Se necesita cultura profunda, científica y humanística, promovida por todas las instituciones de civilización cada día: familias, escuelas, iglesias, medios de comunicación masiva, sindicatos, cooperativas, clubes deportivos, centros comunitarios, comercios e industrias. . .
Se requiere educación superior en universidades con especialistas y profesionales para los cargos apropiados. Se debe disminuir el impacto de la cultura frívola, consumista y “diversionista” de “la civilización del espectáculo” y la influencia nociva de las anticulturas de la destrucción.
Esos numerosos “soldados” deben ser ciudadanos de tiempo completo, dentro del Estado de Derecho. De otro modo, habrá otra “guerra” larga, agresiva y sostenida entre consumidores salvajes y anti-ciudadanos y ciudadanos cumplidos y nacionalistas. Y los lideres políticos nada podrán hacer frente a una guerra civil pública o subterránea.
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