EL FINO TRAZO EN ESTE GRABADO DE TOLEDO




EL EROTISMO EN ESTE GRABADO DE TOLEDO: LA INTERACCION SEXUAL DE HUMANOS, ANIMALES Y PLANTAS


     FRANCISCO BENJAMÍN LÓPEZ TOLEDO (1940—) se ha dedicado primordialmente a la pintura, la escultura, el grabado, la impresión, la cerámica, la grafica y la promoción  cultural. Es uno de los diez mejores pintores mexicanos del siglo XX. Esencialmente, su obra es considerada como parte de una honda “estética de la naturaleza” y su imaginación creadora construye diversas “figuras antropomórficas” que son “monstruosas” y “juguetonas” al mismo tiempo (“Francisco”). Por ello, la obra plástica de Toledo configura la fusión del ser humano con la naturaleza, dentro de una tendencia mágico-realista nativa de Oaxaca y fuertemente influida por la cultura indígena de dicha región del sur de México. Entre sus abundantes obras artísticas, se pueden mencionar las experimentales “Autorretrato con pájaro” (1975) y “Chivo” y los numerosos dibujos tan exquisitos y sugerentes sobre los personajes de la novela Las aventuras de Pinocho (1883) del Italiano Carlo Collodi, los cuales fueron expuestos en 2016 en el Museo Casa Redonda de la ciudad de Chihuahua. Particularmente, Toledo pertenece a la Generación de la Ruptura al lado del propio José Luis Cuevas. Se hizo acreedor al Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de bellas artes en 1998 y el Premio Príncipe Claus de Cultura y Desarrollo en 2000 por parte de Holanda, entre diversos honores recibidos en México y el mundo.


3.    EL ABSTRACCIONISMO COLORIDO DE JOAN MIRÓ


En tanto, el catalán JOAN MIRÓ expuso siete obras lúdicas que juegan a sugerir imágenes orgánicas y astrales y una misteriosa figura negra central. Los grabados están creados  con intensos colores: Rojo, verde, azul, amarillo, negro y gris. Su estilo oscilaba entre el figurativo y el abstracto y se concentraba en conjuntos de figuras un tanto geométricas, las cuales parecen ser recreaciones de las imágenes de la infancia.
En general, la obra artística de Miró se orienta hacia el Surrealismo, la expresión del subconsciente humano, la recreación de las figuras propias de la niñez, una manifestación del orgullo catalán, la creación de un dibujo automático y hacia una abstracción lirica, entre otras tendencias estéticas (“Joan Miró”). En particular, los siete grabados de dicha muestra describían conjuntos de formas geométricas con líneas negras distorsionantes, las cuales sugerían algunas imágenes de aves y pequeños astros, todas ellas diseñadas con un trazo original y una sencilla sensibilidad como de niño. También, dichas imágenes se podían encuadrar en un cierto abstraccionismo lírico. Se podían admirar, por ejemplo, aves de colorido plumaje y ojos enormes sobre un fondo blanco, los cuales brotaron de la vigorosa y original fantasía del artista español. Por ejemplo, una de las imágenes parece un ave de plumaje verde, tal vez un pavorreal por su plumaje con círculos negros como irises de ojos o un animal obeso de ojos rojos y piel amarilla, roja, negra y gris. Especialmente, una extraña y central figura negra o algunas porciones negras y grises aparecían incrustadas disruptivamente en cada uno de los siete grabados. Unas veces estas figuras oscuras lucían como algunas plumas de un pájaro, otras como un pulpo o un raro monstruo de brazos largos que devora todos los colores intensos a su alrededor. Otras veces, esta figura animal negra se impone como un lagarto de cabeza azul y roja fluyendo como un antiguo tótem indígena entre geometrismos grises y coloridos, dentro de una interpretación figurativa. En un plano meramente abstracto, las figuras coloridas y geométricas pueden verse como la propia imaginación creativa y poderosa del artista y las imágenes negras pueden significar el bloqueo creativo o la disrupción o hasta la fusión o integración con las imágenes de color para construir una nueva figura estética, sugerente, pero muy seductora. En suma, los siete grabados representan la emergencia de la obra artística original y novedosa de Miró y hasta pueden verse como parte de un experimento cromático con colores intensos y el negro básico.



UN AVE DE VERDE PLUMAJE O UNA PURA ABSTRACCION LIRICA DE JOAN MIRO


LA FIGURA NEGRA DISRUPTIVA EN EL MUNDO DE COLORES INTENSOS DE JOAN MIRO


UNA FIGURA ORGANICA O UNA ABSTRACCION DE JOAN MIRO



EXPERIMENTO CROMATICO DE JOAN MIRO: UN GRIS Y UN NEGRO QUE SE CONFUNDEN EN EL CUERPO GEOMETRICO DE COLORES MUY VIVOS

UN PULPO O MONSTRUO NEGRO O UNA INTENCIONAL DISRUPCION EN EL PROCESO CREADOR DEL ARTISTA JOAN MIRO




EXPERIMENTO CROMATICO DE JOAN MIRO: EL INTENSO COLOR NEGRO QUE COPULA CON LOS COLORES VIVOS


UN LAGARTO NEGRO DE PINTURA PRIMITIVA O UN ABSTRACCIONISMO PLENO DE INTUICIONES ESTETICAS DE JOAN MIRO


JOAN MIRÓ I FERRÁ (1893-1983) fue un prestigioso pintor, un gran escultor y un ceramista nativo de Barcelona, España. Desde 1975, funciona la Fundación Joan Miró con un museo que integra su obra artística. En 1981, la Fundación Pilar Miró creó otro museo en su nombre en Palma de Mallorca. Entre sus numerosas obras, pueden citarse el brillante óleo Horse, Pipe and Red Flower / Caballo, pipa y flor roja (1920); la destacada pintura Self Portrait II / Autorretrato II (1938), en la cual se observan una serie de estilizados peces, estrellas azules y soles amarillos sobre un fondo negro como de pizarra escolar, todos ellos trazados con gracia de niño y fuerza imaginativa de adulto; la imaginativa pintura con la técnica del gouache The Rooster / El Gallo (1939); y, finalmente, la escultura Moon Bird / Pájaro lunar (1966) ubicado en el Museo Reina Sofía de Madrid, España.
          En conclusión, los cuarenta y dos grabados expuestos en el CDC de la ciudad de Chihuahua exhiben tres estilos personales diferentes. Los veinte de Cuevas inquietaron al espectador por el pesimismo, el desgarramiento de cuerpos y rostros, los oscuros colores, los espacios claustrofóbicos, la angustia y la soledad del ser humano o por la sencillez de trazo, la sensualidad femenina y el rostro básico con profusas líneas y sombras propias del segundo estilo. En tanto, las nueve obras de Toledo fueron atractivas por esta fusión del ser humano con la naturaleza en el mismo espacio, la imaginería zoológica tan disruptiva y el desborde del erotismo humano y del instinto sexual animal hasta niveles perturbadores. Finalmente, los siete dibujos de Miró seducen por la fuerza de los colores intensos, el juego de sugerir algunas figuras animales, por el experimento estético de colocar el negro entre colores variados de gran potencia cromática y por el juego de mezclar sutilmente arte figurativo y arte abstracto.



ANGUSTIA DE CUEVAS, EROTISMO DE TOLEDO Y ABSTRACCIONISMO DE MIRO EN LA MUESTRA EN LA CIUDAD DE CHIHUAHUA


Obras citadas
“Francisco Toledo.” Wikipedia. La enciclopedia libre. 12 octubre 2017. Fundación
Wikimedia, Inc. 17 enero 2018. <https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Toledo>.
“Joan Miró.” Wikipedia. The Free Encyclopedia.  January 2 2018. A Wikimedia
Foundation. January 15 2018. <https://en.wikipedia.org/wiki/Joan_Mir%C3%B3>.
“José Luis Cuevas.” Wikipedia. The Free Encyclopedia. 1 December 2017.
Wikimedia Foundation, Inc. 29 December 2017.


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