viernes, 3 de junio de 2022

LA MUJER IDEAL Y EL ARTISTA ANGUSTIADO EN "LA BIENAMADA" DE THOMAS HARDY Por Óscar Robles

En su estructura narrativa, "La Bienamada" (1897) de Thomas Hardy es una novela del Realismo literario por sus conflictos de clase social y matrimonios por conveniencia entre la clase burguesa, por la exposición de las costumbres culturales y sociales de la época, por el uso dominante de un narrador omnisciente, objetivo e impersonal y por el diseño de un tiempo lineal y cronológico que abarca más de cuarenta años en la vida del protagonista el escultor británico Jocelyn Pierson. Al mismo tiempo, desarrolla en el fondo una historia intima y romántica: La búsqueda de la mujer ideal o amor imposible, para amarla por su cultura y belleza y por contraer matrimonio. 

Jocelyn Pierson es un escultor nativo de la isla de Wessex, Inglaterra. Su padre es un acaudalado empresario de la cantera en dicha zona del país. Curiosamente, ambas personas trabajan con materiales duros, cortando y tallando la piedra y el mármol. El primero es un artista plástico y un dandy que frecuenta los salones elegantes de la burguesía inglesa de Londres; el segundo se desempeña como un negociante y capitalista que se hace rico y hereda una fortuna de alrededor de ochenta mil libras a su descendiente único. Pierson goza de cierta reputación como artista plástico en la capital del Reino Unido, a partir de los veinte anos de edad. Vive toda su vida, obsesionado con encontrar a la mujer ideal a la que llama “La Bienamada”, para casarse con ella. Esta perturbación psíquica o fantasía lo atormenta varias veces entre los veinte y los sesenta años de edad. A la vez, el joven escultor piensa que su obsesión se trata de una maldición, a medida que se frustra con cada mujer que encuentra a su paso. En especial, opina que el espíritu estético o amoroso de “La Bienamada” emigra de mujer en mujer, así que no se casa por largos años y sólo se enamora platónicamente de las mujeres. 

La novela cuenta con rigor objetivo tres periodos de la vida de Pierson, los cuales corresponden cada uno a una sección de la novela de Hardy. La primera comprende de los veinte a los cuarenta anos de edad; la segunda, de los cuarenta a los sesenta; y la tercera final, de los sesenta a los sesenta y dos. En las tres etapas vive una vida plácida y cómoda, profundamente dedicada a esculpir figuras de mujeres con estilo clásico y de suprema y delicada belleza. En realidad, se trata de un escultor refinado y en cierta forma de una especie de artista maldito a la inglesa, pues posee una elevada moral que lo lleva a proteger a su amada, ya sea con dinero o la unión con sus respectivos maridos. No es un ser demoniaco, rebelde o hipersensible al estilo de los franceses, del norteamericano Edgar Allan Poe o de los modernistas hispanoamericanos de la primera generación surgida a finales del siglo XIX. Un relator omnisciente cuenta la vida atormentada del escultor inglés, quien es nativo de una isla de la región de Wessex. 

En el pasado, el padre de Pierson se dedicaba a explotar la cantera con sus obreros en dicha zona sur de Inglaterra y competía con el señor Beaucomb, quien lo supera en riqueza material. Al morir el progenitor, los ochenta mil libras de herencia le permiten a Jocelyn rentar un apartamento en un segundo piso en Londres, integrado con un estudio artístico. En sus tempranos veinte, el artista Pierson trata de conquistar a su compañera de la infancia Avicia Caro y le propone matrimonio. Compartían ambos cierta cultura refinada. Sin embargo, el protagonista no cumple su promesa y ella se casa con su primo Jaime Caro. Antes de partir, se encuentra con Marcia Beaucomb, la hija de rival de negocios de su padre. El escultor ve el espíritu de “La Bienamada” en esta mujer cuando ambos se encuentran guareciéndose de una tormenta de lluvia y ella ha roto relaciones con su padre. Los dos enamorados se comprometen en matrimonio y se dirigen a Londres, pero Pierson se vuelve a arrepentir y le propone a Marcia que vuelva con su padre y le pida permiso para casarse. 

 La segunda generación de las mujeres de la familia Caro también adquiere esa fuerza de “La Bienamada”, según la fantasía romántica del escultor Pierson. Su madre, Avicia Caro, queda viuda y deja huérfana a su única hija Ana Avicia Caro, quien pasa a vivir en la humilde vivienda de sus padres y se dedica al oficio de lavandera. Ella posee menos cultura que su madre y sus modales son más propios de una zafia campesina. En sus maduros cuarenta, el hombre renta un castillo de la mencionada isla y se enamora de Ana Avicia, porque se parece mucho a la madre de ella y descubre otra emigración misteriosa y maldita del espíritu de “La Bienamada”. La contrata como sirvienta para estar cerca de ella, pero ella no le corresponde porque lo ve como un hombre viejo. Así pues, Jocelyn Pierson pasa su vida entre su trabajo de escultor de Londres y los elegantes saraos ofrecidos por la clase alta londinense y sus vistas a la aldea natal ubicada en la isla de Vindilla, en la zona de Wessex. 

El narrador omnisciente cuenta las acciones con gran objetividad y detalla el ambiente marino y majestuoso, con las enormes rocas y canteras y la paz del campo. Por otro lado, describe las fiestas lujosas de las mansiones de los ricos y los elegantes vestidos de las mujeres en Londres. En este sentido, se trata de una narrativa propia del Realismo literario del siglo XIX. Para pintar mejor el papel de Pierson en el amor, es decir, la historia romántica e íntima, el escritor Hardy recurre a diferentes imágenes poéticas de una lirismo original y profundo. Por ejemplo, dice que Jocelyn es como una piedra en el fondo del agua en espera de que algo le atraiga y lo saque de su hundimiento. Además de la primera y la segunda Avicia Caro y Marcia Beaucomb, aparece la viuda Nicole Pine-Avon como portadora del supuesto espíritu de “La Bienamada”. La conoce en una fiesta londinense. Sin embargo, ella se comporta de manera arrogante con el protagonista y termina casándose felizmente con Alfred Somers, el amigo pintor de Pierson. Ambos son felices, ricos y procrean varias hijas. 

 El concepto de “Bienamada” es esencial para entender la naturaleza íntima y romántica del personaje principal. Es una especie de idealización femenina que proviene de su mismo trabajo de escultor de estilo clasicista y de su rígida moral de caballero inglés, amable y respetuoso, pero voluble. Por un lado, constituye para el escultor el supremo ideal femenino que conjuga belleza física, cultura y espíritu. Por otro, representa una enfermedad psíquica, una perturbación del alma, una maldición. Esta elevada percepción o hipersensibilidad estética pura hace que el artista ingles se enamora sucesivamente de diversas mujeres de manera platónica. De esta manera, el arquetipo femenino encarna en diferentes mujeres. 

Asimismo, “La Bienamada” funciona como una metáfora o concepto personal que se caracteriza por el extremo celo y anhelo de perfección humana, fundado en patrones estéticos, culturales y morales. Por esta personalísima inclinación estético-amorosa, Jocelyn Pierson pierde la oportunidad de encontrar a la concreta mujer para casarse y permanece soltero durante toda su vida. Su cómoda posición económica le permite vivir de manera independiente y solitario, pero con actitudes caprichosas o producto de esa maldición de “La Bienamada”, que parece ser un karma derivado del abandono que hizo a la primera Avicia Caro, su gran amiga de la infancia. Finalmente, la tercera parte final de la novela relata el encuentro con un amor de vejez. Esta sección cubre el periodo de los sesenta anos a los sesenta y dos anos de edad. La tercera Avicia Caro aparece en su vida como posible esposa. Su propia madre, enferma y agonizante, convence a su hija de que se casa con Pierson, pero aparece un rival joven, el hijo adoptivo de Marcia Beucomb y la joven prometida huye con este hombre de origen francés. Al final, Marcia y Jocelyn se casan y el escultor abandona su trabajo en el estudio y lo ve como una maldición. En cierta, forma sus efigies estetizantes representan su labor como artista maldito. Sin embargo, la fama de escultor del protagonista desaparece del mundo artístico y social londinense cuando muere a los sesenta y dos años de edad, según las ultimas palabras de la novela. 

El final desdramatizado disuelve el tema romántico del ideal de “La Bienamada” y el asunto del escultor maldito. Al final de cuentas, se trata de una novela realista propia del genio literario de Thomas Hardy. 


                                                 Obras citadas 

Hardy, Thomas. La Bienamada. Bosquejo de un temperamento. Trad. Federico Climent Terrer. México: Cultura SEP XXI, 1982.

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