DINÁMICA Y VIGOROSA ESTATUA ECUESTRE DE PANCHO VILLA DE RICARDO PONZANELLI EN LA CIUDAD DE CHIHUAHUA
ÓSCAR ROBLES
A galope tendido en el imaginario llano y entre hierbas silvestres, sombrero colgado a la espalda, chamarra revoloteando en el viento, pistola en mano derecha apuntando, Pancho Villa lucha por la Revolución Mexicana, congelado en el tiempo por el duro metal del arte. Su caballo corre sobre una mata de pasto y el héroe mira hacia el frente:
Villa vive en Chihuahua y combate todavía, simbólicamente.
Es la prodigiosa y dinámica estatua ecuestre de metal, ubicada en una elevada columna de la ciudad de Chihuahua. Es una perfecta efigie de jinete y caballo que, con el azulino cielo de fondo, luce esplendente y vigorosa todos los días en el Centro Histórico de Chihuahua capital.
La talla, los contornos, los detalles son de suprema calidad artística, un gran homenaje al revolucionario duranguense que hizo Historia Grande en el Estado Grande, Chihuahua. Ambas figuras son más grandes que el tamaño natural y su imagen es realista, impactante, pues capta el movimiento con precisión: La lucha revolucionaria quintaesenciada en ese galope valiente y la belleza épica de Villa y su caballo.
Los viandantes pueden admirar la perfección y exactitud de las formas y volúmenes de esta obra: Un caballo brioso y robusto con su cola y crin salvajes al aire, su preciosa y fina montura con soga y cobija enrollada, sus exactas alforjas y su carabina dentro de su funda de cuero en la derecha del jinete, el sable en la izquierda, las fuertes y hermosas patas galopantes, mostrando los cascos delanteros hacia arriba y, en general, toda su figura animal reluciendo su metálico dinamismo.
Y Villa guerrero valiente monta con garbo de revolucionario primigenio y esencial, piernas arqueadas sobre el lomo de la bestia indómita, cartucheras con minuciosas balas sobre el pecho y espalda, pulidas mitazas protegiendo las piernas del héroe, chamarra con la falda levemente azotada por el viento al igual que el sombrero, su mano izquierda aflojando la rienda hacia adelante como buen jinete, picando simultáneamente los ijares de la bestia equina con sus agudas y metálicas espuelas, para hacer crecer el galope, para tender el galope revolucionario sobre el imaginario llano mexicano, su revólver sobre la cabeza del animal y, en especial, el rostro incisivo, con su clásico bigote: Y la película sigue y la lucha sigue viva, petrificada en su dinámico movimiento permanente, movimiento perpetuo de la nación mexicana, lucha congelada en el sólido metal del arte de un exquisito escultor mexicano, batalla concentrada en la figura de un solo revolucionario grande.
En conjunto, esta escultura ecuestre es una talla de gran fuerza creativa, de gran movimiento, de finas formas, todo esculpido con paciencia y sapiencia, precisos y vivos volúmenes del héroe revolucionario y su caballo. Significa una exaltación puramente épica, con gran destreza técnica de escultor.
La escultura se encuentra ubicada en el parque que se sitúa justo enfrente del moderno Edificio Héroes de la Revolución de la ciudad de Chihuahua, en la esquina de la Avenida Venustiano Carranza y calles Trece y Antonio Rosales.
En verdad, es una portentosa escultura que enriquece el patrimonio cultural e histórico de dicha ciudad norteña. Esta obra se une a la clásica e histórica estatua ecuestre de Pancho Villa con el caballo reparando, ubicada en la glorieta de las avenidas División del Norte y Universidad, la cual es obra del artista duranguense Ignacio Asúnsolo (1890-1965). En especial, esta mas reciente obra de caballo galopante y jinete combatiendo representan un enorme homenaje histórico y artístico al duranguense a José Doroteo Arango Arámbula, alias Francisco Villa (1878-1923), el hombre que fue sucesivamente militar revolucionario, General en jefe de la poderosa División del Norte, político y hacendado; el militar que logró las tomas de las ciudades de Ojinaga y Ciudad Juárez (Chihuahua) Torreón (Coahuila) y Zacatecas (Zacatecas), entre 1910 y 1914; el mexicano forjado en las “entrañas” mismas del pueblo que fue Gobernador provisional del Estado de Chihuahua, entre 1913 y 1914.
Pancho Villa cabalga de nuevo y permanece en el metal del tiempo hecho forma y volumen, en la escultura producida por la gran imaginación creadora del artista defeño Ricardo Eduardo Pedro Ponzanelli Quintero (1950―), quien ha esculpido algunas esculturas de la ciudad de Chihuahua, tales como el guerrero tarahumara Teporaca y el Ángel de la Libertad de la Plaza Mayor.
Villa es historia profunda y es arte, ya sea literatura, pintura, escultura, mural. De ello, dan testimonio las obras narrativas El águila y la serpiente (1928) y Memorias de Pancho Villa (1936-1951) del chihuahuense Martín Luis Guzmán; la novela Vámonos con Pancho Villa (1931) y los cuentos del también chihuahuense Rafael F. Muñoz; las prodigiosas y clásicas películas del cineasta mexicano Fernando de Fuentes de la década de los treinta; las cintas del director nativo de Coahuila Emilio Fernández en la década de los cuarenta; y otras obras artísticas más.
Villa es uno de los tres grandes personajes históricos de la historia de México, junto con el emperador azteca Moctezuma y el presidente oaxaqueño Benito Juárez García que salvo a la república mexicana de la Intervención Francesa en el siglo XIX, según opina el historiador de la Universidad de Chicago Friedrich Katz en su célebre libro Life and Times of Pancho Villa (1998).
Villa vive inmortalizado por el arte de la escultura pública, bajo el dorado sol y el amplio y hermoso cielo de Chihuahua.
Esta efigie es digna de figurar entre las diez mejores esculturas públicas de la ciudad de Chihuahua, al lado de las estatuas del indio apache Victorio, Felipe Ángeles, el Pancho Villa de Ignacio Asúnsolo, del actor Anthony Quinn y de las cinco esculturas monumentales y geométricas del artista camarguense Sebastián.
Villa vive y cabalga.
Los gentiles lectores pueden consultar en el presente Blog el artículo “Las esculturas públicas de la ciudad de Chihuahua: Arte, historia, símbolos culturales y belleza urbana”, el cual fue publicado el sábado 27 de diciembre de 2014.
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