Esta narrativa policial describe y relata historias subterráneas: La presencia de grupos de ultraderecha y del catolicismo conservador y comunas religiosas; edificios coloniales con claves y símbolos religiosos del pasado colonial y pasadizos ocultos; complicadas genealogías y relaciones familiares con deslices conyugales; estrategias de investigación con constantes cambios de vehículos y uso de disfraces; reuniones y pactos políticos y religiosos secretos; movimientos policiales en masa; y complejas actividades criminales de organizaciones de finales del siglo XX, entre otros eventos.
Con todos estos ingredientes literarios, este texto narrativo tan original podría someterse a un concurso nacional o internacional o a una revisión en alguna editorial de México o del mundo hispánico.
He aquí las más importantes observaciones generales en torno a la primera versión de tan importante obra literaria:
I. En general, la novela revela más un mundo subterráneo de México que una historia pública, ya que se diseña una novela policial. De este modo, esta obra literaria integra algunos elementos interesantes: Estado e Iglesia, política y religión, gobierno y fanatismo religioso, historia pública e historia privada, policía y crimen, fe y violencia, geografía e historia, historia e intrahistoria, milicia y familia, entre otros aspectos.
II. La novela es una buena narrativa nacional de gran actualidad y posee una buena construcción ficcional por los siguientes motivos: 1) El narrador protagonista es apropiado y combina su papel policiaco con sus conflictos familiares. 2) Mezcla presente y pasado para explicar los orígenes de los grupos de ultraderecha en México, la conexión entre Iglesia y Estado y las genealogías familiares de los protagonistas. 3) Crea numerosos e interesantes personajes propios de las diferentes clases sociales, sexos, generaciones y ocupaciones de la sociedad mexicana, tales como Santiago Olaya Labre, Coyame, el Gato, el Búho, el Halcón, Recabaren, Ixtli y otros más. 4) Traza un conflicto central unitario, novedoso e intrigante: La investigación policial sobre la muerte de un cardenal mexicano. 5) Desarrolla importantes temas secundarios, tales como la identidad personal y familiar y la fe y el fanatismo religioso. 6) Posee una prosa rica en vocabulario y descripciones. 7) Aparecen constantes referencias culturales a la religión, la gastronomía, la política, la geografía, la historia y otros aspectos más de la sociedad mexicana de finales del siglo XX.
III. En general, la novela plantea un original tema sobre crimen, religión y Estado en el México contemporáneo, bajo la estructura de una dramatizada e intrigante novela policial. Este tópico se aparta un tanto de las novelas negras de México de las últimas décadas, las cuales se centran más en el vicio, el crimen organizado, la política y/o la policía. Por ello, la narrativa de “El Bastión” es muy reveladora, intrigante y dinámica. Además, el conflicto ficcional de la obra se genera a partir de un famoso crimen ocurrido en México durante la década de los noventa.
IV. Los trasfondos políticos, religiosos y sociales de México adquieren gran relevancia en esta novela policiaca en que aparecen las decisiones del poder de una nación contemporánea.
V. Especialmente, el episodio de “El infierno” es muy literario porque es un intertexto de "La Divina Comedia" de Dante Alighieri y porque mezcla realidad y fantasía, enfermedad y alucinación. Al mismo tiempo, muestra tintes muy realistas y hasta descarnados y descripciones muy oníricas.
VI. El Coralillo es el autor material del asesinato del Cardenal Losada. Sin embargo, los verdaderos móviles políticos y autores intelectuales del asesinato de Losada quedan en el misterio intencionalmente. Tal vez podrían sugerirse algunas hipótesis: ¿Fue una disensión oculta por la elección del presidente de la república en 1988? ¿Un desacuerdo entre los miembros de la ultraderecha? ¿Una acción equivocada o planeada del crimen organizado?
VII. Globalmente, aparecen muchas secuencias narrativas de gran poder literario.
VIII. La genealogía de la familia Olaya es muy interesante, ya que plantea el asunto secundario de la identidad familiar del narrador protagonista el doctor Labre. Este tipo de identidad personal es clave en la cultura mexicana. Por otro lado, la novela y la genealogía “olayesca” se vuelve compleja por la mezcla constante del pasado y del presente, los numerosos personajes y el fondo histórico misterioso y subterráneo.
En conclusión, “El Bastión” de Luis Eduardo Ibáñez es una novela atractiva y bien construida en su trama. Su intrigante e interesante conflicto central se combina con una vigorosa realización formal. Asimismo, la investigación policial del asesinato del Cardenal Losada por parte del doctor Labre y sus ayudantes permite conocer un mundo oculto y subterráneo de México: Una “intrahistoria” o “sub-historia” que no figura en las historias oficiales de dicha nación hispanoamericana. De este modo, la novela exhibe una historia pública nacional: La elección de un presidente de la república, el asesinato de un alto jerarca de la iglesia y la conexión histórica entre el Estado y la Iglesia en México.
En especial, el doctor Labre puede convertirse en un personaje memorable de la literatura mexicana del siglo XXI, dentro de una posible serie de novelas policiacas que el autor construya en un futuro con tal personaje ficcional.
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