domingo, 24 de enero de 2016

TALLER DE POESIA DE BEN OLGUIN: POESIA VIVA, CREATIVA Y ESPONTANEA

TALLER DE POESÍA DE BEN OLGUÍN: POESÍA VIVA, CREATIVA Y ESPONTÁNEA


ÓSCAR ROBLES


En la pantalla grande, el profesor exhibió videos del célebre Poetry Jam estadounidense del sitio www.youtube.com, los cuales presentaban poesía oral en inglés filmada en bares, cafés y centros nocturnos del Este de los Estados Unidos. Aparecían en la pantalla jóvenes poetas, hombres y mujeres, de diverso origen étnico, declamando sus propios poemas, con gran gracia y soltura de actores o bardos de la auténtica poesía viva.
  Estas declamaciones eran poesía y teatro a la vez y mostraban gestos y dinámicos movimientos del cuerpo de los poetas, como si bailaran; los poemas eran una especie de monólogos dramáticos con variantes poéticas (rimas, aliteraciones, juegos de palabras, musicalidad). Los temas de estos monólogos exhibían buena sustancia: Conocimiento cultural y experiencia humana. Estos poemas vivaces usaban un hablante lírico personal en general y, básicamente, exploraban con inteligencia y creatividad los hondos y polémicos temas de las identidades personales y colectivas dentro de los Estados Unidos: Identidades culturales, de sexo-género, familiares, religiosas y/o étnicas. Pasaron por la enorme pantalla del recinto universitario poetas jóvenes, hombres y mujeres, anglosajones, latinos, asiáticos. . . Se oían todos los poemas como canciones de rap sin música, poesía silvestre, bronca, como la antigua poesía de los bardos. Poesía reflexiva, sin embargo.
Esta sección filmada de Poetry Jam fue la sección inicial del interesante Taller de Escritura Creativa Bilingüe (Poesía) que fue ofrecido por el poeta y profesor mexicoamericano Ben Olguín en el campus de la Universidad Estatal de Arizona / Arizona State University (ASU), en marzo 21 de 2015, durante la XVIII Conferencia de Literatura en Español a Nivel Graduado titulada “Social Justice and Human Rights in Literature and Culture”. En este taller, los asistentes pudieron ver la voz viva y las imágenes corporales de estas exhibiciones de poesía oral filmada, poesía muy original y de amplia resonancia en el siglo XXI en la vida nocturna de los Estados Unidos.
Luego, el poeta Olguín invitó a los estudiantes graduados y demás asistentes a escribir poemas con el tema de la identidad personal y colectiva, inspirándose en estos videos. Entonces, algunos alumnos leyeron en voz alta sus composiciones en español y se intercambiaron ideas, comentarios y sugerencias. En general, se disfrutó en este taller de la espontaneidad creativa y del buen ambiente creado por Olguín dentro del espacioso y fresco recinto ubicado en la ciudad de Tempe, Arizona, dentro del hermoso campus de ASU.
Posteriormente, el poeta Olguín compartió varios dichos y refranes en español e invitó a los estudiantes a exponer algunos ejemplos propios de esta tradición oral de la cultura hispánica. Por ejemplo, yo escribí los siguientes dichos y refranes, inspirado en el tema de los peces: “A río revuelto ganancia de pescadores”; “por su boca muere el pez”; y “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.  Finalmente, los estudiantes escribieron poemas basados en refranes y los leyeron en voz alta.
Finalmente, el profesor de escritura creativa expuso en la misma pantalla grande un poema muy importante del poeta chileno Pablo Neruda y lo contextualizó históricamente. Este poema fue “Explico algunas cosas” del libro España en el corazón (1937). El poema aborda la Guerra Civil Española (1936-1939) y expresa el estado de angustia del poeta por una realidad social en crisis por la cruel guerra. Olguín apuntó que diversos poemas captan la realidad social e histórica de manera crítica y sugirió tomar este modelo de gran poema escrito por un poeta sudamericano, Premio Nobel de Literatura en 1971.
En suma, Ben Olguín demostró en su taller de poesía mucha simpatía, dinamismo y buenos comentarios para motivar a los estudiantes a escribir poesía, a comprometerse con su entorno social y a explorar su propia identidad personal. Especialmente, recomendó escribir más poesía testimonial.
Asimismo, Ben Olguín presentó en la noche del sábado 21 de marzo un gran y sustantivo discurso de orientación intelectual, educativa y profesional para los estudiantes graduados de ASU. En este discurso, expuso importantes reflexiones sobre el papel de la gente pensante y educada dentro de una sociedad determinada. En especial, brindó grandes ideas sobre el papel del intelectual y del universitario en la vida actual de los Estados Unidos. Por ejemplo, definió que el intelectual es “un perseguidor permanente” / a permanent pursuier y, en cambio, dijo que la gente educada  o universitaria es una persona con una disciplina vigorosa para trabajar con las ideas.


BEN OLGUIN, POETA Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE TEXAS EN SAN ANTONIO

Ben Olguín o B.V. Olguín estudió licenciatura en la Universidad de Houston, Texas, donde su abuelo materno trabajó como conserje, y la maestría y el doctorado en la Universidad de Stanford, California, durante la década de los noventa, según la nota sobre el autor de uno de sus libros de poemas (Olguín 108). Es profesor asociado de literatura y escritura creativa en la Universidad de Texas en San Antonio y es autor del libro de poemas testimoniales sobre la sociedad cubana At the Risk of Seeming Ridiculous. Poems from Cuba Libre (San Antonio: Aztlán Libre Press, 2014), entre otras obras de diversos géneros literarios. Asimismo, ha colaborado en las revistas Borderlands, Callaloo y North American Review.


PORTADA DEL LIBRO AT THE RISK OF SEEMING RIDICULOUS. POEMS FROM CUBA (2014)




Obras citadas
Olguín, Ben. At the Risk of Seeming Ridiculous. Poems from Cuba Libre. San

Antonio: Aztlán Libre Press, 2014.

"LOS TESTIGOS DE JEHOVA": A LA BUSQUEDA DE LA ESPÌRITUALIDAD VERDADERA EN UN MUNDO MATERIALISTA


LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ: A LA BÚSQUEDA DE LA ESPIRITUALIDAD VERDADERA EN UN MUNDO MATERIALISTA


ÓSCAR ROBLES


Hablan del fin del mundo, de la degradación moral en esta ciudad de Chihuahua y en el mundo, de las bondades de su religión, de la lectura directa y la sabiduría de La Biblia, esa fuente inmensa de historia, literatura y religión. Predican espiritualidad en las calles, como caminantes o viajeros.
         En el Parque Infantil ―dulce verdura, tiernos cantos de pájaros, primavera de abril―, se sientan a conversar conmigo un hombre joven, de rostro limpio, y un hombre maduro, de bigote y cabello canosos, los dos investidos en camisa verde uno y blanca el otro, corbatas, elegantes pantalones de poliéster, pulcros, finos, educados, conversadores.
         Uno siente de inmediato la energía espiritual buena en esos hombres de religión verdadera, más allá de los ritualismos excesivos y repetitivos de otras religiones y de las falsas fiestas de los falsos creyentes (bautizo o boda, borrachera segura).
         Me regalan una revista, me muestra una Biblia pequeña, manual, erudita, con múltiples notas en las páginas de los libros y un nutrido índice de nombres y palabras al final de la misma. Biblia mágica y bella.
         Los dos predicadores ambulantes confiesan que tienen problemas con vecinos alcohólicos y “bullies” o provocadores de violencia perversa, los dos grandes males de la sociedad chihuahuense y mexicana, entre 2008 y 2016. Dicen que están muy tristes con la degradación moral de esta sociedad, excesivamente violenta, materialista y viciosa, ocurrida en los últimos diez años.
         Los Testigos de Jehová es una secta o religión grande, contaban hasta 2015 con ocho millones de miembros en el mundo y tienen su sede en Brooklyn, Nueva York. Publican revistas y libros financiados con las subvenciones voluntarias aportadas por los miembros de dicha religión.
         El más joven de los predicadores me muestra un fragmento muy revelador del Evangelio según San Mateo sobre la crisis de la sociedad, previa a la creación de un mundo de paz gracias a la venida redentora de Jesucristo.
         Disfrutamos los tres de reflexiones sociales y religiosas en medio de los árboles del parque, los arrullos de los pájaros, de los niños del kínder que pasan por la calle.
         Los dos predicadores son gente limpia de espíritu, llena de paz, llena de fe. Se les ve en sus ojos buenos, blandos y generosos. Comparten un trozo del pan de la religión y lo saboreo ricamente.
         Predican su fe con lecturas profundas y gran sabiduría humana, dentro de una sociedad corrupta, criminal, ilegal y violenta, como la mexicana de estos tiempos del siglo XXI, desde los años de la Recesión Económica mundial hasta la fecha.
       Los Testigos de Jehová forman parte de una “secta fundada en los Estados Unidos en 1874 por C. Taze Russel” (“Jehová, testigos de”. Pequeño Larousse ilustrado. Ed. Ramón Pelayo y Gross. México: Ediciones Larousse, 1991.) 

jueves, 7 de enero de 2016

"LA CURACION ESPONTANEA" DE ANDREW WEIL: EL CUERPO COMO INNATO "SISTEMA SANADOR" Y LA "MEDICINA INTEGRATIVA"

LA CURACIÓN ESPONTÁNEA DE ANDREW WEIL[1]: EL CUERPO COMO INNATO “SISTEMA SANADOR” Y LA "MEDICINA INTEGRATIVA"



ÓSCAR ROBLES




La salud es “consecuencia de una vida en armonía con la ley natural” y “El cuerpo puede curarse a sí mismo”, son las tesis centrales del libro La curación espontánea (1995) del doctor estadounidense Andrew Weil (12, 16). Para lograr estos objetivos vitales, Weil propone en este libro vivir en armonía con la naturaleza y recurrir a diferentes posibilidades de la medicina alternativa, tales como la acupuntura, la retroalimentación de vida o biofeedback, la curación religiosa, la hipnoterapia, la homeopatía, la medicina aryuvédica, la medicina china tradicional, la medicina holista, la naturopatía, la quiropraxia, la herbolaria, la dieta macrobiótica, la terapia de imágenes guiadas, la visualización, la terapia de manipulación osteopática, el toque terapéutico y/o el trabajo corporal (feldenkrais, rolfing, shiatsu y trager).
De acuerdo a su libro, el doctor Weil sigue principalmente los dictados de Higea, la diosa de la salud entre los antiguos griegos. Bajo esta guía histórica y mitológica, piensa que las leyes naturales “aseguran al hombre una mente sana en un cuerpo sano” (Weil 12). Al basarse en las leyes naturales, los sanadores o curanderos de la antigüedad griega servían a la diosa Higea, hija de Asclepio. En tanto, los médicos trabajaban bajo el patrocinio de Asclepio, el dios de la medicina (12). Esencialmente, la base científica expuesta en este trascendental libro escrito por Weil se finca en la idea de que el ADN es una macro-molécula que define la vida, posee una tendencia natural a la auto-reparación y, en consecuencia, la curación se vuelve un proceso espontáneo (106-107). En pocas palabras, Weil promueve la llamada Medicina Integradora en las tres partes y diecinueve capítulos que componen este interesante libro sobre la curación del cuerpo humano.
Por estas propuestas medicas novedosas, esperanzadoras y optimistas, el libro de Weil ha vendido más de un millón de ejemplares desde su publicación a mediados de la década de los noventa, se ha convertido en un verdadero bestseller internacional, ha sido traducido a varios idiomas y ha representado una efectiva y autentica alternativa de curación. Especialmente, este libro tuvo un gran impacto entre el público durante la década de los noventa, justo en medio de la crisis económica de los servicios nacionales de salud de los Estados Unidos y de la ineficacia de los antibióticas y otras medicinas alternativas.


PORTADA DEL LIBRO CURACION ESPONTANEA DE ANDREW WEIL

En general, las tres partes del libro y los diecinueve capítulos convergen con gran eficacia y objetividad, para fijar la idea de que el cuerpo humano posee un innato “”sistema sanador”. Es decir, el libro plantea que hay una gran “capacidad del cuerpo para repararse a sí mismo” (Weil 111). Para activar este poderoso “sistema sanador”, las personas deben conocer bien la organización biológica del cuerpo humano, alimentarse correctamente, recurrir a las vitaminas y a las hierbas tónicas, hacer ejercicio regularmente, reducir el estrés o tensión emocional y conocer muy bien el medio ambiente y las sustancias tóxicas que invaden el ambiente en una comunidad determinada.
En la primera parte (siete capítulos), Weil define qué es el “sistema sanador”, realza el papel de la mente en las curaciones, propone un “tao de la curación” y analiza diez casos clínicos ocurridos entre sus propios pacientes y entre los pacientes de otros médicos. En particular, todos estos pacientes se aliviaron de enfermedades tan diversas y difíciles de curar, tales como las siguientes catorce: Anemia aplásica, colitis ulcerosa, depresión, impotencia, ciática, esclerosis múltiple, diferentes tipos de cáncer (de próstata, de piel, de hueso, de riñón y de mama), escleroderma, artritis reumatoidea, lupus, hipertensión arterial, hipotiroidismo, mielofiebrosis primaria en el bazo, hernia discal en una vértebra lumbar, entre otras más. Especialmente, el síntoma principal del “escleroderma” es la lesión de algún tejido producida por “una reacción indebida del sistema inmunitario” (Weil 27). Una paciente de Weil mostró, además, los siguientes síntomas de dicha enfermedad: “Las manos frías y la piel amoratada, brillante, dura y rígida” (28). La complicación de esta enfermedad derivó en una “fibrosis pulmonar” y la enferma tuvo problemas para respirar (28). Para aliviar estas enfermedades, se llevaron a cabo medidas de auto-reparación del sistema de salud del cuerpo humano.
La segunda parte (siete capítulos) se centra en la mejora del “sistema sanador”, mediante una alimentación balanceada y otras medidas de curación. Fundamentalmente, esta alimentación consistió en un ayuno semanal, grasas mono-insaturadas, proteínas de pescado y de soya, frutas, verduras y cereales integrados. Sobre el pescado en particular, Weil refiere que “los países en que se come más pescado tienen los índices más elevados de longevidad y los más bajos de enfermedad” (207). Por otro lado, se recurrió a las siguientes cinco medidas sanadoras más en dichos casos clínicos: 1) Las dietas curativas; 2) la protección contra toxinas del medio ambiente, tales como pesticidas, esmog, gases, aerosoles, nicotina, residuos químicos en aguas, energía nuclear, rayos X rayos ultravioleta y otras más; 3) el uso frecuente de tónicos y vitaminas, tales como ajo, jengibre, te verde, cardo mariano, ginsén y otras sustancias; 4) la conexión del cuerpo con la mente y el espíritu, a base de ejercicios físico, de descanso, de diversas técnicas de respiración, de pensamientos positivos, de imaginación sexual, de visualización curativa, de lecturas de escritores clásicos y de otras tareas más; 5) y, finalmente, mediante un programa completo especial de ocho semanas con alimentos, ejercicios y vitaminas.
La tercera parte del libro (cinco capítulos) expone las posibles medidas curativas para combatir diversos tipos de enfermedades. Para explicar este asunto, por ejemplo, se detallan en el libro las medidas correctas para los tratamientos médicos, tales como la aplicación de la medicina alopática y/o la medicina alternativa. Esencialmente, Weil considera que la medicina alopática o tradicional es más apropiada para los siguientes problemas de salud: Traumatismo, urgencias médicas y quirúrgicas, infecciones bacterianas, infecciones parasitarias, vacunas, diagnosticar problemas médicos complejos, reemplazar caderas y rodillas lesionadas, cirugía cosmética y para insuficiencias hormonales (Weil 309). También, el brillante autor de este libro relata once casos clínicos de pacientes estadounidenses, explora diversas alternativas de curación (acupuntura, hipnoterapia, homeopatía, quiropraxia y otras más) y examina cuidadosamente las estrategias de salud que tuvieron verdadero éxito.
Asimismo, en la tercera parte, el doctor Weil hace recomendaciones especiales para tratar diversos tipos de enfermedades. Por ejemplo, examina los siguientes cuatro tipos de enfermedades: 1) Comunes: Alergias, dolores e infecciones; 2) enfermedades autoinmunes, cardiovasculares y de la piel; 3) trastornos digestivos, mentales, emocionales, nerviosos, musculo-esqueléticos y urinarios, entre otros; 4) y el análisis del cáncer como caso especial de enfermedad. Para Weil, los organismos vivos son como los ríos, la cual es una poderosa imagen poética y natural. Si las personas dejan de verter impurezas en los “ríos”, “los niveles de contaminación irán bajando hasta un punto en que reviven los mecanismos de saneamiento” (Weil 116). Por ejemplo, para tratar el cáncer, Weil recomienda más la cirugía que la radioterapia y la quimioterapia. Por ser el cáncer una enfermedad sistémica, sugiere que los enfermos mejoren su salud general y hagan cambios en los planos físico, mental, emocional y espiritual de sus vidas (364, 372). En suma, el río es la imagen clave para entender los procesos naturales de enfermedad y salud.
Merece especial atención el capítulo 2 de la primera parte de Curación espontánea. En este capítulo, Weil narra con precisión y apropiada información médica uno de los casos más sorprendentes de curaciones: La efectiva y paciente labor curativa del octogenario osteópata jubilado Robert Fulford en la ciudad de Tucson, Arizona, durante la década de los noventa. La base de las curaciones de Fulford era el tratamiento con las manos, con el firme propósito de “ajustar mecánicamente el cuerpo para permitir el buen funcionamiento de los sistemas circulatorio y nervioso” (Weil 45). Este facultativo médico egresó de la Escuela de Osteopatía de Kansas City, Missouri. Fundamentalmente, este doctor estadounidense concebía el cuerpo humano como una unidad de energía, basada en la respiración correcta. Con este enfoque médico, Fulford curaba a las personas aplicando masajes con sus manos y con un martillo percutor. Por ejemplo, trataba dolencias músculo-esqueléticas, problemas hormonales y digestivos, trastornos del sueño, asma, infecciones de oídos y otras dolencias más.
En particular, Robert Fulford partía de una idea médica fundacional del terapeuta William Sutherland. Este facultativo propuso en 1939 que había una respiración primaria basada en los movimientos craneales y del hueso sacro, y una respiración secundaria en el pecho, los pulmones y el diafragma. Asimismo, Sutherland pensaba que “los huesos del cráneo se mueven” (Weil 46-47). Siguiendo las ideas de Sutherland, Fulford “se entrenó para sentir un pelo humano colocado bajo 17 hojas de papel” y de este modo desarrollar una buena “sensibilidad táctil” (47). Según Andrew Weil, Fulford liberaba la tensión de los cráneos y de los huesos sacros y “era un osteópata puro y a la antigua, fiel a la tradición del hombre que fundó ese sistema, Andrew Taylor Still (1828-1917), de Kirsville (Missouri)” (45). En resumen, Fulford creía fielmente en el gran papel de la Madre Naturaleza para restaurar la salud perdida. Especialmente, este doctor liberaba de los shocks y de los traumas físicos a los huesos sacros con sus manos o con el martillo percutor. Según Fulflord, “simplemente les saco el demonio a los sacros” (53).
Derivadas de la impactante experiencia con Robert Fulford, Andrew Weil establece cuatro ideas centrales para tener muy buena salud. Primero, “el cuerpo desea estar sano” y, para lograr esto, la energía debe circular libremente. Segundo, “curar es un poder natural” y, por ello, hay que dejar que “la Madre Naturaleza haga su trabajo”. Tercero, “el cuerpo es un todo y todas sus partes están conectadas y es, en pocas palabras, un “organismo unificado”. Cuarto, “la confianza de los médicos influye en gran manera en el poder auto-curativo de los enfermos (55, 57).
En conclusión, “la curación espontánea” se fundamenta en que “la curación es una capacidad inherente a la vida” por diversas situaciones y hechos (Weil 107). Así pues, “la curación espontánea” ocurre en algunas importantes operaciones continuas del propio “sistema sanador” en el cuerpo, por su misma capacidad innata para detectar los daños en el cuerpo, por su misma capacidad para eliminar y reemplazar estructuras dañadas y por la propia tendencia natural a la curación ejercida por la poderosa macro-molécula el ADN (107). Por ejemplo, la reparación de estructuras deterioradas incluye la cicatrización de heridas, la generación de nuevos cartílagos y el surgimiento de porciones de huesos.
En realidad, los tratamientos médicos funcionan gracias a la activación interna de los “sistemas sanadores” del cuerpo. Según Weil, “el tratamiento se origina fuera de uno”, pero “la curación viene de adentro” (157). Al final de cuentas, las enfermedades físicas tienen un fuerte origen emocional y mental. La gente enferma, por ejemplo, por “ciertos hábitos mentales”, “por no descargar las emociones negativas, por no llevar una vida más espiritual” (160). Sin embargo, antes que tratar una enfermedad, hay que “enseñar a prevenir” los males, recomienda Weil (25).
Finalmente, La curación espontánea del doctor Andrew Weil es un valioso, optimista y documentado estudio para el público en general y para los médicos y enfermeros. Cuenta con una gran claridad expositiva, con el uso de casos concretos de enfermos, con la clasificación de las diferentes áreas de la medicina alternativa, con las recomendaciones específicas para curar más naturalmente alrededor de quince enfermedades comunes y con un nutrido apéndice que tiene una buena guía para localizar médicos, terapeutas, productos e información en diferentes estados de los Estados Unidos de Norteamérica, tales como los fronterizos California y Colorado, los cuales están muy cerca de México.
En el epílogo de esta obra fundamental sobre medicina, Weil refuerza su popular Medicina Integrativa, mediante la propuesta de una significativa reforma de la educación médica en su país. Para este propósito toral de la vida humana y de la vida nacional de los Estados Unidos, recomienda la integración de clases de filosofía de la ciencia, de medicina alternativa, de psicología, de espiritualidad y de investigación y de otras medidas más. De este modo, los médicos estadounidenses pueden explorar y entender mucho mejor “el poder sanador de la naturaleza” y el papel central del “sistema sanador del cuerpo” (Weil 380, 381). Por todos estos motivos expuestos, Curación espontánea del doctor Weil es un libro muy recomendado para leerse en México y en toda Latinoamérica. Especialmente, sirve para entender el trascendental poder de la mente y del espíritu y el funcionamiento de la Madre Naturaleza para curar enfermedades físicas.
         Andrew Weil (1942―) es médico, profesor, investigador, conferencista y escritor. Ha sido reconocido como el gran “gurú” de la salud holística y de la Medicina Integrativa (“Andrew”). Estudió medicina en la Universidad de Harvard en la década de los sesenta, ha sido profesor de la Universidad de Arizona desde la década de los noventa y es fundador de The Arizona Center for Integrative Medicine para dicha universidad en 1994. Asimismo, ha publicado numerosas obras de medicina, entre las cuales pueden mencionarse Health and Healing (1983), Healthy Aging (2005) y Why Our Health Matters (2009), la cual aborda  la reforma de salud en los Estados Unidos (“Andrew”).




Obras citadas
“Andrew Weil.” Wikipedia. La enciclopedia libre. 7 enero 2016. FundaciónWikimedia, Inc. 25 noviembre 2015.
Weil, Andrew. La curación espontánea. New York: Vintage        Español, 1997.
―. Spontaneous Healing. New York:  Alfredo Knopf, 1995.



PORTADA DE LA EDICION EN ESPANOL DEL LIBRO DE ANDREW WEIL




[1] Esta reseña crítica fue publicada originalmente en la brillante y ya desaparecida revista Chihuahua Moderno en enero de 2011. La presente es una versión corregida y aumentada de dicho texto para ofrecerlo a los gentiles lectores que siguen regularmente mi Blog. 

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