domingo, 31 de enero de 2016
martes, 26 de enero de 2016
domingo, 24 de enero de 2016
TALLER DE POESIA DE BEN OLGUIN: POESIA VIVA, CREATIVA Y ESPONTANEA
TALLER DE POESÍA DE BEN OLGUÍN: POESÍA VIVA,
CREATIVA Y ESPONTÁNEA
ÓSCAR ROBLES
En
la pantalla grande, el profesor exhibió videos del célebre Poetry Jam estadounidense del sitio www.youtube.com,
los cuales presentaban poesía oral en inglés filmada en bares, cafés y centros
nocturnos del Este de los Estados Unidos. Aparecían en la pantalla jóvenes
poetas, hombres y mujeres, de diverso origen étnico, declamando sus propios
poemas, con gran gracia y soltura de actores o bardos de la auténtica poesía
viva.
Estas
declamaciones eran poesía y teatro a la vez y mostraban gestos y dinámicos
movimientos del cuerpo de los poetas, como si bailaran; los poemas eran una
especie de monólogos dramáticos con variantes poéticas (rimas, aliteraciones,
juegos de palabras, musicalidad). Los temas de estos monólogos exhibían buena sustancia:
Conocimiento cultural y experiencia humana. Estos poemas vivaces usaban un
hablante lírico personal en general y, básicamente, exploraban con inteligencia
y creatividad los hondos y polémicos temas de las identidades personales y
colectivas dentro de los Estados Unidos: Identidades culturales, de sexo-género,
familiares, religiosas y/o étnicas. Pasaron por la enorme pantalla del recinto
universitario poetas jóvenes, hombres y mujeres, anglosajones, latinos,
asiáticos. . . Se oían todos los poemas como canciones de rap sin música, poesía silvestre, bronca, como la antigua poesía de
los bardos. Poesía reflexiva, sin embargo.
Esta
sección filmada de Poetry Jam fue la
sección inicial del interesante Taller de Escritura Creativa Bilingüe (Poesía)
que fue ofrecido por el poeta y profesor mexicoamericano Ben Olguín en el campus
de la Universidad Estatal de Arizona / Arizona
State University (ASU), en marzo 21 de 2015, durante la XVIII Conferencia
de Literatura en Español a Nivel Graduado titulada “Social Justice and Human Rights in Literature and Culture”. En este
taller, los asistentes pudieron ver la voz viva y las imágenes corporales de
estas exhibiciones de poesía oral
filmada, poesía muy original y de amplia resonancia en el siglo XXI en la vida
nocturna de los Estados Unidos.
Luego,
el poeta Olguín invitó a los estudiantes graduados y demás asistentes a
escribir poemas con el tema de la identidad personal y colectiva, inspirándose
en estos videos. Entonces, algunos alumnos leyeron en voz alta sus
composiciones en español y se intercambiaron ideas, comentarios y sugerencias.
En general, se disfrutó en este taller de la espontaneidad creativa y del buen
ambiente creado por Olguín dentro del espacioso y fresco recinto ubicado en la
ciudad de Tempe, Arizona, dentro del hermoso campus de ASU.
Posteriormente,
el poeta Olguín compartió varios dichos y refranes en español e invitó a los
estudiantes a exponer algunos ejemplos propios de esta tradición oral de la
cultura hispánica. Por ejemplo, yo escribí los siguientes dichos y refranes,
inspirado en el tema de los peces: “A río revuelto ganancia de pescadores”;
“por su boca muere el pez”; y “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”. Finalmente, los estudiantes escribieron
poemas basados en refranes y los leyeron en voz alta.
Finalmente,
el profesor de escritura creativa expuso en la misma pantalla grande un poema
muy importante del poeta chileno Pablo Neruda y lo contextualizó
históricamente. Este poema fue “Explico algunas cosas” del libro España en el
corazón (1937). El poema aborda la Guerra Civil Española (1936-1939) y expresa
el estado de angustia del poeta por una realidad social en crisis por la cruel guerra.
Olguín apuntó que diversos poemas captan la realidad social e histórica de
manera crítica y sugirió tomar este modelo de gran poema escrito por un poeta
sudamericano, Premio Nobel de Literatura en 1971.
En
suma, Ben Olguín demostró en su taller de poesía mucha simpatía, dinamismo y
buenos comentarios para motivar a los estudiantes a escribir poesía, a
comprometerse con su entorno social y a explorar su propia identidad personal. Especialmente,
recomendó escribir más poesía testimonial.
Asimismo,
Ben Olguín presentó en la noche del sábado 21 de marzo un gran y sustantivo discurso
de orientación intelectual, educativa y profesional para los estudiantes
graduados de ASU. En este discurso, expuso importantes reflexiones sobre el
papel de la gente pensante y educada dentro de una sociedad determinada. En
especial, brindó grandes ideas sobre el papel del intelectual y del
universitario en la vida actual de los Estados Unidos. Por ejemplo, definió que
el intelectual es “un perseguidor permanente” / a permanent pursuier y, en cambio, dijo que la gente educada o universitaria es una persona con una
disciplina vigorosa para trabajar con las ideas.
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BEN OLGUIN, POETA Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE TEXAS EN SAN ANTONIO |
Ben
Olguín o B.V. Olguín estudió licenciatura en la Universidad de Houston, Texas,
donde su abuelo materno trabajó como conserje, y la maestría y el doctorado en
la Universidad de Stanford, California, durante la década de los noventa, según
la nota sobre el autor de uno de sus libros de poemas (Olguín 108). Es profesor
asociado de literatura y escritura creativa en la Universidad de Texas en San
Antonio y es autor del libro de poemas testimoniales sobre la sociedad cubana At
the Risk of Seeming Ridiculous. Poems from Cuba Libre (San Antonio: Aztlán
Libre Press, 2014), entre otras obras de diversos géneros literarios. Asimismo,
ha colaborado en las revistas Borderlands, Callaloo y North
American Review.
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PORTADA DEL LIBRO AT THE RISK OF SEEMING RIDICULOUS. POEMS FROM CUBA (2014) |
Obras citadas
Olguín, Ben. At the Risk of Seeming Ridiculous. Poems
from Cuba Libre. San
Antonio:
Aztlán Libre Press, 2014.
"LOS TESTIGOS DE JEHOVA": A LA BUSQUEDA DE LA ESPÌRITUALIDAD VERDADERA EN UN MUNDO MATERIALISTA
LOS TESTIGOS DE
JEHOVÁ: A LA BÚSQUEDA
DE LA ESPIRITUALIDAD VERDADERA EN UN MUNDO MATERIALISTA
ÓSCAR ROBLES
Hablan
del fin del mundo, de la degradación moral en esta ciudad de Chihuahua y en el
mundo, de las bondades de su religión, de la lectura directa y la sabiduría de La
Biblia, esa fuente inmensa de historia, literatura y religión. Predican
espiritualidad en las calles, como caminantes o viajeros.
En el Parque Infantil ―dulce verdura,
tiernos cantos de pájaros, primavera de abril―, se sientan a conversar conmigo
un hombre joven, de rostro limpio, y un hombre maduro, de bigote y cabello
canosos, los dos investidos en camisa verde uno y blanca el otro, corbatas,
elegantes pantalones de poliéster, pulcros, finos, educados, conversadores.
Uno siente de inmediato la energía
espiritual buena en esos hombres de religión verdadera, más allá de los
ritualismos excesivos y repetitivos de otras religiones y de las falsas fiestas
de los falsos creyentes (bautizo o boda, borrachera segura).
Me regalan una revista, me muestra una Biblia pequeña, manual, erudita, con
múltiples notas en las páginas de los libros y un nutrido índice de nombres y
palabras al final de la misma. Biblia mágica y bella.
Los dos predicadores ambulantes
confiesan que tienen problemas con vecinos alcohólicos y “bullies” o provocadores
de violencia perversa, los dos grandes males de la sociedad chihuahuense y
mexicana, entre 2008 y 2016. Dicen que están muy tristes con la degradación
moral de esta sociedad, excesivamente violenta, materialista y viciosa,
ocurrida en los últimos diez años.
Los
Testigos de Jehová es una secta o religión grande, contaban hasta 2015 con
ocho millones de miembros en el mundo y tienen su sede en Brooklyn, Nueva York.
Publican revistas y libros financiados con las subvenciones voluntarias
aportadas por los miembros de dicha religión.
El más joven de los predicadores me
muestra un fragmento muy revelador del Evangelio
según San Mateo sobre la crisis de la sociedad, previa a la creación de un
mundo de paz gracias a la venida redentora de Jesucristo.
Disfrutamos los tres de reflexiones
sociales y religiosas en medio de los árboles del parque, los arrullos de los
pájaros, de los niños del kínder que pasan por la calle.
Los dos predicadores son gente limpia
de espíritu, llena de paz, llena de fe. Se les ve en sus ojos buenos, blandos y
generosos. Comparten un trozo del pan de la religión y lo saboreo ricamente.
Predican su fe con lecturas profundas y
gran sabiduría humana, dentro de una sociedad corrupta, criminal, ilegal y
violenta, como la mexicana de estos tiempos del siglo XXI, desde los años de la
Recesión Económica mundial hasta la fecha.
Los
Testigos de Jehová forman parte de una “secta fundada en los Estados Unidos
en 1874 por C. Taze Russel” (“Jehová, testigos de”. Pequeño Larousse
ilustrado. Ed. Ramón Pelayo y Gross. México: Ediciones Larousse, 1991.)
jueves, 7 de enero de 2016
"LA CURACION ESPONTANEA" DE ANDREW WEIL: EL CUERPO COMO INNATO "SISTEMA SANADOR" Y LA "MEDICINA INTEGRATIVA"
LA
CURACIÓN ESPONTÁNEA
DE ANDREW WEIL[1]:
EL CUERPO COMO INNATO “SISTEMA SANADOR” Y LA "MEDICINA INTEGRATIVA"
ÓSCAR
ROBLES
La
salud es “consecuencia de una vida en armonía con la ley natural” y “El cuerpo
puede curarse a sí mismo”, son las tesis centrales del libro La curación
espontánea (1995) del doctor estadounidense Andrew Weil (12, 16). Para
lograr estos objetivos vitales, Weil propone en este libro vivir en armonía con
la naturaleza y recurrir a diferentes posibilidades de la medicina alternativa,
tales como la acupuntura, la retroalimentación de vida o biofeedback, la curación religiosa, la hipnoterapia, la homeopatía,
la medicina aryuvédica, la medicina china tradicional, la medicina holista, la
naturopatía, la quiropraxia, la herbolaria, la dieta macrobiótica, la terapia
de imágenes guiadas, la visualización, la terapia de manipulación osteopática,
el toque terapéutico y/o el trabajo corporal (feldenkrais, rolfing, shiatsu y trager).
De
acuerdo a su libro, el doctor Weil sigue principalmente los dictados de Higea,
la diosa de la salud entre los antiguos griegos. Bajo esta guía histórica y
mitológica, piensa que las leyes naturales “aseguran al hombre una mente sana
en un cuerpo sano” (Weil 12). Al basarse en las leyes naturales, los sanadores
o curanderos de la antigüedad griega servían a la diosa Higea, hija de
Asclepio. En tanto, los médicos trabajaban bajo el patrocinio de Asclepio, el
dios de la medicina (12). Esencialmente, la base científica expuesta en este
trascendental libro escrito por Weil se finca en la idea de que el ADN es una macro-molécula que define la
vida, posee una tendencia natural a la auto-reparación y, en consecuencia, la
curación se vuelve un proceso espontáneo (106-107). En pocas palabras, Weil
promueve la llamada Medicina Integradora
en las tres partes y diecinueve capítulos que componen este interesante libro
sobre la curación del cuerpo humano.
Por
estas propuestas medicas novedosas, esperanzadoras y optimistas, el libro de
Weil ha vendido más de un millón de ejemplares desde su publicación a mediados
de la década de los noventa, se ha convertido en un verdadero bestseller internacional, ha sido
traducido a varios idiomas y ha representado una efectiva y autentica
alternativa de curación. Especialmente, este libro tuvo un gran impacto entre
el público durante la década de los noventa, justo en medio de la crisis
económica de los servicios nacionales de salud de los Estados Unidos y de la
ineficacia de los antibióticas y otras medicinas alternativas.
![]() |
PORTADA DEL LIBRO CURACION ESPONTANEA DE ANDREW WEIL |
En
general, las tres partes del libro y los diecinueve capítulos convergen con
gran eficacia y objetividad, para fijar la idea de que el cuerpo humano posee
un innato “”sistema sanador”. Es decir, el libro plantea que hay una gran
“capacidad del cuerpo para repararse a sí mismo” (Weil 111). Para activar este
poderoso “sistema sanador”, las personas deben conocer bien la organización
biológica del cuerpo humano, alimentarse correctamente, recurrir a las
vitaminas y a las hierbas tónicas, hacer ejercicio regularmente, reducir el estrés
o tensión emocional y conocer muy bien el medio ambiente y las sustancias tóxicas
que invaden el ambiente en una comunidad determinada.
En
la primera parte (siete capítulos), Weil
define qué es el “sistema sanador”, realza el papel de la mente en las curaciones,
propone un “tao de la curación” y analiza diez casos clínicos ocurridos entre
sus propios pacientes y entre los pacientes de otros médicos. En particular,
todos estos pacientes se aliviaron de enfermedades tan diversas y difíciles de
curar, tales como las siguientes catorce: Anemia aplásica, colitis ulcerosa,
depresión, impotencia, ciática, esclerosis múltiple, diferentes tipos de cáncer
(de próstata, de piel, de hueso, de riñón y de mama), escleroderma, artritis
reumatoidea, lupus, hipertensión arterial, hipotiroidismo, mielofiebrosis
primaria en el bazo, hernia discal en una vértebra lumbar, entre otras más.
Especialmente, el síntoma principal del “escleroderma” es la lesión de algún
tejido producida por “una reacción indebida del sistema inmunitario” (Weil 27).
Una paciente de Weil mostró, además, los siguientes síntomas de dicha
enfermedad: “Las manos frías y la piel amoratada, brillante, dura y rígida”
(28). La complicación de esta enfermedad derivó en una “fibrosis pulmonar” y la
enferma tuvo problemas para respirar (28). Para aliviar estas enfermedades, se
llevaron a cabo medidas de auto-reparación del sistema de salud del cuerpo
humano.
La segunda parte
(siete capítulos) se centra en la mejora del “sistema sanador”, mediante una
alimentación balanceada y otras medidas de curación. Fundamentalmente, esta
alimentación consistió en un ayuno semanal, grasas mono-insaturadas, proteínas
de pescado y de soya, frutas, verduras y cereales integrados. Sobre el pescado en
particular, Weil refiere que “los países en que se come más pescado tienen los
índices más elevados de longevidad y los más bajos de enfermedad” (207). Por
otro lado, se recurrió a las siguientes cinco medidas sanadoras más en dichos casos clínicos:
1) Las dietas curativas; 2) la protección contra toxinas del medio ambiente,
tales como pesticidas, esmog, gases, aerosoles, nicotina, residuos químicos en
aguas, energía nuclear, rayos X rayos ultravioleta y otras más; 3) el uso
frecuente de tónicos y vitaminas, tales como ajo, jengibre, te verde, cardo
mariano, ginsén y otras sustancias; 4) la conexión del cuerpo con la mente y el
espíritu, a base de ejercicios físico, de descanso, de diversas técnicas de
respiración, de pensamientos positivos, de imaginación sexual, de visualización
curativa, de lecturas de escritores clásicos y de otras tareas más; 5) y, finalmente,
mediante un programa completo especial de ocho semanas con alimentos,
ejercicios y vitaminas.
La tercera parte del
libro (cinco capítulos) expone las posibles medidas curativas para combatir diversos
tipos de enfermedades. Para explicar este asunto, por ejemplo, se detallan en el
libro las medidas correctas para los tratamientos médicos, tales como la aplicación
de la medicina alopática y/o la medicina alternativa. Esencialmente, Weil
considera que la medicina alopática o tradicional es más apropiada para los
siguientes problemas de salud: Traumatismo, urgencias médicas y quirúrgicas,
infecciones bacterianas, infecciones parasitarias, vacunas, diagnosticar
problemas médicos complejos, reemplazar caderas y rodillas lesionadas, cirugía
cosmética y para insuficiencias hormonales (Weil 309). También, el brillante autor
de este libro relata once casos clínicos de pacientes estadounidenses, explora
diversas alternativas de curación (acupuntura, hipnoterapia, homeopatía,
quiropraxia y otras más) y examina cuidadosamente las estrategias de salud que
tuvieron verdadero éxito.
Asimismo,
en la tercera parte, el doctor Weil hace
recomendaciones especiales para tratar diversos tipos de enfermedades. Por ejemplo,
examina los siguientes cuatro tipos de enfermedades: 1) Comunes: Alergias,
dolores e infecciones; 2) enfermedades autoinmunes, cardiovasculares y de la
piel; 3) trastornos digestivos, mentales, emocionales, nerviosos,
musculo-esqueléticos y urinarios, entre otros; 4) y el análisis del cáncer como
caso especial de enfermedad. Para Weil, los organismos vivos son como los ríos,
la cual es una poderosa imagen poética y natural. Si las personas dejan de
verter impurezas en los “ríos”, “los niveles de contaminación irán bajando
hasta un punto en que reviven los mecanismos de saneamiento” (Weil 116). Por
ejemplo, para tratar el cáncer, Weil recomienda más la cirugía que la
radioterapia y la quimioterapia. Por ser el cáncer una enfermedad sistémica,
sugiere que los enfermos mejoren su salud general y hagan cambios en los planos
físico, mental, emocional y espiritual de sus vidas (364, 372). En suma, el río
es la imagen clave para entender los procesos naturales de enfermedad y salud.
Merece
especial atención el capítulo 2 de la
primera parte de Curación espontánea. En este capítulo, Weil narra
con precisión y apropiada información médica uno de los casos más sorprendentes
de curaciones: La efectiva y paciente labor curativa del octogenario osteópata
jubilado Robert Fulford en la ciudad de Tucson, Arizona, durante la década de
los noventa. La base de las curaciones de Fulford era el tratamiento con las
manos, con el firme propósito de “ajustar mecánicamente el cuerpo para permitir
el buen funcionamiento de los sistemas circulatorio y nervioso” (Weil 45). Este
facultativo médico egresó de la Escuela de Osteopatía de Kansas City, Missouri.
Fundamentalmente, este doctor estadounidense concebía el cuerpo humano como una
unidad de energía, basada en la respiración correcta. Con este enfoque médico,
Fulford curaba a las personas aplicando masajes con sus manos y con un martillo
percutor. Por ejemplo, trataba dolencias músculo-esqueléticas, problemas
hormonales y digestivos, trastornos del sueño, asma, infecciones de oídos y
otras dolencias más.
En
particular, Robert Fulford partía de una idea médica fundacional del terapeuta
William Sutherland. Este facultativo propuso en 1939 que había una respiración primaria basada en los
movimientos craneales y del hueso sacro, y una respiración secundaria en el pecho, los pulmones y el diafragma. Asimismo,
Sutherland pensaba que “los huesos del cráneo se mueven” (Weil 46-47).
Siguiendo las ideas de Sutherland, Fulford “se entrenó para sentir un pelo
humano colocado bajo 17 hojas de papel” y de este modo desarrollar una buena
“sensibilidad táctil” (47). Según Andrew Weil, Fulford liberaba la tensión de
los cráneos y de los huesos sacros y “era un osteópata puro y a la antigua,
fiel a la tradición del hombre que fundó ese sistema, Andrew Taylor Still
(1828-1917), de Kirsville (Missouri)” (45). En resumen, Fulford creía fielmente
en el gran papel de la Madre Naturaleza para restaurar la salud perdida.
Especialmente, este doctor liberaba de los shocks
y de los traumas físicos a los huesos sacros con sus manos o con el martillo
percutor. Según Fulflord, “simplemente les saco el demonio a los sacros” (53).
Derivadas
de la impactante experiencia con Robert Fulford, Andrew Weil establece cuatro
ideas centrales para tener muy buena salud. Primero, “el cuerpo desea estar sano”
y, para lograr esto, la energía debe circular libremente. Segundo, “curar
es un poder natural” y, por ello, hay que dejar que “la Madre
Naturaleza haga su trabajo”. Tercero, “el cuerpo es un todo y todas sus partes
están conectadas y es, en pocas palabras, un “organismo unificado”.
Cuarto, “la confianza de los médicos influye en gran manera en el poder auto-curativo
de los enfermos (55, 57).
En
conclusión, “la curación espontánea” se fundamenta en que “la curación es una capacidad inherente a la vida” por diversas situaciones
y hechos (Weil 107). Así pues, “la curación espontánea” ocurre en algunas importantes
operaciones continuas del propio “sistema sanador” en el cuerpo, por su misma
capacidad innata para detectar los daños en el cuerpo, por su misma capacidad
para eliminar y reemplazar estructuras dañadas y por la propia tendencia
natural a la curación ejercida por la poderosa macro-molécula el ADN (107). Por ejemplo, la
reparación de estructuras deterioradas incluye la cicatrización de heridas, la
generación de nuevos cartílagos y el surgimiento de porciones de huesos.
En
realidad, los tratamientos médicos funcionan gracias a la activación interna de
los “sistemas sanadores” del cuerpo. Según Weil, “el tratamiento se origina fuera de uno”, pero “la curación viene de adentro” (157). Al final de cuentas, las
enfermedades físicas tienen un fuerte origen emocional y mental. La gente
enferma, por ejemplo, por “ciertos hábitos mentales”, “por no descargar las
emociones negativas, por no llevar una
vida más espiritual” (160). Sin embargo, antes que tratar una enfermedad,
hay que “enseñar a prevenir” los
males, recomienda Weil (25).
Finalmente,
La curación espontánea del doctor Andrew Weil es un valioso, optimista y
documentado estudio para el público en general y para los médicos y enfermeros.
Cuenta con una gran claridad expositiva, con el uso de casos concretos de
enfermos, con la clasificación de las diferentes áreas de la medicina
alternativa, con las recomendaciones específicas para curar más naturalmente alrededor de quince
enfermedades comunes y con un nutrido apéndice que tiene una buena guía para
localizar médicos, terapeutas, productos e información en diferentes estados de
los Estados Unidos de Norteamérica, tales como los fronterizos California y
Colorado, los cuales están muy cerca de México.
En
el epílogo de esta obra fundamental sobre medicina, Weil refuerza su popular Medicina Integrativa, mediante la propuesta
de una significativa reforma de la educación médica en su país. Para este propósito
toral de la vida humana y de la vida nacional de los Estados Unidos, recomienda
la integración de clases de filosofía de la ciencia, de medicina
alternativa, de psicología, de espiritualidad y de investigación y de otras medidas
más. De este modo, los médicos estadounidenses pueden explorar y entender mucho
mejor “el poder sanador de la naturaleza” y el papel central del “sistema
sanador del cuerpo” (Weil 380, 381). Por todos estos motivos expuestos, Curación
espontánea del doctor Weil es un libro muy recomendado para leerse en
México y en toda Latinoamérica. Especialmente, sirve para entender el
trascendental poder de la mente y del espíritu y el funcionamiento de la Madre Naturaleza
para curar enfermedades físicas.
Andrew Weil (1942―) es médico,
profesor, investigador, conferencista y escritor. Ha sido reconocido como el
gran “gurú” de la salud holística y de la Medicina
Integrativa (“Andrew”). Estudió medicina en la Universidad de Harvard en la
década de los sesenta, ha sido profesor de la Universidad de Arizona desde la
década de los noventa y es fundador de The
Arizona Center for Integrative Medicine para dicha universidad en 1994. Asimismo,
ha publicado numerosas obras de medicina, entre las cuales pueden mencionarse Health
and Healing (1983), Healthy Aging (2005) y Why Our Health Matters
(2009), la cual aborda la reforma de
salud en los Estados Unidos (“Andrew”).
Obras
citadas
“Andrew
Weil.” Wikipedia. La enciclopedia libre. 7 enero 2016. FundaciónWikimedia, Inc. 25 noviembre
2015.
Weil, Andrew. La curación espontánea.
New York: Vintage Español, 1997.
―. Spontaneous Healing. New York: Alfredo Knopf, 1995.
![]() |
PORTADA DE LA EDICION EN ESPANOL DEL LIBRO DE ANDREW WEIL |
[1] Esta reseña
crítica fue publicada originalmente en la brillante y ya desaparecida revista Chihuahua
Moderno en enero de 2011. La
presente es una versión corregida y aumentada de dicho texto para ofrecerlo a
los gentiles lectores que siguen regularmente mi Blog.
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