VIDA NACIONAL Y VIDA MUNDIAL: VIDA
MATERIAL
ÓSCAR ROBLES
¿Cómo es en verdad la vida cotidiana moderna en nuestro
tiempo?
¿Somos felices realmente o vivimos una vida de felicidad “artificial”?
¿Se puede vivir bien en una sociedad fundada en el
materialismo, el consumismo, el vicio, la violencia, la corrupción y el caos
urbano?
¿Las actividades humanas se orientan realmente hacia la
civilización?
¿La sociedad desarrolla efectivamente la ciencia, la
tecnología, las humanidades, el arte, la literatura, la historia, las leyes, la
religión, la comunidad, el deporte, el bienestar social, el respeto a las
minorías sexuales, generacionales, étnicas y raciales?
¿Es una sociedad que sólo quiere diversión extrema,
rebeldía e ingobernabilidad?
¿Somos esclavos de “La
civilización del espectáculo”, de acuerdo al concepto central del ensayo de
Mario Vargas Llosa?
El siguiente fragmento puede ofrecer tal vez una
orientación sobre nuestra existencia presente. Es una interesante y concisa descripción
realista de una específica sociedad en un país determinado:
“Empezaban a trabajar a los doce años, pasaban por un
breve periodo de belleza y deseo sexual, se casaban a los veinte años,
empezaban a envejecer a los treinta y se morían casi todos ellos hacia los
sesenta años. El duro trabajo físico, el cuidado del hogar y los hijos, las
mezquinas peleas entre vecinos, el cine, el futbol, la cerveza y, sobre todo,
el juego llenaba su horizonte mental.”
¿El pasaje anterior corresponde al capitalismo o al
comunismo?
¿Se refiere a México u otra nación?
¿Se ubica en el Siglo XX o el siglo XXI?
La descripción citada aparece en la página 148 de la
novela 1984 (México: Porrúa, 1999) del escritor británico George Orwell.
Se refiere a la ficcional ciudad de Londres, Inglaterra, del hipotético “superestado”
de Oceanía. Esta ciudad es gobernada por un Estado comunista totalitario
dirigido por un Partido único y por un líder omnipotente, el “Gran Hermano”.
1984 salió a la luz pública en 1949. Presenta elementos de
una sociedad comunal, productiva y pobre, regida por una oligarquía represora,
burocrática, mentirosa y perversa. Ese grupo de poderosos conduce a un poderoso
ejército para desarrollar un permanente estado de guerra mundial contra los
“superestados” de Eurasia y Asia Oriental. Ante todo, esta obra de ciencia
ficción “eleva la literatura política al terreno del arte”, según el profesor
Bernard Crick, quien escribe la introducción en la edición de Porrúa (xxii).
Un interesante epígrafe de Enrique Krauze acompaña la
edición de Porrúa. En especial, esta nota apunta que para el historiador
mexicano “mi escritor favorito de temas políticos en el siglo XX es George
Orwell, el autor de 1984 y Rebelión en la granja” (ix).
En suma, 1984 nos orienta a reflexionar sobre
nuestras sociedades modernas, nuestros gobiernos y nuestra vida misma. Es una
novela clásica sobre política moderna, sociedades masificadas, imperialismo y
estados totalitarios. Orwell inventa un mundo posible, perturbador y
pesadillesco, donde la ciencia y la tecnología están al servicio del Estado
totalitario y donde la élite gobernante aspira al “poder puro” por encima de
las voluntades y aspiraciones de las masas populares.
Ante todo, esta obra narrativa de Orwell posee una alta
jerarquía estética, dentro de la genealogía de Un mundo feliz / A Brave New World (193) del
británico Aldous Huxley.
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