domingo, 8 de febrero de 2015

LA POSMODERNIDAD: RASGOS TEXTUALES, CONTEXTO HISTORICO, PRINCIPALES TEORICOS Y ALGUNAS OBRAS CLAVES

LA POSMODERNIDAD[1]: RASGOS TEXTUALES, CONTEXTO HISTÓRICO, PRINCIPALES TEÓRICOS Y ALGUNAS OBRAS CLAVES


ÓSCAR ROBLES

En general, la Posmodernidad es una corriente o movimiento cultural que se desarrolló a partir de la década de los sesenta hasta la década de los noventa aproximadamente, tanto en países europeos como en países de América.[2] Es una reacción escéptica, relativista, deconstructiva y auto-reflexiva contra las llamadas “narrativas maestras” de la Modernidad —v. gr. kantismo, hegelianismo, marxismo—, las cuales están fundamentadas en la sólida y racional noción de progreso dentro de la sociedad capitalista moderna. Mientras que la modernidad responde a las condiciones sociales del capitalismo contemporáneo, la Posmodernidad se asocia más al llamado “capitalismo tardío”, multinacional y global, propio de la segunda mitad del siglo XX (Butler 3). En realidad, la Posmodernidad es una corriente cultural difícil de percibir y definir bajo un concepto unificador, pues es un concepto muy complejo, muy “huidizo” y “resbaloso”. Particularmente, la estadounidense Linda Hutcheon examina “la poética de la Posmodernidad” y afirma que es una “estructura conceptual flexible” (ix). En el presente artículo sumario, se exponen los principales rasgos culturales y artísticos, el contexto histórico y los principales teóricos de la Posmodernidad y, en especial, se analizan los principales elementos de la Posmodernidad en la literatura de Occidente, utilizando principalmente las ideas centrales de Christopher Butler y Linda Hutcheon.
En general, la Posmodernidad procrea una “cultura posmoderna”. Esta cultura abarca diversas artes, tales como la arquitectura, el cine, la escultura, la fotografía, la literatura, la música y la pintura. Asimismo, la cultura “posmoderna” ha generado diversos cuerpos teóricos por parte de escritores de Europa y de los Estados Unidos, principalmente. Entre estos teóricos cimeros, se cuentan los franceses François Lyotard, Michel Foucault y Roland Barthes; los ingleses Fredric Jameson y Charles Jencks; Hommi Bhabha; la norteamericana Linda Cutcheon, entre otros. Particularmente, las ideas “posmodernas” surgen en Francia, hacia finales de la década de los sesenta y se trasladan a Inglaterra, Alemania y los Estados Unidos en los setenta (Butler 6). En este sentido, la Posmodernidad es una corriente surgida en los países metropolitanos de occidente.

1. LA CULTURA “POSMODERNA” Y LA REACCIÓN CONTRA LAS “NARRATIVAS MAESTRAS” DE OCCIDENTE

Los creadores culturales de la Posmodernidad asumen algunas posturas políticas frente a los conflictos sociales contemporáneos, al poder y a los discursos hegemónicos. Asimismo, la Posmodernidad establece conceptos de identidad humana, a partir de las nociones de multiculturalismo, de marginalidad y de relatividad, especialmente. En especial, la Posmodernidad promueve mecanismos, estrategias y técnicas para “de-construir” las nociones dominantes de cultura y poder dentro de la Modernidad y el capitalismo. Sin embargo, esta cultura “deconstructiva” descompone, critica y cuestiona, pero le cuesta trabajo construir significados nuevos y novedosos. Por eso, muchas de las obras “posmodernas” parecen que alteran y perturban las ideologías dominantes y las formas artísticas de la modernidad, pero al final de cuentas no configuran significados unificadores, en opinión del crítico británico Christopher Butler. De este modo, la obra “posmoderna” o “el texto posmoderno” luce intencional y marcadamente como una obra más fragmentada, “less unified, less obviously ‘masterful’, more playful or anarchic, more concerned with the process of our understanding than with the pleasures of artistic finish or unity” (Butler 5). En pocas palabras, la Posmodernidad  ve a la cultura como un “recipiente” de una cantidad de historias compitiendo perpetuamente y, por ello, se aparta de los conceptos absolutos y de las grandes narrativas del conocimiento y de la cultura construidos por la Modernidad capitalista, por lo que esta corriente es una reacción cultural contra la Modernidad, especialmente contra el racionalismo de las sociedades de consumo y tecnocráticas y contra la continua modernización capitalista (29, 61).
         En su obra, el artista o creador cultural posmoderno muestra una postura escéptica frente a las ideologías prestigiosas de Occidente que han planteado la idea de progreso, de confianza en el conocimiento y de liberación de la humanidad. Butler resume brillantemente esta postura de duda asumida por el artista posmoderno: “I define postmodern as incredulity towards metanarratives” (13). En la historia de Occidente, estas “metanarrativas” o “narrativas maestras” por lo general han servido para dar formas de legitimidad y autoridad a las prácticas culturales de la Modernidad. Estas “metanarrativas” son diversas, se relacionan con procesos de modernización capitalista y de gran progreso material, tales como las filosofías de los alemanes Emmanuel Kant, Friedrich Hegel y Karl Marx, la redención cristiana, la utopía marxista y el triunfo de la ciencia. Así pues, cuando comienzan a declinar estas “metanarrativas” o grandes narrativas de la cultura occidental, justo a finales del siglo XX, entonces comienzan a gestarse formas culturales propias de la Posmodernidad en diversas artes. Estos fenómenos culturales “posmodernos” son concomitantes con la represión, la violencia y la guerra ocurridas en Europa en dicho periodo de tiempo, 1960-1990, de acuerdo a Butler (14). En Postmodernism. A Very Short Introduction,[3] Butler hace un recuento de los principales rasgos culturales de la Posmodernidad. Para este propósito, el crítico británico establece las características de “la condición posmoderna”, examina algunas obras importantes de la Posmodernidad y plantea las limitaciones de esta corriente cultural por su falta de construcción de teorías coherentes y de creación de obras completas con más sólido contenido ideológico y artístico, más allá de la pura exploración formal y de las estrategias meramente “deconstructivas”.[4] En el presente artículo sumario, se citan ideas escritas originalmente en el idioma inglés para tomar algunas de las ideas más brillantes, más definitorias y definitivas de Butler en torno al movimiento de la Posmodernidad. En otras ocasiones, se recurre constantemente a la traducción al español de algunos conceptos generales del libro de Butler cuando se considera que las ideas lucen más claras, ilustrativas y precisas para los lectores de habla hispana.

2. LOS PRINCIPALES RASGOS DE LA POSMODERNIDAD Y DE LA CULTURA DE LA POSMODERNIDAD

Las principales cualidades de la Posmodernidad son de orden formal y de contenido. En general, la Posmodernidad se fundamenta en los siguientes postulados de orden filosófico e ideológico, es decir, en rasgos de contenido que son más negaciones y cuestionamientos que afirmaciones y proposiciones. Según Butler, estos conceptos son claves para definir a la Posmodernidad: 1) El escepticismo y el abandono de la filosofía tradicional y realista, de la ciencia y de la historia como fuentes de verdades esenciales; 2) incorporación de las narrativas de los subordinados y de los marginados por la sociedad a nivel textual; 3) la emergencia de las verdades relativas o el llamado “relativismo”; 4) la deconstrucción, la cual ha sido definida más sólidamente por el francés Jacques Derridá, es una forma de negar las definiciones verdaderas o finales, de cuestionar algunas tendencias filosóficas, tales como el nominalismo, el esencialismo y el logo-centrismo y, en general, representa un modo de rechazar que “any dominant ideology, or post-Enlightenment, Kantian, universalizing, or imperialist language, can really describe the way things are” (Butler 21); 4) la famosa “muerte del autor” y la noción de que el texto literario [cultural] es realmente construido por el lector, como una forma más liberal de crear significados; 5) la auto-reflexividad o autoconciencia de la obra como texto y como continuación de otros textos anteriores; 6) la reescritura de la historia desde otros puntos de vista más plurales, puesto que se ve a la historia como una construcción ficcional dominada por las ideologías dominantes (el patriarcado y el capitalismo, por ejemplo), siguiendo la poderosa idea de que “historical narratives . . . are verbal fictions” del libro Tropics of Discourse (1978) del norteamericano Hayden White (Butler 33); 7) el ataque a la ciencia y a sus conceptos logo-céntricos, a sus relaciones estrechas con el poder y a sus científicos elitistas, los cuales están más concentrados en la burguesía, en el dominante Eurocentrismo y en la hegemónica visión masculinista y militarista; 8) la construcción de discursos basados en irracionalidades (deseo, sentimiento, sexualidad, feminidad y arte) y en identidades humanas plurales y en constante cambio y contradicción, las cuales están basadas más fuertemente en combinaciones de clase, raza, etnia, región, generación, sexo y género. En suma, bajo estos conceptos generales de orden filosófico e ideológico, la Posmodernidad ha dado origen a una original, compleja, fluida, “huidiza” y polémica cultura “posmoderna” en Europa, en la América anglosajona y aun en la misma América Hispana.

3.  LA CULTURA DE LA POSMODERNIDAD Y LA “CONDICIÓN POSMODERNA”

La cultura de la Posmodernidad es una crisis y una crítica cultural de la Modernidad, como ya se apuntó antes en el presente ensayo. En particular, Butler concentra las principales características de la cultura y, en especial, del arte de la Posmodernidad, dentro del capítulo 4 de Postmodernism, el cual se titula “The culture of postmodernism”. Para este propósito, analiza importantes opiniones críticas y teóricas y algunas obras claves de dicho periodo de la cultura occidental. Entre estas características planteadas por Butler, se pueden destacar las siguientes: 1) La pintura y la arquitectura regresan al conservador Realismo neoclásico paródico, según Charles Jencks; 2) en música, los artistas rechazan el orden narrativo tonal convencional de la obra; 3) el “arte conceptual” de la Posmodernidad expresa la pérdida de un sentimiento hacia la complejidad en el arte, el énfasis en el “concepto” y el desarrollo generalizado de obras minimalistas; 4) se desarrollan en las artes el famoso “discurso de la copia” y un nuevo concepto de realismo que, según Roland Barthes, “consists not in copying the real but in copying a (depicted) copy” (Citado por Butler 88); 5) la obra de arte es ante todo una crítica institucional y una expresión de los grupos marginales de distintos géneros, orientaciones sexuales y orígenes étnicos; 6) el arte propone un poderoso estímulo intelectual. Como ejemplo de la anterior característica, se encuentra el escenario artístico del simposio feminista The Dinner Party (1979) de la estadounidense Judy Chicago, el cual fue construido con la ayuda de cuatrocientas mujeres, incluye varias mesas con platos en perturbadoras formas de vaginas y, en general, propone identidades individuales contemporáneas más fluidas y más feminizadas, de acuerdo a Butler (95).
Así pues, todos los anteriores conceptos filosóficos, ideológicos y artísticos y todos los citados rasgos originales de forma y contenido, expuestos de manera sumaria en los párrafos anteriores, determinan el perfil de la cultura de la Posmodernidad. Pero, ¿cuáles son los rasgos centrales que hacen que un objeto de cultura (libro, filme, escultura, edificio, fotografía, pieza musical, pintura) se ubique bajo la famosa “condición posmoderna” o se defina como un arte de la Posmodernidad? En el capítulo 5 de Postmodernism, “The ‘postmodern condition’”, Christopher Butler examina las tendencias centrales de la Posmodernidad y establece los siguientes conceptos e ideas claves de dicha “condición posmoderna”. Los tres primeros conceptos fueron fijados y discutidos ampliamente por el teórico Fredric Jameson en algunos de sus libros y artículos. Así pues, Butler destaca los siguientes conceptos de la obra o texto posmoderno: 1) “La desaparición del sentido de la historia” y de la memoria y un constante sentimiento de vivir en el “presente perpetuo” (Butler 110); 2) Una general “crisis de representación” [cultural]; 3) la expansión del poder del capital hacia el reino del signo, de la cultura y de la representación; 4) la “hiperrealización” / hyperrealization, según la perspectiva de Jean Baudrillard, o la sensación de que la cultura y el arte son más que todo simulacro y reemplazan a las cosas reales y sus relaciones y, por este motivo, Internet aparece como el perfecto ejemplo del fenómeno de la Posmodernidad, ya que es “a non-hierarchized, indeed disorganized, collage” (114, 117); 5) el marcado escepticismo hacia la verdad, la existencia de verdades absolutas y las hegemónicas “metanarrativas” de la modernidad; 6) los artistas de la Posmodernidad son “good critical deconstructors, and terrible constructors” (116); 7) las creencias de los artistas tienden hacia un pluralismo multiculturalista y hacia un relativismo; 8) la crítica ejercida por la Posmodernidad es, al final de cuentas, una poderosa exhortación moral. En suma, Butler considera que los asuntos torales de la Posmodernidad se resumen en la profunda dialéctica y en los conflictos generados entre las siguientes tensiones: Razón y escepticismo, realidad e imagen y los poderes políticos de la inclusión y la exclusión.
 
4. LA POSMODERNIDAD SEGÚN ALGUNOS TEÓRICOS DE LA POSMODERNIDAD

En Poetics of Postmodernism. History, Theory, Fiction[5], la canadiense Linda Hutcheon piensa que la Posmodernidad cuenta con un fuerte contenido ideológico. En particular, examina dos aspectos fundamentales: 1) La relación entre lo “posmoderno” y los discursos minoritarios (v. gr. feminismo); 2) la problematización de la historia por parte de la propia Posmodernidad y de la metaficción historiográfica (v. gr. confrontación de la historia con la metaficción). En general, Hutcheon establece que  la Posmodernidad está profundamente ligada a los análisis ideológicos y, por lo tanto, las obras artísticas y literarias no son meras estructuras formales, sino sólidos productores de significado ideológico: “Postmodernism teaches that all cultural practices have an ideological subtext which determines the conditions of the very possibility of their production of meaning” (xii-xiii). Como indica el título de su libro, ella examina detenidamente la historia, la teoría y la ficción en torno a la Posmodernidad / Postmodernism y discute diversos conceptos propios de esta corriente cultural, tales como los usos constantes de la parodia, de la metaficción y de la intertextualidad, dentro de los “textos”.

5.  LA LITERATURA DE LA POSMODERNIDAD EN EL PRIMER MUNDO

En la literatura, muchos escritores occidentales del Primer Mundo han escrito obras con los lineamientos de la Modernidad y obras con las características dominantes de la Posmodernidad, así que es difícil establecer claras periodizaciones históricas, tanto en Europa como en Estados Unidos. En general, se pueden contar los siguientes rasgos literarios centrales de la Posmodernidad: 1) La auto-reflexividad: En la novela, el autor se concentra más en la creación de su propio y original lenguaje literario más que en la tradicional y coherente estructura dramática, construida a base de suspenso y dominante realismo tradicional.  La auto-reflexividad produce en varios casos contradicción lógica, paranoia y fantasía cómica. Algunos de estos escritores son los novelistas franceses del Noveau Roman, tales como Alain Robbe-Grillet y Phillipe Sollers; 2) la relevante autoconciencia de la creación artística, expresada dentro de la trama misma de los textos narrativos; 3) el relativismo; 4) el escepticismo; 5) la deconstrucción; 6) y la parodia. En general, apunta Butler, “the postmodernist novel doesn’t try to create a sustained realist illusion” (73). Por ejemplo, Butler señala que la novela Ragtime (1975) del estadounidense E. L. Doctorow narra un absurdo viaje de los psicólogos Siegmund Freud y Carl Jung en el Túnel del Amor de un parque estadounidense y considera que The French Lieutenant’s Woman del norteamericano John Fowles expone constantes manipulaciones narrativas del autor, un comentario “posmoderno” sobre el periodo Victoriano y una parodia de las novelas realistas de la Época Victoriana escritas por el inglés Thomas Hardy.  

6.  LA LITERATURA DE LA POSMODERNIDAD EN ARGENTINA

         En particular, el crítico Santiago Colás ha analizado algunas obras narrativas argentinas como manifestaciones destacadas de la Posmodernidad en Latinoamérica. Entre estas obras, utiliza diferentes enfoques específicos del Posmodernismo. En principio, Colás ubica a Rayuela (1963) de Julio Cortázar como la  pieza central de la Modernidad en Latinoamérica. En segundo término, examina la destacada novela El beso de la mujer araña (1976) de Manuel Puig como un ejemplo perfecto de una etapa de transición entre la Modernidad latinoamericana y la Posmodernidad argentina. En tercer lugar, ve a la novela Respiración artificial (1980) de Ricardo Piglia como la perfecta coordinación entre lo social y lo cultural de la Posmodernidad argentina. En cuarto lugar, discute la reescritura de la historia y la recapitulación de la naturaleza profunda de la Posmodernidad argentina en La novela de Perón (1985) de Tomás Eloy Martínez. De esta manera, Colás prueba en su libro que la Posmodernidad se manifiesta también en Latinoamérica y que no sólo es una corriente cultural y literaria propia de los países metropolitanos de Europa y de los Estados Unidos de Norteamérica.
Como puede verse, Christopher Butler, Linda Cutcheon y Santiago Colás aportan importantes estudios sumarios e interesantes enfoques críticos para mostrar la teoría de la Posmodernidad y el análisis crítico de importantes obras posmodernas. El propósito del presente artículo es ofrecer un breve resumen de las ideas de esos tres críticos occidentales, mediante un ordenado panorama general y esquemático de la Posmodernidad. Por este motivo, se  exponen  los principales  rasgos textuales, un breve contexto histórico, los nombres y las ideas centrales de algunos teóricos y algunos ejemplos de obras artísticas y literarias posmodernas, propias de Europa, los Estados Unidos y Argentina. Existen numerosas obras teóricas sobre la Posmodernidad, escritas por europeos y estadounidenses principalmente. A continuación se citan algunos textos centrales: La condition postmoderne (1979) de Jean-François Lyotard, Postmodernism or, The Logic of Late Capitalism (1991) de Fredric Jameson, What is Postmodernism? (1996) de Charles Jencks y la citada A Poetics of Postmodernism. History, Theory, Fiction (1988) de Linda Cutcheon.
         En conclusión, la Posmodernidad es una corriente cultural novedosa, compleja y diversa, pues abarca la teoría y el arte y ocurre en Europa, los Estados Unidos, Hispanoamérica y, aun, en otras regiones del mundo donde hay manifestaciones del “Capitalismo tardío” del siglo XX. La Posmodernidad es una poderosa tendencia cultural que de-construye las ideologías modernas, que duda y relativiza el conocimiento universal y dominante, que critica los discursos hegemónicos y absolutos, que cuestiona las diferentes formas del poder, que reflexiona e incorpora nuevos discursos plurales, multiculturales y marginales a la creación cultural en Occidente y, sobre todo, que crea cultura y textos culturales con estrategias artísticas y literarias propias. La Posmodernidad representa, ante todo, una reacción contra la poderosa Modernidad occidental desarrollada bajo el capitalismo moderno. Los brillantes estudios de Christopher Butler, Linda Cutcheon y Santiago Colás son una gran muestra intelectual de que la Posmodernidad tiene cuerpos teóricos relativamente coherentes y de que los artistas han producido abundantes obras o textos “posmodernos”, dentro del periodo de 1960 a 1990.
Sin embargo, la Posmodernidad es una tendencia cultural muy polémica, sumamente interesante y apasionante y poderosamente generadora de numerosos conceptos, artículos y libros sobre la misma en Europa y en América sobre todo. En particular, la Posmodernidad también ha construido diversas ideas, a veces “huidizas”, un tanto “oscuras”, muy “fluidas” y difíciles de comprender. Al final de cuentas, la Posmodernidad es, como resume el propio Butler, una reacción o una marcada “incredulidad” contra y hacia las llamadas “metanarrativas” o “grandes narrativas” filosóficas, ideológicas y culturales fundadas durante el largo desarrollo de la dominante y duradera Modernidad de Occidente (13). Estas “narrativas maestras” de Occidente son discursos de conocimiento, discurso y poder. Entre ellas, se pueden citar el kantianismo, el hegelianismo, el marxismo, el cientificismo y otras más. Las prácticas culturales de la Posmodernidad abarcan el arte y la literatura principalmente. En estos campos de la cultura, la Posmodernidad ha sembrado su escepticismo, su crítica de la cultura occidental y su alta creatividad.


Obras citadas
Butler, Christopher. Postmodernism. A Very Short Introduction. New York: Oxford University
Press, 2002.
Colás, Santiago. Postmodernity in Latin America. The Argentine Paradigm. Durham, North
Carolina: Duke University Press, 1994.
Gómez Gil, Orlando. Historia crítica de la literatura hispanoamericana. New York: Holt,
Rinehart and Winston, 1968.
Hutcheon, Linda. A Poetic of Postmodernism. History, Theory, Fiction. New York: Routledge,
1999.
Jameson, Fredric. Postmodernism or, The Cultural Logic of Late Capitalism. Durham: Duke
University Press, 2001.



[1] La Posmodernidad / Postmodernism es diferente del llamado Posmodernismo hispanoamericano desarrollado entre 1905 y 1932, en el género de la poesía lírica. En general, esta poesía es sencilla, narrativa, prosaica, coloquial, escéptica y neorromántica y sus principales representantes son el mexicano Ramón López Velarde, la argentina Alfonsina Storni, la uruguaya Delmira Agustini y la chilena Gabriela Mistral, entre otros (Gómez Gil 479). Este Posmodernismo es una reacción contra el Modernismo protagonizado por el nicaragüense Rubén Darío, el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera, el cubano José Martí, el colombiano José Asunción Silva, el argentino Leopoldo Lugones, el uruguayo Julio Herrera y Reissig y otros poetas hispanoamericanos más.
 
[2] Algunos autores y teóricos abren y extienden ese periodo de treinta años (1960-1990) y consideran que el punto de fractura con la Modernidad y los primeros síntomas del comienzo de la Posmodernidad aparecen precisamente en la década de los cincuenta. En particular, el estadounidense Fredric Jameson fija su postura sobre la periodización y marca el inicio de la Posmodernidad de la siguiente manera: “The hypothesis of some radical break or coupure traced back to the end of 1950s or the early 1960s” (xxiii).

[3] Este libro de Butler ha recibido críticas positivas por parte de distinguidos profesores e investigadores, tales como Patricia Waugh de la Universidad de Durham, Hans Bertens de la Universidad de Utrecht e Ihab Hasan de la Universidad de Wisconsin.

[4] En su libro, Butler analiza la Posmodernidad con una gran visión abarcadora, esquemática y con sustancial información, fotos, obras claves y bibliografía básica. Para tal propósito, el crítico británico usa cinco capítulos con los siguientes títulos que pueden ilustrar los buenos enfoques y los temas generales sobre la Posmodernidad: 1. The rise of postmodernism; 2. New ways of seeing the world; 3. Politics and identity; 4. The culture of postmodernism; 5. The ‘postmodern condition’.

[5] El libro de Hutcheon se compone de dos partes generales y de trece capítulos en total.

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