MENTALIDAD POSITIVA, LENGUAJE
AFIRMATIVO Y ACCIONES CORRECTIVAS
ÓSCAR ROBLES
“Del dicho
al hecho hay mucho trecho”, reza una perla de sabiduría popular en México. Se
refiere en concreto a la diferencia entre el decir y el hacer, la declaración y
el acto y el lenguaje y la acción. Con los gobiernos autoritarios y populistas
suele ocurrir que el “trecho” impide cumplir las políticas públicas concretas con
eficacia y eficiencia, para desarrollar auténticos procesos de modernización.
Para hacer
efectivo el “hecho”, primero hay que “decir”. Para ello, se debe usar un lenguaje afirmativo y constructivo. Con
este lenguaje, se puede integrar una mentalidad
positiva. La mentalidad positiva
es esencial en tiempos difíciles y crisis nacionales. Esta particular actitud
ante la vida, incluye creatividad, inteligencia, aperturismo, propuestas para
corregir, mejoramiento constante, sentido comunitario, amor al prójimo y una
marcada inclinación a construir y discutir ideas para lograr el bien común,
entre otros aspectos.
La mentalidad positiva y constructiva es
obviamente opuesta a la mentalidad negativa y destructiva. La primera comienza
precisamente en el uso del lenguaje afirmativo en las relaciones familiares,
vecinales, escolares, laborales, institucionales, gubernamentales y de otro
tipo. Por consecuencia, las personas deben eliminar las expresiones negativas
de sus conversaciones diarias y evitar las culturas nocivas o “anticulturas de
la destrucción”, como una forma de consolidar una mentalidad positiva para los tiempos críticos, los estancamientos económicos
y los desórdenes sociales.
Después de
integrar la mentalidad positiva en
una persona o entre un grupo, hay que pasar a las acciones correctivas de manera consistente y constante. Las acciones correctivas son numerosas y
pueden ser las siguientes: Estudiar con dedicación y honestidad, plantar
árboles en casas y parques, recoger la basura habitualmente, respetar las leyes
de vialidad regularmente, pagar impuestos a tiempo, legalizar toda mercancía
extranjera en las instituciones apropiadas, cumplir compromisos morales y
sociales, terminar tareas y trabajos, respetar la vida y la propiedad privadas,
captar información útil para vivir en paz y bienestar diariamente, aprender
cultura, entre muchas otras más.
La
mentalidad negativa, cuando domina en una sociedad hunde a una comunidad, municipio,
estado o nación entera. Con la mentalidad negativa cunde el pesimismo entre los
ciudadanos. En cambio, la mentalidad
positiva está asociada al progreso económico, a la modernización material y
cultural y al bienestar social de la mayoría de los ciudadanos.
En particular, la sección de estilo de vida del sitio www.msn.com propone eliminar en principio las
expresiones negativas de nuestra vida diaria y de nuestras comunicaciones con
las demás personas. Al controlar estas expresiones, las personas pueden
construir una básica mentalidad positiva,
manejar un lenguaje afirmativo o
propositivo y pasar a las acciones
correctivas. A continuación, se ofrece una traducción aproximada al español
de dichas expresiones en inglés:
1. No puedo
2. Problema
3. Fracaso
4. Inevitable
5. Odiar
6. Ocupado
7. Agobiante [abrumador]
8. Solamente [sólo]
9. Pero
10. Tal vez [quizá, quizás]
11. Debería
12. Siempre
13. Nunca
14. Imposible
14. Más tarde
15. Imposible
16. Estúpido/a
17. Sin suerte [desafortunado]
18. Lo siento
19. Bien
20. Literalmente
Seguramente,
hay otras expresiones negativas en español, tanto formales como informales. Es
importante eliminar estas expresiones de la vida cotidiana de las personas para
construir una verdadera mentalidad
positiva, potenciar un lenguaje
afirmativo y, finalmente, aplicar las acciones
correctivas de manera consistente. En pocas palabras, hay que pasar del “dicho”
al “hecho” de manera constante para que no aparezca el “trecho” muchas veces. En
algunas naciones, esos numerosos “trechos” determinan las caídas económicas, la
pérdida de bienestar social y el surgimiento de gobiernos autoritarios. Por ejemplo,
esos “trechos” son la aplicación y el respeto de las leyes, los
pagos puntuales de contribuciones, la configuración de reformas estructurales a
tiempo, la construcción de transporte público moderno, los mejoramientos salariales
y otros hechos más.
A veces, los gobiernos autoritarios y populistas no pueden
integrar una mentalidad positiva, emitir
un lenguaje afirmativo y aplicar diversas
y numerosas acciones correctivas. Necesitan apoyo de los ciudadanos en cada calle y colonia de una ciudad. Sin
embargo, los grandes cambios históricos de las naciones comienzan desde abajo
hacia arriba, desde la sociedad hacia los gobiernos y desde los grupos pequeños
y medianos como la familia, la escuela, la colonia, la parroquia, los
sindicatos y las asociaciones civiles y profesionales. Por este motivo, hay que
empezar desde la sociedad, desplazando las actitudes negativas, destructivas y
pesimistas, para construir una verdadera mentalidad
positiva que se manifieste concretamente todos los días en la vida de una
nación. Entonces, surge la civilidad verdadera y aparecen los verdaderos ciudadanos,
como ocurrió en México durante la década de los ochenta con el Movimiento Democratizador.
Para más
información, los gentiles lectores pueden consultar el siguiente sitio: www.msn.com/en-us/lifestyle/mind-and-soul/cut-these-20-words-from-your-life-and-youll-be-instantly-happier.
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