COLECCIÓN DE ARTE DEL MUSEO CASA CHIHUAHUA: BELLEZA, VARIEDAD
Y TESOROS DE ARTISTAS MEXICANOS Y EXTRANJEROS
ÓSCAR ROBLES
Una pintura con imágenes de fantasía y onirismo del
exitoso Teódulo Rómulo; rica orfebrería de factura oaxaqueña de los creativos
hermanos Ángeles; una etérea y delicada escultura de acero de la refinada
artista Águeda Lozano; un desnudo femenino sobre un sofá de Alicia García
Casauranc; una expresionista escena de de una pobre mujer en la calle de
Artemio Sepúlveda; una pintura que arde en fuegos abstractos e imaginativos del
chihuahuense Eugenio Flores; tres finas vasijas de cerámica de Julián Hernández:
Son algunas joyas artísticas propiedad del Museo
Casa Chihuahua.
Es una parte de la Colección Especial de este joven y
excelente museo situado en el corazón del Centro Histórico de la ciudad de
Chihuahua. En ocho años (2006-2014), el Museo
Casa Chihuahua había coleccionado veintiocho obras de arte donadas por veintitrés
artistas de Chihuahua, de otros estados de México y del extranjero. Fueron ocho
años de atesorar belleza, calidad artística y variedad de estilos y técnicas.
Estas obras abarcan el arte y la artesanía; la pintura y la escultura; la
cerámica y el arte objeto; y los óleos, las acuarelas y los dibujos. Especialmente,
se guarda en esta valiosa colección algunas piezas de orfebrería de plata
tradicional de los artesanos oaxaqueños, cerámica moderna de Casas Grandes
(Chihuahua), cerámica de alta temperatura, una acuarela con tema de
arquitectura local y figuras humanas de estilo realista, imágenes de arte
abstracto y minimalismo en pintura y escultura.
Esta
colección especial es conocida con el nombre de “Acervo Artístico de Casa Chihuahua”. Fue expuesta en dicho museo
entre el 25 de mayo y el 13 de julio de 2015. He aquí una breve caracterización
de veinte de las veintiocho obras expuestas, para apreciar su calidad y diseño.
I DIVERSIDAD ARTÍSTICA Y BELLEZA
1.
“CATEDRAL DE CHIHUAHUA”
[Acuarela sobre papel, 44 x 36 cm., 2006] del defeño Sergio Chávez. En este
cuadro, se ve la majestuosa fachada principal de la Catedral de la Santa Cruz con
estilo plenamente realista en líneas y volúmenes, pero trazada con un armónico
color rosado. Los detalles precisos de columnas, puerta de madera, esculturas y
adornos vegetales, están “tejidos” con gran destreza y habilidad artística. La
armonía del color y del fino dibujo revelan una serena percepción de la belleza
catedralicia, concentrada en la suavidad “dulce” de dicho color dominante: “La
Catedral Rosa”, en la mirada amable y estetizante del artista mexicano.
2.”VASIJA” [Cerámica en negro pulido, 16 x 19 cm., sin fecha] de
Julián Hernández Chávez. Nativo de Nuevo Casas Grandes, Hernández es un
prodigioso ceramista y difusor de la cerámica antigua y contemporánea del
Noroeste de Chihuahua. Recibió el Premio “Guacamaya Paquimé” en 2015 por parte
del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), delegación Chihuahua.
Publicó el libro La nueva cerámica de Paquimé.
Esta obra expuesta es una redonda vasija, con boca
pequeña arriba. Tiene trazos geométricos en su grueso vientre de barro
finamente pulido: Frutal vasija, delicioso cuerpo, refinamiento, misterio y
belleza en las formas geométricas dibujadas. Sigue la tradición de la cerámica
regional de Chihuahua. Obra de artesanía y arte mismo, utilitarismo y belleza.
3.
“VASIJA” [Cerámica
policromada, 29 x 20 cm., sin fecha] de Julián Hernández. De fondo amarillo
pálido es esta otra vasija: Figuras geométricas en negro, rojo claro en el
cuerpo ancho de la base: Complejas, aglutinantes, reminiscencias indígenas de
los antiguos indios de Chihuahua. La base reluce un cuello estirado, boca
pequeña y estilizada y abierta hacia afuera: Palpitante belleza telúrica,
naturaleza terrenal, reconfiguraciones culturales de la tradición indígena
regional de Chihuahua en manos de un destacado e influyente artesano mestizo
del siglo XXI.
4.
‘VASIJA” [Cerámica
policromada, 33 x 22 cm., sin fecha] de Julián Hernández. De boca grande, boca
estirada, como recipiente de agua o jícara rústica, es esta tercera vasija, obra
de artesanía regional. Cuenta con un fondo café claro, dibujos geométricos en
rojo y negro, triangulares: Utilitaria vasija, estética vasija por su forma y
volumen, terrenal vasija para adornar cocina o salas, con su presencia sinuosa
y armonía de volumen y los colores básicos, muy amables y atrayentes para la
mirada de los espectadores.
“Libro de barro” esta vasija, “libro telúrico y terrestre”
con imágenes abstractas, geometrismo lúdico.
5.
“VASIJA” [Cerámica
policromada, 31 x 20 cm., sin fecha] de Julián Hernández. Similar vasija a la
anterior por su forma de jícara alargada, pero un poco más pequeña es. Se
resalta un cuello más esbelto y una boca similar a la vasija anterior. Otra vez
emergen los distintivos trazos geométricos rojos y negros sobre un fondo café
claro: Finos dibujos, armónicos en un solo breve cuerpo de barro, intuida sensualidad
e imaginación de las manos que hicieron crecer un mundo nuevo, arte y artesanía
con que dialogan con la antigua cerámica del noroeste de Chihuahua.
Esbelta “mujer de barro” es esta vasija,
con precioso vestido geométrico.
6. “JULIO PARÍS” [Grabado impresión sobre papel, 48.5 x 39 cm., sin fecha] del tlaxcalteca Teódulo Rómulo (1943—). Este pintor y escultor cuenta con más de setenta exposiciones individuales a nivel nacional e internacional (Francia, Estados Unidos, Japón y otros países). Sus obras forman parte de colecciones permanentes en importantes museos de la Ciudad de México, Chicago, París y Buenos Aires. Esencialmente, Rómulo captura “esencias primitivas de una cultura”, sus principales recursos artísticos son “la intuición y la fantasía” y sus obras reproducen imágenes de la “naturaleza animal” (“Teódulo”).
Este
cuadro contiene los elementos citados. Abajo del grabado, sobre un fondo
suavemente rosado y blanquecino, se observa un paisaje onírico o fantástico: Un
espacio de la naturaleza, inundado de dibujos infantiles, ingenuos y simples,
como dibujos en cuadernos escolares: Vacas, gallinas, perros, un pino rojizo,
una mujer y, extrañamente, un ángel y un cuaderno. Arriba del grabado, sobre un
fondo marrón oscuro, se ve una vaca café claro que flota boca arriba, con su
cuerpo lleno de figuras o garabatos geométricos. En suma, es un cuadro con dos
marcadas escenas: Una, la primera, más naturalista y otra, la segunda, más
fantástica. Ambas parecen yuxtapuestas como en las estructuras estéticas
mágico-realistas, bajo una figuratividad cercana a la estética del Fauvismo o
del ruso Marc Chagall. En especial, el rosado y el marrón de los fondos son dos
colores que armonizan todas las imágenes. Por otro lado, los dibujos de
volúmenes son un tanto distorsionantes y construyen imágenes y estructuras
simbólicas esenciales y visiones primitivistas, tal vez una mitología personal,
tal vez sueños, envueltos en el misterio de la descomposición del orden
racional del mundo re-presentado. En resumen, el cuadro expone imágenes oscuras,
densas, aglutinantes y contrastantes, pero de una gran belleza en colorido y
con una visión llena de fantasía. En especial, el título de “Julio París”
sugiere a un personaje creador en el centro del cuadro, pero hace más confusa
la interpretación a nivel intratextual.
7.
“CAJA DEL SAND CANYON (CAÑÓN DE LA
ARENA) CON PÁJARO” [Réplica de
cerámica anasazi del periodo Pueblo III, 1200-1300 d. C., 1999] del artista
estadounidense Gregory S. Wood. Nativo de Colorado, este académico es maestro
de arte y experto en cerámica y arqueo-cerámica y, especialmente, ha trazado
los orígenes de la antigua cerámica en algunas regiones de América. Es autor de
Fossil Legends of the First Americans,
entre otros libros.
Esta
obra es una caja rectangular pequeña con fondo blanco y figuras geométricas
grises afuera y un ave de pico largo adentro, justo en el fondo de la misma.
Caja sin tapa, miniatura belleza, esculturilla, esta pieza pertenece a la
arqueo-cerámica.
8.
“AGUA PARA CHIHUAHUA”
[Plata, agua y vidrio sobre madera, 2012] del jalisciense Mario Martín del
Campo (1947—). Es dibujante, escultor, pintor, diseñador, grabador y orfebre.
Estudió Artes Plásticas en la Escuela Nacional de San Carlos de la Universidad
Autónoma de México (UNAM) y ha expuesto en Europa, los Estados Unidos,
Sudamérica y México, entre 1977 a 2016. “Es uno de los últimos artistas del
realismo fantástico, cuyos trabajos poseen un rigor renacentista y una
perfección impresionante”, según Esther Echeverría (“Mario”).
La
presente obra es una esculturilla muy estilizada con un mensaje extremadamente
positivo y generoso; luce como una especie de monumento minúsculo, con un ángel
que corona toda la pieza, en medio de un “vientre” de agua-cristal. Justo
debajo de este monumento, se contempla una fuente de paredes negras y fondo
verde con cristal-agua. En este objeto, se lee la frase “AGUA PARA CHIHUAHUA”.
Justo debajo de este “vientrecillo” de la fuente, una llave mana agua-cristal.
La base de este artefacto artístico es de hermosa y fina madera de caoba:
Hermosa visión o deseo positivo de representar una fuente de agua para una
Chihuahua desértica.
9.
“RAPANUI” [Técnica mixta, 43
x 19 x 18 cm., sin fecha] de Juan A. Ruiz. Esta obra es un busto de metal
cobrizo sobre una base de piedra ágata. En especial, el rostro humano luce
cuatro cercenadas en forma horizontal que fragmentan los rasgos de la cara:
Especie de tótem religioso, escultura-busto, trasunto de las famosas esculturas
monumentales de la Isla de Pascua, homenaje a un hombre o a un dios, una
misteriosa identidad personal que se simboliza, se concentra y se fragmenta.
10.
“ORFEBRERÍA” [Plata y madera,
sin fecha] de Jacobo y María Ángeles. Jacobo Ángeles (1943—) y María del Carmen
Mendoza son dos artesanos y artistas oaxaqueños de gran renombre nacional e
internacional, cuya especialidad son los espléndidos y coloridos alebrijes o esculturas de animales
reales o fantásticos, tallados en madera de árboles propios de su estado natal.
En el sitio www.casachihuahua.org.mx
pueden verse más piezas producidas por su alta creatividad e imaginación.
Esta
obra en particular son dos corazones rosados con minúsculos signos rosas
circulares adentro, enmarcados en plata: Prendedores que exaltan el amor por el
color tan “dulce” y tierno, por la belleza fina y la forma y el volumen tan
delicados, un arte para guardar en el corazón mismo de los amantes.
11. “A OJO DE
GUACAMAYA” [Acuarela sobre papel, 52 x 72 cm., sin fecha] del artista
autodidacta Enrique Amaya Neudert. Nació en Ciudad Obregón, Sonora. Es pintor,
fotógrafo, escenógrafo y diseñador gráfico y la acuarela representa la mejor
técnica de su arte. Cuenta con más de cuarenta exposiciones colectivas y
veintiocho exposiciones individuales en México, los Estados Unidos e Italia. Es
coautor del poemario Romancero de Majalca (Chihuahua: Instituto
Chihuahuense de la Cultura, 2002).
Esta
acuarela de singular título se ve como un interesante cuadro abstracto de gran
armonía en colores básicos terrestres y formas sugerentes, de gran armonía
cromática. Sobre un fondo amarillo, se erige una especie de edificio largo y
sinuoso con múltiples cuartos, como si fuera visto desde las alturas de un avión
volando. Incluso, el título subraya el posible sesgo figurativo de la pintura,
con una leve dosis de humor: No es el ojo de “una guacamaya”, sino una
expresión para designar el acto de mirar de un artista: El pintor que ve la
belleza de ese posible lugar lejano en la tierra. Además, “guacamaya” rima con
el apellido “Amaya”, entonces sugiere esto el punto de vista autoral y del
contemplador del posible paisaje representado en este lienzo. En el plano
abstracto, esta acuarela son meras formas geométricas básicas sobre una especie
de “suelo” de pergamino en apariencia. En el sitio www.casachihuahua.org.mx, los
gentiles lectores pueden tener acceso a algunas obras de Amaya exhibidas en la
gran y vital muestra colectiva “Metamorfosis”.
12. “HACIA EL
AZUL” [Escultura de acero inoxidable, sin fecha] de la chihuahuense Águeda
Lozano (1944—). Escultora y pintora, Lozano ha vivido en París, Francia,
durante más de cuatro décadas. Cuenta con más de cien exposiciones colectivas e
individuales, entre las cuales se cuentan haber figurado en los más importantes
museos y galerías de Francia y Europa. Sus obras han sido objeto de análisis en
numerosas libros y catálogos de Europa y América.
La
presente obra es fina y delicada, chispazos de belleza flamígera, con un título
poético que remite a los poetas simbolistas franceses como Stéphane Mallarmé y
su idealista visión del “azur”. Sobre una base esbelta y alta, se sostiene un
ave de tres patas de alas rasgadas que vuela aparentemente sobre el cielo. La
estilización extremadamente delgada de los volúmenes y el refinamiento de las
formas expresan una belleza “laminada”, sugerente y quintaesencial. Muestra un
sello muy personal esta escultura de acero: Un ave “semifigurativa”, casi
imaginaria, casi abstracta, pájaro de cuello y alas rasgadas, sin cabeza ni
patas, símbolo concentrado y esencial de un pájaro. Se observa en la pieza un
metal rasgado por la precisa mano intuitiva de la artista de Ciudad Cuauhtémoc,
por la imaginación reconcentrada de su ser creador y creativo: Perfecta ave de
plata, cristalización del vuelo en metal hacia un azul ausente.
13. “JESÚS EN LA
CIUDAD” [Gouache sobre papiro, 66 x 93 cm., sin fecha] de autor egipcio
anónimo. En este cuadro, la figura humilde de Jesucristo monta un asno blanco,
investido en un manto rojo y un manto azul rey. Se observa un aura sagrada en
color marrón sobre su cabeza, con una cruz adentro. El trascendental personaje del
Cristianismo saluda a los habitantes de un pueblo, hombres y mujeres que portan
ramas y también lo saludan. En suma, Cristo exhibe humildad y carisma en esta
sencilla escena pueblerina. En tanto, los edificios y casas son de adobe marrón
unos y otras viviendas están pintadas en colores amarillo y blanco; se erigen
cúpulas y palmeras al fondo. En particular, la gente viste mantos de diversos
colores, los hombres son barbados y las mujeres se cubren con mantos también y
muestran ojos piadosos todos los espectadores que miran el paso de El Hijo de
Dios. En especial, el borrico camina sobre un manto rojo colocado sobre un piso
empedrado con piedras amarillas. Hay también niños y jovencitos. El colorido es
en general intenso y su figurativismo es de buena hechura creativa. En este
cuadro, arte y religión se conjugan bajo el tejido prodigioso de este pintor
anónimo del continente africano.
14. “EL CALDERO
DEL DIABLO” [Serigrafía, 41.5 x 59 cm., sin fecha] de Gerardo Vargas Frías
(1971—). Ha sido pintor, grabador, muralista, museógrafo, serigrafista,
dibujante, ilustrador y fotógrafo. Nació en la Ciudad de México y estudió arte
en la Universidad Veracruzana. Ha expuesto en numerosas ocasiones, tanto en
museos de Chihuahua, México, los Estados Unidos y Sudamérica.
En
esta obra, se yergue una enorme caldera de ladrillo rojo sobre un mar de olas
azules y negras. La caldera muestra cuatro chimeneas que emiten humo negro. Al
centro del cuadro, se contempla una construcción empalizada. Al fondo, otras
cuatro chimeneas grandes despiden humo negro y gris. El cielo, en contraste, es
hermosamente naranja, con nubarrones densos, blancos y marrones: Paisaje
natural e industrial, el artista mexicano capta la belleza espacial con
perfectos dibujos, exacto colorido, colores básicos: Escena como de almanaque
pero sin la idealización estilística, sino desde la visión de un artista
comprometido con su mundo. Belleza natural e industria, todo está captado desde
una perspectiva panorámica o de “pan
shot”, como en el cine.
15. “RECLINING NUDE” [Acuarela sobre papel
bond, 36 x 56 cm., sin fecha] de la veracruzana Alicia García Casauranc. Estudió
arte y diseño en Inglaterra y es catedrática de Dibujo y Diseño Artístico en la
Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH). En 2015, expuso cincuenta y cinco
bellísimas acuarelas de temas infantiles en “De Veracruz a Chihuahua: Homenaje
a Gabilondo Soler” en el Museo Casa
Chihuahua, durante el Festival Internacional Chihuahua.
Una
mujer desnuda reposa y mediata sobre un blando sofá en el centro del cuadro y
mira el jardín por la ventana. Cuerpo un tanto obeso, cabello pelirrojo, pechos
grandes, la mujer luce como una señora relajada que descansa en su hogar. Los
colores suaves y delicados —piel rosada, blanco sofá, plantas verde limón—
denotan armonía doméstica, intimidad y belleza. Hogar y cuerpo desnudo,
expresan una escena relajante con fino dibujo, tal vez la imagen de un artista
en su espacio propio: Figurativismo de trazos similares al estilo
impresionista.
16. “VOLUNTAD
IRRESTRICTA” [Impresión digital sobre tela sintética, 40.5 x 29.5 cm., sin
fecha] de Ernesto Eduardo Magaña Olivas (1965—). Nació en la Ciudad de México, vive
en la ciudad de Chihuahua desde 1986 y es un artista autodidacta. Cuenta con
tres exposiciones individuales en el Estado de Chihuahua. Entre ellas,
sobresalen las veinte piezas de la muestra “Sedimento emocional” en el Museo Casa Chihuahua entre el 20 de
noviembre de 2014 y el 26 de enero de 2015.
Este
cuadro combina pintura, escultura y fotografía y es arte abstracto, desde la
personalísima visión del artista. Se ve una forma pétrea, sola, cerrada,
abstracción pura y sólida de la voluntad humana. En general, son emociones
cristalizadas en sinuosos volúmenes grises sobre fondo blanco: “Voluntad de
crear”, “Voluntad irrestricta’. Su abstracta y armonía de formas y volúmenes
transmiten equilibrio y belleza. Según se observa en la muestra “Sedimento
emocional”, Magaña crea intuitivamente las imágenes de este particular cuadro y
de otras obras, a partir de una especie de plastilina que él mismo moldea como si
hiciera trabajos manuales. Luego, coloca la plastilina moldeada sobre un cartón
como si fuera una esculturilla de niño y toma una fotografía de esta
composición intuitiva. Así surge espontánea e intuitivamente, este arte
combinatorio. “Voluntad irrestricta” formó parte de la interesante y novedosa muestra
“Sedimento emocional”. Los gentiles
lectores pueden consultar el examen de esta exhibición artística en mi Blog.
17. “LA GRIETA”
[Óleo sobre lienzo, 100 x 90 cm., sin fecha] de Artemio Sepúlveda (1935—). Nació
en Nuevo León y estudio arte en 1950 en la escuela La Esmeralda del Instituto
Nacional de Bellas Artes (INBA) de la Ciudad de México. Contaba en 2015 con
nueve exposiciones individuales y ocho colectivas en México y los Estados
Unidos. Los treinta cuadros de la gran exhibición “Pasta de Conchos” construyen
verdaderos arquetipos del obrero con un estilo marcadamente expresionista. Esta
exhibición fue presentada en el Museo
Casa Chihuahua, entre el 31 de octubre de 2014 y el 19 de enero de 2015. Los
amables lectores pueden revisar el examen de dicha muestra en mi Blog.
Una
mujer está sentada en la banqueta de una calle cualquiera en esta pintura. Está
envuelta en un rebozo blanco, con vestido violeta. Asoman sus pies morenos
enormes y el rostro se ve medio oculto y la figura impacta por su tristeza y
desolación. En particular, la pared marrón claro y la banqueta armonizan con la
figura triste y desamparada. La escena esta captada desde un primer plano, así
que el espacio urbano casi no se ve, pero se intuye que es una ciudad. En
general, domina el trazo expresionista para comunicar patetismo, pero los
suaves colores básicos demuestran compasión por parte del artista creador. En
sí, el título revela el espacio físico, pero ella es la protagonista anónima,
popular, tal vez una vendedora ambulante. En pocas palabras, es una gran obra
artística: El dibujo distorsionante y sugerente se fortalece con el suave
colorido. Esta pintura tan sencilla y dramática apareció en la gran exhibición “Pasta de Conchos”.
18. “IMPERFECCIÓN
COTIDIANA” [Óleo sobre lienzo, 130 x 160 cm., sin fecha] del chihuahuense
Javier Aragón. Cuadro abstracto: Sobre
un fondo amarillo, emergen grupos de cuadros y rectángulos teñidos de blanco,
gris, rojo y amarillo, plenamente texturales. Estas figuras geométricas lucen
como maderas viejas y desgastadas, con líneas un tanto distorsionadas. En
general, los colores armonizan el fondo y los diseños texturales, hasta figurar
una gran belleza amarilla, intuición estética pura. En general, representan
imágenes de la “imperfección” anunciada en el título y pueden verse también
como imágenes de arte figurativo, imágenes sugeridas: Techos de casas, tal vez.
Como simples imágenes abstractas, son formas en busca de significado: Cuajar
emociones en color, textura, volumen y forma. Es una bella pintura de armonía
que deja mostrar “imperfecciones leves”, como una forma intencional de romper
la perfección del cuadro.
19. “LIBERTADES”
[Óleo sobre lienzo, 160 x 120 cm., sin fecha] del chihuahuense Eugenio Flores Reyes
(1943—). Nativo de Villa Matamoros, ha expuesto en diversos museos de Chihuahua
y México. Se desempeñado como maestro de dibujo y pintura y como pintor. Es un maestro
del arte abstracto.
En
el lienzo se entreveran nubes de rojo, rosado y amarillo, en perfecta armonía
cromática. El fondo es naranja, delicioso color, estallido pulposo. Al centro justo,
parece “arder” una “fogata” de signos negros y cafés, líneas, garabatos que
parecen “quemarse” en el “fuego” de la creación pictórica, en “fuegos” de rosa
intenso. La pintura “arde” en la mirada del espectador: Belleza pura,
abstracta, intuitiva, onirismo misterioso, imaginación, exploración. El cuadro
hace homenaje a la plena libertad creativa del artista, como se concentra en el
título mismo de la obra. Flores juega con colores y líneas, espontanea
creación, abstracciones que son “flamas” que son expresiones de la libertad
artística, tejido caótico, matriz esencial, fuego primigenio del pintor, de
donde se desprenden fragmentos de belleza, simples “rajas” de intenso colorido,
figuras sin sentido figurativo, figuras que se “queman” en el “infierno’ vivo
de los colores: La plena imaginación del artista en pleno incendio sobre el
lienzo, plenamente “ardiendo” en “libertades” puras y quintaesenciales.
20. “ENTE AZUL”
[Técnica mixta sobre lienzo, 120.5 x 100 cm., sin fecha] de David Correa. Nació en la Ciudad de México y
cuenta con alrededor de doscientas exposiciones en los Estados Unidos, Argentina,
Belice, España, Italia, Turquía, Japón y México. En 2000, obtuvo “El Premio Italia
por el Arte”. En 2009, presentó la muestra “Retrospectiva” en el Museo Casa Chihuahua.
Una
criatura fantástica y azul es el centro del cuadro: Monstruo nacido de la
imaginación creadora del artista, con perfecto dibujo y un color extremadamente
llamativo. Es parte de un bestiario fantástico del creador del barrio de Tacubaya
de la Ciudad de México.
II CONCLUSIÓN: LA CASA MUSEO PARA EL MUNDO
En
conclusión, las veintiocho obras de arte del acervo del Museo Casa Chihuahua
enseñan la vitalidad creadora de los artistas chihuahuenses, mexicanos y
estadounidenses; una gran variedad estilística y técnica; una vigorosa estética
figurativa y un sugerente imaginario abstracto; muestras de calidad en pintura
y escultura, orfebrería y cerámica, arte y artesanía.
Por
encima de todo, sobresalen estos veintitrés artistas por su generosidad, por su
talento creativo, por su amor al arte y por su confianza en el poder de la
cultura para transformar a la sociedad, sensibilizándola, intelectualizándola. Fundamentalmente,
la escultura “Hacia el azul” de Águeda Lozano concentra metafóricamente la tarea
realizada por el Museo Casa Chihuahua con esta joven colección de arte. Esa escultura
delicada y fina presagia un “vuelo”: El vuelo de un ave de acero brillante. Esta
ave simboliza el arte mismo, por su fino diseño, su esencial belleza, su quintaesencialidad.
Seguramente, “El Acervo artístico de Casa
Chihuahua” crecerá con el tiempo y tomará su “vuelo” con más arte y belleza
dentro de sus arcas, llenas de “tesoros”, “arcas” llenas de deseos estéticos, pasiones,
visiones.
Todos
los artistas de México y el mundo tienen, pues, su “Casa Chihuahua” completamente abierta.
Los
gentiles lectores pueden consultar en el presente Blog otros artículos sobre
exposiciones de arte y cultura en el Museo
Casa Chihuahua y pueden ver el sitio www.casaredonda.org.mx
para admirar diversas imágenes de las exposiciones realizadas en ese recinto
artístico, entre 2006 y 2016: Diez años de creatividad, cultura y belleza. En
este preciso y preciosos verano, se celebran los diez años de dicho museo con
una magna exposición de esculturas y pinturas de la brillante artista
chihuahuense Águeda Lozano. El Museo Casa
Chihuahua se ubica en la calle Libertad 901, zona centro, de la ciudad de
Chihuahua, justo en el edificio que el Palacio Federal.
Obras citadas
“Mario Martín del Campo.” Mario Martín del Campo.
5 junio 2016.
<mariomartindelcampo.com>.
Teódulo Rómulo. Sueños materializados en forma y color. Chihuahua: Universidad
Autónoma
de Chihuahua, 2015.
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