lunes, 13 de noviembre de 2023

LA RELIGIÓN NAHUA EN "LA SERPIENTE EMPLUMADA" DE D. H. LAWRENCE

 LA RELIGIÓN NAHUA EN LA SERPIENTE EMPLUMADA DE D. H. LAWRENCE

 

Por Óscar Robles

 

 

          En La serpiente emplumada (1926) de David Herbert Lawrence, la viuda irlandesa Kate Leslie viaja a México y enfrenta un choque cultural con la barbarie, la pobreza, el crimen y la violencia durante la etapa posrevolucionaria de la década de los veinte. Vive primero en la Ciudad de México y luego en Sayula, Jalisco, donde descubre una extraña insurrección de orden religioso: el rico hacendado Ramón Carrasco intenta restaurar la antigua religión nahua y sustituir el catolicismo entre los pobladores de la región de Jalisco. En sí, el título de la obra reconcentra el tema central: la serpiente emplumada es la representación mítica del dios Quetzalcóatl, cuyos antiguos ritos pretenden ser revividos por el pueblo de Sayula, bajo el impulso de Carrasco.

          En ese contexto social, la europea se imbuye en esa fascinante misión de un idealista, utopista y crítico de su tiempo histórico, a la vez que observa los peculiares rituales antiguos de los llamados “Hombres de Quetzalcóatl”, establecidos por Carrasco en su propia hacienda de Jamiltepec y en el templo católico de Sayula. Aunque piensa regresar a Inglaterra, Leslie se interna en el mundo vital y fascinante de Carrasco, con quien establece una afinidad emocional y una empatía intelectual. Al mismo tiempo, se enamora poco a poco del militar Cipriano Viedma, gran amigo del citado finquero, con quien desarrolla una relación sexual muy profunda.

          En una de sus periódicas visitas a Jamiltepec, la irlandesa tiene su rito de iniciación en la barbarie salvaje de la Posrevolución mexicana. Así, experimenta el intento de asesinato perpetrado por un grupo de bandidos encabezado por el peón Guillermo contra la persona de Carrasco, dentro de la propia hacienda de Jamiltepec. En el acto violento, Leslie empuña una pistola y hiere a uno de los temibles forajidos. El saldo del fallido atentado es de siete muertos y un herido, el propio Carrasco. El supuesto móvil del crimen fue una conspiración orquestada por el clero católico de Sayula y los caballeros de Cortés, para detener los movimientos de sustitución del rito católico por la antigua religión nahua.

          A partir de este evento de gran acción y peligro, Leslie inicia un viaje de adaptación, barbarización e identidad durante el México posrevolucionario, justo cuando gobierna el presidente Montes. En especial, ella se conmueve de la pobreza y marginación de los campesinos mexicanos y encuentra el flujo vital de la barbarie y el amor de pareja con Viedma.

          La novela entera está narrada por un relator omnisciente que emite juicios profundos sobre los protagonistas, expone descripciones muy vivaces y objetivas sobre el espacio rural mexicanos y expresa exquisitas metaforizaciones y mitificaciones de los tres principales personajes: Leslie, Viedma y Carrasco. En tanto, los diálogos contienen grandes ideas y discusiones sobre la civilización y la barbarie, la identidad mexicana, la feminidad y la virilidad, el mito de Quetzalcóatl, la espiritualidad y el alma humana, entre otros temas interesantes.

          En general, Lawrence construye la novela bajo la estética realista con un enfoque social y sutiles matices psicológicos que retratan de manera original y memorable a los tres personajes principales y a otros personajes secundarios e incidentales. De esta manera, traza el carácter nacional de los mexicanos con sutiles observaciones y detalla aspectos esenciales del paisaje urbano de la capital del país y del pueblo de Sayula. Se distancia del mero costumbrismo decimonónico, para ahondar en las raíces prehispánicas de la cultura nahua y reflejar la cosmología azteca en las creencias del pueblo de Occidente, fundadas en la figura de Quetzalcóatl y los ritos de tambores y cantos poético-míticos que crea el propio Carrasco.

          El hacendado Carrasco resalta en la novela como un hombre muy humano y compasivo que aspira al poder como líder carismático que se identifica con el pueblo. Emprende una utopía religiosa para transformar a la sociedad de su región y aspira a extenderla por México. Su figura encarna el papel de un intelectual reflexivo, un patrón justiciero, un utopista y creador que compone los himnos poéticos que rinden culto a las deidades nahuas, las imprime y las difunde masivamente entre los pobladores. Al mismo tiempo, promueve actos rituales nahuas con primitivos tambores, atuendos rústicos en la plaza de Sayula y ritos espiritualistas y cósmicos. Su acto más sacrílego y transgresor es hurtar las estatuas e imágenes cristianas de la iglesia de Sayula y quemarlas en la cercana Isla de Los Escorpiones frente al azoro de los sayulianos y con el apoyo de su grupo de fieles seguidores.  

          De esta forma, Carrasco revoluciona la religión en Sayula e implanta el rito del dios nahua Quetzalcóatl, asumiendo la identidad de ese dios y componiendo originales himnos poético-religiosos. Le siguen muchas personas y lo apoyan el militar Cipriano Viedma, quien se ve como el dios Huitzilopochtli, y la propia irlandesa Kate Leslie.

          Por su parte, la viuda irlandesa Kate Leslie asume su papel de europea civilizada y se horroriza de la barbarie del pueblo indígena y campesino, a la vez que se fascina con las costumbres pueblerinas de la vendimia en la plaza. El trato cultural con Carrasco la revive y la rescata del tedio de su vida. Esencialmente, la pasión erótica con Viedma la conduce a un nuevo vitalismo y una nueva forma del vivir el amor sexual. Ella representa la inteligencia crítica y refinada y constituye la perfecta interlocutora de las exquisitas y profundas disquisiciones culturales, históricas y políticas de Carrasco.

       Todos los personajes de la novela habitan una sociedad posrevolucionaria, donde la pobreza, la ignorancia y la humildad del pueblo campesino e indígena emergen como las condiciones sociales de los mexicanos de ese tiempo. En medio de ese contexto, la población de Sayula teme mucho a las bandas de criminales que roban el patrimonio de los ricos y hasta asesinan cruelmente a sus víctimas.

          En particular, el narrador omnisciente retrata la psicología de los protagonistas y enjuicia las costumbres sociales de la época y proyecta un nivel poético muy exquisito, formado a base de numerosas imágenes animales y vegetales. Por ejemplo, el tropo de la serpiente sirve para definir el carácter de los mexicanos y se convierte en un poderoso leitmotivo. Al mismo tiempo, la serpiente emplumada es la imagen mítica del dios Quetzalcóatl. A la vez, el relator central describe las actividades económicas de su tiempo, tales como la agricultura, el comercio, la ganadería y la pesca.  

          En ese tiempo, Montes funge como presidente de México y muestra un gran respeto por el poder económico y social de Carrasco. Por su parte, el clero católico de Jalisco le teme al hacendado de Jamiltepec y hasta conspira para matarlo. Finalmente, Carrasco aparece en la trama como una figura de poder que pretende transformar la psique y la religión de los mexicanos con la reimplantación de la antigua religión de los aztecas, con el firme propósito de que formen una nueva y poderosa comunidad y superen la pobreza, ya que el clero mexicano se ha aliado con la clase opulenta.

          En suma, La serpiente emplumada de D. H. Lawrence deslumbra por el asunto mexicanista que relata (la búsqueda de la religión y las raíces culturales indígenas prehispánicas); por la profunda psicología de los tres protagonistas fundada en sus particulares ideas, creencias y emociones; por el extenso retrato de las costumbres sociales mexicanas (el toreo, la vendimia de plaza, los ritos nahuas); por las ricas descripciones de la belleza del paisaje rural del estado de Jalisco; y por la exploración de la cosmología, el espiritualismo y el humanismo de la mitología nahua basada en los cultos a Quetzalcóatl y Huitzilopochtli.

          David Herbert Lawrence (1885-1930) es un ensayista, novelista y poeta británico. Sus obras principales son Hijos y amantes (1913), El arcoíris (1915), Mujeres enamoradas (1920), El amante de Lady Chaterly (1928), entre otras obras narrativas. Su punto de vista sobre la vida sexual destaca en sus obras, puesto que el escritor inglés considera que las relaciones entre los seres humanos deben ser profundas y verdaderas, más allá de lo trivial, lo sensual y lo cerebral (“Lawrence”).

 

 

Obras citadas

Lawrence, D. H. La serpiente emplumada. México: Planeta, 1985.

“Lawrence, David Herbert”. The New Lexicon Webster’s Dictionary of

the English Language. 1989.

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