domingo, 2 de marzo de 2014

LOS VEINTISEIS GRANDES ESCRITORES DELCANON OCCIDENTAL SEGUN HAROLD BLOOM

INDIGENAS, PAISAJES, MUJERES Y "BODEGONES" EN LA PINTURA DE AARON PINA MORA

INDÍGENAS, PAISAJES, MUJERES Y BODEGONES
EN LA PINTURA DE AARÓN PIÑA MORA


 ÓSCAR ROBLES

LA MUESTRA "DEL CABALLETE DE AARON PINA MORA" CONTIENE ESTA PINTURA DE UNA HERMOSA MUJER.

El pintor hidalguense Aarón Piña Mora (1914-2009) se distingue por el torrente de imágenes humanas de la historia de Chihuahua plasmadas con brillantez en el Palacio del Gobierno del Estado de Chihuahua: Un semidesnudo conquistador español Álvar Núñez Cabeza de Vaca (¿1500-1560?) en medio de los espaciosos y hermosos llanos de Chihuahua, acompañado de sus soldados y del negro Estebanico; el busto enorme del cura Miguel Hidalgo y Costilla (1753-1811) en un primer plano, con rostro sereno y con las escopetas asesinas apuntando a su pecho desnudo; el rostro moreno del presidente Benito Juárez (1806-1872), acompañado a sus costados del presidente estadounidense Abraham Lincoln (1809-1865) y el libertador venezolano Simón Bolívar (1783-1830), y rodeado por los múltiples héroes hispanoamericanos del siglo XIX; un vigoroso y simbólico cuerpo desnudo con carrilleras en el pecho del revolucionario chihuahuense Pascual Orozco  (1882-1915), en medio del fragor de las batallas, y otras grandes figuras de la historia de Chihuahua.



ALVAR NUNEZ CABEZA DE VACA EN UN MURAL DE LPALACIO DE GOBIERNO EN CHIHUAHUA


MIGUEL HIDALGO EN EL MURAL "EL FUSILAMIENTO DE LA LUZ" DEL PALACIO DE GOBIERNO EN CHIHUAHUA




BENITO JUAREZ ACOMPANADO POR ABRAHAM LINCOLN Y SIMON BOLIVAR EN UN MURAL DEL PALACIO DE GOBIERNO EN CHIHUAHUA


EL REVOLUCIONARIO PASCUAL OROZCO EN UN MURAL DEL PALACIO DE GOBIERNO EN CHIHUAHUA


         El artista arraigado en Chihuahua sobresale por la esplendorosa y armónica utopía racial y multicultural del gran mural de La Profecía de la Raza Cósmica, basado en el libro homónimo del excelso escritor mexicano José Vasconcelos (1881-1959), creado en un muro de la Posada Tierra Blanca de la Ciudad de Chihuahua y financiado por el empresario chihuahuense Tomás Valles: En un primer plano, aparece el cuerpo desnudo y enorme del hombre que representa la fusión de las cuatro razas del mundo en el mero centro de la pared, rodeado por cuatro figuras humanas de las razas blanca, negra, roja y amarilla emanando rayos de creación casi divina; la belleza de la arquitectura azteca; la armoniosa arquitectura de las iglesias cristianas europeas y la figura central del italiano San Francisco de Asís (1182-1226); los colosales edificios estadounidenses del siglo XX; la belleza blanca de El Taj Mahal y de las iglesias budistas y otras imágenes portentosas.
         Además de muralista, Piña Mora creó numerosos cuadros de caballete y dibujos a lápiz. En el Museo Casa Chihuahua de la ciudad de Chihuahua, se exhibió una gran muestra de estas obras bajo el título de Del Caballete de Aarón Piña Mora, desde el 19 de julio al 30 de septiembre de 2013. Hubo obras con imágenes humanas (tarahumaras, mestizos y menonitas), paisajes naturales, mujeres bellísimas, bodegones clásicos, algunos cuadros de influencia fauvista y unos pocos retratos de figuras religiosas y civiles. En general, los temas de estas pinturas responden básicamente al figurativismo tradicional e incluyen la música, la mujer tarahumara, la buena mesa, los bosques, los amaneceres, los días nublados, la calma del mar, los llanos y la mujer menonita, según la placa de la presentación de la exposición en dicho museo. Asimismo, las técnicas pictóricas dominantes son el óleo, la acuarela, la pintura al temple, el pastel, el acrílico y los dibujos a lápiz. Ante todo, estas obras reciben la influencia de las corrientes artísticas del Impresionismo francés y del Fauvismo, de acuerdo a la presentación de esta muestra del artista hidalguense.

1. LOS INDÍGENAS

         En especial, destacan once cuadros en blanco y negro, trazados con lápiz, con imágenes vigorosas y realistas de diversos indígenas tarahumaras, tanto hombres como mujeres. Son imágenes que recrean algunos elementos expresionistas. El Expresionismo es una “doctrina artística que traspone la realidad según su propia sensibilidad” (“Expresionismo.” Pequeño Larousse ilustrado. 1991). Así pues, la sensibilidad de Piña Mora permite forjar un realismo fiel que algunas veces alcanza visiones muy expresionistas. Una de los cuadros, por ejemplo, describe una celebración de la Semana Santa en la Sierra Tarahumara en la cual un indígena luce como un verdadero Cristo. La factura artística de estos cuadros en blanco y negro es muy elevada: Mujeres con niños envueltos en rebozos, flautistas, grupos de tarahumaras con su tradicional vestimenta de manta, entre otras imágenes. Estos indígenas del norte de México son de algún modo clásicos y positivos paradigmas culturales de los indígenas de la Sierra Tarahumara. En particular, estos paradigmas concentran trascendentes y muy dignos papeles laborales, religiosos y familiares de estos indígenas mexicanos: El artista o el músico, el creyente cristiano o el Cristo tarahumara y, sobre todo, el paradigma quintaesencial de la fuerte y extraordinaria madre tarahumara. Estos once cuadros hechos a lápiz fueron parte original del libro Tarahumaras de Piña Mora, con un ensayo introductorio de Víctor Reyes. En general, estos rarámuris muestran rostros sufrientes, callados, graves, complejos, misteriosos, hieráticos, pero muy seductores por su realismo expresionista. En general, el trazo armonioso de los dibujos se acerca al estilo de algunos murales del mexicano José Clemente Orozco (1883-1949). Estos dibujos son más clásicos, más universales, más humanos, más trascendentes y expresivos, y a veces lucen algunos sesgos geométricos en el espacio o en la misma figura humana.
En esta misma línea regionalista e indigenista, el Museo Casa Chihuahua expuso algunos retratos de mujeres tarahumaras, hechos al óleo o al pastel. Por ejemplo, dos mujeres tarahumaras traen los clásicos vestidos de algodón teñidos con un portentoso e intenso color rosa, un color muy mexicanista. Estos cuadros son “Mujer en rosa” y “Joven tarahumara”. El color rosa impregna de belleza estos dos cuadros, enfatiza la ingenuidad, la dignidad y la delicadeza de estas mujeres indígenas y, por transferencia, las hace ver como verdaderas flores o rosas envueltas en esas telas. Junto a los dibujos a lápiz, estas imágenes de mujeres rarámuris reflejan un acendrado regionalismo y una gran dignidad artística, pues los bustos de las mujeres son armónicos y muy bellos.
         En otra sección, aparecen dos cuadros hechos a lápiz con el mismo estilo realista y expresionista de los once dibujos del libro Tarahumaras. En el cuadro “La bendición”, el realismo abre la “puerta” a una posible alegoría religiosa, a una especie de realismo mágico cristiano y a un sincretismo cultural y racial. En verdad, son imágenes prodigiosas: Una rarámuri vestida de blanco, casi fantasmal, con el vestido clásico de su raza, bendice a tres mujeres que visten rebozos negros, dentro del espacio de una iglesia y justo frente a un altar y a una cruz. A un lado, aparece un hombre con manto negro y lanza, el cual está de espaldas y parece un verdadero fantasma, pues su manto y su cuerpo dejan ver mágicamente algunas partes de la pared del recinto sagrado cristiano. Así pues, se conjugan en “La bendición” expresionismo y religiosidad, lo fantasmal y lo sagrado, con vigorosos trazos del lápiz, al mejor estilo del muralismo mexicano. La mujer de blanco luce como una sacerdotisa o una santa, papeles que regularmente son asignados a los criollos o a los mestizos mexicanos en la iconografía cristiana de Occidente. De este modo, este cuadro es poderosamente arte transgresor, social, político. El segundo cuadro es “Cinco figuras tarahumaras” y enseña figuras indígenas calladas, sufrientes y embozadas. Dentro de toda la línea indigenista de Piña Mora, el blanco y negro de los dibujos a lápiz adquiere una dimensión excelsa, poderosa, transgresora y subversiva a veces. En cambio, los colores vivaces y muy vivos y alegres de las mujeres tarahumaras en los cuadros al óleo y al pastel son hermosos y delicados y poseen una buena factura artística, pero las mujeres lucen un tanto idealizadas y hieráticas. En estas pinturas, la visión de Piña Mora es más estetizante que social o política. Sin embargo, pintar indígenas tarahumaras es en sí un acto social, cultural y político dentro de una nación con marcadas tendencias racistas y excluyentes.

2. LOS PAISAJES

Junto a los retratos de tarahumaras, resalta la calidad artística de ocho cuadros pequeños al óleo, a base de colores más planos que texturales, con paisajes marinos, medievales y pueblerinos. Su factura es muy original y se aparta un poco del estilo impresionista. Estos cuadros son los siguientes: “Marinas”, “El Castillo I”, “El Castillo II”, “Remendando las velas”, “Los techos”, “Embarcadero”, “La calle” y “Desde arriba”. Estas pinturas pequeñas muestran paisajes naturales, castillos, casas de pueblo y pescadores con sus embarcaciones y el mar. Son como estampitas con un impecable y sólido dibujo, con un colorido intenso, alegre y, por momentos, mágico. No son imágenes completamente realistas o impresionistas, sino que tienen escenas trastocadas o transformadas por los colores diferentes a los de los objetos de la realidad social. En estas pinturas, Piña Mora parece despojarse del control de la realidad exterior para plasmar su visión interiorista y un poco expresionista. Es la forma en que ve el artista al paisaje desde dentro de su imaginación y desde una perspectiva visual lejana. Hay azules intensísimos de mar, un pueblo con colorido; algunos dibujos de estilo fauvista, “juguetón” e infantil; siluetas de pescadores sin los contornos faciales de los rostros; dos castillos sobre montañas;  una barca y algunos pescadores en un primer plano. Sin embargo, estas imágenes parecen captadas desde una perspectiva más lejana, con colores inusitados, casi mágicos y con la gracia y el trazo de la técnica de la miniatura. De esta manera, el pintor hidalguense demuestra que no sólo tiene un singular talento para el mural y para el cuadro de caballete de tamaño regular, sino también para los paisajes en miniatura.
En el Museo Casa Chihuahua, se exponen también numerosos paisajes naturales, los cuales parecen también estampas en miniatura, dentro del estilo de los paisajes para almanaque. Ante todo, son llanos, árboles, cañones, lagos y mares. Todos son cuadros pequeños, al óleo. En general, estas pintura  muestran a la naturaleza con técnica impresionista, pero estos paisajes de tierra y agua no son europeos, sino lucen como más propios de Chihuahua y de México aunque no se marcan los lugares geográficos en las descripciones de los cuadros. En general, el trazo de estos paisajes naturales se aparta de los embriagantes y sensuales paisajes acuáticos y vegetales de los impresionistas franceses, pero asimila las técnicas “vaporosas” de los maestros europeos.

3. LAS MUJERES

         En muchos de sus cuadros, domina la clásica técnica “vaporosa” o “brumosa” del Impresionismo, especialmente en varios retratos de mujeres acriolladas o mestizas. Esta técnica tiende a borrar los contornos de cuerpos y de objetos, para dar la apariencia de estar bajo el impacto de una especie de “velo”. El Impresionismo es la corriente artística y literaria que busca “expresar la impresión que nos produce un objeto más que su realidad” y “reproducir las sensaciones, el color y los efectos de luz lo más fielmente posible” (“Impresionismo.” Pequeño Larousse ilustrado. 1991). Los principales pintores del Impresionismo son los franceses Eduard Manet (1832-1883), Claude Monet (1840-1926) y August Renoir (1841-1919). En los retratos de mujeres de Piña Mora, los rostros de las mujeres son rostros blanquecinos bajo la técnica “vaporosa” y los rasgos faciales son muy estetizantes e idealizados: Labios rojunos, ojos pequeños, cabelleras hermosas y narices finas. Algunas mujeres cargan libros o instrumentos musicales en las manos, portan collares brillantes y visten coquetos moños. Otras están sentadas a la mesa, frente a canastas o frutas, platos y jarros. De esta manera, la belleza femenina se engalana con el arte, la naturaleza y la cocina, para reforzar el espacio más propiamente estético y femenino. En realidad, son arquetipos de belleza y no tienen nombres específicos. Sus figuras son muy atractivas para la contemplación puramente estética. En general, casi todos los cuadros de influencia impresionista muestran un profundo sentido esteticista del mundo, una estética que tiende a captar la pureza de la belleza más delicada y refinada, sus juegos de luces, su carácter puramente sensorial, ya sean figuras humanas o paisajes naturales. Frente a este esteticismo de la belleza femenina, se impone la fuerza expresiva y expresionista de los retratos a lápiz y de las pinturas al óleo y al pastel de los indígenas tarahumaras. Sin duda, estos cuadros regionalistas e indigenistas son el trabajo más fino, puro, auténtico y original de esta gran exposición de cuadros de caballete de Piña Mora de el Museo Casa Chihuahua.


ESTE ES EL RETRATO DE UNA MUJER DE PIEL BLANCA QUE APARECE EN UN CARTEL DE LA MUESTRA DE AARON PINA MORA

LA BELLEZA DE LAS MANOS SE APRECIA EN EL MISMO RETRATO DE ARRIBA, EL CUAL ENGALANA EL CARTEL DEL MUSEO CASA CHIHUAHUA

En especial, los numerosos retratos de mujeres mestizas, acriolladas, menonitas y tarahumaras son de corte esteticista. Estos rostros femeninos son extremadamente hermosos en sus rasgos faciales y, por ello, parecen mujeres idealizadas, envueltas en un “halo” de belleza pura. Aparecen varias mujeres de rostro muy blanco que visten trajes tradicionales de menonitas, trajes folclóricos o trajes contemporáneos. A veces, aparece un trasfondo de la naturaleza para enmarcar los retratos de todas estas mujeres de diferentes etnias.

4.  LOS BODEGONES: TRADICIÓN Y REGIONALISMO

Por su parte, los bodegones muestran una perspectiva clásica, objetos tradicionales y una factura estrictamente realista. Siempre en un primer plano, aparecen los objetos propios del bodegón: Botellas de vino y frutas (melones, sandías, manzanas). A veces, aparece un elemento frutal que puede ubicarse como parte de Chihuahua: Los famosos membrillos. El “bodegón” es “una pintura o cuadro donde se representan cosas comestibles” (“Bodegón.” Pequeño Larousse ilustrado. 1991).
Dentro de esta línea de cuadros con frutas, están algunos cuadros de calabazas con un estilo refinado y detallista, casi táctil, casi textural. Estas calabazas muestran cáscaras, rayas y arrugas y aparecen con una impecable realización naturalista. Es posible que el maestro Piña Mora se haya inspirado en la famosa pintura del mexicano David Alfaro Siqueiros (1896-1974) que tiene unas calabazas como tema, la cual se encuentra dentro de la colección permanente del Museo de Arte Contemporáneo de la Ciudad de México. Sin embargo, las calabazas de Piña Mora son más pulidas en sus texturas, con pinceladas más finas que dan un efecto lustroso a las cáscaras. En cambio, las calabazas de Siqueiros son más rugosas, con las clásicas pinceladas gruesas, como si fueran “oleajes” de colores y manchas, dentro del estilo propio del muralista chihuahuense.

5.  LAS FIGURAS CRISTIANAS Y CIVILES

         Es importante destacar un cuadro a lápiz y con colores pálidos y cuatro cuadros al óleo con figuras de la sociedad mexicana y de la cultura cristiana. En primer lugar, el cuadro “San Francisco de Asís” presenta al humilde santo italiano con el rostro volteado hacia el cielo, un poco distorsionado en su postura contemplativa, con los ojos cerrados en actitud profundamente mística, vestido con el clásico habito color marrón propio de los monjes franciscanos, el fondo amarillo como si fuera un halo de santo, tres pajarillos abajo y una avecilla arriba y un poco de sangre en la mano izquierda. Todos estos elementos visuales sirven para concretar la visión clásica e histórica del santo: Humilde, místico y amante de los animales. Este cuadro prefigura la clásica imagen de San Francisco de Asís del espectacular mural La Profecía de la Raza Cósmica. En este mural, el santo italiano representa la parte esencial de la cultura europea medieval y de la cultura de la raza blanca. En suma, es una figura con trazos expresionistas que exaltan la figura religiosa del santo. Por otro lado, cuatro retratos al óleo son de corte realista, muy cercanos a las personas retratadas, forjadas con un impecable, fino y fiel trazo del pincel. Estas pinturas son los retratos de Sergio, de Jesucristo, de Juan Marshall y de Doña María de la Luz. En los cuatro casos, las imágenes de los rostros y del cuerpo ofrecen gran dignidad a los retratados.

6.  LOS CUADROS DE INFLUENCIA FAUVISTA

Sólo tres cuadros son de influencia plenamente fauvista. En especial, estas tres pinturas representan a figuras humanas ingenuas, casi primitivas, y el trazo del dibujo es más decorativo que central frente al protagonismo de los colores. Los títulos de estos cuadros son “Infantil”, “Niña paseando a sus perros” y “La abuelita leyendo”. El Fauvismo es “una escuela pictórica de la primera mitad del siglo XX” y “una reacción contra el análisis impresionista” (“Fauvismo.” Pequeño Larousse ilustrado. 1991). Así pues, el Fauvismo se caracteriza precisamente por la descomposición del poderoso Impresionismo figurativo para lograr una simplificación con imágenes que parecen más infantiles. Los franceses Henri Matase (1869-1954), André Derain (1880-1954) y Raoul Dufy (1877-1953) son sus principales representantes. En especial, Matisse “simplificó el dibujo en un sentido decorativo y exaltó el color” (Pequeño Larousse ilustrado. 1991.). También, este pintor francés usó “tonos violentos y expresivos, formas suaves y sinuosas, para crear un arte a un tiempo intelectual y sensual” (“Matisse, Henri.” Los Doce Mil Grandes. Enciclopedia Biográfica Universal. México: PROMEXA, 1982.). En suma, los tres cuadros de Piña Mora responden a la técnica fauvista.
         Como complemento a todos los cuadros de caballete, se muestran en una vitrina la portada del mencionado libro Tarahumaras de Piña Mora y una foto de 1959 que celebra la inauguración del fascinante mural El Fusilamiento de la Luz en el Palacio de Gobierno del Estado de Chihuahua. En especial, este mural es conocido a nivel nacional y forma parte de una serie de murales que narran la historia del estado de Chihuahua, desde la Exploración y la Colonización (siglo XVI) hasta la primera etapa de la Revolución Mexicana (siglo XX). El mural citado se refiere a los inicios de la Independencia de México y enseña la figura desnuda y digna del cura Hidalgo, con los fusiles apuntándole y algunas heridas de sangre en el pecho. Este mural representa simbólicamente el fusilamiento del iniciador de la Independencia de México. Como se sabe, Hidalgo fue fusilado en la ciudad de Chihuahua. Frente al mural, aparecen diversas personalidades de la política y de la cultura chihuahuense, tales como el presidente Adolfo López Mateos (1910-1969), el gobernador Teófilo Borunda (1912-2001) y el propio Piña Mora. Además de este honor, Piña Mora recibió el Premio Tomas Valles Vivar en 1989 en el área de artes plásticas. Este premio era el más importante galardón en el estado para premiar a los grandes chihuahuenses de las letras, de las ciencias y de las artes, a finales del siglo XX.


EL MAESTRO  HIDALGUENSE AARON PINA MORA EN SUS ANOS DE VEJEZ


         Los gentiles lectores pueden consultar otros datos sobre esta muestra del artista hidalguense en el siguiente sitio de Internet: www.casachihuahua.org.mx/Expos/casa_expos_realizados.php?2013
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LOS MEJORES BASQUETBOLISTAS CHIHUAHUENSES DE LA HISTORIA

LOS MEJORES BASQUEBOLISTAS CHIHUAHUENSES DE LA HISTORIA
(PRIMERA VERSION)

ÓSCAR ROBLES

El deporte esencial de los chihuahuenses es el basquetbol. En 2010, había cuarenta y nueve basquetbolistas de ambos sexos como miembros distinguidos entronizados en el Salón de la Fama del Deporte Chihuahuense, situado en el Gimnasio Universitario Manuel Bernardo Aguirre de la ciudad de Chihuahua. Así pues, el baloncesto es el deporte que tenía más miembros dentro de este prestigioso recinto del deporte del estado de Chihuahua, en ese año de 2010. En total, eran treinta y un hombres y dieciocho mujeres.  
Entre estos deportistas estelares del llamado “deporte ráfaga”, destacan los nombres de algunos jugadores de las olimpiadas, tales como Héctor Tarzán Guerrero (Londres 1948), Carlos Aguja Quintanar (Roma 1960, Tokio 1964 y México 1968) y Enrique Chiquis Grajeda (Tokio 1964 y México 1968). En la lista, aparecen también Greer Skousen, Jesús Tuto Olmos, Francisco Kiko Martínez, Josué Neri Santos, Roberto Porky Allande, Urbano Zea, Raúl Palma, Óscar Asiain, Jesús Chuy García, Jorge La Flecha Zaragoza, Fernando Tiscareño, Sergio Cherokee Holguín, Gayle Bluth, José Luis El Satanás Arroyos y otros más.
Otros dos chihuahuenses, Eduardo Lalo Nájera y Jorge Gutiérrez, ingresarán al Salón de la Fama del Deporte Chihuahuense en un futuro próximo debido a sus grandes desempeños en equipos universitarios de los Estados Unidos. En particular, Nájera tuvo una trayectoria muy destacada en diversos equipos profesionales de la poderosa Asociación Nacional de Basquetbol de los Estados Unidos (National Basketball Association o NBA). Nativo de Meoqui, Nájera es hasta 2013 el mejor basquetbolista mexicano de la historia, dentro del prestigioso torneo de la Asociación Deportiva Nacional de Universidades (National Colleges Athletic Association o NCAA) de los Estados Unidos, jugando para los Sooners de la Universidad de Oklahoma durante la década de los noventa. Además de jugar en este torneo, Eduardo Nájera es considerado todavía como el mejor basquetbolista mexicano que ha jugado en el torneo de la NBA.
Por su parte, Jorge Gutiérrez, de 25 años de edad, obtuvo las siguientes nominaciones individuales en la NCAA: Jugador del Año en la división del Pacific 12 en 2012, Mención Honorífica en 2012 dentro de la distinguida clasificación nacional de All American por parte de la Associated Press (AP) y miembro del Primer Quinteto en la división del Pacific 12 por dos años consecutivos, en 2011 y en 2012 (“Jorge Gutiérrez.” www.es.wikipedia.org).  Además, el chihuahuense promedió 14.6 puntos por juego en 2010-2011 y 13 puntos por juego en 2011-2012, jugando como guardia para los Golden Bears de la Universidad de California. Asimismo, Gutiérrez acaba de ser campeón con la Selección Mexicana en el gran torneo de la FIBA AMÉRICAS en 2013 y, en consecuencia, es muy probable que juegue en el próximo Mundial de Basquetbol, el cual tendrá lugar en España, en  2014. También, es posible que Gutiérrez juegue en un equipo de la NBA en los próximos años.
Entre las mujeres, aparecen  en el mismo Salón de la Fama del Deporte Chihuahuense los nombres de varias Adelitas de Chihuahua, tales como Cristina Hurtado (designada como All American en los Estados Unidos), Emma Almanza, Eva Fernández y otras más.  
Como se ve, la historia del baloncesto chihuahuense es muy grande y gloriosa e incluye a muchos jugadores y jugadoras de gran calidad deportiva. Todos ellos son las glorias del deporte del estado más grande de México. En especial, ¿quiénes son los selectos diez mejores basquetbolistas chihuahuenses del baloncesto varonil en toda la historia?
He aquí una posible lista de jugadores de baloncesto que han hecho gran historia con los equipos representativos de Chihuahua y de México y/o en algunos clubes y universidades del extranjero:
1. Jesús Tuto Olmos Moreno (1910-¿?). Defensa. Fue medallista de bronce con la legendaria Selección Mexicana que jugó en las Olimpiadas de Berlín 1936.


JESUS "TUTO" OLMOS (FOTO DEL SALO DE LA FAMA DEL DEPORTE CHIHUAHUENSE)

2. Héctor Tarzán Guerrero. Jugó las Olimpiadas de Londres 1948 cuando la Selección Mexicana ocupó el cuarto lugar general.


HECTOR "TARZAN" GUERRERO (FOTO DEL SALON DE LA FAMA DEL DEPORTE CHIHUAHUENSE)

3.  Josué Neri Santos de Leo (1916-2007), llamado “El Gigante de Ébano”. Jugó las Olimpiadas de Londres 1948 cuando la Selección Mexicana ocupó el cuarto lugar general. Ganó seis campeonatos nacionales de primera fuerza con Chihuahua. Abe Saperstein, dueño de los Harlem Globetrotters, lo consideró como uno de los cinco mejores jugadores del mundo de su tiempo, al lado del francés Marc Quiblier, el argentino Oscar Furlong, el filipino Ponciano Santos y un jugador chino (www.dribleo.com).


JOSUE "NERI" SANTOS (FOTO DEL SALON DE LA FAMA DEL DEPORTE CHIHUAHUENSE)

4.  Carlos Mario Aguja Quintanar Rohana (1937-2010). Jugó las Olimpiadas de Roma 1960, de Tokio 1964 y de México 1968. En este último evento deportivo mundial, México ocupó el quinto lugar general bajo el mando del estadounidense Lester Laine. Quintanar también ganó la medalla de plata en los Centroamericanos de 1966 y la de plata en los Panamericanos de Winnipeg 1967. (www.veracruzsports.com). Con Manuel Raga, Arturo Guerrero, Antonio Ayala, el chihuahuense Luis Enrique Grajeda y otros jugadores mexicanos integró esa gran Selección Mexicana que fue considerada como la séptima potencia del mundo en el basquetbol, durante la década de los sesenta, por el gran entrenador Lester Laine. (www.veracruzsports.com).



CARLOS "AGUJA" QUINTANAR (FOTO DEL SALON DE LA FAMA DEL DEPORTE CHIHUAHUENSE)

5.  Luis Enrique Chiquis Grajeda Alvarado (1937—). Jugó las Olimpiadas de Tokio 1964 y México 1968. En esta última competencia deportiva, la Selección Mexicana ocupó el quinto lugar general. También ganó la medalla de plata en los Panamericanos de Winnipeg 1967 (www.sporst-reference.com). 


LUIS ENRIQUE "CHIQUIS" GRAJEDA (FOTO DEL SALON DE LA FAMA DEL DEPORTE CHIHUAHUENSE)

6. Raúl Palma Cano (1950—). Ganó cinco campeonatos nacionales con los invictos Dorados de la Universidad Autónoma de Chihuahua, sin perder un solo juego oficial, según declara Palma en una entrevista. Jugó con la Selección Mexicana en los mundiales de Montevideo 1967 y de San Juan 1974, y en los tres siguientes Juegos Panamericanos: En Winnipeg 1967, donde México fue medalla de plata; en Cali 1971, donde se llevó el cuarto lugar general; y en la Ciudad de México 1975, donde también los seleccionados ganaron el cuarto lugar (www.furiagris.com.mx). Con México se llevó el primer lugar del Centrobasquet de Santo Domingo en 1975, donde fue declarado el Jugador Más Valioso de dicho torneo. Por este motivo, una calle de esa gran ciudad del Caribe lleva orgullosamente el nombre de este importante jugador parralense. (www.furiagris.com.mx).


RAUL PALMA (FOTO DEL SALON DE LA FAMA DEL DEPORTE CHIHUAHUENSE)

7. Rafael Palomar. Jugó para la Selección Mexicana en la Universiada de Moscú 1973, en las Olimpiadas de Montreal 1976 y en los Panamericanos de México 1975, de Puerto Rico 1979 y de Venezuela 1983, donde México obtuvo la medalla de bronce (www.furiagris.com.mx). En Estados Unidos, también tuvo una destacada actuación con Texas Tech University y es miembro del Salón de la Fama de El Paso, Texas (El Paso Athletic Hall of Fame), desde 2012 (www.furiagris.com.mx).


RAFAEL PALOMAR (FOTO DEL SALON DE LA FAMA DEL DEPORTE CHIHUAHUENSE)

8. José Luis Satanás Arroyos Morales (1962—). Entre sus campeonatos individuales destacan los siguientes: Jugador Más Valioso en siete campeonatos nacionales de Primera Fuerza en México, Campeón Anotador en cinco campeonatos nacionales de México y Campeón Anotador en los Centroamericanos de México 1990 (“José Luis ‘Satanás’ Arroyos Morales”. (http://armandovirss.blogspot.mx). Con la Selección Mexicana, ganó la medalla de bronce en los Panamericanos de Caracas 1983 y la medalla de plata en los Panamericanos de La Habana 1992, y la medalla de oro en los Centroamericanos de 1990 ( “José Luis ‘Satanás’ Arroyos Morales”).


JOSE LUIS "SATANAS" ARROYOS, ARRIBA, AL CENTRO, CON EL NUMERO 13 (FOTO DEL SALON DE LA FAMA DEL DEPORTE CHIHUAHUENSE)

9.  Eduardo Alonso  Lalo Nájera Pérez (1976—). Jugó para los Sooners de la Universidad de Oaklahoma (1997-2000) en la poderosa National Colleges Athletic Association (NCAA). Con esta universidad, logró las siguientes importantes distinciones: Mejor Quinteto Freshman (1997), Segundo Quinteto del Big Twelve (1999), Mejor Quinteto del Big Twelve (2000), Mejor Quinteto Defensivo del Big Twelve (2000), Chip Hilton Player of the Year Award (2000) y Tercer Equipo All-American (2000) (“Eduardo Nájera”. www.es.wikipedia.org). Como jugador profesional, jugó para los siguientes equipos de la National Basketball Association (NBA): Dallas Mavericks (2001-2004, 2010), Golden State Warriors (2004-2005), Denver Nuggets (2005-2008), New Jersey Nets (2008-2010) y Charlotte Bobcats (2010-2012). Obtuvo el Chopper Travaglini Award (2006) en el basquetbol de la NBA, por tener una gran personalidad dentro y fuera de la cancha. Con la Selección Mexicana ocupó el cuarto lugar en los Juegos Mundiales Universitarios de 1999 (“Eduardo Nájera”. www.es.wikipedia.org). Tal vez Eduardo Nájera y el guanajuatense Arturo El Mano Santa Guerrero sean los dos mejores jugadores en toda la historia del basquetbol mexicano, con dos trayectorias deportivas diferentes.


EDUARDO "LALO" NAJERA (FOTO DEL SALON DE LA FAMA DEL DEPORTE CHIHUAHUENSE)

10.  Héctor Virito Hernández (1985—). Jugó con los Bulldogs de la Universidad Estatal de Fresno, California (2004-2008), con los Halcones de Jalapa y con otros clubes mexicanos. Con la Selección Mexicana, ganó los dos siguientes trofeos: La medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011; y la calificación al Mundial de Basquetbol de España 2014 por primera vez desde 1972, al ganar el primer lugar general dentro del poderoso torneo de la FIBA AMÉRICAS 2013.
Seguramente habrá otras opiniones muy interesantes en torno a esta lista y a varios basquetbolistas chihuahuenses que también merecen estar entre los Diez Mejores de Todos los Tiempos en el estado más grande de la República Mexicana. Desafortunadamente, no hay grabaciones visuales y suficientes documentos escritos confiables sobre las actuaciones de muchos basquetbolistas chihuahuenses de la primera mitad del siglo XX, así que es difícil hacer juicios más completos.
En 2010, Enrique Garay, cronista deportivo de Televisión Azteca, declaró en su visita personal al Gimnasio Universitario Manuel Bernardo Aguirre que “la historia del basquetbol mexicano comienza y termina en Chihuahua”. Esta positiva y laudatoria expresión  de Garay fue una clara referencia a la gran calidad de los basquetbolistas chihuahuenses en torneos nacionales e internacionales en toda la historia del siglo XX y del siglo XXI. También, fue una referencia directa y particular al destacado papel del equipo universitario chihuahuense en la primera década del siglo XXI por haber obtenido varios campeonatos nacionales. Con la presencia del prestigioso cronista de Televisión Azteca, los Dorados de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH) ganaron precisamente el Campeonato Nacional Universitario en 2010, dentro del competido torneo de los Ocho Grandes. La UACH batió en la final al Instituto Tecnológico de Monterrey (ITESM), campus Monterrey, en un dramático partido que se fue a tiempo extra.
En ese torneo de los Ocho Grandes de 2010, recibieron la emotiva ovación y los sentidos aplausos del público asistente muchas de las glorias del basquetbol varonil de Chihuahua, tales como El Pistolas Meneses, Raúl Palma, Rafael Palomar, Chuy García, Arturo Montes, Tino Chávez, Satanás Arroyos y otros más.
El destacado papel de Héctor Hernández y Jorge Gutiérrez con la Selección Mexicana en el reciente FIBA AMÉRICAS 2013 es un testimonio más de la calidad de los basquetbolistas chihuahuenses, una calidad que viene desde la obtención de la medalla de bronce en Berlín 1936 con Olmos, Martínez y Skousen hasta el presente año.
En suma, Chihuahua es, sin duda, el estado más “basquetbolero” de México, un país compuesto por más de 116 millones de habitantes. Pero la historia del basquetbol mexicano continua forjándose en Chihuahua en los cientos de canchas y gimnasios que cubren el estado, con numerosos niños y jóvenes que practican este emocionante deporte.

martes, 25 de febrero de 2014

DOCE GRANDES SERIES O PROGRAMAS DE LA TELEVISION ESTADOUNIDENSE DE TODOS LOS TIEMPOS

DOCE GRANDES SERIES O PROGRAMAS DE LA TELEVISIÓN ESTADOUNIDENSE DE TODOS LOS TIEMPOS

ÓSCAR ROBLES


1. Lost in Space / Perdidos en el espacio
2. Bewitched / Hechizada
3. Bonanza / Bonanza
4.  High Chaparral / El gran Chaparral
5. Tunnel of Time / El túnel del tiempo
6. Wild Wild West / Espías con espuelas
7. Wonder Years / Los años maravillosos
8.  Seinfeld / Seinfeld
9.  Malcolm in the Middle / Malcolm el de en medio
10. Everybody Loves Raymond
11. The Bing Bang Theory
12. The Middle

martes, 18 de febrero de 2014

"METAMORFOSIS" EN EL MUSEO CASA CHIHUAHUA: ABSTRACCION, FANTASIA Y MITOLOGIA

METAMORFOSIS EN EL MUSEO CASA CHIHUAHUA: ABSTRACCIÓN, FANTASÍA Y MITOLOGÍA

ÓSCAR ROBLES

La palabra “metamorfosis” es, en un sentido general, “transformación de algo en otra cosa”, según una placa ubicada en la sala del sótano del Museo Casa Chihuahua de la ciudad de Chihuahua. Esta definición se aplica a las obras de los cuatro pintores chihuahuenses que exponen en dicho centro cultural, con el sugestivo, positivo y altamente creativo título general Metamorfosis. Se compone de dieciocho cuadros de Enrique Amaya, Rodolfo Mariscal, Lourdes Rubio y Laura Murillo, creados con las técnicas del óleo y las resinas y pigmentos, bajo las tendencias artísticas generales del abstracto y del figurativismo, con los temas de las puras abstracciones y las fantasías mitológicas antiguas (griegas y cristianas) desde una perspectiva estética contemporánea. Arte interesante, novedoso, evasivo, los cuatro artistas se arriesgan a mostrar sus propias metamorfosis artísticas y a “metamorfosear”, a evadir y/o a enmascarar las realidades psicológicas y sociales del siglo XXI, con estilos tradicionales y originales al mismo tiempo.

1. ENRIQUE AMAYA: ABSTRACTOS, AZULES Y PROFETA

Tres óleos con dominio del color azul son la obra de Enrique Amaya, bajo la línea del arte abstracto. Primeramente, el cuadro “El Profeta” es un rostro viejo, blanquecino, con ojos vacíos, situado justo en el centro de una nebulosa densa, dominada por intensos azules y morados. Es como una imagen del cine de ciencia ficción de fines del siglo XX, pintado con gran destreza técnica. El rostro del misterioso anciano flota en lo que puede ser el espacio sideral o hasta puede verse como un profeta bíblico emergiendo entre sueños celestiales.
  En segundo lugar, “Metamorfosis I” es un cuadro abstracto, pero que puede tener una interpretación figurativa muy intimista. Son unas nubes blancas con un fondo de montañas y con un epicentro, trazado con rojos, amarillos y azules. Si se considera la perspectiva desde una aeronave, puede ser una imagen figurativa, un cielo cósmico tal vez. También, las densas manchas pueden significar la imaginación misma o sueños en proceso, desde una perspectiva artística muy personal. Las imágenes son, en suma, formas casi puras en busca de significación, formas abstractas en “metamorfosis”.
  En tercer lugar, “Metamorfosis II” es una especie de vorágine o túnel del tiempo dominado por azules y morados como en el cuadro anterior y con algunos toques “chispeantes” de amarillos, naranjas y rojos. Abstracción armónica y dinámica, con algunas pinceladas gruesas, la pintura puede figurar también como un cielo cósmico tocado por astros de luz. En general, esta pintura muestra una factura unitaria de buen dibujo y color. Otra vez, el cuadro puede ser la imaginación misma, abstracta, interna, del propio artista.

2. RODOLFO MARISCAL: REINTERPRETACIÓN DE FIGURAS MITOLÓGICAS

Mariscal expone cinco óleos sobre figuras mitológicas construidas con personajes tradicionales (sirena, fauno, centauro, andrógino y ángel) y una personal visión de mundo marcada por los nuevos espacios, las nuevas posiciones de dichas figuras y las nuevas combinaciones de colores. En general, se observa una gran habilidad en el dibujo, una gran riqueza mágica e imaginativa en el trazo de los personajes y una gran intensidad y belleza armónica de los colores. Es, en cierta forma, la propia mitología de fantasía pura del artista.
“Metamorfosis de una sirena” recrea un mito pagano propio de la Antigüedad Griega. La “sirena” es “un ser fabuloso, mitad mujer, mitad pez” (“Sirena”. Pequeño Larousse ilustrado. 1991). Esta sirena es musculosa y está sentada de perfil sobre una piedra violeta. Como elemento original y novedoso, su gran aleta anal dorada genera múltiples peces de oro voladores que la circundan mágicamente. Ella sostiene en la mano izquierda uno de los preciosos peces y mira hacia el fondo del cuadro, donde hay una vorágine en color naranja, con varios rombos, de donde asoma un rostro masculino, barbado y viril, con los ojos vacios. El conjunto de imágenes figurativas construye un universo mítico y fantástico, con colores extremadamente vivos e intensos. Luce la pintura bajo un preciosismo de imágenes míticas y, en especial, bajo la atractiva, sensual y seductora imagen femenina del cuerpo desnudo de la sirena, tejido con “astillas” de verde, naranja, violeta y azul especialmente. En general, sirena, peces, vorágine y hombre adensan sumamente el espacio irreal y proyectan la figura mitológica de la sirena con un aspecto nuevo: La parición de peces voladores y dorados.
      “Metamorfosis de un “fauno” es también un mito pagano de la Antigüedad griega. “Fauno” es una “divinidad campestre de los griegos y romanos” y los “faunos”  “tenían cuerpo de hombre y patas de cabra” (“Fauno”. Pequeño Larousse ilustrado. 1991). En este óleo, un fauno trepa por una colina pintada con tonos marrones y con el fondo azul del cielo en la noche. La extraña criatura voltea hacia abajo y en el cielo reluce el imponente tamaño y el delicioso amarillo de una luna dorada que esplende sobre el fondo celeste, azul oscuro, mágico y estrellado. En una interpretación narrativa, al parecer el astro nocturnal hechiza a dicha criatura y provoca su lenta “metamorfosis” física y fantástica. Así pues, fauno y luna son el centro de esta mitología nueva y original que mezcla libremente la historia de los hombres lobos y el mito del fauno. El cuadro, en resumen, es un realismo fantástico y mitológico. En especial, la pierna derecha del fauno muestra el brote parcial de pelos y parece marcar que la enorme luna convierte al humano en fauno. En resumen, este fauno es una re-textualización altamente creativa y de gran factura artística del poderoso mito antiguo occidental del fauno, con el protagonismo del hermoso astro nocturno.
“Metamorfosis de un centauro” es también un mito pagano de la Antigüedad griega. Un hombre-caballo respinga en el centro de la pintura, casi en posición bípeda. El “centauro”  es un “ser fabuloso, que era medio hombre y medio caballo” (“Centauro”. Pequeño Larousse ilustrado. 1991). Esta criatura mítica tiene cuatro patas equinas y dos brazos masculinos que emergen arriba, junto a la cabeza animal y a la cabeza humana de piel morena. En particular, las dos cabezas surgen del cuello de la misma bestia. La cabeza humana está a punto de ingerir una especie de pequeña fruta naranja. En tanto, el caballo muestra el costillar y su cuerpo es café y amarillo y en el fondo se levanta un árbol con ramajes oscuros y una luz al fondo, teñida de amarillo limón. Especialmente, un arcoíris de verde, naranja, morado, violeta enfatiza el espacio fantástico de esta metamorfosis dinámica. De esta manera, el caballo es mágico dentro de un espacio mágico y nocturnal, todo lo cual se ubica dentro de un estilo artístico propio del realismo fantástico-mitológico, característico en este ciclo de la pintura de Mariscal. En particular, esta metamorfosis del hombre-caballo puede leerse también como el símbolo de los instintos animales del ser humano y con una misteriosa fruta como posible causa de la metamorfosis.
“Metamorfosis nocturnal” representa un mito pagano: El andrógino y el hermafrodita, ambos  de origen griego. El “andrógino” es un término que combina las raíces griegas que se refieren al varón (“andros”) y a la mujer (“gyné”) respectivamente. En general, la palabra designa a los seres animados que poseen “los dos sexos” (“Andrógino”. Pequeño Larousse ilustrado. 1991). En tanto, el “hermafrodita” es una palabra que combina a los dioses Afrodita (femenina, del amor) y Hermes (masculino, del comercio y la elocuencia). En general, es un término que se aplica a los seres animados que tienen “los órganos reproductores de los dos sexos” (“Hermafrodita”. Pequeño Larousse ilustrado. 1991). En la pintura, un cuerpo desnudo de mujer, de pie y de perfil, mira con rostro viril hacia el frente. La clave de este personaje mitológico es que un rostro femenino parece desprenderse de la cabeza masculina. Hay una vorágine de color violeta, azul y un sol amarillo al centro, justo tras la espalda de la única figura humana del cuadro. Asimismo, el cuerpo femenino muestra cuatro brazos  y dos pechos de mujer voluptuosos y plenos. La figura transluce un proceso de “metamorfosis” y el cuerpo emana gran sensualidad. Es el mito del andrógino o el hermafrodita, en versión moderna. En especial, aparecen otra vez el espacio nocturno y la luna como testigo de la misteriosa transformación fantástica. La noche y la luna surgen, pues, como poderosos motivos en este ciclo de cinco pinturas del artista Mariscal. Ambos personajes están en el cuadro del fauno, como ya se indicó.
“Metamorfosis de un ángel” es el único mito cristiano de esta brillante serie de Mariscal. El “ángel” es una “criatura puramente celestial” (“Ángel”. Pequeño Larousse ilustrado. 1991). Una mujer desnuda está sentada al centro del cuadro y le brotan alas blancas de la espalda. Es el personaje fantástico central de esta gran pintura al óleo. El rostro femenino es extremadamente hermoso y tiene los ojos cerrados y labios sensuales y carnosos. En tanto, el cuerpo muestra algunas manchas grises y violetas. Al fondo, hay una vorágine de colores pastel (verde, violeta, azul, morado) con un fondo de luz amarilla, similar al de otros cuadros de la misma serie de realismo fantástico-mitológico. Como testigo de la “metamorfosis”, aparece un ángel femenino ya plenamente transformado, justo abajo del ángel en gestación, de espaldas, cabello largo y dorado y alas rosas extendidas. El escenario luce como una imagen propia de la corriente cultural y artística del New Age.

3. LOURDES RUBIO: ABSTRACTOS NEBULOSOS Y PROCESO CREADOR

Los seis cuadros al óleo de Rubio son plenamente abstractos y usan títulos que resaltan, posiblemente, el proceso creador artístico Desde luego, estas obras expresan la plena cercanía con la palabra “metamorfosis” que da título a la sobresaliente exposición de los cuatro artistas. Estos son los títulos de sus pinturas: “Explosión vital”, “Inicio de vida”, “Momento creador”, “Momentum”, “Conversión” y “Transformación”. Por su configuración de figuras y colores, sus pinturas parecen lo que puede llamarse tentativamente “nebulosas puntillistas”. Para definir estos seis cuadros con una mejor visión estética, una serie de metáforas pueden servir mejor para explicar estas obras pictóricas de la artista Rubio. Las pinturas son estallidos de fuegos creadores, vorágines voraces que generan múltiples referentes y torbellinos de colores, líneas, puntos, luces y sombras. Son cielos cósmicos con estrellas, imaginativos cerebros imaginando, explosiones del cosmos creador y armonías del caos creativo.
Las pinturas de Rubio expresan, ante todo, el proceso creador del artista, justo en el punto del surgimiento del caos de formas y colores. Por eso, algunos cuadros se llaman, por ejemplo, “Momento creador” o, simplemente, “Momentum” o “Transformación”: Todas ellas son “metamorfosis” del artista. De este modo, como caos de de imágenes visuales en proceso, no hay formas terminadas pero son formas terminales, paradójicamente: Son sugerentes formas en busca de las significaciones que le otorguen los espectadores. Se ven como caos de líneas y colores, pero con gran belleza y gran cristalización de arte abstracto. En suma, son una esplendente metamorfosis de formas y colores. En especial, “Explosión vital” puede también titularse “Explosión creativa o artística”. Es un cuadro vorágine, “calcificación” de verdes, azules y blancos, perfecta “orografía” de la imaginación creadora. Este cuadro es el pleno estallido de la belleza, la culminación de esta belleza propia de este ciclo creador de Rubio: Algas o plantas, bajo un instante marino: Un puro impulso creador, “silvestre” e impulsivo.

4. LAURA MURILLO: ABSTRACTOS O PAISAJES URBANOS LEJANOS

Murillo muestra cuatro pinturas hechas con pigmentos y resinas que muestran una ambigüedad interpretativa, oscilando entre el arte abstracto y el figurativo. Es la única de los cuatro artistas que utiliza esta técnica pictórica. Por un lado, estas pinturas pueden verse como abstractos lúdicos o coo lejanos paisajes urbanos vistos desde la lejanía o desde una perspectiva aérea. Sus títulos: “Plano cósmico”, “Signos premonitorios”, “Vitral” y “Acontecimientos celestes”. De este modo, entre abstracto y figurativo, sus pinturas combinan en general dos imágenes pictóricas centrales: Centros o “nudos” cuadriculados hechos a base de líneas a veces un tanto abruptas, inarmónicas y un poco titubeantes, tal vez dibujadas a propósito para establecer estos geometrismos centrales como irrupción e interrupción de la simetría geométrica. El segundo componente son los espacios grandes de colores intensos y bien cuajados que simulan cielos o llanos o mares, dentro de una técnica de colores centrífugos: Esplendente verdes, rojos, naranjas, azules, todos los cuales parecen agua o tierra o cielo.
En el nivel más figurativo, los conjuntos de imágenes y colores de Murillo parecen lejanas ciudades modernas, industrializadas y/o futurísticas, con edificios visto desde arriba o desde el nivel mismo del suelo: Lucen como pan shots de cine, perspectivas de mapa o de fotos aéreas y las hipotéticas y lejanas ciudades aparecen entre espléndidos espacios de intensos colores propios de un cielo grandioso o de una verde naturaleza. Por ejemplo, “Signos premonitorios” parece una ciudad fantástica, de ciencia ficción, sumergida en luces verdes de un futurístico tiempo inexistente en la realidad histórica o sumergidas en un mar de algas o de vegetación; en tanto, “Vitral” puede ser un vitral de un edificio o una ciudad industrializada bajo el efecto profuso de vivaces luces naranjas y con un denso azul de mar abajo: Es, en suma, una ciudad fantástica, ultramoderna, vista al nivel de los edificios mismos, pero desde dentro de el espacio de un mar, como si se percibiera la imagen global desde un barco ausente en el cuadro. En suma, las cuatro pinturas de Murillo son poderosas e imaginativas porque son construcciones abstractas de gran colorido, fundadas sobre un eje central hecho de varios cuadritos, o bien, pueden verse como ciudades supermodernas perdidas entre cielos, mares y espaciosos suelos, ciudades miradas desde hipotéticas lejanías.
  En conclusión, Metamorfosis es una gran exposición de cuatro artistas chihuahuenses que plantean reinterpretaciones, retextualizaciones, recreaciones y, sobre todo, interesantes invenciones pictóricas, bajo el arte abstracto (Rubio, Murillo) y el arte figurativo (Mariscal) o ambas visiones (Amaya). Estos talentosos pintores dialogan con la tradición pictórica occidental, muestran sus personales metamorfosis creativas y, al mismo tiempo, la misma dinámica de sus cuadros son “metamorfosis” de formas, colores y/o temas. Ante todo, ellos buscan cambiar, evolucionar y, sobre todo, apartarse de la cruda y compleja realidad social y objetiva de los últimos años. En especial, seduce el arte de los cuatro artistas: El encanto visual, el misterio y la intensidad de las nebulosas azules de Amaya; las novedosas y muy originales fantasías mitológicas de Mariscal; las cuajadas imágenes abstractas de Rubio que plasman el proceso creador de la misma imaginación del artista; y, finalmente, las visiones de pura abstracción o de posible figurativismo de ciudades modernas lejanas o futurísticas, envueltas en halos de colores mágicos e intensos de Murillo.
  Metamorfosis es buen arte para los ojos mexicanos tan heridos por los tiempos difíciles, buen arte para el espíritu y la infinita imaginación creadora, buen arte para el nuevo milenio tan necesitado de belleza y de auténticos “remansos” de creación, creatividad, arte, color, serenidad y paz. Metamorfosis es una muestra colectiva de cuatro artistas chihuahuenses y se expone en el Museo Casa Chihuahua, entre el diez de enero y el dieciocho de marzo de 2014.
Los gentiles lectores pueden consultar otros datos sobre los artistas de la muestra Metamorforsis en el siguiente sitio de Internet: www.casachihuahua.org.mx/Expos/casa_expos_realizados.php?2014.




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