domingo, 12 de abril de 2015

LOS MAGICOS PITCHERES Y SUS CLASES DE LANZAMIENTOS

LOS MÁGICOS PÍTCHERES Y SUS CLASES DE LANZAMIENTOS

ÓSCAR ROBLES

A la memoria de mi tío Calito
por su gran pasión por el beisbol

         Los pítcheres son verdaderos “magos” de la pelota caliente, esa dura esfera hecha de corcho, goma, cuero de caballo o de res color blanco, los cuales son materiales unidos firmemente con costuras. Esta bola puede tener un peso aproximado de cinco onzas y una medida de 9 pulgadas. Lanzando esta pequeña pelota, los pítcheres son grandes estrellas del juego de beisbol, ese prodigioso deporte inventado por los Estados Unidos. Estos peloteros se convierten en los protagonistas de cada partido, procesando en las alturas de la lomita sus cálculos de velocidad, energía y materia, proyectando sus pensamientos precisos en el tacto de sus dedos y en el movimiento de sus brazos. Los pítcheres en verdad encarnan a los héroes del deporte y poseen una gran inteligencia, despliegan una sólida fuerza física y ejercen una tenaz resistencia durante dos o tres horas de juego o dos o tres partidos por semana.
Los pítcheres hacen maravillas con la blanca bola de costuras rojizas; la lanzan a gran velocidad o con quiebres espectaculares; le dan efecto con dos o cuatro costuras o con los nudillos o con las palmas de la mano; planean con el receptor el lanzamiento más apropiado del instante; se comunican mediante señales cifradas con los dedos de la mano que hace el receptor; estudian en videos a los bateadores y las zonas “calientes” y “frías” de ellos; trabajan apropiadamente a los bateadores zurdos y derechos; y diseñan una estrategia general para enfrentar al grupo de nueve o más bateadores de un equipo especifico. En fin, son artistas, ingenieros de velocidad, atletas, superestrellas de la “pelota caliente” en los torneos nacionales e internacionales del beisbol. Dentro de estas justas deportivas, las Ligas Mayores de los Estados Unidos representan el mejor beisbol de todo el planeta y en esas solas dos ligas, la Americana y la Nacional, se concentran los mejores pítcheres del mundo. He aquí un breve análisis del trabajo grande de los lanzadores. La mayoría de las estadísticas incluidas en el presente artículo provienen de la sección de estadísticas históricas (Historical Stats) del sitio espn.go.com.

1.     RAMÓN GUZMÁN: EL RELEVO DE ORO DE LOS DORADOS DE CHIHUAHUA
         La primera vez que me impresionó un pítcher estaba yo en la tribuna de sol,  la entonces “Tribuna Caliente”, justo por el lado de la tercera base, atrás de la caseta o dogout de los Dorados de Chihuahua, en el viejo Parque Manuel L. Almanza Ponce. Frente a mí y a todos los fanáticos de esa tribuna, calentaba el lanzador derecho sonorense Ramón Guzmán, un relevista de lujo, un pelotero muy útil para “apagar el fuego” de los batazos de los equipos visitantes cada vez que el mánager Miguel Pilo Gaspar lo requería. Lanzaba rectas implacables, a gran velocidad, y esos lanzamientos se repetían constantemente frente a mis ojos frescos, ávidos de ver este deporte. Eran los movimientos previos al relevo de los abridores René Chávez (mexicano), Norman McRae (estadounidense) o Pedro Sierra (cubano): Pelota fugaz, casi imperceptible, ráfaga blanca horizontal, tronido impactante en el enorme guante del receptor sustituto. Velocidad pura. Luego salía al rescate a la loma principal y muchas veces salvó a su equipo de las derrotas y los desastres. Guzmán era en verdad una estrella del pitcheo.  


PARQUE MANUEL L. ALMANZA EN LA CIUDAD DE CHIHUAHUA EN 2015

Los veloces lanzamientos de calentamiento y del juego de Guzmán fueron un verdadero espectáculo para todos. El trabajo de este pelotero en acción se repitió varias veces en otros juegos posteriores y en otras temporadas, durante la década de los setenta, cuando la ciudad de Chihuahua era pequeña, amorosa, con ambiente casi de viejo pueblo, habitado con la “gente buena” de aquellos años, como dice uno de los versos del “Corrido de Chihuahua” compuesto por Pedro de Lille y Felipe Bermejo: “. . . Pa` gente buena Chihuahua / que es valiente, noble y leal”.
         El explosivo relevista Ramón Guzmán quedó siempre en mi memoria: La imagen de un pitcher muy efectivo y espectacular que puede lanzar la bola a velocidades increíbles, justo en la lomita de calentamiento, y hacer rescates valiosos para el equipo local en la loma principal. Su hermoso uniforme amarillo sol con sudadera de mangas color morado obispo pervive en mi memoria dorada de beisbol, memoria niña de fanático nuevo e inexperto. Ramón Guzmán Contreras nació en Ciudad Obregón, Sonora. Como lanzador de relevo, ganó 63 juegos (W), tuvo un porcentaje de carreras limpias admitidas de 2.93 (ERA) y acumuló un total de 52 salvamentos (S) cuando jugó para los Dorados de Chihuahua en la década de los setenta, durante un total de siete temporadas (“Dorados”). Los Dorados eran entonces un equipo profesional de la Liga Mexicana de Verano y pertenecían a la división oeste de la Zona Norte, junto a los Saraperos de Saltillo, los Algodoneros del Unión Laguna y los Indios de Ciudad Juárez. “Fue el mejor relevista del equipo”, según una nota de 2015 en las que se rinde un merecido homenaje a dicho lanzador y al primera base mexicano el zurdo Jaime López, su compañero de equipo (“Dorados”).


RAMON GUZMAN CALENTABA ENFRENTE DE LA "TRIBUNA CALIENTE", POR LA TERCERA BASE, CERCA DEL "DOG OUT" DE LOS DORADOS DE CHIHUAHUA

         Ésas fueron mis primeras experiencias con el beisbol en los estadios y, en especial, con los lanzadores, los magos de la mágica pelota. El beisbol es un deporte muy espectacular: Hermosos lances de fildeo, poderosos batazos, sesudas estrategias de juego con el misterioso “librito” en mano o sin él, dramáticas jugadas, el alegre ambiente en los estadios, hermosas y sensuales porristas. Sin embargo, los pítcheres han ejercido una gran fascinación en mi vida.  Desde esa lejana década de los setenta, comprendí que un pítcher es el rey del espectáculo en una buena parte de los juegos de beisbol: Un mago, un atleta, un héroe, un dios. Con su magia y sus lanzamientos variados, engañosos y cambiantes que acarician esquinas, podían resolverse juegos, ganarse partidos, campeonatos, series mundiales y, sobre todo, ganarse la pasión de millones de fanáticos.


CAMPO DE JUEGO DEL PARQUE MANUEL L. ALMANZA DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA EN 2015

2.     LOS GRANDES PÍTCHERES DE LAS LIGAS MAYORES POR TELEVISIÓN
En esa misma década de los setenta, la televisión ofreció otra oportunidad para ver buen beisbol de las Ligas Mayores de los Estados Unidos y apreciar mejor el papel central de los lanzadores. De este modo, las cámaras llevaban la transmisión del juego en detalle y con la buena voz, la sabiduría deportiva y la gran narrativa de muy buenos cronistas como Pedro El Mago Septién. En esas transmisiones electrónicas, la perspectiva visual del juego se centraba en la loma de los disparos y  en el blanquecino diamante del home o plato, es decir desde el frente del pítcher y la espalda del receptor. Por ello, se podían apreciar mejor los disparos de los lanzadores: La poderosas rectas y las combas prominentes de las curvas, especialmente. Adicionalmente, las cámaras cubrían grandes atrapadas y batazos espectaculares que se iban hasta los jardines y más allá, con fabricación de cuadrangulares. Entonces, se transmitieron en la ciudad de Chihuahua las series mundiales por los canales de la televisión abierta privada y los fanáticos norteños pudieron ver y gozar series mundiales memorables, como las de los Orioles de Baltimore y los Piratas de Pittsburgh en 1971; los tremendos campeonatos mundiales obtenidos por los llamativos verdeamarelas Atléticos de Oakland contra los Rojos de Cincinnati, los Mets de Nueva York y los Dodgers de Los Ángeles, en los sucesivos años de 1972, 1973 y 1974; los dos cetros de los Rojos de Cincinnati contra los Medias Rojas de Boston y los Yanquis de Nueva York en 1975 y 1976, entre otras más.
Entre las décadas de los setenta y los noventa, justo a finales del siglo XX, los fanáticos del beisbol admiraron a numerosos lanzadores de gran calidad que jugaban en la Gran Carpa, gracias a la televisión mexicana y norteamericana. En esas décadas, fueron impresionantes las actuaciones del zurdo Steve Carlton, el famoso Gesticulador de los Filis de Filadelfia, que acumuló cuatro premios Cy Young y 329 juegos ganados en toda su vida deportiva, para ocupar el décimo primer lugar en la historia; del derecho Jim Catfish Hunter de los Atléticos de Oakland, ganador de tres series mundiales consecutivas en la primera mitad de la década de los setenta y de un codiciado premio Cy Young en 1974; de las hazañas históricas del zurdo mexicano Fernando El Toro Valenzuela de los Dodgers de Los Ángeles, el gran símbolo del mexicano de origen indígena y del medio rural que triunfa en el deporte extranjero, con sus premios al Novato del Año, el Cy Young y el campeonato mundial en 1981 justo frente a los poderosos Yanquis de Nueva York, los máximos ganadores de series mundiales en la historia de las Ligas Mayores; de los lanzamientos portentosos de los consistentes lanzadores derechos Pedro Martínez y Roger Clemens de los Medias Rojas de Boston, quienes ganaron en conjunto diez premios Cy Young y 354 triunfos de por vida solamente para el norteamericano, para convertirse en el noveno más pítcher más ganador de toda la historia de las Grandes Ligas; de los sesudos y medidos trabajos de “ingeniería” en el pitcheo del derecho norteamericano Greg Maddux de los Bravos de Atlanta, quien se hizo acreedor a cuatro trofeos Cy Young y se ubicó como uno de los diez lanzadores más ganadores en toda la historia de las Ligas Mayores, con 355 triunfos, ocupando el octavo lugar en la historia; y de los espectaculares “chocolates” propinados a numerosos bateadores por el gigantesco zurdo estadounidense el “superponchador” Randy Johnson, conocido como Big Unit en los Marineros de Seattle, quien se adjudicó oficialmente 4875 ponches en total, para ser el segundo lugar en la historia detrás del legendario Nolan Ryan (5714 “chocolates”), y se llevó en sus “alforjas” cinco preciosas preseas Cy Young. Otros muchos peloteros que jugaron esta fundamental posición en el campo de beisbol merecen mención especial y cada fanático tendrá en su memoria las actuaciones de estos grandes del pitcheo, pero faltan páginas y espacio para ello. Basta consultar el sitio espn.go.com para ver la cantidad de lanzadores superestrellas. En suma, los pítcheres han sido admirados durante alrededor de cinco décadas, gracias a las profesionales transmisiones de las televisoras de México y los Estados Unidos y han sido vistos por muchos espectadores como atletas y magos y como héroes y dioses del precioso Diamante del Beisbol.

3.     LANZADORES DEL PASADO Y DEL PRESENTE: MENOS TRIUNFOS Y MÁS RELEVISTAS EN EL SIGLO XXI
En general, los lanzadores dominan a los bateadores entre cada inning o entrada, y en cada partido y en cada serie, dentro de una larga temporada de alrededor de seis meses y, a veces, en un mes de juegos de postemporada si su club llega a disputar los campeonatos de las ligas Americana y Nacional y el campeonato del mundo. En las Ligas Mayores, por ejemplo, se juegan 162 partidos y un lanzador puede participar en más de treinta juegos si es un inicialista o abridor y en más de sesenta partidos si es un medio relevo o cerrador. Sin embargo, lejos están los abundantes lanzadores de las últimas décadas de ganar más de cuatrocientos o quinientos juegos en toda su vida deportiva que puede durar alrededor de veinte años jugando en la Gran Carpa. Los tiempos actuales son más especializados y hay otras estrategias muy cuidadosas, tales como usar un lanzador específico y muy experto, para controlar a un solo jugador o utilizar a un lanzador derecho para arrojarle la bola a un bateador derecho y un zurdo para un bateador zurdo. En especial, el mánager de los Atléticos de Oakland y los Cardenales de San Luis, el norteamericano Tony La Russa, era un manejador estrella, muy inteligente y sabio y muy ganador (el tercero más grande de la historia con 2728 triunfos totales). Acostumbraba jugar con “el librito” en la mano, es decir, usaba las más apropiadas y sabias reglas establecidas en la historia del beisbol estadounidense para cada situación específica dentro de cada juego de nueve entradas. Entonces, el inteligente y mesurado La Russa siempre estaba listo y usaba muchos lanzadores de relevo para controlar a los bateadores más peligrosos, jonroneros o chocadores de bola. Una prueba de esta excelencia estratégica a base de los esenciales pítcheres fue exhibida en la Serie Mundial de 2011, justo cuando los exitosos y famosos Pájaros Rojos de Missouri vinieron de atrás y vencieron en siete jugos a los Rangers de Texas, para coronarse como campeones del mundo por décimo primera ocasión en la historia.
Los fanáticos y los expertos pueden comparar a los lanzadores antiguos y a los modernos y ver que en la actualidad los lanzadores no alcanzan la cifra de treinta ganados en una temporada o rebasan los cuatrocientos triunfos de por vida. Entre los lanzadores del pasado, el legendario pítcher estadounidense el derecho Cy Young acumuló un total de 511 juegos ganados, ocupa el primer lugar en toda la historia hasta 2015 y da nombre al preciado trofeo que premia la consistente labor de los lanzadores en las ligas Americana y Nacional. En las décadas recientes, los medios relevos tipo Wade Davis (Reales de Kansas City) y Jeremy Affeldt (Gigantes de San Francisco) han disminuido la vieja, paciente y dura labor de los pítcheres del pasado y han llegado a desempeñar un gran papel para asegurar una victoria, ya sea en la temporada regular o en la postemporada. En tanto, los efectivos cerradores de la clase de los norteamericanos Greg Holland (Reales de Kansas City) o Craig Kimbrel (Bravos de Atlanta) tienen un papel más impactante y decisivo en cada enfrentamiento para salvar un juego ganado y pueden acumular hasta cuarenta o cincuenta salvamentos por temporada. Por ejemplo, el máximo cerrador de la historia apenas acaba de retirarse en 2013 y es, precisamente, el panameño Mariano Rivera de los Yanquis de Nueva York, quien ocupa el primer lugar de la historia con un total de 632 juegos salvados. Difícilmente, un lanzador de la actualidad o del cercano futuro podrá alcanzar los 511 triunfos de Cy Young, los 411 de Walter Johnson, los 373 de Pete Alexander y Christy Mathewson o los 363 del zurdo Warren Spahn, el cual se encuentra justamente en el quinto lugar de todos los tiempos. Particularmente, Greg Maddux y Roger Clemens se quedaron en 355 y 354 ganados de por vida, respectivamente, durante su larga carrera deportiva desarrollada en los ochenta, los noventa y principios del siglo XXI. Como se ve, el pitcheo cambia con los tiempos, pero siempre ocupa un lugar estelar en el trabajo de todos los equipos profesionales de las ligas nacionales de cada país y, en especial, en las Grandes Ligas de los Estados Unidos, donde se pagan los mejores salarios del mudo.

4.     LOS MAGOS DEL PITCHEO Y SUS TIPOS DE LANZAMIENTOS
         Los pítcheres son arrojadores de una pelota dura de costuras y de color blanco, desde una loma de tierra hasta una zona de bateo, donde hay un plato en forma de diamante en el suelo y un bateador intenta golpearla con un bate de madera. Los lanzamientos varían por su velocidad, movimiento y trayectoria y por la posición de la muñeca, la mano o el brazo (“Lanzamiento”). En tanto, las variaciones de lanzamientos se basan en cómo los dedos se colocan en las costuras de la bola. En general, estos lanzamientos sirven para confundir al bateador y hacerlo out en la primera base si éste logra pegarle a la pelota y colocarla dentro del terreno oficial de juego o para poncharlo o dejarlo fuera si falla en su intento de golpearla en tres ocasiones, acumulando tres strikes. Para efectuar estos lanzamientos cada juego, los lanzadores o arrojadores requieren un gran entrenamiento durante casi todo el año, especialmente en las Ligas Mayores, puesto que un lanzador inicialista puede ejecutar más de cien picheadas por cada partido. En varios casos, los abridores pueden durar hasta el séptimo inning y algunas veces salen en las primeras entradas para ser sustituidos por medios relevos. Los pítcheres de ahora, sin embargo, difícilmente llegan al noveno inning e imponen una blanqueada o lanzan sin hit ni carrera o un juego perfecto (cuando ningún pelotero se embasa), ya que la tendencia general de los manejadores es cambiarlos entre el séptimo y el octavo inning justo cuando la calidad de sus lanzamientos ya no es consistente y dominante. En suma, los lanzadores son equilibristas del montículo, practicantes y desafiantes de la física, intuitivos del tiempo y el espacio, prestidigitadores de la materia y la energía.
         La clave del éxito de los lanzadores es su variado repertorio de picheadas, su velocidad, su control en los lanzamientos, su preparación física, su inteligencia y su resistencia. He aquí un breve inventario de lanzamientos con sus respectivas y breves descripciones y sus nombres en español e inglés.
         La Bola Rápida o Fastball es uno de los lanzamientos más comunes. Puede tener una velocidad entre 95 y 100 millas por hora y, a veces, alcanza hasta 107.9, según versiones extraoficiales, y algunos de los pítcheres que han logrado estas velocidades son los estadounidenses Bob Gibson, Nolan Ryan, Roger Clemens, Randy Johnson, Aroldis Chapman, Justin Verlander y Stephen Strasburg (“Lanzamiento”). Los lanzamientos se clasifican generalmente en lanzamientos rectos, quebrados y lentos. A continuación se hace una breve descripción de todas las picheadas usadas por los lanzadores, de acuerdo al artículo “Lanzamiento (beisbol)”.

I LANZAMIENTOS RECTOS
1. RECTA DE CUATRO COSTURAS. Es la más utilizada y llega a tener más de 100 millas por hora de velocidad. Casi todos los lanzadores cuentan con este lanzamiento. Destacan las rectas veloces del norteamericano Aroldis Chapman (Rojos de Cincinnati).
2. RECTA DE DOS COSTURAS. Se toma la pelota justo de la parte donde se acercan más las costuras, de tal manera que la bola adquiere gran rapidez y cae abruptamente cerca del plato, rompiendo su trayectoria recta.
3. RECTA DE DEDOS SEPARADOS / SPLITT FINGER (SPLITTER). Es como una Bola Rápida que cae hacia abajo cuando el tiro llega al final. Dan Haren (Marlines de Florida) es un experto en este tipo de lanzamientos.
4. RECTA CORTADA / CUTTER. Es una Bola Rápida que se lanza como un Slider, pero sujetándola con las cuatro costuras, entonces la pelota da muchas rotaciones y corta lateralmente un poco. El extraordinario cerrador panameño Mariano Rivera (Yanquis de Nueva York) lanzaba frecuentemente este lanzamiento letal durante las últimas entradas de cada juego, con una gran velocidad y un corte repentino hacia la izquierda justo al entrar al plato, “mordiendo” el diamante.
5. RECTA DESCENDENTE / SINKER. Es como una Recta de Dos Costuras, pero con el pulgar haciendo presión sobre la pelota. Es más lenta que la Recta de Dos Costuras, pero su movimiento lateral es más grande.
II LANZAMIENTOS QUEBRADOS
         En general, estos lanzamientos son bolas lentas, de gran movimiento lateral y horizontal, que rompen justo en el plato.
6. BOLA DE NUDILLOS  O NUDILLERA / KNUCKLEBALL. El lanzador utiliza los nudillos de sus falanges, doblando dos o tres dedos, desde el índice hasta el anular. Su movimiento es un tanto errático y con mínimas rotaciones. R. A. Dickey (Azulejos de Toronto) es un experto en este tipo de lanzamiento.
7. BOLA DE TENEDOR / FORKBALL. Es una Curva que rompe repentinamente en el plato.
8. BOLA DE TORNILLO O TIRABUZÓN / SCREWBALL. Se dobla completamente el brazo del lanzador en el sentido de las manecillas del reloj si es un lanzador derecho, para lograr una rotación contraria a la natural, y luego se lanza. Los maestros de este tipo de lanzamientos fueron el legendario pitcher abridor zurdo mexicano Fernando El Toro Valenzuela (Dodgers de Los Ángeles) y el estadounidense Jim Palmer (Orioles de Baltimore). En particular, Valenzuela tiraba la bola y ésta hacía una rotación o quiebre hacia la izquierda, es decir, hacia la parte de afuera del brazo zurdo del sonorense, contrario a los movimientos de las manecillas del reloj. El Tirabuzón era extraordinario y causó furor en los Estados Unidos durante la década de los ochenta, los años maravillosos de la Fernandomanía. Por su complejidad y dificultad, este lanzamiento causa serio desgaste en el codo de los pítcheres y se ha prohibido en los últimos años.  
9. CURVA / CURVEBALL. Este lanzamiento lleva un gran efecto de rotación, cae horizontalmente al llegar al plato y desorienta mucho al bateador. El norteamericano Sandy Koufax (Dodgers de Los Ángeles) era un maestro de este tipo de bolas. El zurdo Barry Zito (Gigantes de San Francisco) tiene un lanzamiento muy curvado que José Pepe Segarra  llama “La Curva Arcoíris” por la gran comba que hace desde que sale del brazo izquierdo del lanzador hasta llegar al plato. Segarra es un comentarista mexicano de la empresa Televisa.
10. DESLIZANTE / SLIDER. Este lanzamiento tiene un movimiento lateral, pero cae dentro del plato, engañando al bateador. En realidad es una bola lenta, pero más rápida que la Curva y similar a la Recta Cortada. El cerrador derecho mexicano Sergio Romo (Gigantes de San Francisco) cuenta con un extraordinario lanzamiento que quiebra horizontalmente hacia la izquierda generalmente dentro del área del plato, “mordiendo” la zona de strikes. También, el cerrador venezolano Francisco Rodríguez (Cerveceros de Milwaukee) y el inicialista japonés Yu Darvish (Rangers de Texas) desarrollan con eficacia este tipo de lanzamiento.
11. DESLIZANTE EN CURVA / SLURVE.  Es un envío quebrado con poca velocidad que combina los lanzamientos del Deslizante y la Curva. Es muy poco usado por los pítcheres de la actualidad.  
III LANZAMIENTOS LENTOS
12. BOLA DE PALMA  / PALMBALL. Se agarra la pelota con la mano completa y se lanza en forma de bomba que va cayendo completamente. Es una forma de confundir al bateador, se utiliza muy poco y solamente algunos pítcheres veteranos recurren a este lanzamiento tan peculiar.
13. CAMBIO O CAMBIO DE VELOCIDAD / CHANGEUP. Luce como una Bola Rápida, pero posee una velocidad más lenta, de tal forma que los bateadores inician la acción de bateo antes de tiempo porque regularmente piensan que es una Recta. Johan Santana (Mellizos de Minnesota) se especializaba en esta picheada.
En conclusión, el pítcher es un atleta superdotado: Tiene gran velocidad en sus lanzamientos, sofisticados efectos especiales y una gran inteligencia para engañar a los bateadores, durante algunas horas de juego. Cuenta con gran resistencia física durante cerca de seis entradas si se trata de un abridor y durante uno o dos innings si es un medio relevo o un cerrador. En cualquiera de los casos, los lanzadores poseen un gran repertorio de lanzamientos y un estudio profundo de los bateadores en torno a sus puntos débiles y sus puntos fuertes. Es como un profesor del diamante, un verdadero mago que es capaz de manipular la dura bola de beisbol poniendo sus dedos sobre las costuras y haciéndola moverse de arriba hacia abajo, de un lado hacia otro, por adentro y afuera del bateador.
Los millones de fanáticos en el mundo pueden recordar como grandes pítcheres de la historia del beisbol de las Ligas Mayores a cientos de superestrellas. Pueden entusiasmarse con el trabajo de los lanzadores en todas las ligas nacionales de beisbol de verano e invierno, durante cada temporada. Sobre todo, deben tener en su memoria y en su corazón el extraordinario dominio en los ponches de los norteamericanos Nolan Ryan, Randy Johnson y Roger Clemens; el estudio de ingeniería beisbolera que hacía el maestro Greg Maddux en cada juego y cada temporada; las Curvas endemoniadas del dominicano Pedro Martínez; el estilo peculiar y equilibrado del Gesticulador Steve Carlton; las Bolas de Tornillo del mexicano Fernando Valenzuela; y, actualmente, deben estar gozando y apreciando los lanzamientos bien medidos y controlados de los zurdos Clayton Kershaw (Dodgers de Los Ángeles) y Madison Bumgarner (Gigantes de San Francisco) y el gran dominio de los bateadores y el bajo porcentaje de carreras limpias admitidas del venezolano Félix Hernández (Marineros de Seattle), durante la presente segunda década del siglo XXI.
Esencialmente, todos los grandes conocedores del beisbol han de reconocer que el pítcher es un atleta, un mago, un héroe, un dios: Una pieza esencial en el campo de juego en cada partido, en cada temporada y en cada campeonato. Sin buen pitcheo ―abridor, medio relevo y cerrador―, difícilmente un equipo puede jugar una gran temporada o adjudicarse campeonatos divisionales, de liga y del mundo.
El pítcher es la esencia del juego de beisbol, el famoso pasatiempo nacional de los Estados Unidos desde hace más de un siglo. Algunos piensan que los lanzadores representan el sesenta o setenta por ciento del éxito o el fracaso en un juego regular o en una temporada completa. Para ganar un campeonato de división y de liga o coronarse en la serie mundial, ser el mejor en el Clásico Mundial o en la Serie del Caribe, un equipo de beisbol debe contar con un cuerpo de pitcheo variado, poderoso y dominante: Abridores, medios relevos y cerradores. En la actualidad, están surgiendo lanzadores consistentes y portentosos en los Estados Unidos, Latinoamérica, Canadá, Japón y Corea. Es una muestra más de la globalización del beisbol.
¡Loor a los benditos pítcheres, los magos de la pelota, héroes y dioses del deporte!







Obras citadas
“Dorados reconoció a dos grandes.” LMB. Sitio oficial de la Liga Mexicana de Beisbol. 10
abril 2015. MIL.COM. 3 marzo 2015. <www.mlb.com/news/article>.
“Lanzamiento (béisbol).” Wikipedia. La enciclopedia libre.12 abril 2015. Fundación

[TODAS LAS FOTOS DE ESTE ESCRITO FUERON TOMADAS POR OSCAR ROBLES]

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