martes, 25 de febrero de 2014

DOCE GRANDES SERIES O PROGRAMAS DE LA TELEVISION ESTADOUNIDENSE DE TODOS LOS TIEMPOS

DOCE GRANDES SERIES O PROGRAMAS DE LA TELEVISIÓN ESTADOUNIDENSE DE TODOS LOS TIEMPOS

ÓSCAR ROBLES


1. Lost in Space / Perdidos en el espacio
2. Bewitched / Hechizada
3. Bonanza / Bonanza
4.  High Chaparral / El gran Chaparral
5. Tunnel of Time / El túnel del tiempo
6. Wild Wild West / Espías con espuelas
7. Wonder Years / Los años maravillosos
8.  Seinfeld / Seinfeld
9.  Malcolm in the Middle / Malcolm el de en medio
10. Everybody Loves Raymond
11. The Bing Bang Theory
12. The Middle

martes, 18 de febrero de 2014

"METAMORFOSIS" EN EL MUSEO CASA CHIHUAHUA: ABSTRACCION, FANTASIA Y MITOLOGIA

METAMORFOSIS EN EL MUSEO CASA CHIHUAHUA: ABSTRACCIÓN, FANTASÍA Y MITOLOGÍA

ÓSCAR ROBLES

La palabra “metamorfosis” es, en un sentido general, “transformación de algo en otra cosa”, según una placa ubicada en la sala del sótano del Museo Casa Chihuahua de la ciudad de Chihuahua. Esta definición se aplica a las obras de los cuatro pintores chihuahuenses que exponen en dicho centro cultural, con el sugestivo, positivo y altamente creativo título general Metamorfosis. Se compone de dieciocho cuadros de Enrique Amaya, Rodolfo Mariscal, Lourdes Rubio y Laura Murillo, creados con las técnicas del óleo y las resinas y pigmentos, bajo las tendencias artísticas generales del abstracto y del figurativismo, con los temas de las puras abstracciones y las fantasías mitológicas antiguas (griegas y cristianas) desde una perspectiva estética contemporánea. Arte interesante, novedoso, evasivo, los cuatro artistas se arriesgan a mostrar sus propias metamorfosis artísticas y a “metamorfosear”, a evadir y/o a enmascarar las realidades psicológicas y sociales del siglo XXI, con estilos tradicionales y originales al mismo tiempo.

1. ENRIQUE AMAYA: ABSTRACTOS, AZULES Y PROFETA

Tres óleos con dominio del color azul son la obra de Enrique Amaya, bajo la línea del arte abstracto. Primeramente, el cuadro “El Profeta” es un rostro viejo, blanquecino, con ojos vacíos, situado justo en el centro de una nebulosa densa, dominada por intensos azules y morados. Es como una imagen del cine de ciencia ficción de fines del siglo XX, pintado con gran destreza técnica. El rostro del misterioso anciano flota en lo que puede ser el espacio sideral o hasta puede verse como un profeta bíblico emergiendo entre sueños celestiales.
  En segundo lugar, “Metamorfosis I” es un cuadro abstracto, pero que puede tener una interpretación figurativa muy intimista. Son unas nubes blancas con un fondo de montañas y con un epicentro, trazado con rojos, amarillos y azules. Si se considera la perspectiva desde una aeronave, puede ser una imagen figurativa, un cielo cósmico tal vez. También, las densas manchas pueden significar la imaginación misma o sueños en proceso, desde una perspectiva artística muy personal. Las imágenes son, en suma, formas casi puras en busca de significación, formas abstractas en “metamorfosis”.
  En tercer lugar, “Metamorfosis II” es una especie de vorágine o túnel del tiempo dominado por azules y morados como en el cuadro anterior y con algunos toques “chispeantes” de amarillos, naranjas y rojos. Abstracción armónica y dinámica, con algunas pinceladas gruesas, la pintura puede figurar también como un cielo cósmico tocado por astros de luz. En general, esta pintura muestra una factura unitaria de buen dibujo y color. Otra vez, el cuadro puede ser la imaginación misma, abstracta, interna, del propio artista.

2. RODOLFO MARISCAL: REINTERPRETACIÓN DE FIGURAS MITOLÓGICAS

Mariscal expone cinco óleos sobre figuras mitológicas construidas con personajes tradicionales (sirena, fauno, centauro, andrógino y ángel) y una personal visión de mundo marcada por los nuevos espacios, las nuevas posiciones de dichas figuras y las nuevas combinaciones de colores. En general, se observa una gran habilidad en el dibujo, una gran riqueza mágica e imaginativa en el trazo de los personajes y una gran intensidad y belleza armónica de los colores. Es, en cierta forma, la propia mitología de fantasía pura del artista.
“Metamorfosis de una sirena” recrea un mito pagano propio de la Antigüedad Griega. La “sirena” es “un ser fabuloso, mitad mujer, mitad pez” (“Sirena”. Pequeño Larousse ilustrado. 1991). Esta sirena es musculosa y está sentada de perfil sobre una piedra violeta. Como elemento original y novedoso, su gran aleta anal dorada genera múltiples peces de oro voladores que la circundan mágicamente. Ella sostiene en la mano izquierda uno de los preciosos peces y mira hacia el fondo del cuadro, donde hay una vorágine en color naranja, con varios rombos, de donde asoma un rostro masculino, barbado y viril, con los ojos vacios. El conjunto de imágenes figurativas construye un universo mítico y fantástico, con colores extremadamente vivos e intensos. Luce la pintura bajo un preciosismo de imágenes míticas y, en especial, bajo la atractiva, sensual y seductora imagen femenina del cuerpo desnudo de la sirena, tejido con “astillas” de verde, naranja, violeta y azul especialmente. En general, sirena, peces, vorágine y hombre adensan sumamente el espacio irreal y proyectan la figura mitológica de la sirena con un aspecto nuevo: La parición de peces voladores y dorados.
      “Metamorfosis de un “fauno” es también un mito pagano de la Antigüedad griega. “Fauno” es una “divinidad campestre de los griegos y romanos” y los “faunos”  “tenían cuerpo de hombre y patas de cabra” (“Fauno”. Pequeño Larousse ilustrado. 1991). En este óleo, un fauno trepa por una colina pintada con tonos marrones y con el fondo azul del cielo en la noche. La extraña criatura voltea hacia abajo y en el cielo reluce el imponente tamaño y el delicioso amarillo de una luna dorada que esplende sobre el fondo celeste, azul oscuro, mágico y estrellado. En una interpretación narrativa, al parecer el astro nocturnal hechiza a dicha criatura y provoca su lenta “metamorfosis” física y fantástica. Así pues, fauno y luna son el centro de esta mitología nueva y original que mezcla libremente la historia de los hombres lobos y el mito del fauno. El cuadro, en resumen, es un realismo fantástico y mitológico. En especial, la pierna derecha del fauno muestra el brote parcial de pelos y parece marcar que la enorme luna convierte al humano en fauno. En resumen, este fauno es una re-textualización altamente creativa y de gran factura artística del poderoso mito antiguo occidental del fauno, con el protagonismo del hermoso astro nocturno.
“Metamorfosis de un centauro” es también un mito pagano de la Antigüedad griega. Un hombre-caballo respinga en el centro de la pintura, casi en posición bípeda. El “centauro”  es un “ser fabuloso, que era medio hombre y medio caballo” (“Centauro”. Pequeño Larousse ilustrado. 1991). Esta criatura mítica tiene cuatro patas equinas y dos brazos masculinos que emergen arriba, junto a la cabeza animal y a la cabeza humana de piel morena. En particular, las dos cabezas surgen del cuello de la misma bestia. La cabeza humana está a punto de ingerir una especie de pequeña fruta naranja. En tanto, el caballo muestra el costillar y su cuerpo es café y amarillo y en el fondo se levanta un árbol con ramajes oscuros y una luz al fondo, teñida de amarillo limón. Especialmente, un arcoíris de verde, naranja, morado, violeta enfatiza el espacio fantástico de esta metamorfosis dinámica. De esta manera, el caballo es mágico dentro de un espacio mágico y nocturnal, todo lo cual se ubica dentro de un estilo artístico propio del realismo fantástico-mitológico, característico en este ciclo de la pintura de Mariscal. En particular, esta metamorfosis del hombre-caballo puede leerse también como el símbolo de los instintos animales del ser humano y con una misteriosa fruta como posible causa de la metamorfosis.
“Metamorfosis nocturnal” representa un mito pagano: El andrógino y el hermafrodita, ambos  de origen griego. El “andrógino” es un término que combina las raíces griegas que se refieren al varón (“andros”) y a la mujer (“gyné”) respectivamente. En general, la palabra designa a los seres animados que poseen “los dos sexos” (“Andrógino”. Pequeño Larousse ilustrado. 1991). En tanto, el “hermafrodita” es una palabra que combina a los dioses Afrodita (femenina, del amor) y Hermes (masculino, del comercio y la elocuencia). En general, es un término que se aplica a los seres animados que tienen “los órganos reproductores de los dos sexos” (“Hermafrodita”. Pequeño Larousse ilustrado. 1991). En la pintura, un cuerpo desnudo de mujer, de pie y de perfil, mira con rostro viril hacia el frente. La clave de este personaje mitológico es que un rostro femenino parece desprenderse de la cabeza masculina. Hay una vorágine de color violeta, azul y un sol amarillo al centro, justo tras la espalda de la única figura humana del cuadro. Asimismo, el cuerpo femenino muestra cuatro brazos  y dos pechos de mujer voluptuosos y plenos. La figura transluce un proceso de “metamorfosis” y el cuerpo emana gran sensualidad. Es el mito del andrógino o el hermafrodita, en versión moderna. En especial, aparecen otra vez el espacio nocturno y la luna como testigo de la misteriosa transformación fantástica. La noche y la luna surgen, pues, como poderosos motivos en este ciclo de cinco pinturas del artista Mariscal. Ambos personajes están en el cuadro del fauno, como ya se indicó.
“Metamorfosis de un ángel” es el único mito cristiano de esta brillante serie de Mariscal. El “ángel” es una “criatura puramente celestial” (“Ángel”. Pequeño Larousse ilustrado. 1991). Una mujer desnuda está sentada al centro del cuadro y le brotan alas blancas de la espalda. Es el personaje fantástico central de esta gran pintura al óleo. El rostro femenino es extremadamente hermoso y tiene los ojos cerrados y labios sensuales y carnosos. En tanto, el cuerpo muestra algunas manchas grises y violetas. Al fondo, hay una vorágine de colores pastel (verde, violeta, azul, morado) con un fondo de luz amarilla, similar al de otros cuadros de la misma serie de realismo fantástico-mitológico. Como testigo de la “metamorfosis”, aparece un ángel femenino ya plenamente transformado, justo abajo del ángel en gestación, de espaldas, cabello largo y dorado y alas rosas extendidas. El escenario luce como una imagen propia de la corriente cultural y artística del New Age.

3. LOURDES RUBIO: ABSTRACTOS NEBULOSOS Y PROCESO CREADOR

Los seis cuadros al óleo de Rubio son plenamente abstractos y usan títulos que resaltan, posiblemente, el proceso creador artístico Desde luego, estas obras expresan la plena cercanía con la palabra “metamorfosis” que da título a la sobresaliente exposición de los cuatro artistas. Estos son los títulos de sus pinturas: “Explosión vital”, “Inicio de vida”, “Momento creador”, “Momentum”, “Conversión” y “Transformación”. Por su configuración de figuras y colores, sus pinturas parecen lo que puede llamarse tentativamente “nebulosas puntillistas”. Para definir estos seis cuadros con una mejor visión estética, una serie de metáforas pueden servir mejor para explicar estas obras pictóricas de la artista Rubio. Las pinturas son estallidos de fuegos creadores, vorágines voraces que generan múltiples referentes y torbellinos de colores, líneas, puntos, luces y sombras. Son cielos cósmicos con estrellas, imaginativos cerebros imaginando, explosiones del cosmos creador y armonías del caos creativo.
Las pinturas de Rubio expresan, ante todo, el proceso creador del artista, justo en el punto del surgimiento del caos de formas y colores. Por eso, algunos cuadros se llaman, por ejemplo, “Momento creador” o, simplemente, “Momentum” o “Transformación”: Todas ellas son “metamorfosis” del artista. De este modo, como caos de de imágenes visuales en proceso, no hay formas terminadas pero son formas terminales, paradójicamente: Son sugerentes formas en busca de las significaciones que le otorguen los espectadores. Se ven como caos de líneas y colores, pero con gran belleza y gran cristalización de arte abstracto. En suma, son una esplendente metamorfosis de formas y colores. En especial, “Explosión vital” puede también titularse “Explosión creativa o artística”. Es un cuadro vorágine, “calcificación” de verdes, azules y blancos, perfecta “orografía” de la imaginación creadora. Este cuadro es el pleno estallido de la belleza, la culminación de esta belleza propia de este ciclo creador de Rubio: Algas o plantas, bajo un instante marino: Un puro impulso creador, “silvestre” e impulsivo.

4. LAURA MURILLO: ABSTRACTOS O PAISAJES URBANOS LEJANOS

Murillo muestra cuatro pinturas hechas con pigmentos y resinas que muestran una ambigüedad interpretativa, oscilando entre el arte abstracto y el figurativo. Es la única de los cuatro artistas que utiliza esta técnica pictórica. Por un lado, estas pinturas pueden verse como abstractos lúdicos o coo lejanos paisajes urbanos vistos desde la lejanía o desde una perspectiva aérea. Sus títulos: “Plano cósmico”, “Signos premonitorios”, “Vitral” y “Acontecimientos celestes”. De este modo, entre abstracto y figurativo, sus pinturas combinan en general dos imágenes pictóricas centrales: Centros o “nudos” cuadriculados hechos a base de líneas a veces un tanto abruptas, inarmónicas y un poco titubeantes, tal vez dibujadas a propósito para establecer estos geometrismos centrales como irrupción e interrupción de la simetría geométrica. El segundo componente son los espacios grandes de colores intensos y bien cuajados que simulan cielos o llanos o mares, dentro de una técnica de colores centrífugos: Esplendente verdes, rojos, naranjas, azules, todos los cuales parecen agua o tierra o cielo.
En el nivel más figurativo, los conjuntos de imágenes y colores de Murillo parecen lejanas ciudades modernas, industrializadas y/o futurísticas, con edificios visto desde arriba o desde el nivel mismo del suelo: Lucen como pan shots de cine, perspectivas de mapa o de fotos aéreas y las hipotéticas y lejanas ciudades aparecen entre espléndidos espacios de intensos colores propios de un cielo grandioso o de una verde naturaleza. Por ejemplo, “Signos premonitorios” parece una ciudad fantástica, de ciencia ficción, sumergida en luces verdes de un futurístico tiempo inexistente en la realidad histórica o sumergidas en un mar de algas o de vegetación; en tanto, “Vitral” puede ser un vitral de un edificio o una ciudad industrializada bajo el efecto profuso de vivaces luces naranjas y con un denso azul de mar abajo: Es, en suma, una ciudad fantástica, ultramoderna, vista al nivel de los edificios mismos, pero desde dentro de el espacio de un mar, como si se percibiera la imagen global desde un barco ausente en el cuadro. En suma, las cuatro pinturas de Murillo son poderosas e imaginativas porque son construcciones abstractas de gran colorido, fundadas sobre un eje central hecho de varios cuadritos, o bien, pueden verse como ciudades supermodernas perdidas entre cielos, mares y espaciosos suelos, ciudades miradas desde hipotéticas lejanías.
  En conclusión, Metamorfosis es una gran exposición de cuatro artistas chihuahuenses que plantean reinterpretaciones, retextualizaciones, recreaciones y, sobre todo, interesantes invenciones pictóricas, bajo el arte abstracto (Rubio, Murillo) y el arte figurativo (Mariscal) o ambas visiones (Amaya). Estos talentosos pintores dialogan con la tradición pictórica occidental, muestran sus personales metamorfosis creativas y, al mismo tiempo, la misma dinámica de sus cuadros son “metamorfosis” de formas, colores y/o temas. Ante todo, ellos buscan cambiar, evolucionar y, sobre todo, apartarse de la cruda y compleja realidad social y objetiva de los últimos años. En especial, seduce el arte de los cuatro artistas: El encanto visual, el misterio y la intensidad de las nebulosas azules de Amaya; las novedosas y muy originales fantasías mitológicas de Mariscal; las cuajadas imágenes abstractas de Rubio que plasman el proceso creador de la misma imaginación del artista; y, finalmente, las visiones de pura abstracción o de posible figurativismo de ciudades modernas lejanas o futurísticas, envueltas en halos de colores mágicos e intensos de Murillo.
  Metamorfosis es buen arte para los ojos mexicanos tan heridos por los tiempos difíciles, buen arte para el espíritu y la infinita imaginación creadora, buen arte para el nuevo milenio tan necesitado de belleza y de auténticos “remansos” de creación, creatividad, arte, color, serenidad y paz. Metamorfosis es una muestra colectiva de cuatro artistas chihuahuenses y se expone en el Museo Casa Chihuahua, entre el diez de enero y el dieciocho de marzo de 2014.
Los gentiles lectores pueden consultar otros datos sobre los artistas de la muestra Metamorforsis en el siguiente sitio de Internet: www.casachihuahua.org.mx/Expos/casa_expos_realizados.php?2014.




domingo, 16 de febrero de 2014

MEJORES FUTBOLISTAS MEXICANOS POR POSICION EN LA HISTORIA DE LOS MUNDIALES

MEJORES FUTBOLISTAS MEXICANOS POR POSICIÓN
EN LA HISTORIA DE LOS MUNDIALES

ÓSCAR ROBLES

¿Quiénes son los mejores futbolistas mexicanos por posición en la historia de los Mundiales de Futbol, entre 1930 y 2010? He aquí una lista personal, sujeta a revisión posible:

1. MEJOR PORTERO: Antonio “La Tota” Carbajal. Participó en cinco copas del mundo: 1950, 1954, 1958, 1962 y 1966.

2. MEJOR DEFENSA: Rafael Márquez. Ha participado en tres copas del mundo (2002, 2006 y 2010) y va por su cuarta en Brasil 2014. En los tres mundiales mencionados, México llegó a la fase de octavos de final o del “Quinto Partido”.

3. MEJOR MEDIO: Alberto García Aspe. Estuvo en las copas del mundo de Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Japón-Corea 2002. Anotó dos goles en dichos eventos. En las tres justas deportivas, México llegó a la fase del famoso “Quinto Partido”.

4. MEJOR DELANTERO: Luis Hernández. Jugó en Francia 1998 y Japón-Corea 2002. Es el máximo líder anotador en copas del mundo con cuatro goles. México estuvo en la fase de octavos de final en ambos mundiales.

Otros destacados futbolistas en los mundiales fueron el arquero Jorge Campos, los defensas Jaime “Tigre” Sepúlveda y Claudio “El Emperador” Suárez; el medio Isidoro “Chololo” Díaz; los delanteros Enrique Borja, Cuauhtémoc Blanco, Luis García y Jared Borghetti, entre otros.

DESTACADO CUADRO "LA CATEDRAL DE CHIHUAHUA" DE FERNANDO RASCON

DESTACADO CUADRO LA CATEDRAL DE CHIHUAHUA DE FERNANDO RASCÓN

ÓSCAR ROBLES


         La Catedral de Chihuahua emerge con su belleza en medio de un negro cielo nocturno. En geneal, su factura artística puede encuadrarse bajo una técnica expresionista, pues la imagen global del inmueble tiende a romper la linealidad geométrica y la armonía arquitectónica original. Es el reciente cuadro La Catedral de Chihuahua del brillante artista chihuahuense Fernando Rascón, el cual se encuentra expuesto en el vestíbulo de la Alcaldía de la ciudad de Chihuahua.
      Esta nueva versión artística de La Catedral de Chihuahua busca exaltar la belleza del edificio religioso colonial, desde un ángulo un poco más subjetivo que otras versiones propias del realismo fotográfico. En particular, esta obra de Rascón es una pintura en acrílico, un cuadríptico, de 240 x 240 cms. En el cuadro, el edificio está visto desde la calle Victoria, desde una perspectiva frontal lateral. La mole tiene algunos tonos del color marrón, imponentes e intensos amarillos en sus dos torres iluminadas por electricidad y muestra varios manchones blancos en dichas torres y en algunas partes de su nave, las cuales simulan las luces blancas de los reflectores situados en la Plaza de Armas. En suma, cantera y noche armonizan en dicha pintura. Así pues, esta pintura es más una recreación expresionista que realista en sentido estricto, pues los contornos reales tienden a borronear la linealidad de volúmenes y formas.
La Catedral de Chihuahua es de estilo barroco, fue construida durante la Colonia Española y es una de las iglesias más representativas de tal corriente artística europea en el norte de México. La Catedral es una verdadera joya artística. La obra de Rascón recrea la belleza de volúmenes, formas y colores bajo un estilo personal, dentro de un escenario nocturno. Como es una obra reciente, es una pintura en proceso de fincar su trascendencia como una gran obra de arte. De entrada, su destreza técnica, su estilo personal y su apartamiento del realismo fotográfico destacan en su factura general.

LA CATEDRAL DE CHIHUAHUA DE FERNANDO RASCON  (PINTURA EN ACRILICO)

        


        

GRAN CUADRO RELIEVE EN METAL SOBRE PANCHO VILLA Y LA REVOLUCION MEXICANA EN PLAZA GRANDEZA DE CHIHUAHUA

GRAN CUADRO RELIEVE EN METAL SOBRE PANCHO VILLA Y LA REVOLUCIÓN MEXICANA EN PLAZA GRANDEZA DE CHIHUAHUA

ÓSCAR ROBLES

         El Villa revolucionario (el de los inicios de la División del Norte y el de las tomas de grandes ciudades) y el Villa gobernador y militar y su trágica muerte en Parral, son los asuntos centrales del enorme cuadro relieve en duro metal de la Plaza Grandeza de Chihuahua de la ciudad de Chihuahua. Esta excelente obra artística es de Edgar Ponzanelli y se titula “Homenaje al Gral. Francisco Villa, Jefe de la División del Norte, en su centenario como gobernador militar”. Como obra pública sobre la historia de Chihuahua, este cuadro es en general una representación épica, política y trágica en cuatro tiempos históricos o cuadros escénicos.
         Las cuatro escenas muestran un trabajo detallado, exacto y refinado sobre los volúmenes de los cuerpos y sobre los más delicados detalles de todas las figuras: Los rasgos humanos, animales, vegetales y objetuales, todo ello para resaltar su gran figurativismo y su gran realismo. Estas cuatro escenas son las siguientes:
1. “La inteligencia audaz”. El Jefe de la División del Norte aparece junto a otros seis revolucionarios, investidos con botas, mitazas, cartucheras en cruz, rifles y sombreros campesinos. El trazo de los rostros y de los objetos es impecable, con precisión de escultor fino y de gran oficio.


"LA INTELIGENCIA AUDAZ" DEL CUADRO RELIEVE SOBRE EL REVOLUCIONARIO PANCHO VILLA

2. “El avance de las luchas populares”. Es la representación sumaria y simbólica de los movimientos revolucionarios de los villistas, los cuales derivaron en las brillantes y significativas tomas de Ciudad Juárez, Ojinaga, Torreón y Zacatecas, todas ellas ciudades ubicadas en la parte norte de México. En el centro de esto movimientos, aparece un enorme caballo montado por Villa, encabezando el ataque de su ejército revolucionario. A su lado izquierdo, resaltan tres jinetes revolucionarios en tamaño un poco más pequeño que la figura colosal de Villa. A su derecha y a lo lejos se observan varios revolucionarios montados a caballo, sobre algunas colinas y entre los árboles.


"EL AVANCE DE LAS LUCHAS POPULARES" DEL CUADRO RELIEVE SOBRE PANCHO VILLA DE EDGAR PONZANELLI

3. “Gobernador militar para el Plan de Guadalupe”. Aparece Villa, solo, vestido de militar con el clásico quepí en un primerísimo plano. Esta figura sobresale en tamaño más grande que el natural. Villa gobernó el Estado de Chihuahua entre 1913 y 1914.


"GOBERNADOR MILITAR PARA EL PLAN DE GUADALUPE" DEL CUADRO RELIEVE SOBRE PANCHO VILLA 

4. “La revolución social truncada”. Es una escena que representa el asesinato de Villa, acaecido el 20 de julio de 1923. El cadáver de Villa pende del lado derecho del auto en que viajaba por las calles de Parral, Chihuahua, de manera muy dramática. El cuerpo sin vida del chofer está adentro del vehículo, todavía sentado, recargado en el cadáver de Villa. Varias figuras del pueblo contemplan azorados, con ojos abiertos, los terribles crímenes. Las mujeres visten con rebozos y los hombres portan sombreros campesinos y todos son testigos mudos del acontecimiento histórico. 



"LA REVOLUCION  SOCIAL TRUNCADA" DEL CUADRO RELIEVE DE EDGAR PONZANELLI

Los cuatro cuadros o escenas son magnificentes, bien esculpidos, con imágenes muy realistas y finos detalles sobre los volúmenes humanos, animales, vegetales y objetuales. Por ejemplo, las barbas, los bigotes, los sombreros y los rebozos, las patas de caballos, el diseño geométrico del coche y las cartucheras lucen con una gran precisión en sus imágenes en relieve. Asimismo, las figuras en primer plano (las de Villa revolucionario, gobernador y cadáver) son atractivas para los espectadores, impactantes, dramáticas, esplendentes, una simbiosis de gran arte e historia. De igual forma, las imágenes mas pequeñas (los revolucionarios atrás de Villa jinete, entre árboles) lucen con gran factura escultórica. En resumen, las cuatro escenas o cuadros describen cuatro grandes y trascendentales etapas de la Revolución Mexicana en las que participó Villa: Los inicios de la División del Norte, las tomas de cuatro ciudades norteñas importantes, la efímera pero efectiva gubernatura en Chihuahua y el lamentable y trágico asesinato del General en Parral.
El enorme cuadro relieve de tema histórico es otra obra artística más sobre Pancho Villa exhibida a nivel público en la ciudad de Chihuahua. Esta obre del talentoso Ponzanelli ilustra en el siglo XXI la trascendencia histórica, política, social y militar de Pancho Villa en Chihuahua y en la nación entera. Ponzanelli hace un gran trabajo de recreación de personajes históricos y contextos espaciales bajo el trabajo escultórico en el duro metal. Este “Homenaje a Pancho Villa”, para usar un título más abreviado, se suma a las estatuas ecuestres del duranguense situadas en las siguientes dos áreas de la capital de Chihuahua: 1) La que se ubica en la glorieta de la confluencia de la Avenida División del Norte y Avenida Universidad; 2) la que se sitúa frente al Edificio Héroes de la Revolución, de creación más reciente. En la primera, el caballo está parado en dos patas. En la segunda, Villa corre al galope en su brioso cuaco.
Este “Homenaje a Villa” se puede admirar en pleno Centro Histórico, justo enfrente del Edificio Melchor Ocampo donde se albergan las oficinas del Registro Civil del Estado. Es un homenaje a Francisco Villa por parte del Gobernador César Duarte (2010-2016). La sobresaliente obra de arte fue develada en diciembre de 2013. Este cuadro relieve representa una obra plástica más que reactiva el arte público de la ciudad de Chihuahua. Como se sabe, Francisco Villa es el seudónimo de Doroteo Arango (1878-1923), nació en Durango y fue uno de los prominentes revolucionarios de México. Fue uno de los iniciadores de la Revolución en Chihuahua.

viernes, 14 de febrero de 2014

"LA BEBEDORA AZUL" Y "LA MUJER NARANJA": DOS MURALES SOBRE MUJERES TARAHUMARAS EN LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

LA BEBEDORA AZUL Y LA MUJER NARANJA: DOS MURALES SOBRE MUJERES TARAHUMARAS EN LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

ÓSCAR ROBLES

Dos mujeres rarámuris o tarahumaras son los personajes centrales de dos bellos murales pintados en sendas paredes externas de la Avenida Cuauhtémoc de la ciudad de Chihuahua. Una es un busto de perfil de una mujer bebiendo agua en un recipiente rústico y rural, investida en un tradicional vestido azul rey y con una pañoleta amarilla en su cabeza; otra representa a una mujer sentada frente al dintel de una puerta de una casona antigua, quien trae un vestido naranja propio de la cultura indígena de la Sierra Tarahumara.
La mujer y los indígenas de Chihuahua son figuras artísticas en algunas obras creadas por pintores chihuahuenses y su representación visual y pública tiene en general un fuerte sentido cultural, político y social, ya que las pinturas reivindican a estos dos grupos importantes del estado más grande de México. Algunas veces, las mujeres y los indígenas son seres humanos y personajes marginales y marginados por los grupos dominantes de Chihuahua. Estas dos imágenes artísticas en los confines del Centro Histórico significan, pues, la legitimación cultural y social y en el empoderamiento de su identidad colectiva, dentro del ámbito simbólico de la cultura popular.
Ambas paredes con las mujeres rarámuris pertenecen a las oficinas del Comité Directivo Estatal del Partido Convergencia, ubicadas en la esquina de la Avenida Cuauhtémoc y calle 18ª, justo en las márgenes del oeste del Centro Histórico, justo a un lado del Edificio Empresarial.
El más grande mural puede ser titulado tentativamente con el nombre poético La Bebedora Azul. Es un busto de gran tamaño, pintado de perfil, de una mujer tarahumara que está bebiendo agua de una vasija rústica, al parecer una jícara hecha con la cáscara de la calabaza. Su vestido de intenso azul rey reluce desde lejos y el amarillo limón de la pañoleta muestra unas pequeñas flores blancas. De su cuello, pende un collar de bolitas blancas. El rostro muestra partes un tanto oscuras y partes un tanto más claras de su piel morena. El conjunto de esta imagen femenina es bello por los colores tan vivos y alegres, por el realista volumen de las imágenes, por el trazo fino y un poco “asilueteado”. Llama la atención desde el otro lado de la Avenida Cuauhtémoc por su contundente y original belleza figurativa y, en especial, por la poderosa exaltación del regionalismo, del indigenismo y del feminismo chihuahuenses.
La segunda mujer parece de mediana edad y está sentada cerca de la puerta de una casona con el dintel hecho a base de la típica cantera rosada. Ella lleva un vistoso traje naranja con ribetes azul rey abajo y una franja gruesa de color crema en el cuello. La pañoleta de su cabeza es de un rojo intenso, con flores amarillo crema. El rostro moreno mira hacia un punto indefinido y  su expresión es serena y sobria. Este mural puede ser nombrado con otro título poético: La Mujer Naranja. En general, esta mujer sedente muestra el clásico hieratismo y seriedad de los indígenas rarámuris. Esta mujer indígena aparece en el contexto de una casona estilo colonial, propio de la cultura criolla mexicana. Destacan los colores vivos, el traje típico de los tarahumaras, tejido con algodón. En conclusión, sobresalen en la imagen la cara tan digna y los reflejos breves de sol teñidos en el vestido con gran sutileza artística. Este mural reluce por su realismo expresionista y por el mismo enfoque cultural y étnico del primer mural.
Los murales no tienen título ni se observa el posible nombre del artista o artistas que los realizaron en dichas oficinas. Así pues, La Bebedora Azul y La Mujer Naranja son murales hermosos por su concepción estética, cultural, social y política; por ser novedosos y originales dentro de la ciudad; por realzar al indio dentro de un ámbito dominado por los mestizos; y, finalmente, por reavivar el mural mexicano como arte público, plural y democrático.
En verdad, estos dos murales rescatan para el futuro dos imágenes de mujeres tarahumaras con su vestido típico y algunos de sus actos culturales y sociales. Como se sabe, las mujeres tarahumaras sobreviven económicamente dentro de un mundo moderno, citadino y, a veces, sumido en profundas crisis económicas. Estas dos imágenes femeninas son verdaderos arquetipos de la digna y fuerte mujer rarámuri chihuahuense y representan una mirada parcial y subjetiva entre las miles de imágenes instantáneas de estas mujeres indígenas que los ciudadanos contemplan en las calles de la capital del Estado de Chihuahua. En estas “instantáneas” reales aparecen indígenas reales, errantes, sobrevivientes y poderosos por su gran resistencia física y moral, dentro de una sociedad un tanto ajena a sus costumbres originales y primigenias.
En resumen, estos dos murales de autor anónimo son dignos y tienen buena factura artística, desde el punto de vista ético y estético. Principalmente, estas dos pinturas públicas recuerdan a los cientos de miles de chihuahuenses que las indígenas son grandes personajes artísticos. Especialmente, recuerdan el gran valor civil y humano de estas vigorosas y resistentes mujeres itinerantes que sobreviven a la pobreza, vendiendo mercancía de fácil consumo (chicles, dulces, chocolates, tradicionales mazapanes, semillas de calabaza, cacahuates) y hierbas medicinales (hierbanís, laurel, hierba de la víbora, gordolobo), sobreviven cargando su tradicional red de plástico o su moderna backpack y llevando a veces a sus tiernos bebés en rebozos amarrados a su fuerte espalda y hasta tomando de la mano a uno o dos niños que ya caminan y ya venden productos en las calles citadinas.
Junto a estos dos murales, “El Monumento a la Madre Rarámuri”, hecha en metal, es la brillante culminación de este gran homenaje artístico a las madres y mujeres tarahumaras por parte del actual gobierno estatal. Esta célebre estatua fue develada el diez de mayo de 2013 y está colocada en la Plaza Tierra de Encuentro del Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua, la cual se encuentra cerca del Museo Casa Chihuahua. Así pues, los dos murales son un gran homenaje artístico a las mujeres tarahumaras. Ojalá ambos sean restaurados en un futuro.


"LA BEBEDORA AZUL" DE AUTOR ANONIMO (FOTO 1)





"LA MUJER NARANJA" DE AUTOR ANONIMO



"LA BEBEDORA AZUL" DE AUTOR ANONIMO (FOTO 2)

ORIGINAL MURAL DE LA "MADRE NACION" EN EL PARQUE DEL ESTUDIANTE DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

ORIGINAL MURAL DE LA “MADRE NACIÓN” EN EL PARQUE DEL ESTUDIANTE DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

ÓSCAR ROBLES

         El mural de “OKANY” data de 2014. Por ello, es de creación muy reciente. Este mural se centra en la imagen de una mujer poderosa y serena. Esta mujer encarna la imagen arquetípica de la madre y es una alegoría de la nación del nuevo milenio [mexicana], construida con imágenes con colores suaves y un mesurado trazo expresionista, bajo una perspectiva predominantemente optimista. Este mural se encuentra situado en el Parque del Estudiante, en la esquina de la calle Aldama y el Bulevar Díaz Ordaz, justo en los linderos del Centro Histórico de la Ciudad de Chihuahua. En general, son imágenes figurativas: Figuras humanas y vegetales con alto simbolismo.
Al centro del mural se yergue una mujer de largo vestido color marrón y blanco, cabello negro, un bebé en sus brazos envuelto en cobijita azul y dos niñas y dos niños cobijados por el sinuoso vestido de la mujer. Al lado derecho, una poderosa mano morena sostiene una planta enorme con cinco espigas amarillas. A la izquierda, otra mano grande levanta una planta con tres espigas amarillas, similar a la otra planta citada. Ambas manos brotan del vestido de la mujer protagonista del mural. Junto a la mano de la izquierda hay cerca de diez capullos: Cuatro son el ataúd de cuatro hombres muertos que tienen una especie de rebozos color café atravesados al pecho en forma de cruz. Resaltan los ojos  espectrales de estos hombres y sus bocas están abiertas. Un hombre, cercano al vestido de la mujer parece vivo, pero tiene el rostro muy angustiado.
Atrás de la mujer, a la altura de su espalda, se despliega una hilera de bultos café oscuro y debajo de ellos aparecen estrías como de canasto. También atrás de la mujer, a la altura de la cabeza, se ve una serie de llamas o resplandores amarillos, rosas y rojos y un cielo ondulado, en diferentes tonos de azul.
En general, el conjunto del mural muestra una gran realización artística en dibujo y color y puede tener algunas interpretaciones simbólicas. Por un lado, es una mujer individual, madre, con cinco hijos vivos, rostro sereno y fuerte: La madre en general o la madre mexicana. Por otro, puede ser el mismo arquetipo femenino envuelto en imágenes alegóricas: La Madre Nación con hijos adultos muertos y con hijos pequeños vivos. Puede ser quizá la Madre Nación Mexicana, con el contexto histórico del siglo XXI: Con ciudadanos muertos y aterrorizados y ciudadanos niños, el posible México del futuro. Los primeros son seres espectrales y sufrientes; los segundos, están arropados por los brazos y los vestidos de su fuerte y protectora progenitora.
El sentido simbólico y alegórico se completa brillantemente con dos manos gigantescas, emergiendo de manera fantástica y sobrenatural del vestido de la mujer. Estas manos portan sendas plantas con amarillosas espigas, las cuales son portentosas imágenes vegetales. Mientras algunos capullos contienen a los muertos, las espigas representan un futuro bueno, fértil, próspero, promisorio y luminoso. En suma, los humanos y los vegetales son las imágenes claves para representar un asunto universal y nacional al mismo tiempo, pues no hay identificaciones de un país en concreto —bandera o símbolo nacional. Sin embargo, se puede deducir que es una madre nación en general y una Madre Nación Mexicana por la ubicación del gran mural.
En resumen, es un mural interesante y novedoso y al parecer no tiene un titulo específico. Puede llamarse tal vez “La Madre” o “La Madre Nación”. Los mexicanos pueden identificarse emocionalmente con este mural y ver en la figura maternal a su propio país, bajo el hondo simbolismo de todos los humanos y todos los vegetales. Esta “madre árbol” es, finalmente, un poderoso arquetipo femenino, universal y nacional. De esta mujer poderosa brotan mágicamente plantas, capullos mortuorios, espigas y, en especial, dos manos viriles, fuertes y huesudas, capaces de producir espigas: Es decir, luz, alimento y riqueza, en un mundo donde pervive la trágica imagen de los muertos espectrales y terroríficos.
“OKANNY 14” es la breve inscripción que está colocada en el ángulo inferior derecho del mural. Al parecer, la palabra es el apodo del autor, la autora, los autores o las autoras y el número es el año en que fue pintado este gran mural con situaciones sociales propias del siglo XXI, puestas en forma simbólica. Este mural deslumbra a los viandantes por las armónicas y sinuosas imágenes vegetales. Sería interesante entrevistar al artista para explorar otras posibles interpretaciones a la luz de la segunda década del siglo XXI. El artista o artistas re-textualiza (n) el símbolo de la nación en general y la nación mexicana como una mujer poderosa y madre protectora, dentro de un país altamente machista y patriarcal. Con este mural pintado en enero de 2014, se reaviva el gran arte público de México, con nuevas imágenes visuales y propuestas artísticas y nuevos autores.

LA "MADRE NACION" DEL ARTISTA "OKANY"



LA "MADRE NACION" Y SUS HIJOS VIVOS Y MUERTOS



LOS HIJOS MUERTOS DE LA "MADRE NACION"



LA FUERZA DEL TRABAJO Y LA ESPERANZA DEL FUTURO



LA "MADRE NACION" Y SUS HIJOS VIVOS Y MUERTOS Y LA ESPERANZA EN ESPIGAS


Este arte público es, precisamente, el histórico Muralismo mexicano, de gran trascendencia regional, nacional e internacional durante el siglo XX. Se reaviva, pues, la imaginación artística de los chihuahuenses, a comienzos del siglo XXI. De este modo, lo que bautizamos como "LA MADRE NACION" del artista o la artista OKANY es el mural que sigue dicha corriente del arte mexicano.
        

domingo, 2 de febrero de 2014

"LA PUERTA DE CHIHUAHUA" (ESCULTURA) Y "LA CATEDRAL DE CHIHUAHUA" (PINTURA) EN LA ALCALDIA DE LA CAPITAL DEL ESTADO

LA PUERTA DE CHIHUAHUA (ESCULTURA) Y LA CATEDRAL DE CHIHUAHUA (PINTURA) EN LA ALCALDÍA DE LA CAPITAL DEL ESTADO

ÓSCAR ROBLES

El vestíbulo de la Alcaldía de la ciudad de Chihuahua contiene dos obras de artistas chihuahuenses como parte de su colección permanente y los visitantes pueden admirar estas dos obras. Primeramente, la escultura La Puerta de Chihuahua de Enrique Carvajal Sebastián es una obra consolidada dentro del arte chihuahuense por su calidad artística y por su permanencia en más de dos décadas, dentro de la cultura regional de Chihuahua. Esta escultura monumental se encuentra en la salida sur de la capital del Estado y la versión en miniatura es, precisamente, la que se halla en la Alcaldía. En segundo lugar, La Catedral de Chihuahua de Fernando Rascón es una pintura de creación reciente de gran calidad y está en proceso de trascender como un gran cuadro con el paso del tiempo.
La Puerta de Chihuahua de Sebastián es una versión en miniatura que reproduce a escala este portento geométrico y metálico de intenso color rojo. Como se sabe, esta escultura monumental se ubica en la salida sur de la ciudad de Chihuahua, a la altura de la carretera a Santa Eulalia. En general, el estilo de esta escultura muestra el clásico y poderoso estilo geométrico del artista camarguense. En particular, este estilo contemporáneo plasma un homenaje a las culturas originales de la nación mexicana: A las pirámides prehispánicas con las escalinatas metálicas y a la influencia de la arquitectura colonial española con el poderoso arco que domina casi toda la escultura.


LA PUERTA DE CHIHUAHUA, LA ESCULTURA MONUMENTAL ORIGINAL EN EL SUR DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA



LA PUERTA DE CHIHUAHUA DE SEBASTIAN: GEOMETRISMO MODERNO

 La Catedral de Chihuahua de Rascón capta la belleza monumental de la famosa iglesia barroca de la capital del Estado. Es un acrílico que traza la imagen de este edificio religioso en un escenario nocturno, vista desde la perspectiva de la esquina de la Avenida Independencia y de la calle Victoria. El cuadro tiene pinceladas color marrón en la dominante imagen de la mole de cantera, amarillo sol en las torres iluminadas y manchones blancos irregulares sobre algunas secciones de la pared sur. Su configuración general es realista, ya que logra fijar la belleza de esta joya de la capital de Chihuahua como si fuera casi una foto. Especialmente, la entera mole del edificio colonial emerge con una nueva y portentosa imagen en el cuadro.


LA CATEDRAL DE CHIHUAHUA DE FERNANDO RASCON

La Alcaldía de la ciudad de Chihuahua tiene un gran mérito cultural al mantener estas dos obras de artistas chihuahuenses al alcance de todo el público citadino y de los turistas nacionales e internacionales. El hermoso edificio de la Presidencia Municipal se encuentra justamente en la Avenida Independencia, entre las calles Victoria y Libertad, justo enfrente de la Plaza de Armas. 
  Ambas obras fueron removidas de la presidencia municipal y tienen nuevos espacios para admirarlas: Museo Casa Chihuahua Siglo XIX.

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